DE
CORAZÓN A CORAZÓN
"Consagración Papal del mundo
al Inmaculado Corazón"
EDITORIAL
Madre Adela Galindo, SCTJM
Fundadora
Queridos hermanos y
hermanas:
La Consagración Papal del mundo
al Corazón Inmaculado ha sido un importantísimo evento. Ha sido
definido por el Comité central del Gran Jubileo en la Santa Sede, como:
"un sello mariano para este Año Santo". Se
trata de la peregrinación de la imagen de la Virgen de Fátima desde
Cova de Iría hasta la Basílica de San Pedro. Esta peregrinación
culminará con el Acto de Consagración que el Santo Padre hará del
Mundo y el Tercer Milenio al Inmaculado Corazón durante la la Celebración
de la Santa Misa del Jubileo de los Obispos.
La amada imagen que nos recuerda
la aparición de Nuestra Señora a tres pastorcitos en 1917, llegó a
Roma el 6 de octubre y se trasladó a la Capilla del Apartamento de la
Casa Pontificia en el Vaticano. ¡¡Qué regalo tan grande de la Virgen
para el Santo Padre, el Papa de María Santísima, el Papa del Tercer
Secreto, el Papa de Fátima y del Inmaculado Corazón!!
El sábado, fiesta de Nuestra Señora
del Rosario, fue llevada a la Basílica de San Pedro donde fue expuesta
para la veneración de los fieles. Esto es un hecho singular, ya que
nunca antes se había expuesto en dicha Basílica una advocación
particular, y mas notorio aún, de una aparición mariana.
El Santo Rosario presidido por El
Santo Padre recorrió el mundo entero para concluir en la Basílica de
Guadalupe, aquí en América. La imagen fue entonces trasladada al
monasterio de las hermanas de clausura en el convento "Ecclesia
Mater" (Madre de la Iglesia) en el Vaticano. Creo que es muy
significativo que en la Víspera del Acto solemne de Consagración, la
imagen sea custodiada y acompañada en un convento cuyo nombre
representa la misión maternal de María por el Cuerpo Místico de
Cristo. Ella es Madre de la Iglesia y la Iglesia se confía a Ella,
cuando más necesita de su intercesión, de su intervención y de su
mediación maternal. La Iglesia la reconoce y la proclama: ¡Madre!
Y como Madre ella nunca desatiende
la súplica de sus hijos. Como Madre siempre nos acoge cuando nos
entregamos totalmente a su Corazón Inmaculado. Ella nos recibe como
recibió a San Juan al pie de la Cruz.
Hermanos, no desperdiciemos esta
gracia tan inmensa que estamos recibiendo . En Fátima la Virgen dijo a
Lucía: "mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino seguro
que te conducirá a Dios". El Santo Padre ha querido presentarnos
durante el Año Jubilar a María Santísima como la "estrella que
dirige nuestros pasos hacia el Señor" (TMA, 59). Bajo esta mirada,
este acto de Consagración, podríamos decir, que completa los designios
de misericordia que el Señor ha querido llevar a cabo en este Año
Jubilar. ¿Por qué digo esto? Porque el 24 de septiembre, el Santo
Padre, al concluir el Congreso Mariológico, dijo a la muchedumbre
reunida en la Plaza de San Pedro para el Angelus: "El Jubileo
del Hijo es también el Jubileo de la Madre". Es mi parecer,
que siendo este Jubileo un año de gracia en el que el Corazón de Jesús
se ha abierto de par en par para derramar copiosamente gracias de
misericordia a la humanidad, que también en este Año Santo, el
Inmaculado Corazón se abre, y se abrirá con mas fuerza, el día de la
Consagración, para mediar sobre el mundo esas gracias de misericordia
que su Hijo quiere derramar en la Iglesia, el mundo y en cada corazón.
Los Dos Corazones unidos también en estos designios tan claros del Año
Jubilar. ¡El Jubileo del Hijo es también el Jubileo de la Madre!.
Si es año de gracia del Señor, es también año en el cual la mediación
e intercesión maternal de María se hacen muy evidentes.
El Santo Padre nos dijo en la
audiencia general del 29 de abril de 1999: "en el Corazón materno
de María se preparan todos los jubileos, pues su alegría es la primera
que experimenta criatura alguna ante el anuncio del Salvador. Y por lo
tanto, su alegría, su gratitud, su apertura está en la raíz misma de
todos los jubileos". Su apertura... ¿no es el Corazón Inmaculado
de María el primer corazón que se abre a la gracia redentora? ¿No es
el Corazón de María el que recibe la fuerza del Altísimo y acoge
plenamente al Redentor? ¿No es el Corazón Inmaculado el único que
ciertamente ha abierto de par en par las puertas a Cristo? Por lo tanto,
en su Corazón podremos abrirnos totalmente a la acción santificadora
del Espíritu en este Año Jubilar. En su Corazón podremos experimentar
el poder salvador de Cristo y todos los designios de misericordia para
esta generación. ¡Qué regalo nos está dando el Santo Padre con esta
solemne Consagración!.
El Señor le ha dado gran poder a
la Consagración al Inmaculado Corazón. Ya hemos sido testigos de
muchos milagros de gracia personales, en la Iglesia y en la historia del
mundo que han sido alcanzados y manifestados en la humanidad en virtud
de dicha consagración. Pedimos al Señor que se cumplan, por esta
Consagración que el Santo Padre hará del mundo y el Tercer Milenio, el
día 8 de octubre en comunión con los todos los obispos, en su
celebración jubilar, lo que el nos dijo en la Carta Tertio Millenio
Adveniente (1994): "Es
difícil no advertir como el Año mariano precedió de cerca los
acontecimientos de 1989. Sucesos que sorprenden al mundo por su
envergadura y especialmente por su rápido desarrollo. El Año Mariano
fue como una anticipación del Jubileo, incluyendo mucho de lo que se
deberá expresar plenamente en el Año 2000".