Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

XXI Edición

          enero 2005


CONOZCAMOS SU CORAZÓN 

El Corazón Eucarístico de Jesús, modelo de pobreza

Hna. María José Socias, SCTJM

“Las zorras tienen madrigueras, las aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.”(Mt. 8,20)

En este pasaje del Evangelio se contempla una de las grandes paradojas de la vida de nuestro Señor. ¿Por qué paradoja? Porque Aquél que es dueño de cielos y tierra, escogió ser “el pobre de Yahvé”. Su Corazón, abismo de todas las virtudes, fue siempre pobre y por eso podía exclamar con toda libertad: “Bienaventurados los pobres de espíritu...” (Mt. 5,3).

El Hijo del hombre nació en un lugar pobre: “... y lo acostó en un pesebre porque no tenían sitio en el alojamiento” (Lc. 2,7); en el seno de una familia pobre: “... y para ofrecer al Señor en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que dice la Ley del Señor” (Lc. 2,23).

Durante toda su vida vivió entre los más pobres, no poseyendo casa, ni propiedad personal, y al final de sus días, murió la muerte más humillante, despojado de todo, desnudo en una cruz, abandonado de todos: “Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo... y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte, y muerte de cruz” (Flp. 2, 7-8).

Y no siendo esto suficiente nos revela su extrema pobreza al quedarse escondido, silente, pequeño, en la Eucaristía. Su amor hasta el extremo por los hombres llegó a su cúlmen cuando, como nos lo presenta la Plegaria Eucarística II: ‘en esta misma noche, cuando iba a ser entregado a su pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: ‘Tomad y comed todos de Él, porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros’”.

Su Corazón Eucarístico es modelo de pobreza para todo cristiano. A sus pies aprendemos no sólo la ciencia del amor, sino también contemplamos la ciencia del desprendimiento, la pequeñez y la pobreza. Sólo los pobres de espíritu poseerán el Reino y Jesús Eucaristía desea que aprendamos a imitarle en su extrema pobreza y abandono para así un día poder participar junto a Él en el Reino de los Cielos. Sólo el que es pobre de todo puede amar con toda libertad.

Jesús, enséñanos a imitar tu pobreza.

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