CONOZCAMOS
SU CORAZÓN
La devoción al Corazón de Jesús da sus mejores
frutos a través del Inmaculado Corazón de María
La devoción al Sagrado Corazón ha estado
siempre irrevocable e indisolublemente unida a la devoción al Inmaculado
Corazón de María.
El Papa Pío XII, en su Encíclica ¨Haurietis Acquas¨, atestigua esta gran
verdad, dándonos a entender con su enseñanza, cómo la Santa Sede siempre
ha dado testimonio sobre esta verdad de fe:
¨Y para que la devoción al Corazón augustísimo de Jesús produzca más
copiosos frutos de bien en la familia cristiana y aún en toda la
humanidad, procuren los fieles unir a ella estrechamente la devoción al
Inmaculado Corazón de la Madre de Dios. Ha sido voluntad de Dios que en
la obra de la Redención humana, la Santísima Virgen María estuviese
inseparablemente unida con Jesucristo; tanto, que nuestra salvación es
fruto de la caridad de Jesucristo y de sus padecimientos, a los cuales
estaban íntimamente unidos el amor y los dolores de su Madre. Por eso,
el pueblo cristiano que por medio de María ha recibido de Jesucristo la
vida divina, después de haber dado al Sagrado Corazón de Jesús el debido
culto, rinda también al amantísimo Corazón de su Madre celestial
parecidos obsequios de piedad, de amor, de agradecimiento y de
reparación.¨(Ha. Acquas, No. 36)
Su Santidad Pío XII nos dice, ¨Y para que la devoción al Corazón
augustísimo de Jesús produzca más copiosos frutos de bien en la familia
cristiana.... procuren los fieles unir a ella estrechamente la devoción
al Inmaculado Corazón de la Madre de Dios.¨
Es decir, que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús dará siempre sus
mejores y mayores frutos en las almas, si está unida a la devoción al
Inmaculado Corazón de su Madre. La unión que estableció Dios entre estos
dos Corazones desde la anunciación, se ratifica en la vida de los fieles
cuando estos reciben los copiosos beneficios del Corazón de Jesús a
través del Corazón de María. En su Encíclica Redemptor Hominis, SS Juan
Pablo II nos dice: ¨Este misterio (el de la redención) se ha formado,
podemos decirlo, bajo el Corazón de la Virgen de Nazaret, cuando
pronunció su ¨fíat¨. Desde aquél momento, este Corazón virginal y
materno al mismo tiempo, bajo la acción particular del Espíritu Santo,
sigue siempre la obra de su Hijo.¨ (Red. Hominis, No. 22)
Esta es precisamente la doctrina de San Luis de Montfort, cuyo lema:
Totus Tuus, expresa la verdad de que a Jesús, a su Corazón, se llega
de una forma más rápida, más fácil y más segura, a través del Corazón de
Aquella que vivió y vive en total y plena unión con su Corazón.
Esta verdad también la vivió San Maximiliano María Kolbe, quien sabía
por experiencia propia que todo viene a nosotros del Corazón de Cristo a
través de las manos de la Inmaculada, a través de su Corazón Inmaculado.
Permitámosle al Corazón de Jesús dar sus
mejores frutos en nosotros a través de la devoción al Inmaculado Corazón
de María, Madre de Dios y Madre nuestra.