a lOS PEQUEÑOS
CORAZONES
Hna.
Sonia Mancuello, SCTJM
Queridos niños:
El Papa Juan Pablo II
ha regalado a la Iglesia Universal un año de gracia, un año dedicado a
conocer y amar profundamente a Jesús en la Eucaristía, y ustedes son
parte importante de la Iglesia. Imitemos a Francisco Marto, el Beato
pastorcito de Fátima, quien pasaba el día entero al pie del tabernáculo
adorando, consolando y amando a Jesús escondido en la Eucaristía. Una
vez Lucía le preguntó: -Francisco, ¿qué prefieres, consolar al Señor o
convertir a los pecadores? Y él respondió:
-Yo prefiero consolar al
Señor. A mí me gustaría consolar al Señor y después, convertir a los
pecadores para que ellos no ofendan más al Señor.
Ahora cuando veamos a Jesús
escondido digámosle con todo el corazón, junto con María:
"Jesusito
de mi vida, te doy mi corazón, tuyo es, mío no!"