CONOZCAMOS
SU CORAZÓN
El Corazón de Jesús invita personalmente a
cada alma consagrada a darse totalmente a El.
El misterio de la llamada de Dios al corazón de cada consagrado se
desarrolla en un diálogo de amor entre el Redentor, que le ha escogido
desde toda la eternidad, y el alma que se confunde ante tal gracia
divina. Cada religioso y religiosa ha recibido la invitación del Maestro
en lo mas íntimo de sus corazón, en un diálogo de “Corazón a corazón” es
decir, entre el Corazón de Cristo que invita y el corazón de religioso a
quien le toca responder.
Vemos en el Evangelio de San Juan este pasaje: “Juan se encontraba de
nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba,
dice: He ahí el Cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron hablar así
y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice:
¿Que buscáis? Ellos respondieron: Rabí, -que quiere decir Maestro-,
¿Donde vives? Les respondió: Venid y lo veréis. Fueron pues, vieron
donde vivía y se quedaron con el aquel día.” (Jn 2:35-39).
Este diálogo que se dio entre Jesús y los discípulos de Juan es el
diálogo que se da entre cada alma que se siente llamada a seguir a
Cristo “más de cerca.” Ante la revelación de Cristo, de su identidad, el
alma busca conocerle más. Esta búsqueda, que es la respuesta del corazón
que se siente atraído por el Corazón de Jesús, encuentra una respuesta
cuando al preguntarle “¿Dónde vives?,” escucha a Cristo responder: “Ven
y lo verás.” El alma que se ha sentido llamada particularmente por
Cristo desea estar con Él, escucharle, conocerle más, y es por esto que
en la dinámica de la vocación siempre encontramos que hay un deseo de
estar a solas con Cristo ante su presencia Eucarística, por que es allí
precisamente donde se escuchan los latidos de este Corazón que ha hecho
la invitación.
Sí, el Corazón de Jesús invita al alma a una mayor intimidad con el para
así, poderle revelar el misterio de su amor y elección que por puro
beneplácito le ha hecho. Es a los pies de Jesús Eucarístico que el alma
descubre el sentido de las palabras: “Ven y lo verás.”
Así lo descubrió Santa Margarita María, ante Jesús Eucarístico
ella supo escuchar la invitación a la total entrega de su ser como
religiosa. En su autobiografía leemos: “Pasados varios años entre
todas estas penas y combates y otros muchos sufrimientos, sin otro
consuelo que el de mi Señor Jesucristo, el cual se había constituido en
mi Maestro y Director, revivió el deseo de la vida religiosa con tal
ardor en mi alma, que me resolví a abrazarla a costa de cualquier
sacrificio.” (Autobiografía# 9).
El Corazón de Jesús revela al alma la vocación y al mismo tiempo la
belleza de la misma, infundiendo el anhelo y deseo de responderle, así
como hicieron los discípulos de Juan que, “se quedaron con Él”(Cf. Jn
2:39)
Nos dice Santa Margarita María: “Pues cambió mucho su modo de conducirse
poniéndome a la vista la belleza de las virtudes, y especialmente
de los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, y diciéndome que
practicándolas, se llega a ser santo.” (Autobiografía #9).
¡Escuchemos, pues, los latidos de Su
Corazón!