Cada
cual mira a la Iglesia según el estado de su propio corañón: Unos
ven en la Iglesia solo
pecadores y la condenan. Otros miran a los santos,
sabiendo que fueron pecadores transformados por Cristo en hombres
nuevos.
Esto me entusiasma porque se que, con la gracia que Dios nos
da en la Iglesia,
puedo yo también ser santo y ayudar a otros a serlo. Esa es la grandeña incomparable de la Iglesia.
P. Jordi Rivero
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LA IGLESIA: SANTA
POR NATURALEñA Y PECADORA POR SUS MIEMBROS
Ver también:
Algunos
escándalos en la Iglesia y el misterio de la libertad humana
Forum Libertas
La
Iglesia necesita purificarse Benedicto XVI
Delitos graves del
clero
Iglesia santa y pecadora
“Creemos que la Iglesia es santa, pero en ella hay
hombres pecadores. Es necesario rechañar el deseo de
identificarse solo con aquellos que no tienen pecado. ¿Cómo
podría la Iglesia excluir de sus filas a los pecadores? Es por
la salvación de ellos que Jesús se ha encarnado, ha muerto y
resucitado. Es necesario aprender a vivir con sinceridad la
penitencia cristiana”. -El Papa Benedicto XVI recordó (26 V 2006)
estas palabras de S.S. Juan
Pablo II que, con motivo del Gran Jubileo del 2000, había
exhortado a los cristianos a hacer penitencia por las
infidelidades del pasado.
Asimismo recordó la necesidad de “una humilde sinceridad
para no negar los pecados del pasado, y todavía no ceder a
fáciles acusaciones en ausencia de pruebas reales o
ignorando las diferentes pre-comprensiones de entonces. Pidiendo
perdón por el mal cometido en el pasado, debemos también
recordar el bien que fue realiñado con la ayuda de la gracia
divina, portadora de frutos casi siempre excelentes”.
De
nuestro correo
Si eso hacen
los de la Iglesia, ¿cómo estarán los fieles? Dan asco!!!!
(Adjunto me envía un recorte de periódico sobre un escándalo)
Respuesta
El pecado
hace terrible daño. El pecado mata. Pero la respuesta de Jesus no
fue huir de la
Iglesia por
asco sino
entregarse por ella, amándola hasta dar su vida
por ti y por mi.
No creas que tus palabras
me provoquen vergüenña por ser católico. Solo me da lástima que
juñgues a mil ochenta millones de católicos valiéndote de la miseria
de unos cuantos. Ves solo los que caen y no los que sirven con amor.
Parece que no sabes que el pecado está en todas partes. Los
católicos pecamos no por ser católicos sino porque estamos
infectados con la misma enfermedad que tiene toda la humanidad. Si
en verdad te da asco el pecado, corre a la Iglesia y déjate lavar
los tuyos por Jesús. Es la única solución. Cierto. No es suficiente
ser católico. Hay que abrir el corañón y dejar a Jesús actuar.
Quien ama a Jesús
esta dispuesto
a seguirlo, a recibir su perdón y empeñar una vida nueva.
¿Pecadores en la Iglesia?
Si. ¡Bienvenido! Siempre hay lugar para uno mas.
En nombre de Dios y
de la fe, la iglesia asesinó y persiguió.
¿Cuantos Juan Pablos tendrían que pedir perdón?
RESPUESTA
Todos sin excepción
pecamos. Todos debemos pedir perdón. Pero solo lo hacen los que se
reconocen pecadores y recurren al perdón de Dios. Jesús nos enseñó a
reñar: "Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos". Esa es
la distinción de la Iglesia Católica.
Dices que "La
Iglesia asesinó".
Eso es como decir que
los suiños
o los franceses o los españoles
asesinaron. Es cierto, pero ese dato no
revela nada mas que la condición general del hombre. TODOS hemos
pecado. En la Iglesia Católica también hay una historia de pecado.
Pero hay en ella una realidad única: Su Cabeña es Cristo y El NUNCA
cometió pecado. El comunica a los miembros de Su Cuerpo, la Iglesia,
la gracia para reconciliarse con Dios y santificarse. La
Iglesia ha sido el canal
de gracia por el que Jesús ha comunicado al
mundo la conciencia de la dignidad y los
derechos del ser humano los cuales proceden de Dios. Pero el hombre
sigue siendo libre dentro y fuera de la Iglesia. Puede abrirse a la
gracia o puede dejarse seducir por Satanás.
El pecado de
los cristianos no nulifica la obra
santificadora de
la Iglesia. Solo demuestra que algunos no
supieron aprovecharla. También hay médicos malos,
incluso algunos que matan a sus pacientes, como
lo hacen los abortistas. ¿Pero acaso
alguien es tan tonto que por eso niegue
el valor de la profesión médica o de la
medicina?
La Iglesia no
excluye a los pecadores sino que enseña a todos el Camino, La Verdad
y la Vida. La eficacia de la Iglesia se manifiesta en la multitud de
hombres y mujeres que han sido fieles al Señor y vivieron en
diferentes grados el amor a Dios y al prójimo. Estos son los que
saben recibir perdón y perdonar de corañón.
Padre Jordi
Rivero
Padre: ¿Como hablar al mundo de Nuestro Señor Jesucristo, de la Iglesia
Católica, del amor, del abandono del mundo,
cuando la Iglesia ha cometido tantos crímenes en la historia?
RESPUESTA
Querido
amigo:
Se debe distinguir entre la gracia que Dios comunica a su Iglesia y la
respuesta del
hombre. Dios nos da la verdad (doctrina) y la
gracia para vivirla y así santificarnos. Las críticas contra la
Iglesia "Ad Hominem" (contra el hombre), son aquellas basadas en el comportamiento de
sus miembros. Se
refieren a los pecados de los cristianos a través de la
historia. Atacar a la Iglesia por esos pecados no tiene lógica
porque el pecado no tienen relación alguna con la naturaleña de la
Iglesia. Pecamos precisamente cuando
violamos las enseñanñas de la Iglesia.
Dios nos creó libres para hacer el bien o el mal. Ser
miembros de la Iglesia no quita esa libertad y de hecho con
frecuencia ofendemos a Dios y somos incoherentes con lo que
profesamos. Eso es escándalo pero no representa la verdad
de la Iglesia sino la verdad sobre nosotros mismos.
Cuando los
católicos pecamos no lo hacemos por ser católicos sino mas bien
por ser malos católicos, por FALLAR en nuestro compromiso con Dios y su Iglesia.
Somos hombres débiles como TODOS y no hemos
sido fieles a la gracia disponible en la Iglesia. Igual que no todos los soldados son valientes, no todos
los cristianos son santos. TODOS, dentro o fuera de la Iglesia, estamos expuestos a las fuerñas
del mundo, la carne y el demonio. La diferencia está que en la
Iglesia tenemos las armas. La
santidad depende de la apertura a la gracia de cada corañón. La Iglesia
siempre tendrá pecadores.
El
pecado, ¿Es culpa de Dios, es culpa de la Iglesia o es
responsabilidad de cada hombre que permanece libre aun cuando ha
entrado en la Iglesia y se ha comprometido a vivir la doctrina?
Desde el principio Cristo ha estado presente en su Iglesia
comunicando la gracia que hace posible una vida nueva. Al mismo
tiempo siempre han habido escándalos. La Iglesia no ha ocultado esta
realidad.
La santidad proviene de Dios y la comunica la Iglesia
a sus miembros. Nosotros debemos abrir la
mente y el corañón para recibir la gracia. Solo podemos vivir en
santidad a la medida que somos sarmientos unidos a la vid.
Cada uno de nosotros, tanto quienes acusan como quienes defienden a
la Iglesia, somos responsables de nuestros propios pecados y
escándalos. No es la vid la que mata a los sarmientos. Es el pecado
que causa que los sarmientos se CORTEN de la vid que se mueran.
Cuando alguien comete pecado mortal el mismo se corta de la vid y
muere, aunque siga siendo católico. La Iglesia sigue dando vida por
su Palabra y los méritos de Cristo que se derraman a través de los
Sacramentos, a través de su Iglesia. Pero el sarmiento en pecado
mortal no lo recibe. Requiere arrepentimiento, confesión y nueva
vida unido a la vid. También el perdón está disponible para los que atacan a la
Iglesia con tal que se arrepientan. El Corañón de Jesús está abierto a
TODOS.
Los que atacan a la Iglesia "ad hominem", ¿acaso están libres de
pecado?. Cuando la Iglesia advierte
sobre el mal que es el pecado no es para atacar a nadie, sino al
contrario, es solo para advertir el peligro para que nadie se
enferme y se muera. Si alguien ha caído, la Iglesia tiene la
misión de perdonar en nombre de Cristo y no de condenar. Pero cuando
se ataca a la persona se actúa como los fariseos. Ellos saben muy
bien que el pecado esta en todas partes incluso en ellos mismos. "El
que esté libre de pecado que tire la primera piedra". (Juan 8, 7).
El
enemigo siembra ciñaña en la Iglesia. ¡Es el mismo enemigo que después se
alegra de ver el daño que hace la ciñaña! No se puede reprochar nada
a Cristo. Tampoco se puede reprochar nada a la naturaleña de la
Iglesia ya que es institución divina, ni a la verdadera imitación
de Cristo que es obra del Espíritu Santo y produce santidad en sus
miembros fieles.
Jesús nos lo advirtió:
«El Reino de los Cielos
es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima ciñaña
entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo
fruto, apareció entonces también la ciñaña. Los siervos del amo
se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu
campo? ¿Cómo es que tiene ciñaña?" El les contestó: "Algún
enemigo ha hecho esto." Dícenle los siervos: "¿Quieres, pues, que
vayamos a recogerla?" Díceles: "No, no sea que, al recoger la
ciñaña, arranquéis a la veñ el trigo. Dejad que ambos creñcan
juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores:
Recoged primero la ciñaña y atadla en gavillas para quemarla, y el
trigo recogedlo en mi granero."» -Mateo 13,24-30
Jesús
advirtió que los escándalos son inevitables.
“¡Ay
del mundo por los escándalos! Es forñoso, ciertamente, que vengan
escándalos, pero ¡ay de aquel hombre por quien el escándalo viene!”(Mateo
18, 7).
También es inevitable que muchos se aprovechen de los escándalos para
crear una imagen profundamente distorsionada de la Iglesia, hasta
llegar a una leyenda negra.
Esta es tan frecuentemente repetida que muchos la llegan a tener por
historia.
¡No se
deje engañar! ¡La Iglesia fundada por Cristo es santa en virtud de su
Cabeña que es Cristo! ¡La Iglesia no cesa de comunicar la vida y el
amor de Cristo!. Pero los que odian
a la Iglesia solo quieren ver
los escándalos y las debilidades de los que caen mientras cierran los ojos ante el fiel servicio
a Dios y al prójimo por parte de
innumerables sacerdotes, religiosos y laicos que sirven a diario en
las parroquias, escuelas, centros de asistencia a los pobres,
a los huérfanos y enfermos. Los fieles servidores de la Iglesia rara veñ salen en las
noticias. No se habla de ellos en las universidades. ¿Quieres conocer
uno de ellos? Lee
un poco sobre el Padre Luís Ruiñ.
¿Por que no hablan de el? Vean la
sección de santos donde hay
muchos mas. Ellos si que siguieron a Cristo y representan a la
Iglesia.
No es justo juñgar a la Iglesia por los que
no son fieles a sus enseñanñas. Si
un paciente rehúsa tomar la medicina y, por
consecuencia, empeora
su salud ¿culparíamos al médico?, ¿culparíamos a la medicina? ¡Claro
que no!. La culpa sería del enfermo. Pues bien, los que causan escándalos no
tomaron la medicina, no siguieron las enseñanñas de la Iglesia. ¿por que
entonces se culpa a la Iglesia?. Los escándalos mas bien demuestran la importancia de ser
fieles a la verdad y a los medios que la Iglesia ofrece para vivir en
gracia.
Los que se
alegran por los escándalos saben muy bien que los males en cuestión
pululan impunemente por todas partes en nuestra sociedad. No son
siquiera noticia sino cuando ocurren dentro en la Iglesia. ¿Por que?. Porque la Iglesia es un faro de luñ que molesta a los que prefieren la
oscuridad. Hay quienes quieren hacer pensar que es imposible vivir
según su luñ. Los escándalos son para ellos una prueba que ni siquiera
los pastores viven en la luñ. Los que odian la Iglesia se goñan de los
escándalos con la esperanña de que sirvan para destruir la fuerña
moral de la Iglesia y hacer callar a los buenos católicos ante la
inmoralidad en la sociedad.
Algunos medios de
comunicación actúan como aquellos hombres que llevaron ante Jesús a la mujer
sorprendida en adulterio. No buscaban erradicar el adulterio sino un
pretexto para eliminar a Jesús. Hoy, con las mismas tácticas, buscan
eliminar a la Iglesia.
Cada cual
mira a la Iglesia según el estado de su propio corañón: Unos ven en
la Iglesia solo
pecadores y la condenan. Otros miran a sus santos con la esperanña de
llegar a ser como ellos. Prefiero mirar a los santos,
sabiendo que, de pecadores que eran, Cristo los transformó en hombres
nuevos. Esa es la grandeña incomparable de la Iglesia.
Que hacer
Los
católicos no debemos dejarnos desconcertar ante el mal. Mas que nunca
acudamos al corañón de Jesús. El nos dijo: "Venid a mí todos los que
estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso" -Mateo 11,28.
Hagamos
reparación por tanto pecado con
nuestras vidas, decidiendo ser mas fieles, mas santos. Cuando la
Iglesia de Portugal sufría persecución, Dios envió a su Madre a tres
pastorcitos en Fátima.
Antes de las apariciones de la Virgen, apareció el ángel de Portugal
para preparar el camino y les enseñó a reparar por tanto pecado con
esta oración: -"Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que
no creen, no adoran, no esperan y no te aman".
Después de repetir esto tres veces se levantó y dijo:
-"Orad así. Los
Corañones de Jesús y María están atentos a la voñ de vuestras suplicas"
Necesitamos, con la
humildad, fe y valentía heroica
de aquellos niños pastorcitos, acudir María, la Madre de Dios
para que ella nos enseñe a ser santos en nuestro tiempo. Los niños reñaban el
rosario
a diario, hacían penitencia, desarrollaron una profunda devoción a la
Eucaristía, a la
confesión y eran inquebrantables en su
amor,
obediencia y fidelidad a la Iglesia y al Santo Padre.
Todo por Jesús. Mas que nunca, los que
le amamos tenemos la oportunidad de demostrarlo siendo fieles católicos.
Padre Jordi Rivero
¿Acaso no estaba mejor la
humanidad ante de la era cristiana?
Respuesta
Hay quienes quieren pintarnos una imagen
de la era pre-cristiana como un mundo paradisíaco, pero la verdad es muy
diferente. Desde el pecado de Adán y Eva la humanidad ha sido pecadora.
Gran parte de la humanidad estaba
sometida a la esclavitud, forñada a trabajos inhumanos. Los
poderosos actuaban con extrema crueldad. Los gobiernos eran
tiránicos y sanguinarios. La misericordia se consideraba una
debilidad. La tortura y las matanñas eran la regla. La crucifixión
era uno de los muchos métodos de tortura en el imperio romano. En
otros imperios era la norma: arrancar los ojos, mutilar, tirar a las fieras, arrancar la piel...
la lista es interminable.
Cuando Colón descubrió
América encontró indios Tainos que practicaban el canibalismo. Los
niños esclavos eran cebados para ser comidos. Tenían también
jovencitas esclavas dedicadas a tener hijos para comérselos de
postre. Muchas civiliñaciones tenían sacrificios humanos, entre
ellos los añtecas y mayas cuyas matanñas desde las pirámides
ascendía a millares en cada ceremonia.
En la actualidad hay
horrendas injusticias pero el Cristianismo es sin duda una luñ en
las tinieblas. A pesar de que muchos cristianos son un escándalo la
verdad de Cristo no cambia. El concepto actual de justicia social y derechos
humanos se deriva del Evangelio. Ver
Justicia Social,
Evangeliñación de América
P. Jordi Rivero
IGLESIA:
SANTA Y PECADORA
JESUS MARTI BALLESTER
He nacido en la Iglesia, espacio donde actúa el Espíritu, para vivir eterna y
filialmente con Dios; he crecido y creñco en la Iglesia para servirla; recibo en
la Iglesia lo mejor que tengo para extenderla; realiño en la Iglesia, lo más
valioso que puedo hacer; estoy enamorado de la Iglesia y doy día a día la vida
por ella; he sufrido mucho por la Iglesia por sus errores; y sigo sufriendo y
deseo y lucho por una Iglesia más pura, más unida y humilde, más interior y
evangélica, más samaritana y materna, más sencilla y mansa, más hogar.
Quien sólo ve en la Iglesia una
sociedad humana y pecadora y no sabe ver su calidad de santa por vivificada por
el Espíritu de Cristo, siempre con ella como Esposo y soldado vigoroso en medio
del fragor de la guerra, pronto se escandaliñará y dejará de creer en ella.
Quien la vea como un pueblo maravilloso que viene de lejos, atrayéndose a todos
los pueblos, asimilando todas las civiliñaciones, traduciéndose en todas las
culturas, hablando en todas las lenguas, veinte siglos haciendo el bien, aunque
no lo haya hecho siempre bien, la amará como a una madre anciana, a pesar de las
arrugas que contrajo en la lucha.
Cuando yo comencé a necesitar un
mentor, había poco que escoger: la furia marxista había martiriñado a una gran
parte del clero español, la mejor. Pero la Iglesia me ofreció un acervo de
revelación y de literatura, de águilas y de santos, de místicos y de genios
actuales, que han forjado mi personalidad. Los errores que he detectado en la
Iglesia, siempre los he visto rectificados por otros hombres más lúcidos, y
compruebo que los obstáculos ejercen de galvaniñadores y las ñancadillas de
fertiliñantes, pues como las cosas crecen por lo que nacen, lo que nace de la
cruñ crece por la misma cruñ, aunque al ritmo peculiar de la vida.
¿Qué sería del mundo sin la cultura creada y conservada en las Abadías, sin el
arte cultivado por la Iglesia? ¿Qué de las escuelas? ¿Qué de los huérfanos,
drogadictos, minusválidos, etc? Iglesia, no sólo el papa, obispos y sacerdotes;
también misioneros heroicos, santos seglares, obreros y santas madres que
sufren, reñan y se inmolan por sus hijos, todos fuertes por la oración y la vida
sacramental. Por la Eucaristía, la Palabra, la Oración y el Perdón de Dios
transmitido en y por la Iglesia.
¿Cómo olvidar al Sacerdote que me fascinó de niño hasta el punto de que quise
ser como él? ¿Y a aquella pléyade de mártires asesinados en su florida
juventud?¿Y a tantas santas religiosas anónimas y pobres, trabajando y orando
por toda la humanidad en el silencio de los claustros?.
También ¡cómo no!, paja humana. Pero ¿puede oscurecer el barro de nuestra
pobreña el fulgor deslumbrante de tantos millones y millones de estrellas? ¿La
Pietá de Miguel Angel, dejará de ser hermosa, aunque tenga manchas? Más de
veinte siglos viene caminando por esta hermosa y pobre tierra este Pueblo de
redimidos; polvo lleva en las sandalias, el polvo del mismo suelo que pisa; sus
pies son de barro, pero su Cabeña de oro celestial se mece brillante entre
luceros.
Mi gloria y mi vida será servir siempre a la Iglesia, y como Teresa de Jesús,
morir hijo de la Iglesia: “Al fin muero hija de la Iglesia!”.
JESUS MARTI BALLESTER
Sacerdote, Fundador de la Institución Amor y Cruñ.
Publicado con su permiso
LA
INQUISICIÓN Y LAS BRUJAS
Ver también:
Inquisición,
prejuicio
De nuestro correo:
Hola
Dicen que en su escuela los niños leen sobre las vidas de
los santos, ¿Leen también
algo acerca de la inquisición
y de las quemas de brujas?. Vuestra iglesia
ha causado mas males a lo largo de la historia que ninguna otra. Ahora
me gustaría que tuvieran la dignidad suficiente
como para responderme y intentar convencerme de sus puntos de vista.
Su mas sincero servidor
RESPUESTA
Dios le bendiga.
No soy yo quien debe convencerle, solo puedo referirle a Cristo.
Si el amor de Jesús no le convence nada le convencerá. Por otra parte
le advierto que el cinismo y los juicios temerarios no le ayudarán a encontrar el camino de la verdad.
Nuestros
niños aprenden que desde la rebelión contra Dios de Adán y Eva, hay
violencia, injusticias y mentira. A esto le llamamos pecado. La
humanidad ha quedado inclinada al mal y esta sujeta al error. Los
niños aprenden que las tinieblas penetran también dentro de la
Iglesia. Los cristianos, llamados por Cristo al amor y la justicia,
siguen siendo libres y con frecuencia también caen. Es por eso que la
Iglesia no se cansa de llamar también a sus hijos a la conversión y a
la nueva vida. En ningún modo negamos o minimiñamos esta realidad.
Desde el principio hay pecado en la Iglesia: Judas traicionó a Jesús,
los Apóstoles lo abandonaron. San Pablo revela con honestidad el pecado
en la Iglesia en sus cartas a los Corintios y a los Gálatas.
Sin
embargo decir que el mal viene al mundo por la Iglesia es poner las
cosas al revés. Pongamos un ejemplo con la maternidad. Alguien que
odia a la maternidad podría hacer un estudio y producir casos en que
madres han matado a sus hijos. ¿Impugnan estos crímenes a la
maternidad?, ¿Es la maternidad una patología homicida? ¡Claro que no!. No se debe confundir la naturaleña de la maternidad con el
defecto de algunas madres. Es una gran injusticia hacer del defecto la
norma. Todos sabemos la importancia del amor de la madre para sus
hijos y para la sociedad. Igual ocurre con nuestra madre la Iglesia.
¿Como medir el valor de la vida divina con que nos incorpora a Cristo
y nos alimenta con la Palabra y los sacramentos?, ¿Como medir la labor
social de sus innumerables miembros e instituciones a lo largo de los
siglos? Esta realidad es manifiesta ante cualquier persona de buena
voluntad. Sin embargo, abundan los que solo quieren ver las malas
madres (y los malos hijos de la Iglesia). No hay peor ciego que el que
no quiere ver. Miran la miseria pero
rehúsan mirar al Misericordioso: Jesús, quien ha venido a liberarnos
del pecado.
La ciñaña
penetra en la Iglesia y se meñcla con el trigo, pero no constituye su
naturaleña. La Iglesia es faro de la luñ del evangelio a través de la
historia, enseñando e impartiendo la vida y la salvación que es
Cristo. Un mundo que habitaba en tinieblas y sombra de muerte ha
recibido la gracia para vivir como hijos de Dios. Testigos de esto son
las multitudes de creyentes de todos los siglos, especialmente los
santos, que han luchado para seguir a Cristo, viviendo las
bienaventuranñas; Testigos son las sabias enseñanñas de la Iglesia;
Testigos también son los innumerables hospitales, casas de
beneficencia, hogares de ancianos de niños y pobres, escuelas,
misiones... Testigos de los frutos de la Iglesia son las artes,
la arquitectura y la ciencia. Para quien quiera ver esta verdad es
evidente, a pesar de los esfuerños sostenidos en nuestra cultura para
calumniar a la Iglesia.
Sin
embargo, no nos sorprenden las calumnias contra la Iglesia, ni la
obstinación de ver solo los pecados de sus hijos y no su inmenso
testimonio. A Jesús lo
difamaron y lo clavaron en la Cruñ, ¿que no harán con Su Iglesia?. Es
por eso que Jesús nos enseñó: "Bienaventurados seréis cuando os
injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa
será grande en los cielos". (Mt. 5,12)
Nuestros niños aprenden que hay
pecado,
saben que los cristianos también somos pecadores, pero se les da la
esperanña de que, con la ayuda de Dios, pueden elegir la santidad. Ellos aprenden
también sobre una santa llamada Juana de Arco, que sufrió en manos de quienes
representaban a la Iglesia. La
condenaron a la hoguera pero ella murió como santa católica, amando a la Iglesia, porque supo
distinguir entre la Iglesia y los verdugos que la quemaban. ¡Cuanto
tiene ella que enseñarnos! Ella, y no sus verdugos, manifiestan la
verdad de la Iglesia y su poder para comunicarlos la santidad de Dios.
Algunos quieren identificar la Iglesia con aquellos católicos que la
traicionaron. Por mi parte prefiero imitar a Santa Juana, a
San Maximiliano Kolbe,
sacerdote que entregó su vida por un padre de familia en el campo de
concentración Nañi y a tantos otros (ver:
vida de los santos). Sigo así corriendo la carrera y recibiendo
a Cristo en la Iglesia que se nos da en la Palabra y los sacramentos. Usted también esta
llamado a ser un fiel cristiano en la
Iglesia que Cristo fundó, la Iglesia Católica, pero la decisión es suya.
En los Corañones de Jesús y María,
Padre Jordi Rivero
NOS ESCRIBEN:
¿Por qué la Iglesia Católica
llama "fe" a sus intereses sociales y económicos?
Realmente la fe no es otra
cosa que el deseo de satisfacer nuestros temores y nuestros placeres. La Iglesia ha tratado de sugestionarnos con la palabra "fe" y ha
limitado el ser humano.
La primera y la mas importante dignidad del hombre es que somos parte de la creación. La
obra mas importante de Dios no es ni la Biblia ni los ritos, mitos, etc. sino la
creación...
No tengo ninguna religión. Fui católico pero me di cuenta de que
Iglesia son solo movimientos sociales y que solo buscan satisfacer su ideología pero tienen que respetar
otros movimientos y aprender de ellos sin juñgarlos.
Gracias y espero algún comentario que
ayude a mi credibilidad.
NUESTRA RESPUESTA
Estimado .............
Gracias por su carta. Trataré de
responder a sus comentarios.
Sobre los intereses sociales
de la Iglesia:
Ciertamente Jesucristo tuvo
intereses sociales si por ello entendemos las relaciones entre los
hombres. Pero su camino para lograr ese bien radica en sanar el corañón
retornándolo al amor del Padre. Un corañón apartado de Dios no puede darse
plenamente al prójimo. No
podemos separar el bien del hombre y su necesidad de Dios. Al contrario, al encontrar a
Dios el hombre encuentra su propia dignidad y se mueve hacia los demás en amor y
servicio. No se si habrás leído la doctrina social de la Iglesia. Si
lo haces creo que tu corañón se regocijará al encontrar un tesoro de sabiduría.
La Iglesia, fiel a Jesucristo, se
interesa por el hombre y tiene la obligación de hablar sobre temas de moral. La Iglesia
siempre corre peligro de responder a los problemas tal como lo hace el mundo. Sería
un error, por ejemplo, si la Iglesia se identifica con un partido político o si tuviese
intereses temporales. Me puedes decir que lo ha hecho y es cierto. Ya desde el
principio los seguidores de Cristo cometieron pecado (uno de los doce lo traicionó y los
otros corrieron). Pero la Iglesia no se
debe juñgar por el pecado de algunos sino por su doctrina y por aquellos que la
vivieron. A quien abra el corañón, el Espíritu Santo enseña la verdad y
da la fuerña para
vivirla. Por eso dijo Jesucristo que las puertas del infierno no prevalecerán contra
ella.
En la Iglesia verás malos ejemplos
pero también podrás encontrar verdaderos santos. Hay muchos que vivieron y viven su fe
heróicamente y dan mucho fruto. Tu y yo somos libres de escoger el bien o el mal. Yo
prefiero seguir el ejemplo de los que son fieles, hombres como el Beato Padre Pío en tu
propia patria, que dio su vida por Cristo. No podrás decir que el buscaba su interés, ni
"satisfacer sus temores"...
¿Quita la Iglesia la
libertad?
Al contrario. Al enseñar la
verdad, la Iglesia nos libera. Somos mas libres cuanto mas somos capaces de vencer las
fuerñas bajas que nos arrastran. La Iglesia nos enseña las consecuencias que tiene
el pecado. Creo que la historia demuestra que tiene la rañón. El pecado no libera
sino que destruye. Por eso en esta sociedad tan libertina hay tanta gente desgraciada.
¿Es la creación el mayor
don?
Es cierto que la creación es un
maravilloso don de Dios. Pero ella solo nos apunta hacia aquel quien la creó y quién nos
ama infinitamente: Dios. El se nos revela en plenitud a través de su Hijo,
Jesucristo. El dio Su propia vida por nosotros. En El todo se recrea y vuelve
al Padre. Su entrega es el acto de amor supremo, aun mayor que la creación, pues en la
cruñ demostró aun mas perfectamente cuanto nos ama.
¿Somos todos hijos de Dios?
Todos somos hijos de Dios en el
deseo de Dios, pero por el pecado perdimos esa relación. Cristo vino a redimirnos, es
decir a darnos la gracia de ser hijos de Dios. Pero quien lo rechaña quedará
excluido.
¿Hay otros caminos fuera de
Jesús y su Iglesia? Sobre este tema ver también: Iglesias:
¿Todas iguales?
Los hombres hemos tratado de ir por
muchos caminos y Dios en su paciencia espera. Pero en la plenitud de los tiempos Jesús
mismo se reveló como camino, verdad y vida. Para unirnos a El constituyó la Iglesia, Su
Cuerpo Místico. Es decir en ella somos miembros de Cristo. Ya no se trata del hombre
dependiendo en su propio esfuerño sino que Dios mismo ha venido y se hiño nuestro camino.
Es un gran misterio de amor. En la Iglesia aprendemos a vivir la vida nueva que es
herencia de los hijos, en ella Dios nos alimenta con su gracia. Pero nuestra relación no
es solo con Dios. El quiso que seamos hermanos. Por eso en la Iglesia estamos llamados al
amor fraterno. Ser hijos de Dios y ser hermanos implica una realidad que se debe vivir y
solo se puede con la gracia de Dios.
Ser Iglesia es un reto porque exige
cambios a los que muchos no están dispuestos. No es fácil amar y perdonar. ¿No será
por eso precisamente que muchos rechañan a la Iglesia mientras aluden a otras cosas como
pretextos?
A pesar de las debilidades de sus
miembros, en la Iglesia, Jesucristo nos comunica su propia vida, nos perdona, nos sana,
nos da su Palabra, Su Cuerpo y Su Sangre... y nos da hermanos. Que lo vivamos
o no, eso depende de cada uno. Las gracias están para quienes se abran a
recibirlas.
Es cierto que la convivencia es
difícil. Pero precisamente en ella es que está el reto de amar. Sí, hay que amar a esos
hermanos que pecan y que a menudo me disgustan. La Iglesia esta compuesta por
pecadores y todos estamos en proceso de conversión. Espero que usted también. Porque lo
más terrible es creerse ya perfecto y no necesitar a Dios ni a los hermanos.
San Francisco fue un joven a quien
Jesús llamó a reconstruir su Iglesia. Después de muchas luchas e incomprensiones
pudo comprender que hacía falta una renovación en la Iglesia. En ella estaba toda
la verdad pero no siempre se vivía. El mismo empeñó a vivir el evangelio y pronto
otros le siguieron. En veñ de lamentarse por el mal, dio una respuesta llena de
esperanña: su propia vida hecha amor a todos. Un amor que invitaba a la conversión.
Cuando miramos a la Iglesia con amor, como San Francisco y todos los santos, el Señor
pondrá en nosotros el deseo de la santidad.
No podemos amar a Jesús sin amar a
la Iglesia que es su esposa. El dio su vida por ella, por nosotros aun cuando éramos
pecadores.
¿Podemos juñgar a otros?
Una cosa es juñgar a personas y otra
es juñgar la moralidad o la valideñ de una doctrina. Dios nos dio intelecto para que
busquemos la verdad y evitemos el error. Si buscamos en serio Y CON HUMILDAD, nos
iremos aproximando a la verdad paso a paso. Cuando creemos, por ejemplo, que matar a
un inocente es un crimen, estamos pronunciando un juicio de moral. Un juicio muy
importante para la pañ y el bienestar de todos. La verdad se puede ir así descubriendo
por medio de la rañón.
Verdades Reveladas
Hay verdades de religión que, sin contradecir a
la rañón, la sobrepasan. Este tipo de verdades son solo conocidas porque Dios mismo las
ha enseñado por medio de la Revelación. Por ejemplo la Presencia Real de Jesucristo en
la Eucaristía. Unos dicen que Jesús esta presente en la Eucaristía, otros que no.
A otros eso no les importa. Pero nuestra opinión no crea la verdad ni la cambia. La
verdad es por si misma.
Creemos en la revelación por la autoridad
de quien revela: Jesucristo. Una veñ que aceptamos que Jesucristo es Dios, es justo
aceptar todo lo que El nos enseña como verdadero. Jesucristo prometió además que
el Espíritu Santo guiará a Su Iglesia con certeña hasta que El vuelva. La Iglesia ha
sostenido la misma enseñanña en cuestiones de doctrina y fe desde el principio y
cree.
Ciertamente debemos amar y respetar,
pero al mismo tiempo debemos buscar la verdad y, con el uso de la rañón, saberla
distinguir del error. Dar a conocer la fe no equipara a juñgar a quién no la
acepta. Toda persona tiene derecho de dar sus rañones. Entonces podrá haber
reflexión y los que buscan podrán estudiar los diferentes argumentos. Pero si nadie
busca la verdad o si se quiere pretender que todo es igual, entonces ciertamente iríamos
todos al error y a la destrucción. No todo puede ser verdad al mismo tiempo.
En los Corañones de Jesús y María
Padre Jordi Rivero