Siervas
de los Corazones Traspasados de Jesús y María
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XVI Edición |
mayo
2002 |
CORAZONES QUE ARDEN DE AMOR
San Juan, Evangelista
Discípulo del Corazón de Jesús y de María
El apóstol San Juan tuvo la dicha inmensa de ser el
discípulo amado del Se ñor.
Nos cuenta San Jerónimo que cuando San Juan era ya anciano asistía a las
reuniones de los cristianos y lo único que les decía siempre era:
"Hermanos, ámense unos a otros". En una ocasión le preguntaron porque
repetía siempre lo mismo, y respondió: "es que ese es el mandato de
Jesús , y si lo
cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura".
Hablaba de lo que había experimentado y de lo que había sido testigo:
del desbordante y maravilloso amor de Dios. Y es ese Amor lo que hace
posible que a quien el Señor
llamó " hijo del trueno"(Mc
3:17) se convierta en un hijo amante a imitación del que tanto nos ha
amado.
En San Juan somos hijos en el Hijo: "Junto a la Cruz de Jes ús
estaban su Madre y la hermana de su Madre... Jesús, viendo a su madre y
junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su Madre: "Mujer, ahí
tienes a tu hijo". Luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y
desde aquella hora el discípulo
la acogió en su casa."
(Jn 19: 25-27). El Señor
en derroche de amor entrega lo más valioso de su Corazón a San Juan, y
éste con total gratitud y apertura la acoge, como el Maestro, -desde la
Cruz-, le ha pedido. La Iglesia entera representada en San Juan se
regocija y da siempre a María Santísima el amor filial, la honra, la
alabanza y la gloria de la cual tan grandiosa y hermosa Madre es
merecedora.
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