San
Juan Fisher
"Si
hubieses probado una gota de la dulzura que embriaga a las almas
de esos religiosos por su culto a este Sacramento, nunca hubieses
escrito como lo haz hecho, ni hubieses apostatado de la fe que
antes profesabas" -San Juan Fisher, al obispo de Winchester.1 |
SAN JUAN FISHER de
ROCHESTER
Obispo, mártir por la unidad y la fidelidad
a la Iglesia. +1535
Fiesta:
22 de Junio,
junto con Santo Tomás Moro.
-Padre Jordi Rivero
Estudió
teología en Cambridge (Inglaterra), fue nombrado obispo de Rochester,
cargo que ejerció con una vida llena de austeridad, rectitud y
entrega pastoral, visitando con frecuencia a los fieles de su grey.
Escribió diversas obras contra los errores de su tiempo. Se negó a la usurpación hecha por el rey
Enrique VIII de la autoridad sobre la Iglesia, por lo que fue
martirizado en la Torre de Londres el 22 de Junio de 1535; canonizado en 1935.
De sus
obras:
Las maravillas de Dios, de
su comentario sobre los
Salmos
Juan
Fisher nació en Beverley, Yorkshire, Inglaterra en el 1469.
Hijo de un mercader de telas que murió siendo Juan joven, San Juan
Fisher entregó su corazón por entero al servicio de su Iglesia. Fue
también un distinguido escolástico en humanidades.
Fue educado en
Michaelhouse en
Cambridge (mas tarde unido a Trinity). Desde sus 14 años en adelante
estuvo relacionado a la universidad.
Fisher fue
ordenado sacerdote a los 22 años, bajo dispensa especial. Alcanzó el
doctorado y fue vicecanciller de Michaelhouse. En 1502 dimitió para
ser capellán de la madre del rey, Doña Margarita Beaufort, condesa de
Richmond y Derby. Bajo su dirección, Doña
Margarita fundó Christ's College y Saint John's College en Cambridge.
A ella se le reconoce como la mayor benefactora de Cambridge.
Las contribuciones de Fisher no han sido reconocidas como es debido. Fue el
primero en llenar la cátedra en divinidad en Cambridge y fue también
un gran benefactor de la universidad. Ayudó, entre otros, al
famoso humanista Erasmus. Fisher fue el primero en enseñar griego y
hebreo en Cambridge. En 1504, durante el reinado de Enrique VII, con
solo 35 años, Fisher es elegido canciller de la
universidad. El mismo año es nombrado obispo de Rochester. Llevó al
mismo tiempo los dos cargos con asombrosa diligencia. Favoreció
enormemente tanto a la universidad como a su diócesis.
Rochester era la mas pequeña y pobre de las diócesis
de Inglaterra, pero el obispo Fisher la amaba tanto que mas tarde rehusó las sedes mas
ricas de Ely y Lincoln, diciendo que "no dejaría a su pobre y vieja
esposa por la viuda mas rica de Inglaterra." El clima era tan
húmedo y el estado de su residencia tan ruinoso que su amigo Erasmus, al
hospedarse con el, estaba asombrado; sin embargo, por 30 años Fisher
optó por permanecer allí.
Fisher fue un pastor
a imitación de Cristo, cuidaba a sus ovejas con valentía, entrega y gran amor. Hacía visitas
frecuentes, administraba la confirmación, disciplinaba al clero,
visitaba personalmente a los pobres y distribuía limosna a los pobres.
En su vida personal era estricto con sigo mismo y austero. "Tenía una
buena mesa para todos excepto para el mismo". Dormía y comía poco.
Mantenía una carabela frente a su puesto en las comidas para
recordarse de su mortalidad.
Durante
este tiempo, Fisher continuó escribiendo y estudiando. Comenzó a
estudiar griego a los 48 años y hebreo a los 51. Era un predicador tan elocuente que cuando
Enrique VII murió en 1509, predicó en el
funeral. En las palabras de Erasmus: "No hay en la nación hombre
mas instruido ni obispo mas santo". Enrique VIII, antes de que Fisher
suscitara su ira lo elogiaba abiertamente diciendo que "no otro
príncipe o reino tiene tan distinguido prelado"
Fisher
comprendía muy bien la necesidad de reformar al iglesia, incluso en
las altas esferas de la jerarquía, pero se oponía al tipo de reforma
de los protestantes, y escribió cuatro libros contra ellos. Sin
embargo prefería la oración y el ejemplo a la controversia. El
comprendía que la verdadera reforma requiere santidad de vida pues no
es sino vivir con coherencia la enseñanza de la misma Iglesia.
Con gran
valentía el Obispo Fisher censuró al clero en un sínodo por su
corrupción, vanidad, relajamiento y amor a las ganancias. El sabía que
la mayoría del clero en posiciones altas había llegado allí por su
servicio al estado o por intereses privados. Como miembro de la cámara
de los Lords, Fisher vigorosamente luchó por reformas que separaran al
clero de las influencias del estado. Desde allí lanzó también una
severa protesta cuando se propuso en la asamblea aceptar que Enrique VIII fuese la cabeza de la iglesia de Inglaterra.
El rey
quería anular su matrimonio con Catalina de Aragón para casarse de
nuevo. Como el Papa no se lo concedía por no haber causa justa, el rey
decidió hacerse con la autoridad suprema de la Iglesia en Inglaterra
(Ver: iglesia anglicana).
El rey impuso la obligación de tomar el famoso "oath of supremacy"
(Juramento de Supremacía), por el cual se le reconocía a el como
cabeza de la iglesia de Inglaterra. El obispo Fisher rehusó.
Ni la
amonestación de amigos
y ni las amenazas de enemigos lograron hacerle ceder. El obispo Fisher
sabía, como San Pablo, en quién había puesto su confianza. Trataron
de envenenarlo y en una ocasión le dispararon tratando de
matarlo. Pero el obispo se mantuvo fiel a su Señor.
Thomas
Cromwell trató, sin
éxito, de vincularlo con Isabel Barton, la 'Santa Doncella de Kent,' una religiosa que pronunciaba ataques
personales contra el rey por tratar de divorciarse de la reina.
Fisher fue llevado, a
pesar de estar enfermo, a
Lambeth para que jurase el "bill of succession". El
rehusó por ser este en esencia un juramento a favor de la supremacía
del rey sobre la iglesia. En Rochester fue arrestado y de los alrededores vino la gente a
despedirse. Tuvo la oportunidad de arreglar sus asuntos, de dar
limosnas y de pasar por las calles bendiciendo al gentío.
Al llegar
a Londres fue confrontado por rehusar el juramento a lo que Fisher
dijo: "Mi respuesta es que, ya que mi propia conciencia no puede estar
satisfecha, yo absolutamente rehuso el juramento. No condeno la
conciencia de ningún otro. Sus conciencias podrán salvarles, y la mia
debe salvarme". En Abril del
1534, el prelado de
66 años comenzó su prisión de 15 meses en la Torre de Londres.
El rey
envió un mensajero confidencial para ofrecerle libertad si asentía al
juramento en secreto, "solo para los oidos del rey". Su negativa selló
su martirio.
Durante su
prisión el Papa Pablo III nombró al obispo Fisher cardenal. El rey
enfurecido dijo: "Pues ese capelo se lo colgará de los hombros, porque
no tendrá cabeza para llevarlo". Lo llevó a juicio acusado de traición
por negar la autoridad del rey sobre la Iglesia. Lo declararon
culpable. Algunos jueces lloraban cuando lo condenaron a muerte el 17
de junio de 1535. Pocos días después el cardenal fue despertado a las 5:00 a.m.
con la noticia de que ese día le iban a ejecutar. El pidió que le
dejasen descansar un poco mas y durmió otras dos horas. Tan enfermo
estaba que apenas podía pararse, por lo que le llevaron al lugar del
martirio en una silla.
Fue cortés con los guardias agradeciéndoles sus atenciones. Pedía a la
gente que rezaran por el para que fuese valiente. Llevaba un pequeño
Nuevo Testamento del cual leyó a la puerta de la Torre estas palabras:
"Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado
en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar.
Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu
lado antes que el mundo fuese." (Juan 17,3- 5). Cerrando el libro
dijo: "Aquí hay instrucción suficiente para el resto de mi vida".
Junto al
verdugo dice: "Voy a morir por Jesucristo y por la Iglesia Católica.
Con mi muerte quiero dar testimonio del Papa como jefe único de la
Iglesia. Hasta el cielo... hijos..."
Sus últimas palabras fueron del salmo 31:
"En tí Señor, he puesto mi confianza". Otros dicen que murió con las
palabras del Te Deum en sus labios. Con total dominio de si mismo y
con gran paz se dispuso al martirio. Fue decapitado con un hacha. Era
el 22 de Junio de 1535.
Su amigo Santo Tomás Moro, que compartió
con el prisión y también murió mártir, escribió de San Juan Fisher: "No
conozco a ningún hombre que compare con el en sabiduría, conocimiento
y virtud probada"
San Juan Fisher fue enterrado junto a la iglesia de All Hallows en Barking.
Su cabeza fue exhibida en el Puente de Londres por dos semanas y
después echada al río Thames.
En 1935,
cuatrocientos años después de su martirio, Juan Fisher fue canonizado
por el Papa Pío XI.
Bibliografía: Attwater, Bentley, Echeverri, Gill, Hughes, Reynolds,
Surtz, Walsh.
1 Had you but tasted one drop of the sweetness which
inebriates the souls of those religious from their worship of this
Sacrament, you would never have written as you have, nor have
apostatized from the faith that you formerly professed. --John Fisher,
writing to the bishop of Winchester