NOS
HABLA EL cORAZÓN DEL PAPA
"Pobreza,
castidad y obediencia son caracteres distintivos del hombre redimido,
interiormente liberado de la esclavitud del egoísmo".
Éstas son palabras que pronunciara su Santidad Juan Pablo II durante
la Santa Misa celebrada en la Basílica de San Pedro en Roma con motivo
de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Los consagrados, dijo el
Santo Padre, son la "epifanía o manifestación del amor de Dios en el
mundo".
La Iglesia universal celebra el día 2 de febrero la Presentación del
Niño Jesús en el Templo y en compañía de la Sagrada Familia la Jornada
Mundial de la Vida Consagrada. "El Santo Padre
trazó los rasgos
fundamentales que deben caracterizar a los religiosos, religiosas y
laicos consagrados" en su entrega incondicional a Dios y a Su Iglesia a
través del servicio a sus hermanos en fraterna caridad. Nos recuerda el
Santo Padre que los religiosos y religiosas están llamados por Dios a
ser "libres para amar y libres para servir" renunciando "a sí mismos por
el Reino de los cielos y siguiendo las huellas de Cristo crucificado y
resucitado".
La Basílica de San Pedro se llenó de hábitos de miembros de las
diferentes familias religiosas que llenaban el templo más grande de la
cristiandad. Tras la homilía, el Santo Padre, guió la oración de acción
de gracias por el don de la vida consagrada y los religiosos y
religiosas presentes renovaron su compromiso de ser fieles a Jesús en la
misión.
Todos los cristianos tenemos el compromiso de orar por un aumento de
vocaciones a la vida consagrada en la Iglesia. Hoy más que nunca, en
compañía de María Santísima a través del rezo del Santo Rosario, hemos
de pedirle al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.