Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

Edición Especial

                 mayo/junio 2000


NOS HABLA EL CORAZÓN DEL PAPA 

Juan Pablo II y la Alianza de los Dos Corazones

La aportación que nos ofrece nuestro Santo Padre, Juan Pablo II, en el desarrollo del entendimiento de la Alianza entre los Corazones de Jesús y María, y la subsecuente devoción a ellos es indispensable. En sus constantes prédicas y enseñanzas, ha desarrollado con mayor amplitud los temas ilustrados anteriormente por sus predecesores y ha hecho mas referencias públicas a los Corazones de Jesús y María que todos sus predecesores en conjunto. Por ejemplo, en sus catequesis semanales en Roma, el Santo Padre ha dedicado tres series de sus enseñanzas para profundizar en las Letanías del Sagrado Corazón de Jesús. A la vez, dedicó mas de un año de sus enseñanzas semanales a temas Marianos, sin mencionar los innumerables actos de consagración al Corazón de la Santísima Virgen María.

La Unión de los Corazones de Jesús y María

En la teología del Santo Padre, hay dos momentos en la vida de Jesús y de María que se destacan como puntos centrales de esta Alianza: la Encarnación y el Calvario. La primera es la iniciación o comienzo del misterio de los designios de Dios, y el segundo, su culminación y perfección.

La Alianza de los Dos Corazones en el Misterio de la Encarnación

Para entender mejor lo que nos enseña el Papa, es de provecho situarnos, una vez mas, ante los acontecimientos de la Anunciación del Ángel a la Virgen María. Vemos que el mensajero de Dios revela la elección singular de María: "Has hallado gracia ante Dios." (Lc 1:30) Y continúa diciéndole que será la Madre del Redentor, escogida para ser portadora del Verbo Divino de Dios. Ante este gran misterio nos dice San Agustín: "La Virgen concibió primero en su corazón por su fe, y luego en su vientre".

Del misterio de la Encarnación, el Papa nos enseña que: "El Corazón de Jesús fue concebido bajo del Corazón de la Virgen Madre" (Inseg. VII/2 1984). Con estas palabras se ponen de manifiesto una serie de verdades sobre el fundamento de esta Alianza. Primero, destacamos que la Alianza de los Corazones de Jesús y María proviene de la voluntad expresada y manifestada por Dios. El Ángel le dice a la Virgen que, habiendo sido elegida por Dios, concebirá en su seno al Altísimo pues el Espíritu de Dios la "cubrirá con su sombra". En otras palabras, demuestra que el Verbo de Dios tomará carne en el seno de la Virgen. De esta gracia, surgirá y latirá por primera vez, el Corazón Humano del Salvador. Dios dispuso que el Salvador llegara al mundo por el fíat de una "Mujer". La Virgen, por su fíat, precede la formación del Corazón físico de Jesús, quien también dio eternamente su Fíat salvífico, y que es en realidad, la fuente y el sostén del fíat de María. Aunque la manifestación visible de esta unión se da en la carne, es en realidad el fruto de la voluntad y del amor de Jesús, como Hijo Único de Dios, y de María. Por tanto, es una unión de corazones ya que el corazón es el sede de nuestro amor y nuestra voluntad. Y así entre estos Dos Corazones se forma una relación íntima tanto física como espiritual y moralmente. Es el Corazón de María el que va preparando moralmente el Corazón de Jesús durante su vida oculta en Nazaret para su misión futura tal como nos lo explica el Santo Padre: "María contribuyó a la preparación del Hijo para su misión sacerdotal, cultivando el desarrollo de todas sus cualidades humanas. Cuando, luego, Jesús revela a Su Corazón como manso y humilde, abierto a todos para el bien y lleno de compasión por los que sufren, el ofrecerá a todos el fruto de un desarrollo en el cual María ha tomado un papel singular aunque escondido." (Inseg XII/2).

Por lo tanto, el gran misterio de la Encarnación es contemplar como Dios ha unido tanto los Corazones de Jesús y María, que deposita la formación y el cuidado de Su Hijo Unigénito a la Virgen Santísima. Y ella, recibiéndolo como su Hijo, pero también como su Señor, reconoce que su papel es el de formar al que ha de seguir y a quien también debe someter toda su vida. Nos dice el Papa: "El Corazón de la Madre siempre se ha hecho seguidor de la obra redentora de su Hijo." La unión de los corazones de Jesús y María es unión en amor y en la misión redentiva de ese amor. Una vez mas meditemos la sabiduría de SS, Juan Pablo II: "En realidad, desde el momento de su conversación escondida con el ángel, empezó a ver como parte de su misión de Madre, su destino de compartir, de manera singular e irrepetible, en la misma misión de Su Hijo."

La Unión de los Dos Corazones en el Calvario

El Corazón de María no se limitó solamente a seguir la misión redentora de Su Hijo, sino que también colaboró activamente en ella. Es en este momento donde se sella definitivamente la Alianza que Dios comenzó en la Anunciación. Toda alianza es sellada con el sacrificio y con la sangre. La Alianza de los Corazones de Jesús y María es sellada con la Sangre del Cordero, el Hijo de Dios y con el sacrificio de María. En dos ocasiones distintas el Papa nos expone la verdad sobre esto. 

1. "Es en el Calvario que los sufrimientos de María junto a los sufrimientos de Jesús alcanzan una intensidad tal que nos es difícil de imaginar pero que fueron misteriosamente y sobrenaturalmente fructíferos para la redención del mundo. El Corazón Inmaculado de la Virgen, abierto con las palabras "Mujer, he ahí a tu hijo", es unido espiritualmente con el Corazón de Su Hijo, abierto por la lanza de un soldado. El Corazón de María fue abierto por el mismo amor hacia el hombre y hacia el mundo con que Cristo amó al hombre y al mundo, ofreciéndose a sí mismo en la Cruz."

2. "Cuando el Costado de Cristo fue traspasado con la lanza del centurión, la profecía de Simeón se cumplió en María: "Y a ti, una espada traspasará tu alma" (Lc. 2:35). Las palabras del profeta son un anuncio de la alianza definitiva de estos Dos Corazones: del Hijo y de la Madre; de la Madre y del Hijo." Es de la misma inspiración del Santo Padre, Juan Pablo II, que surge por primera vez la expresión mas clara y mas elocuente de los designios de Dios para la humanidad: "Alianza definitiva de estos Dos Corazones." Dios ha levantado a los Corazones de Jesús y María: de Jesús, como Dios Soberano y Único Salvador, a quien le pertenece toda la gloria; y a María Santísima, como la "humilde esclava del Señor" que supo unirse irrevocablemente al misterio de la salvación. Y ahora nosotros somos invitados a adentrarnos en los Dos Corazones como un "tercer corazón" en plena comunión de amor, unidad y sumisión.

¡Todo por el Corazón de Jesús, a través del Corazón de María! (Lema SCTJM)
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