Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

Edición Especial

                 mayo/junio 2000


eN EL CORAZÓN DE LA IGLESIA 

Desarrollo de la Devoción a los Dos Corazones
en los Actos y las Enseñanzas de los Papas de este Siglo


El desarrollo de la devoción a los Dos Corazones en el magisterio pontificio se puede ver, de forma paulatina, pero segura. A continuación ofrecemos un breve esquema.

Papa Clemente XIII
El 6 de febrero de 1765 aprueba oficialmente la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús para Polonia según la petición de los obispos de Polonia y de la Archicofradía de Roma.

Papa Pío IX (1846-1878)
El 21 de junio de 1855, el
Papa concedió la aprobación a una Misa y Oficio en honor al Purísimo Corazón de la Santísima Virgen María promulgado por la Sagrada Congregación de Ritos. Al siguiente año, 1856, accediendo a la petición de los obispos de Francia, extendió la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús a la Iglesia universal. En el 1871, el Papa le concedió a esta fiesta el rango de Primera Clase, complaciendo la petición de los obispos del Concilio Vaticano I.

Papa León XIII (1878-1903)
En el transcurso de su pontificado, consolidó y desarrolló la enseñanza del Papa Pío IX sobre el culto al Sagrado Corazón. El 28 de junio de 1889, elevó la Fiesta del Sagrado Corazón al rango de doble de Primera Clase (el honor más grande). En 1891, los obispos de Turín y Milán comenzaron un movimiento en favor de la Consagración de las diócesis de Italia al Inmaculado Corazón de María. Este proyecto apareció por primera vez, en el Congreso Mariano de Turín, en 1898, aparentemente por la iniciativa del mismo Papa, en su carta del 22 de agosto de 1898. Fue aprobado unánimemente por el Congreso y se le pidió al Santo Padre que consagrara Italia al Inmaculado Corazón de María. El 12 de diciembre de 1898, la Sagrada Congregación de Ritos aprobó la fórmula de consagración propuesta, –no sólo para las diócesis que la pidieron–, sino para todas aquellas que pidieran permiso en el futuro.

El 2 de marzo de 1899, el Papa anunció su decisión de consagrar a toda la humanidad al Sagrado Corazón de Jesús. Publicó la gran encíclica Annum Sacrum, en la que explica la importancia de esta consagración y pide que se preparen los fieles haciendo un triduo en la Iglesia principal de cada pueblo, la cual incluía el rezo de las Letanías del Sagrado Corazón aprobadas para uso público. A esta consagración de la humanidad al Sagrado Corazón le siguió el Congreso Mariano en 1900, en Lyons, en el que se pidió que, después de la consagración de la humanidad al Sagrado Corazón, debía hacerse la consagración del universo a la Santísima Virgen, Reina del Universo. Se pidió también la instauración de la Fiesta de María Reina, y se que se incluyera en la Letanía de Loreto la invocación, "Reina del Universo, ruega por nosotros."

San Pío X (1903-1914)
El 22 de agosto de 1906, el Papa pidió que se renovara cada año, la consagración de la humanidad al Sagrado Corazón, en la presencia del Santísimo Sacramento, con la fórmula que utilizó León XIII en 1899, seguida por las Letanías del Sagrado Corazón. Continuaron las peticiones para la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María. No se realizó la consagración pero fue aprobada una fórmula de consagración al Inmaculado Corazón. El 13 de junio de 1912, fue indulgenciada la devoción de los primeros sábados en reparación a la Santísima Virgen (esta devoción, no está ligada al culto del Inmaculado Corazón de María, que en 1925 se revelaría en Pontevedra a Sor Lucia).

Papa Pío XI (1922-1939)
Se le conoce como el "Papa del Sagrado Corazón." Entre otras cosas, escribió tres encíclicas sobre el Sagrado Corazón. En Quas Primas (11 de diciembre de 1925), el establece para la Iglesia, la Fiesta de Cristo Rey. Y como el
Papa León XIII había asociado el Reinado de Cristo con el Sagrado Corazón en Annum Sacrum, el Papa Pío XI pide que la renovación de la consagración de la humanidad al Sagrado Corazón se hiciera en el día de Cristo Rey.

En Miserentissimus Redemptor (8 de mayo de 1928), Pío XI habla de la necesidad de reparación al Corazón de Jesús, que fluye de la consagración a este Corazón. Pidió que este acto de reparación se hiciese en la Fiesta del Sagrado Corazón.

En Caritate Christi Compulsi (3 de mayo de 1930), propone la devoción de reparación al Sagrado Corazón como el remedio extraordinario para las necesidades de la humanidad. El 13 de octubre de 1930, se aprobó el decreto para el culto a Nuestra Señora de Fátima, por el obispo de Leiría. El 13 de mayo de 1931, los obispos de Portugal consagraron al Inmaculado Corazón sus diócesis. Nuevamente se pidió al Papa que hiciera la consagración de la humanidad al Inmaculado Corazón.

Papa Pío XII (1939-1958)
Conocido como el "Papa del Inmaculado Corazón". El 31 de octubre de 1942, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María. Este acto tiene un paralelismo con la consagración de León XIII al Sagrado Corazón. Al final del acto de consagración, Pío XII hace referencia a que esta consagración a María es el medio para el triunfo del reinado del Sagrado Corazón de Jesús. El 4 de mayo de 1944, aprobó la Misa y Oficio del Inmaculado Corazón de María, pedida por Sor Lucía, vidente de Fátima, el 12 de diciembre de 1940 en una carta, por petición de los obispos de Portugal. El 1ro de noviembre de 1950, definió el dogma de la Asunción de María promulgando la Constitución "Munificentissimus Deus". El 11 de octubre de 1954, año Mariano, promulgó la Encíclica Ad Caeli
Reginam, sobre el reinado de María, y en ella formalmente une al Inmaculado Corazón con el reinado de María, así como lo hizo Pío XI con el Sagrado Corazón en Quas Primas. Esta estableció la Fiesta de María Reina.

Él estaba consciente de la analogía entre los Dos Corazones y su culto: "¡Qué el triunfo del Inmaculado Corazón de María traiga el triunfo del Corazón de Jesús y el Reino de Dios!". En la carta Cum Percepimus del 14 de noviembre de 1954, dijo: "Seguro de cosechar los frutos abundantes de la vida eterna, debemos acercarnos al Corazón de Jesús honrando devota y religiosamente a Su Inmaculada Madre y prestando frecuente homenaje a su Corazón Virginal, donde están los tesoros de todas las virtudes."

El 15 de mayo de 1956, publicó su encíclica dedicada al culto del Sagrado Corazón, Haurietis Aquas, en conmemoración del centenario de la extensión de la Fiesta del Sagrado Corazón a toda la Iglesia, hecha por Pío IX. Esta encíclica consolida el culto al Sagrado Corazón de Jesús, llamando la atención, de manera especial, al Sagrado Corazón como el símbolo del triple amor de Dios. También delinea la unión entre el Corazón de Jesús y el Corazón de María.

Papa Juan Pablo II (1979...)
Pudiéramos llamar al Papa Juan Pablo II el "Papa de los Dos Corazones." Desde los inicios de su pontificado ha ido llevando a la Iglesia y al mundo al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Desde su primera encíclica, Redemptor Hominis, ha desarrollado lo que llamamos la "antropología del corazón." En su magisterio nos presenta al Corazón de Cristo como "verdaderamente humano," unido hipostáticamente al Verbo de Dios, el cual media el amor infinito de Dios para la humanidad. "No hay ningún sentimiento humano auténtico que el Corazón de Jesús no experimentó..." (Homilía en el Hospital Gemelli, 1984). "El Corazón de Jesucristo es una grande e incesante llamada de Dios, dirigida a toda la humanidad, a cada corazón humano" (Homilía en el aeropuerto de Vancouver). El Papa nos quiere decir que cuando hablamos del Corazón de Jesús nos estamos refiriendo a todo el misterio de Cristo, el misterio del Dios-Hombre.

De esta misma manera, cuando Juan Pablo II se refiere al Corazón de María, se refiere a todo el misterio mariológico, el misterio de la Madre de Dios: "Vemos simbolizado en el Corazón de María su amor maternal, su santidad singular y su papel central en la misión redentora de su Hijo. Es en referencia a su papel especial en la misión de su Hijo que la devoción al Corazón de María tiene gran importancia, ya que a través del amor a su Hijo y a toda la humanidad nos está trayendo hacia Él."

El 13 de mayo de 1984, el Santo Padre hace la Consagración del mundo y de la Iglesia al Inmaculado Corazón, acto solemne que fue confirmado más tarde por Sor Lucía Dos Santos como la consagración que cumplió con la petición de la Santísima Virgen en sus apariciones de Fátima, en el 1917. En 1987 promulga el año Mariano, el segundo año Mariano de la historia de la Iglesia; y ese mismo año, el 25 de marzo, escribió la gran encíclica Redemptoris Mater, dedicada a la Santísima Virgen.

Su insistencia en consagrar las naciones y los individuos al Inmaculado Corazón de María, y todos los actos anteriores, nos señalan no solamente su amor a la Madre de Dios sino también la importancia que Ella tiene en la vida de la Iglesia y del mundo.

El Corazón de María es el medio para llegar al Corazón de Jesús y por eso la importancia de la consagración al Inmaculado Corazón. "Nuestro acto de consagración (al Inmaculado Corazón de María) se refiere últimamente al Corazón de su Hijo, porque como Madre de Cristo, ella está totalmente unida a su misión redentora. Como en las Bodas de Caná, cuando ella dijo "haced lo que Él os diga", María dirige todas las cosas a su Hijo, quien responde nuestras oraciones y perdona nuestros pecados. Así que al dedicar nuestras vidas al Corazón de María, descubrimos el camino seguro al Sagrado Corazón de Jesús, símbolo del amor misericordioso del Salvador" (Mensaje dirigido al Simposio Internacional de la Alianza de los Corazones de Jesús y María, 1986).


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