Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

XV Edición

            mayo  2001


CONOZCAMOS SU CORAZÓN 

"El Corazón Traspasado es el resumen simbólico del misterio pascual"

Cuando nos adentramos a meditar el misterio de nuestra redención, misterio que San Pablo lo explica como de “muerte y vida,” de manera particular debemos poner nuestra atención  en el último suceso que nos narra el Evangelio de San Juan: el traspaso del Costado de Jesús, ya que los Padres y Doctores de la Iglesia lo proponen, como el símbolo central del misterio de la salvación.

 Así leemos en San Juan: “Pero al llegar a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con un lanza y al instante salió sangre y agua.” (Jn 19:33-34).

 żPor qué es tan importante detenernos aquí y prestar atención?

Evidentemente en este hecho se nos resume todo el misterio del amor de Dios por la humanidad; amor que llegó “hasta el extremo”(cf. Jn 13:1).  El Corazón traspasado de Jesús es el cúlmen de toda la obra redentora de Cristo.

Tal fue Su deseo de que se diese a conocer este amor, que permitió que uno de sus discípulos, el más íntimo, fuese testigo ocular de este hecho para que con su testimonio  pudiésemos conocer lo que sucedió en ese momento.

Y así lo podemos leer en el mismo Evangelio de San Juan: “El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis.” (Jn 19:35).

San Juan hace énfasis en el hecho de que él lo vio y porque lo vio y estuvo presente, su testimonio se hace válido para todos porque él fue testigo ocular de los hechos.  Los testigos oculares son muy importantes porque son los que pueden narrar con exactitud lo que sucedió y que otros no vieron. Son los transmisores de los hechos que otros no pudieron vivir y se convierten por lo tanto en las fuentes fidedignas de información.

Para San Juan el signo de Cristo Traspasado es un resumen simbólico de todo el cristianismo. La vida del cristiano es “morir para vivir”.  Así nos lo dijo Jesús: “ En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.” (Jn 12:24).

Esta verdad se hace más palpable cuando contemplamos el signo del Corazón Traspasado ya que Cristo mismo, como “grano de trigo” fue molido y triturado por nuestros pecados, para darnos la Vida. El signo de la muerte lo vemos en la herida del costado, más el signo de la vida está en la sangre y agua que brotaron de su Corazón y que con tanta vehemencia San Juan explica en su Evangelio.

La muerte de Jesús se hace fecunda. Da la vida para que otros tengan vida y en abundancia; y los signos de esta entrega total los contemplamos en la Cruz; su costado abierto y de él brotando la sangre y el agua que son los símbolos de los sacramentos de vida: la Eucaristía y el Bautismo.

Contemplemos su Corazón traspasado y maravillémonos de su amor por nosotros.

siervas_logo_color.jpg (14049 bytes)
Regreso a página principal
www.corazones.org

Copyright © 2001 SCTJM