Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María

XVII Edición

febrero 2003


CORAZONES QUE ARDEN DE AMOR 

San Francisco de Sales: Doctor del Amor
24 de enero



Refiriéndose a aquellas palabras del Evangelio, donde nuestro Señor Jesucristo dice a sus Apóstoles: "Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas" (Mt. 10: 16) el gran doctor y maestro de las almas nos instruye haciendo eco de la eterna Verdad que es inmutable y que tanto necesita ser escuchada en este nuestro avanzado siglo. Nada reprobaba tanto este santo Obispo en las relaciones de sociedad como el artificio y fingimiento (cosa tan frecuente entre las personas del mundo), y, una de sus máximas favoritas era ésta: "No hay finura mejor ni más apreciable que la misma sencillez".

He aquí como se expresa hablando de sí mismo: “Yo no sé qué es lo que me pasa con esta pobre virtud de la prudencia; pues si la amo, no es más por necesidad y porque es la sal y la antorcha de la vida; pero la belleza de la sencillez me encanta, y daría con gusto cien serpientes por una sola paloma. Si la dosis de la serpiente y de la paloma fueran iguales, no estaría satisfecho, porque la serpiente puede matar a la paloma, pero la paloma no matará nunca a la serpiente. Me dicen que en un siglo tan astuto como el nuestro es sumamente necesaria la prudencia, a lo menos para no dejarse engañar; no repruebo esta máxima; pero un buen cristiano siempre querrá más ser yunque que martillo; más ser robado que ladrón; cadáver que homicida; mártir que tirano. Diga lo que quiera la prudencia del siglo, yo siempre estaré en que vale más ser uno bueno y sencillo que astuto y malicioso."

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