¿CUANDO COMIENZA LA VIDA
HUMANA?
LA RESPUESTA DE LA CIENCIA:
La vida humana comienza en el momento de la concepción. No es la Iglesia
la que decide esto. Ella solo reconoce la verdad que todos deben
saber por medio de la razón.
Ver también:
Embrión.
American College Pediatricians
Habla la
ciencia:
«El embrión es un ser humano. Esto es innegable.
Cualquier intento
de hacer comenzar la vida humana en un momento posterior es arbitrario y
no sostenido por argumentación científica» -Angelo Luigi Vescovi, Profesor de Biología Celular, (Se profesa agnóstico)
-co-director del
Instituto de Investigación de Células Estaminales del Hospital San
Rafael de Milán >>>.
"Cada uno de nosotros tiene un momento preciso
en que comenzamos. Es el momento en que toda la necesaria y suficiente
información genética es recogida dentro de una célula, el huevo
fertilizado y este momento es el momento de la fertilización. Sabemos
que esta información esta escrita en un tipo de cinta a la que llamamos
DNA... La vida esta escrita en un lenguaje fantásticamente
miniaturizado. -Dr. Lejeune, pionero en genética y ciencia
pre-natal, Univ. Paris.
PREGUNTA: Se sostiene que
si el embrión no está adherido al útero de una mujer, jamás podrá dar
origen a un bebé y no será una persona.
-Eso es solo cambiar su posición geográfica. -Dr. David Prentice,
especialista en bioquímica de la Universidad de Indiana, Estados Unidos.
Entrevista con La Nación. Costa Rica, Feb, 2005.
-¿Y si nunca llega al útero?
-Si nunca sucede, usted no está permitiendo a este joven humano
desarrollarse. No cambia las características de la entidad, solo porque
usted le negó nutrición, un ambiente cálido. Sería como que usted me
pusiera en el Polo Sur, sin comida ni ropa, yo tampoco podría continuar
en mi desarrollo. (Prentice, Ibid)
-"No. lo que estamos haciendo es quitando las posibilidades de
desarrollarse, pero su vida ha comenzado". -Natalia López Moratalla,
especialista en bioquímica de la Universidad de Navarra, España.
Entrevista con La Nación, Costa Rica. Feb, 2005.
Los manuales y las enciclopedias de medicina
hasta hace pocos años enseñaban claramente que la vida comienza en la
concepción. (Ahora muchos lo esconden, no por razones de algún nuevo
descubrimiento sino por política).
Considine,
Douglas (ed.). Van Nostrand´s Scientific Encyclopedia, 5th
edition. New York: Van Nostrand Reinhold Company, 1976, p. 943.
Moore,
Keith L. Essencials of Human Embriology, Toronto: B.C. Decker
Inc, 1988, p. 2; Dox, Ida G., et al.
The
Harper Collins Illustrated Medical Dictionary.
New York: Harper Perennial, 1993, p. 146
Sadlier,
T.W. Langman´s Medical Embryology. 7th edition. Baltimore:
William & Wilkins 1995, p3
Carlson, Bruce M. Patten's Foudations of Embriology. 6th
edition, New York; McGraw-Hill, 1996, p.3.
Pretender
ahora que la vida comienza algún tiempo después de la concepción, no obedece a la ciencia sino a
grandes
intereses que buscan justificar el aborto. No existe ningún argumento científico para
justificar el cambio.
Al rechazar
la verdad, algunos pretenden no saber cuando empieza la vida: ¿en la
implantación?, ¿en la viabilidad del niño?, ¿al nacer?...
¿Cuándo
comienza la vida humana?
P. Paulino
Toral
Tengo muchos testimonios científicos. Por razones de
espacio, acudo a uno indiscutible. Jerome Lejeune, descubridor
del trisomía 21 o síndrome de Down, profesor de Genética de la
Universidad de Paris ha dicho: “En cuanto los 23 cromosomas del
espermatozoide se encuentran con los 23 cromosomas el óvulo, toda la
información necesaria y suficiente esta allí, reunida en el ADN (Ácido
Desoxiribo Nucleíco) para determinar todas las cualidades de un nuevo
ser humano. No se trata de una opinión, de un postulado moral o de una
idea filosófica, sino de una verdad experimental. La fecundación in
vitro lo ha demostrado: si antes, en la probeta, no es un ‘bebé’
¿para qué, entonces, implantarlo en el útero? Si el ser humano no
comienza con la fecundación, no comienza nunca. Ningún científico
informado puede indicar un solo dato objetivo posterior a la
constitución de un nuevo ADN como hecho del que dependa el inicio de una
vida humana. El endometrio no genera al ser humano; lo recibe y lo
nutre. Afirmar que la vida humana comienza después de la fecundación,
no es científico. Es una afirmación arbitraria, fruto ideologías o
intereses ajenos a la Ciencia. El cigoto, fruto de la fusión de las dos
células germinales, es un individuo distinto del padre y de la madre,
con una carga genética que tiene el 50 % de cada uno de los
progenitores”. Por esto, si se quiere determinar indiscutiblemente la
paternidad de alguien, es decir, su origen (¿quién es tal persona?), se
acude, no al incierto momento de la implantación, sino al hecho de la fusión del ADN del padre y de la madre; porque la
filiación no viene determinada por la anidación, sino por la
fecundación. Por esto la policía depende del ADN para identificar
infaliblemente a cada persona, no de la implantación; por esto los ejércitos del mundo han cambiado las tradicionales medallas de
identificación por el análisis del ADN de sus soldados y no han acudido
a la implantación. Cada soldado caído en batalla podría decir: “He
muerto. Soy el que comenzó a vivir cuando mi ADN se originó con la
fusión del ADN de mis progenitores. Mi ADN de hoy, que demuestra que yo
soy yo, es el que me transmitieron mis padres cuando me dieron mi vida,
en el momento de mi fecundación. Allí esta el origen de mi existencia,
no después, en la implantación. Mi historia comenzó en el ADN que hoy ha
dado testimonio de que yo soy yo”.
La afirmación de que el ser humano
se inicia en la implantación, no cuenta con el respaldo de la Ciencia,
es una afirmación gratuita, infundada y criminal que hacen las personas
o las instituciones abortistas para poder negar el asesinato de los
seres humanos que abortan (“no es aborto, dicen, porque el aborto se da
sólo desde el embarazo, y éste existe sólo desde la implantación”). Como
si se les ocurriera decidir que mientras no nazca, no es humano… Es una
arbitrariedad de la OMS, de ciertos Parlamentos, de los médicos
abortistas y de los laboratorios que producen abortivos, como arbitraria
fue la decisión de Hitler de negar estatuto humano a los judíos, a los
negros o a los enfermos. Pero, gracias a Dios, yo no dependo de la OMS
para ser persona humana… El término ‘preembrión’ no tiene fundamento
científico; como tampoco tendría un ‘pre-ADN; porque es la fecundación
el momento en el que se genera una nueva vida humana con su propio ADN,
el código irrepetible y original de cada vida humana. El
que rechace esto, no rechaza un dogma religioso, sino una verdad
científica. Parece mentira que un cura tenga que recordar estas cosas a
ciertos médicos a quienes les recomiendo que vuelvan a estudiar sus
textos de Biología. Es admirable que un médico/a sepa tan poca Biología
como para tener la ocurrencia de decir que lo del ADN es un ‘dogma
religioso’… Si se impide la vida del huevo cigoto, se mata a un ser
humano, microscópico, pero humano. Todos los humanos, comenzamos nuestra
vida a este nivel molecular.
Es oportuno que aclaremos de paso algo que
supera a las ciencias experimentales y pertenece a otros ámbitos
científicos: la Teología y la Filosofía. En el instante mismo en el que
se unen las dos células germinales portadoras del ADN de nuestros
padres, Dios interviene creando e infundiendo nuestra alma al resultado
de esa fusión molecular. Tan indiscutible, incuestionable, contundente e
incontrovertible es este hecho biológico que Dios mismo, enemigo de toda
arbitrariedad, lo respeta. Basta que la unión de las células se dé, para
que Él indefectiblemente infunda el alma al nuevo ser, sin cuestionarse
sobre si ‘eso’ fue fruto del amor casto de los esposos o de una brutal
violación. Más aún: Dios no quiere que los seres humanos sean ‘re-producidos’
como terneros por dinero en un laboratorio, sino que sean ‘pro-creados’
por amor en casto acto conyugal por los esposos (como Él mismo creó a
Adán y Eva: por puro amor); sin embargo, basta que los hombres hayan
respetado la ley biológica (¡ay!... lamentablemente no la moral) uniendo
un espermatozoide y un óvulo en condiciones que se garantice la
viabilidad, incluso en un laboratorio, para que Él se ‘someta’ a ese
hecho físico y a esa ley natural que Él mismo estableció, y cree un alma
para esa fusión de las dos células germinales, lograda en
artificialmente dentro de un tubo de ensayo…¡ Dios respeta el inicio
biológico a nivel molecular de la vida humana, creando un alma e
infundiéndola a lo que, en contra de sus sabios preceptos, el hombre
logró en el laboratorio! Como testimonio de esto, la Iglesia ni siquiera
cuestiona la dignidad, incluso de los seres humanos ‘re-producidos’ en
los laboratorios; ellos son tan dignos como cualquiera. La Iglesia no
discrimina; los abortistas sí. El abortista es arbitrario ante los
hechos científicos; Dios, y con Él la Iglesia, no.
En conclusión: la vida humana siempre
comienza con la fecundación, no con la implantación. Allí, a nivel
molecular, comienza la vida, y la dignidad de cada ser humano, y los
mismos derechos humanos, allí comienzan. Allí comenzamos todos.