Profesor
Jerome LeJeune
Católico defensor
de la vida y padre de la genética moderna
-Su Biografía: "Life is a Blessing" de Clara LeJeune,
Ignatius Press
"Cada uno de nosotros tiene un momento preciso en que comenzamos. Es
el momento en que toda la necesaria y suficiente información
genética es recogida dentro de una célula, el huevo fertilizado y
este momento es el momento de la fertilización. Sabemos que esta
información esta escrita en un tipo de cinta a la que llamamos DNA...
La vida esta escrita en un lenguaje fantásticamente miniaturizado.
-Dr. Lejeune, pionero en genética y ciencia pre-natal, Univ. Paris.
Ver también:
¿Cuando Comienza la Vida
Humana?
En la XIII Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida,
el 25 de Febrero, 2007, se anunció la apertura de la causa de
beatificación del Profesor Jerome LeJeune.
El Dr. Jérôme Lejeune es
reconocido tanto por su fidelidad a la Iglesia como por su
excelencia como científico. A los 33 años de edad, en 1959, publicó
su descubrimiento sobre la causa del síndrome de Down, la trisomía
21.
En 1962 fue designado
como experto en genética humana en la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y en 1964 fue nombrado Director del Centro nacional de
Investigaciones Científicas de Francia y en el mismo año se crea
para él en la Facultad de Medicina de la Sorbona la primera cátedra
de Genética fundamental.
El profesor LeJeune era reconocido
por todos. Se esperaba que recibiera el Premio Nobel. Pero en 1970 se opone
firmemente al proyecto de ley de aborto eugenésico de Francia. Esto
causa que caiga en "desgracia" ante el mundo. Prefirió mantenerse en
gracia ante la verdad y ante Dios: matar a un niño por estar enfermo
es un asesinato. Siempre utilizó argumentos racionales fundamentados
en la ciencia.
Llevó la causa pro vida
a las Naciones Unidas. Se refirió a la Organización Mundial de
la Salud diciendo: “he aquí una institución para la salud que se ha
transformado en una institución para la muerte”. Esa misma tarde
escribe a su mujer y a su hija diciendo: “Hoy me he jugado mi Premio
Nobel”. Tenía razón. No se lo dieron. No querían a un
científico que se opusiera a la agenda abortista.
LeJeune también rechazó los conceptos ideológicos que se utilizan
para justificar el aborto, como el de "pre-embrión".
Fue acusado de querer
imponer su fe católica en el ámbito de la ciencia. No faltaron
miembros de la Iglesia que lo rechazaran. Le cortaron los fondos
para sus investigaciones. De repente se convirtió en un paria.
Juan Pablo II reconoció la excelencia del Dr. Le Jeune nombrándolo
Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el 26 de febrero
de 1994. Muere el 3 de abril del mismo año, un Domingo de Pascua.
Con motivo de su muerte,
Juan Pablo II escribió al Cardenal Lustinger de Paris diciendo: “En
su condición de científico y biólogo era una apasionado de la vida.
Llegó a ser el más grande defensor de la vida, especialmente de la
vida de los por nacer, tan amenazada en la sociedad contemporánea,
de modo que se puede pensar en que es una amenaza programada.
Lejeune asumió plenamente la particular responsabilidad del
científico, dispuesto a ser signo de contradicción, sin hacer caso a
las presiones de la sociedad permisiva y al ostracismo del que era
víctima”.