NOS
HABLA EL CORAZÓN DEL PAPA
El Papa nos invita a
ver el Jubileo como oportunidad para reconstruir familias quebrantadas.
“El
Jubileo puede ser un tiempo de conversión y de recíproco perdón en
cada familia. Será un período propicio para reforzar las relaciones de
cariño en cada familia y para recomponer los núcleos familiares
divididos. ¡Qué cada familia cristiana adquiera una conciencia cada
vez mayor de su gran misión en la Iglesia y en el mundo! Hoy día
se requiere una atención particular a cada familia, especialmente a las
más pobres y menos serenas; se requiere alentarles para acoger la vida
que nace, pues cada niño que viene al mundo es un don y esperanza para
todos.
En
nuestro mundo, en el que la familia «ha sufrido quizá como ninguna
otra institución, la acometida de las transformaciones amplias,
profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura» es importante el
que los creyentes reafirmen con vigor que «el matrimonio y la familia
constituyen uno de los bienes más preciosos de la humanidad». Por
ello, la Iglesia no se cansa de ofrecer «su ayuda al hombre preocupado
por los destinos del matrimonio y de la familia». Qué el gran Jubileo
del 2000 sea para todas las familias una ocasión para abrir con
valentía las puertas a Cristo, único Redentor del hombre. Cristo
supera toda expectativa del hombre, el criterio que hace la existencia
del hombre cada vez más humana. Con esta conciencia, entremos
espiritualmente en la Casa de Nazaret y pidamos a la Sagrada Familia que
proteja y bendiga a las familias del mundo para que sean «escuela de
una humanidad más completa y rica»”.