Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María 

VII Edición

              febrero  2000


CONOZCAMOS SU CORAZÓN 

En esta sección concluyéremos nuestra serie sobre la devoción al Corazón Eucarístico de Jesús.

¿Cuál es el Carácter Propio de la Devoción al Corazón Eucarístico?
El culto al Corazón Eucarístico de Jesús tiene un carácter propio que lo distingue del culto al Sagrado Corazón y del culto a la Eucaristía aunque las tres devociones tengan un mismo y único fin: llevarnos a amar, contemplar, adorar y responder al amor de Dios manifestado en le Corazón de Su Hijo Unigénito. La distinciones entre ellas se complementan haciendo cada vez mas rica y mas completa nuestra devoción y nuestra contemplación:

En la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se adora el corazón y se honra de manera especial el amor de Cristo.

En la devoción a la Sagrada Eucaristía se adora el Cuerpo y Sangre de Cristo realmente presente aunque ocultos bajo las apariencias de pan y vino.

En la devoción al Corazón Eucarístico se adora el amor de Cristo manifestado al instituir la Eucaristía y al quedarse con nosotros en este Sacramento del amor para darse como alimento de nuestras almas.

La devoción al Corazón Eucarístico es una manera de responder a las mismas palabras del Evangelio que nos retan a ver como Cristo nos amó hasta la entrega total de sí mismo: “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.” (San Juan 13:1)La Eucaristía es manifestación de la plenitud, de la grandeza, y de la profundidad del amor de Jesús que siempre busca el mayor bien para nosotros.

Efectos de esta Devoción en Nuestros Corazones

Esta devoción nos ayuda a darnos cuenta de la infinita misericordia de Dios, que con gran benevolencia ha querido que su Hijo se quedase verdaderamente presente en la Eucaristía para que nosotros pudiésemos beneficiarnos de su amor. Además, el contemplar el Corazón Eucarístico de Jesús nos lleva a experimentar en nuestro corazón una profunda humildad, ya que vemos como Dios, a pesar de todas nuestras miserias y faltas nos ha amado a tal extremo. Contemplar el Corazón Eucarístico nos lleva a reconocer nuestros pecados–, nos mueve al arrepentimiento y a la conversión, porque en la Eucaristía estamos contemplando a “Aquel que fue traspasado.”

¿Cómo Debemos Practicar esta Devoción?

Honrando al Corazón de Jesús en la Eucaristía.

Asistiendo a la Santa Misa con un espíritu de mayor agradecimiento, respeto y amor.

Ofreciendo la Misa al Padre Celestial en acción de gracias por habernos dado al Sagrado Corazón, tan amoroso y bondadoso con nosotros y para que el Sagrado Corazón de Jesús sea mejor conocido y amado por los hombres. En desagravio y reparación por las injurias que todos los hombres hacen contra el Corazón Eucarístico de Jesús.

La devoción al Corazón Eucarístico , es el vínculo de amor que nos une a Dios. Busquemos con todo nuestro corazón honrar y amar su Corazón para que así también otros lleguen, por nuestro ejemplo, a amarle y conocerle.

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