Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

IX Edición

              abril  2000


CONOZCAMOS SU CORAZÓN 

Los misterios de la Pasión del Señor nos revelan los sufrimientos y el amor de Su Corazón.

De la Contemplación de Su Cuerpo a la Contemplación de Su Corazón

Leemos en Isaías 53: "No tenía apariencia ni presencia; le vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta." Cuando meditamos en este pasaje del profeta Isaías, aparece ante nuestros ojos la condición tan lastimosa en la que quedó el cuerpo santo de Jesús en su pasión. Y si su cuerpo estaba tan destrozado, ¿cómo estaría Su Corazón?

Los golpes, heridas y dolores de su Cuerpo son la expresión externa de lo que sucedía en Su Corazón. En muchas ocasiones, como lo atestiguan los escritos de Santa Margarita María, el Señor le expresaba lo que Su Corazón sentía en aquellos momentos. Un día, refiriéndose a su agonía en Getsemaní le decía: "Fue aquí donde sufrí más que en el resto de Mi Pasión, viéndome totalmente abandonado por el Cielo y por la tierra, y cargado con todos los pecados de los hombres. Aparecí ante la santidad de Dios quien, a pesar de Mi inocencia, me aplastó con su cólera, haciéndome tomar el cáliz que contenía toda la amargura de su justa indignación. Y como si se hubiese olvidado del nombre de Padre, me sacrificó a su justo enojo. Ninguna criatura podrá comprender la violencia de las torturas que padecí en ese momento."

Y, todo, por Amor...

Fue Su amor infinito por la humanidad lo que le movió a padecer tanto por los hombres. Fue Su amor el que le sostuvo, hasta el final; fue el amor el que lo impulsó a entregarse a sí mismo, voluntariamente, por nosotros (cf. Jn 10:17-18). En su encíclica sobre el Sagrado Corazón nos dice el Papa Pío XII: "...colgado ya en la cruz el Divino Redentor, es cuando siente cómo Su Corazón se trueca en impetuoso torrente, desbordado en los más variados y vehementes sentimientos, esto es, de amor ardentísimo, de angustia, de misericordia, de encendido deseo, de serena tranquilidad." (Haurietis aquas #17).

Este amor ardiente del Corazón de Jesús llegó a su culmen cuando el soldado le traspasó con la lanza. El Corazón Traspasado de Cristo, desde ese momento, se ha convertido en el signo más elocuente de su amor y entrega por la humanidad. El Papa Pío XII nos dice "...el amor de Jesucristo, revela en el sacrificio del Gólgota, del modo más elocuente, el amor mismo de Dios. En esto hemos conocido el amor de Dios: en que dio su vida por nosotros; y así nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos (1 Jn 3:16)." ( Haurietis aquas # 20).

El Corazón Traspasado es el signo de nuestra salvación, donde se resume el misterio del amor de Dios por la humanidad. Es el misterio del amor y del sufrimiento del Hijo de Dios. Estamos llamados a imitar y compartir este misterio en nuestras vidas y nuestro corazón para que al final de nuestros días, podamos junto con Él, resucitar y vivir en la plenitud del amor, en el Reino de Su Corazón.

El Señor Resucito ... Aleluya

siervas_logo_color.jpg (14049 bytes)
Regreso a página principal
www.corazones.org

Copyright © 1997 SCTJM