Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María

XV Edición

mayo 2001


CORAZONES QUE ARDEN DE AMOR 
SANTA GEMMA GALGANI

            El gran gozo de la Pascua es también misterio de sufrimiento que en su misma naturaleza es misterio del corazón, siendo la inmensa alegría que sigue al dolor la feliz conclusión del drama de la Pasión del Corazón que tanto ha amado al corazón humano y que no escatimó en nada para redimirnos.  

A finales del siglo XIX  ardientes palabras evocaba Santa Gemma Galgani que iluminaban gustosamente a los cristianos de su época.  Al inicio de este nuevo milenio su voz hace eco en los corazones de los fieles que dan gracias, alaban, glorifican, exaltan y adoran al que ha sido traspasado en la Cruz para rescatarnos del pecado. Es el mismo que ha resucitado dando vida nueva y abundante a los que en Él creen.  Así lo expresaba Santa Gemma, la pequeña “joya de Jesús”:

«El corazón se me contrae cada vez que contemplo la Cruz porque siento que podría morir pensando en Su dolor tan atroz.  Sin embargo, a pesar de mi profunda repugnancia, mi corazón acoge todo sufrimiento y es en ello en lo que encuentro mi gozo y mi deleite” porque, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él. Su muerte es un morir al pecado, de una vez para siempre; más su vida, es un vivir para Dios (Rom 6: 8,10).

Toda la vida de Santa Gemma fue marcada por la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. A muy temprana edad Santa Gemma ya era amante de la Pasión.  Para ella, sufrir era su mayor alegría pues de esa forma correspondía al Corazón que tanto le amaba.

Confió siempre en la ayuda de la Virgen Santísima que al morir su madre, le prometió guiarla y fortalecerla. En las Vísperas de la fiesta del Sagrado Corazón en el año 1899 recibió las Llagas de Nuestro Señor. Coincidio o providencialmente con ser la Víspera de la Gran Consagración del mundo al Sagrado Corazón de Jesús por  SS Leon XIII.

Desde entonces, a Santa Gemma se les aparecían las estigmas cada semana--, desde el jueves a las 8 de la noche hasta el viernes a las 3 de la tarde.  Toda su piel se cubría con las heridas de los latigazos y en la cabeza las heridas de la corona de espinas.

El Domingo de Resurrección de 1903 el cuerpo muerto de Santa Gemma fue desfilado por las calles de Lucca, Italia, rumbo al cementerio entre el sonido de las campanas que  anunciaban: ¡El Señor resucitó! ¡Aleluya!..  y junto a Él su “joya” que vivió y murió como una hija de Su Pasión.

Santa Gemma es la patrona de todos los que sufren graves enfermedades y tentaciones pero con el deseo de ofrecerlo y darlo todo por Dios, y por amor y salvación de  las almas.

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