Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

XVII Edición

            febrero 2003


CONOZCAMOS SU CORAZÓN 

El Corazón de Jesús invita personalmente a cada alma consagrada a darse totalmente a El.

El misterio de la llamada de Dios al corazón de cada consagrado se desarrolla en un diálogo de amor entre el Redentor, que le ha escogido desde toda la eternidad, y el alma que se confunde ante tal gracia divina. Cada religioso y religiosa ha recibido la invitación del Maestro en lo mas íntimo de sus corazón, en un diálogo de “Corazón a corazón” es decir, entre el Corazón de Cristo que invita y el corazón de religioso a quien le toca responder.

Vemos en el Evangelio de San Juan este pasaje: “Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: He ahí el Cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: ¿Que buscáis? Ellos respondieron: Rabí, -que quiere decir Maestro-, ¿Donde vives? Les respondió: Venid y lo veréis. Fueron pues, vieron donde vivía y se quedaron con el aquel día.” (Jn 2:35-39).

Este diálogo que se dio entre Jesús y los discípulos de Juan es el diálogo que se da entre cada alma que se siente llamada a seguir a Cristo “más de cerca.” Ante la revelación de Cristo, de su identidad, el alma busca conocerle más. Esta búsqueda, que es la respuesta del corazón que se siente atraído por el Corazón de Jesús, encuentra una respuesta cuando al preguntarle “¿Dónde vives?,” escucha a Cristo responder: “Ven y lo verás.” El alma que se ha sentido llamada particularmente por Cristo desea estar con Él, escucharle, conocerle más, y es por esto que en la dinámica de la vocación siempre encontramos que hay un deseo de estar a solas con Cristo ante su presencia Eucarística, por que es allí precisamente donde se escuchan los latidos de este Corazón que ha hecho la invitación.

Sí, el Corazón de Jesús invita al alma a una mayor intimidad con el para así, poderle revelar el misterio de su amor y elección que por puro beneplácito le ha hecho. Es a los pies de Jesús Eucarístico que el alma descubre el sentido de las palabras: “Ven y lo verás.” Así lo descubrió Santa Margarita María, ante Jesús Eucarístico ella supo escuchar la invitación a la total entrega de su ser como religiosa. En su autobiografía leemos: “Pasados varios años entre todas estas penas y combates y otros muchos sufrimientos, sin otro consuelo que el de mi Señor Jesucristo, el cual se había constituido en mi Maestro y Director, revivió el deseo de la vida religiosa con tal ardor en mi alma, que me resolví a abrazarla a costa de cualquier sacrificio.” (Autobiografía# 9).

El Corazón de Jesús revela al alma la vocación y al mismo tiempo la belleza de la misma, infundiendo el anhelo y deseo de responderle, así como hicieron los discípulos de Juan que, “se quedaron con Él”(Cf. Jn 2:39)

Nos dice Santa Margarita María: “Pues cambió mucho su modo de conducirse poniéndome a la vista la belleza de las virtudes, y especialmente de los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, y diciéndome que practicándolas, se llega a ser santo.” (Autobiografía #9).

¡Escuchemos, pues, los latidos de Su Corazón!

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