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Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María |
XX Edición |
octubre 2003 |
S.S. Juan Pablo II beatifica a la Madre Teresa de Calcuta
Hna. Anabel Ruiz, SCTJM
El Santo Padre ha escogido la ocasión en que celebra su 25to Aniversario de Pontificado, para beatificar a la Madre Teresa de Calcuta, Fundadora de las Misioneras de la Caridad. Exalta de este modo a quien ha considerado siempre como “una mujer de fe inquebrantable” , quien ha marcado la historia de este siglo con el sello de Cristo misericordioso reflejado en su persona y su labor apostólica. Su Santidad ha dado gracias a Dios por habernos dado a la Madre Teresa como regalo, a la Iglesia que él ha guiado al final del siglo XX y continúa pastoreando al comienzo de un nuevo milenio.
La apertura de su Causa de Canonización fue aprobada por el Papa en menos de dos años después de su muerte, debido a la grandeza de esta alma, cuyo legado da testimonio de su santidad. En el mensaje del Ángelus que dedicara el Santo Padre a la Madre Teresa tan sólo dos días después de su muerte, nos decía: “Nos deja el testimonio del amor de Dios. Las obras por ella realizadas hablan por sí mismas y ponen de manifiesto ante los hombres de nuestro tiempo el alto significado que tiene la vida”.También en esa ocasión, el Sumo Pontífice nos revelaba que el secreto de esta alma dedicada al amor, era precisamente su vida centrada en el Sacramento del Amor: “Su misión comenzaba todos los días antes del amanecer, delante de la Eucaristía. En el silencio de la contemplación, Madre Teresa de Calcuta escuchaba el grito de Jesús en la cruz: tengo sed. Ese grito la empujaba hacia las calles de Calcuta y de todas las periferias del mundo, a la búsqueda de Jesús en el pobre, el abandonado, el moribundo.” (Domingo, 7 de septiembre de 1997)
La Madre Teresa, quien en vida se reunió varias veces con el Santo Padre, le profesaba un gran amor y respeto. Cuando ella tenía que bautizar a los niños moribundos y sin padres, a todos los varones les ponía el nombre de Juan Pablo, honrando así al Vicario de Cristo a quien tanto amaba.
Junto a Pedro y con toda la Iglesia nos regocijamos en ocasión de este evento grandioso, y felicitamos a todas las Misioneras de la Caridad.
