TESOROS DE LA IGLESIA
“¡Levántate,
amada mía, hermosa mía, y vente! Muéstrame tu semblante, déjame oír tu
voz; porque tu voz es dulce, y bello tu semblante" (Cfr.
2, 10-11, 14)
La Santísima Virgen María, al haber
sido elegida para ser la Madre de Dios, fue preservada del pecado y de
la corrupción de la muerte. Por el Dogma de la Asunción creemos que la
Virgen Santísima fue asunta al cielo y es por esta razón que de ella no
encontramos reliquias de primer grado.
¿Qué es una reliquia de primer grado?
La palabra reliquia viene del latín reliquiae que significa:
restos. Las reliquias de los santos se veneran, porque cuando estuvieron
vivos fueron templo del Espíritu Santo, y serán glorificados en la vida
eterna. Pueden ser de tres grados:
1er grado: un fragmento de su
cuerpo.
2do grado: un fragmento se su ropa, o algún objeto del uso
personal del santo.
3er grado: cualquier otro objeto que ha sido tocado a una
reliquia de primer grado.
De la Virgen Santísima solo
encontramos reliquias de segundo grado:
El velo: La tradición nos
cuenta que el velo de la Santísima Virgen fue trasladado desde
Palestina, al tesoro del emperador Constantino, el cual más tarde se lo
regaló al Emperador Carlomagno. En el año 876 AD, el nieto de Carlomagno
lo donó a la Catedral de Chartres. La historia relata que en el año 911,
cuando la ciudad de Chartres se encontraba bajo persecución, los
soldados encontraban fuerzas para defenderse cuando se exponía el velo
de la Santísima Virgen. Por esta razón, era venerado como manto de
protección. El velo de la Santísima Virgen es venerado hasta el día de
hoy en la Catedral de Chartres, en París. Se encuentra en un relicarios
de oro, el cual es procesionado todos los años por las calles de
Chartres con gran decoro, en la fiesta de la Asunción.
El cinturón: Desde el año 1141,
en la Catedral de Prato, Italia, se venera el cinturón de la Santísima
Virgen. Se cree que fue utilizado por la Virgen María en el momento de
la Asunción. La cinta mide 1.27 metros, es de color verde, decorada con
hilos dorados en los bordes. El origen no se sabe con gran detalle, pero
según la tradición fue llevado a Prato por "Miguel", un caballero que lo
recibió como dote, por su matrimonio con una muchacha originaria de
Jerusalén. Se cree que esta muchacha era descendiente del Apóstol Santo
Tomás. EN la celebración del VI centenario de a colocación del cinturón
de la Santísima Virgen en la capilla de la Catedral, el Papa Juan Pablo
II le escribió un mensaje al Obispo Gastone de la ciudad de Prato:
"Varios artistas han representado a la Virgen Santísima durante su
Asunción, en el momento de quitarse el cinturón y entregárselo al
Apóstol Tomás. Precisamente a partir de esa pía tradición popular, la
reliquia se ha convertido para los fieles en una invitación a contemplar
el misterio de la Asunción de la virgen al Cielo en cuerpo y alma."