Poniendo nuestro carisma mariano al servicio de la Nueva Evangelización.
Es nuestra oración constante, que este sencillo esfuerzo ayude a muchos corazones a descubrir el esplendor del Magisterio y los Tesoros de la Iglesia, y así,
formar testigos ardientes y luminosos de la fe para construir una nueva civilización de amor, verdad, vida y solidaridad.