Células Madre
(También llamadas "troncales"
o "estaminales". En inglés "stem
cells")
El
creador de ‘Dolly’ dice que clonación y células embrionarias “no son
eficientes ni rentables” XI,07
Explicación
de la controversia en torno a
las
Células Estaminales (Stem Cell research)
Padre Jordi Rivero, 2006
¿Por que investigan con células estaminales (CE)?
-Porque se han suscitado grandes expectaciones sobre
estas células, especulando que tienen un gran potencial de proveer curas casi milagrosas en el
tratamiento de una gran variedad de enfermedades. La hechos hasta
ahora no corresponden con las expectaciones. El
reconocido genetista Angelo Luigi Vescovi, co-director del Instituto de Investigación de Células
Estaminales del Hospital San Rafael de Milán,
declara: «las células estaminales embrionales raramente surten el efecto esperado».
¿Cual
es la posición de la Iglesia?
La Iglesia valora la investigación mientras
no se violen los principios de la moral. Entre estos, el respeto a la
vida.
La vida comienza en la concepción. Es un hecho científico>>>.
Cuando se obtienen las Células Estaminales (CE) de un embrión vivo
(ser humano), se le mata, por lo que es inmoral. Pero existen
alternativas.
Existen alternativas moralmente aceptables para obtener las células
estaminales.
|
Existen
formas de obtener CE que son moralmente aceptables: Las CE se
pueden obtener, entre otros, de abortos
espontáneos, del cordón umbilical o de personas adultas. Entonces no
hay objeción moral.
Por lo tanto es FALSO
decir que la Iglesia se opone a la investigación con CE cuando solo
se opone a que estas se extraigan de un embrión.
El
genetista Angelo Vescovi, utiliza células estaminales embrionales de los abortos espontáneos.
No hay problema moral ya que el bebé ya estaría muerto. De hecho, «bastarían los
44 abortos (espontáneos) que ocurren semanalmente sólo en la provincia de Milán
para la terapia de decenas de miles de enfermos»>>>
El doctor Dr. Luis E.
Ráez >>>: "Las celulas estaminales de
adultos (CEA) son la alternativa humana y cristiana a la inmoral
experimentacion y clonación de seres humanos. Las CEA se obtienen
fácilmente ahora de la sangre, la medula osea o el cordón umbilical"
"Las células estaminales tomadas de adultos (método
moral), han tenido mas éxito, como en diabetes juvenil (Reporte del American Diabetis Assoc. 24 de
junio, 2001); en daños de la espina dorsal (Toronto Globe and Mail,
15 de junio, 2001); en reparación de la cornea (New England Journal
of Medicine, 13 julio, 2000).
¿El temor que existe sobre los experimentos con embriones no es
el mismo que surge cada vez que aparece una nueva tecnología?
Respuesta: "Lo que es original aquí es la
terapia celular, conseguir que unas células sustituyan a otras. Lo
que no es una novedad o no es un progreso es el origen de
esas células, es decir de dónde las tomamos. Tomarlas de un embrión,
en base a destruirlo, no tiene racionalidad. -Natalia López
Moratalla, especialista en bioquímica de la Universidad de Navarra,
España. Entrevista con La
Nación, Costa Rica, Feb. 2005.
"La ignorancia está en
no conocer los datos reales, en términos de los resultados que hemos
visto entre células madre embrionarias y las células madre
adultas. Tenemos muchos resultados positivos para las células madre
adultas y prácticamente ninguno para las células madre embrionarias.
Si uno escucha a aquellos que están a favor de la investigación en
embriones humanos, continúan hablando de esperanza, promesas
vacías".David Prentice, especialista en bioquímica de la Universidad
de Indiana, Estados Unidos,
Entrevista con La Nación, Costa Rica, Feb 2005.
¿De
donde proceden los embriones humanos utilizados para obtener CE y
otros
experimentos?
1- Embriones ya existentes por la Fertilización en Vitro. Algunas parejas, en su afán por tener hijos a todo costo, han
recurrido al laboratorio donde se han creado niños de probeta. En el
proceso se han creado también muchos embriones que ahora están
utilizando para experimentos.
2-
Embriones creados
en el laboratorio y "cosechados" para abastecer un
mercado de "piezas humanas" de repuesto. Estos recursos
causan la muerte del embrión, por lo que son inmorales.
Justificaciones para
la
matanza de embriones y respuestas:
1- Que estos no son todavía seres humanos por ser células muy
pequeñas.
-Pero el
hecho es que los embriones son personas únicas y genéticamente
completas. Su pequeñez no reduce su humanidad. Si utilizamos la lógica
que nos proponen, un bebé sería menos persona que un adulto.
2-Que
los embriones no son mas que células desechadas.
Si ya existen,
argumentan, ¿por que no utilizarlos?
-Esto denota una ética
utilitarista según la cual las personas valen tan solo cuando son
amadas. Nos olvidamos que en
el siglo XX esta mentalidad causó un
holocausto.
3-Que
es necesario matar los embriones para curar a muchas personas.
-Primero hay que recordar que el valor terapéutico de las células
estaminales procedente de los embriones no está aun probado. Segundo:
como hemos dicho, las CE se pueden obtener moralmente. Pero
vamos a suponer que la única forma de obtener CE fuese matando un
embrión. Aun tendríamos que oponernos porque sería matar un ser
humano inocente lo cual nunca puede ser lícito. Un
principio fundamental de moral es: El fin no
justifica los medios.
Las células
estaminales y la política
Las investigaciones y experimentos con seres humanos se llevan a
cabo en varios países. En muchos otros, incluso USA, las corporaciones privadas, que buscan
grandes ganancias, llevan a cabo investigaciones con células
estaminales obtenidas de embriones humanos. Sin embargo, en USA, desde
septiembre del 2001, la ley limita el uso de fondos
gubernamentales solo a las investigaciones con células estaminales
(CE) de adultos ó CE de embriones ya sacrificados previamente al día
que se dio la ley. El Presidente de Estados Unidos se ha mantenido
firme en esta posición en defensa de la vida humana.
Una campaña engañosa busca derogar la ley arriba
mencionada.
Esta cuenta con la figuras políticas y personas famosas que nos
quieren hacer creer que la ley está impidiendo la curación de enfermos. Detrás están
las corporaciones farmacéuticas. En general la prensa favorece esta
campaña.
No mencionan las alternativas para obtener las CE y con frecuencia
tildan a sus opositores de fanáticos religiosos.
Posición de la
Iglesia
Para la explicación completa
vea: Declaración de la
Academia Pontificia para la Vida sobre la producción y uso
científico y terapéutico de las de las células estaminales
embrionarias humanas.
Aquí un par de párrafos
de este doc.:
El problema ético, que es fundamental, puede formularse así: ¿Es
moralmente lícito producir y/o utilizar embriones humanos vivos para
la preparación de ES (células estaminales)?
"La respuesta es negativa", por las siguientes razones:
1. Sobre la base de un análisis biológico completo, el embrión humano
vivo es, a partir de la fusión de los gametos, un sujeto humano con
una identidad bien definida, el cual comienza desde ese momento su
propio desarrollo, coordinado, continuo y gradual, de
tal modo que en
ningún estadio sucesivo puede ser considerado como una simple masa de
células14.
2. En consecuencia, como "individuo humano", tiene derecho a su propia
vida. Por consiguiente, cualquier intervención que no sea en favor del
embrión mismo, es un acto que viola dicho derecho. La teología moral
ha enseñado siempre que, en el caso del "jus certum tertii", no es
aplicable el sistema del probabilismo15.
4. Ningún fin considerado bueno, como la utilización de la células
estaminales que podrían obtenerse para la preparación de
otras células
diferenciadas con vistas a procedimientos terapéuticos de grandes
expectativas, puede justificar esa intervención. Un fin bueno no hace
buena una acción en sí misma mala.
5. Para un católico, dicha postura ha sido confirmada por el
Magisterio explícito de la Iglesia que, en la encíclica
Evangelium
vitae -refiriéndose también a la instrucción
Donum vitae de la Congregación para la doctrina de la fe-, afirma que "la
Iglesia siempre ha enseñado, y sigue enseñando, que al fruto de la
generación humana, desde el primer momento de su existencia, se ha
de garantizar el respeto incondicional que moralmente se le debe al
ser humano en su totalidad y unidad corporal y espiritual:
'El ser
humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de
su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben
reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho
inviolable de todo ser humano inocente a la vida'" (n. 60)[16].
El
Catecismo enseña:
2273 El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida
constituye un
elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación: "Los derechos
inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad
civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a
los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado:
pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador
que la ha originado. Entre esos derechos fundamentales es preciso recordar a este
propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la
concepción hasta la muerte". "Cuando una ley positiva priva a una categoría de
seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la
igualdad de todos ante la ley. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los
derechos de todo ciudadano, y particularmente de quien es más débil, se quebrantan los
fundamentos mismos del Estado de derecho... El respeto y la protección que se han de
garantizar, desde su misma concepción, a quien debe nacer, exige que la ley prevea
sanciones penales apropiadas para toda deliberada violación de sus derechos".
2274 Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión
deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo
posible, como todo otro ser humano. El diagnóstico prenatal es moralmente lícito,
"si respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano, y si se orienta
hacia su protección o hacia su curación... Pero se opondrá gravemente a la ley moral
cuando contempla la posibilidad, en dependencia de sus resultados, de provocar un aborto:
un diagnóstico que atestigua la existencia de una malformación o de una enfermedad
hereditaria no debe equivaler a una sentencia de muerte".
Genetista Angelo Vescovi:
-LAS CÉLULAS ESTAMINALES EMBRIONALES RARAMENTE SURTEN EL EFECTO
ESPERADO
-El modo de obtener células estaminales embrionales es de los
abortos espontáneos. He dicho “espontáneos”, recalcó. De hecho,
bastarían los 44 abortos que ocurren semanalmente sólo en la
provincia de Milán para la terapia de decenas de miles de enfermos.
El profesor Angelo Vescovi
interviene en el «Meeting» de Rímini (Italia)
RÍMINI, viernes, 27 agosto 2004 (www.ZENIT.org)
Lejos de lo que se piensa y
difunde, «las células estaminales embrionales raramente surten el
efecto esperado», reveló el miércoles el profesor Angelo Luigi
Vescovi --co-director del Instituto de Investigación de Células
Estaminales del Hospital San Rafael de Milán— en el multitudinario
«Meeting» que comenzando el 22 de agosto, 2004 se celebró en la
localidad italiana de Rímini por iniciativa de Comunión y
Liberación.
Experto a nivel
internacional en este campo de la ciencia, el profesor de Biología
Celular recalcó que la idea «según la cual las células totipotentes
extraídas de los embriones sean verdaderamente la panacea de todos
los males no está fundada científicamente». De acuerdo con sus
explicaciones, «las células estaminales están presentes en el
organismo humano por el feto desarrollado hasta la muerte del
individuo. Y están allí para trabajar como una gran y extraordinaria
oficina de manutención» que funciona «en todo instante del día para
sustituir las células que incluso con el más banal de los
movimientos mueren». Así describió la existencia de células
estaminales disponibles para todo tipo de tejido, listas para
subsanar, si es necesario, cualquier daño. Basta con pensar que cada
quince días todos los glóbulos rojos de la persona son reemplazados.
El profesor Vescovi
subrayó que las «verdaderas células estaminales son las de los
adultos», que «en términos especialistas se denominan “somáticas” o
“pluripotentes”». Las embrionales se llaman en cambio “totipotentes”
y están hechas para «crear, no para reparar», distinguió.
«Contrariamente a cuanto difunden los medios de comunicación, las
células estaminales raramente surten el efecto esperado. Podrían
incluso revelarse muy peligrosas, creando las condiciones para la
formación de neoplasias o tumores». Al hilo de lo anterior, precisó
que el «embrión es un ser humano»: «esto es innegable», declaró a la
publicación «Meeting quotidiano» (26 de agosto) del encuentro de
Rímini.
En este contexto, el
genetista, –se define «agnóstico, prácticamente ateo» y «taoísta»--,
advirtió que «cualquier intento de hacer comenzar la vida humana en
un momento posterior es arbitrario y no sostenido por argumentación
científica». Para el profesor Vescovi, el modo de obtener células
estaminales embrionales es «de los abortos espontáneos». «He dicho
“espontáneos”», recalcó. De hecho, «bastarían los 44 abortos que
ocurren semanalmente sólo en la provincia de Milán para la terapia
de decenas de miles de enfermos», concluyó.
ZS04082706
Descubrimientos Científicos en las
Investigaciones con
Celulas Estaminales de Adultos
Aumentan la Esperanza de Poder Salvar Embriones Humanos
Dr.
Luis E. Ráez
Publicado con su permiso
Que son las celulas estaminales (CE) o
“celulas madre”:
Son el componente escencial de todo embrión recien
formado. Las CE tienen una capacidad asombrosa de desarrollarse y
reproducirse formando luego durante el embarazo todos los organos
del nuevo ser humano. Muchos cientificos tienen la esperanza de usar
CE para “reparar” tejidos dañados por enfermedades incurables como
en el caso de demencia de Alzhaimer, diabetes ó paralisis de medula
espinal. El problema es que los cientificos extraen las CE de
embriones recien formados en el laboratorio matando durante el
procedimiento al embrion humano. Asimismo debido a la necesidad de
obtener mas embriones humanos para estos procesos se esta
considerando fuertemente la posibilidad de clonar embriones humanos
(como en una “factoria” o “produccion en serie”) para matarlos y
obtener cantidades significativas de CE para experimentos, esta es
la llamada “clonacion terapeutica”.
Otra posibilidad de obtencion de CE esta en los embriones congelados
que han “sobrado” de los procesos de fecundacion in vitro (FIV), que
se realizan cuando las parejas esteriles buscan engendrar
artificialmente, en los laboratorios de FIV se engendran varios
bebes y se van implantando en el utero de la madre por grupos, si se
tiene éxito con alguno de los primeros entonces quedaran algunos
embriones “sobrantes”. Estos embriones estan almacenados y que como
los padres ya han engendrado el bebe que querian no quieren mas
hijos, hasta ahora estos embriones estan protegidos por ley pero
como nadie los quiere siempre son el blanco de pedidos de gente
inmoral e inescrupulosa que quieren que se usen para experimentos
cientificos.
Desde septiembre del ano 2001, la asignación de fondos
gubernamentales a las investigaciones con celulas estaminales (CE)
ha estado limitada a las investigaciones en CE de adultos ó CE de
embriones ya sacrificados previamente al dia que se dio la ley, no
se permite en Norteamerica la investigación en CE o clonación con
fondos gubernamentales. Sin embargo las investigaciones y
experimentos en seres humanos continuan en paises extranjeros como
Corea del Sur que hace poco hizo propaganda de haber logrado clonar
un ser humano; o en manos de corporaciones privadas que buscan
obtener en el futuro ingresos significativos provenientes de los
posibles descrubrimientos medicos.
Las celulas estaminales de adultos (CEA) son la alternativa humana y
cristiana a la inmoral experimentacion y clonación de seres humanos.
Las CEA se obtienen facilmente ahora de la sangre, la medula osea o
el cordon umbilical. Por mas de 30 años se vienen usando por ejemplo
CEA para tranplantes de medula osea exitosamente en la lucha contra
el cancer. Sin embargo la mayoria de cientificos y publico en
general no quiere invertir recursos ni tiempo en investigar otras
CEA en el cerebro, pancreas, u otros organos; prefieren la
alternativa facil de engendrar o clonar embriones humanos y matarlos
para obtener mas CE y permanentemente desacreditan la investigacion
seria en CEA con los pretextos ya mencionados arriba y ademas con la
idea errada que al ser celulas ya “adultas” probablemente tienen una
capacidad limitada en la reparacion de tejidos que es inferior a las
celulas estaminales jovenes de un embrion recien sacrificado.
La revista Lancet que es una de las mas prestigiosas publicaciones
cientificas a nivel mundial dedico el numero del 16 de Julio del
2004 al tema de las CE. Desafortunadamente aprovecharon para
publicar varios articulos de cientificos solicitando al presidente
Bush y al congreso promover la investigacion en CE incluyendo como
medio la “clonacion terapeutica” descrita antes. Sin embargo tambien
en ese mismo numero Lancet publico 3 articulos muy interesantes
acerca de los avances en celulas estaminales de adultos. El primer
articulo de Wollert y otros cientificos alemanes (Lancet 364; 9429;
July 10-16, 2004, 141-8) es un estudio en pacientes que han sufrido
infartos cardiacos y tienen el corazon dañado. A un grupo de ellos
se les inyecto CEA de la medula osea y a otro grupo no. El grupo que
recibio CEA experimento una mejoria cardiaca singificativa comparado
con el grupo de controles. No es claro todavia si la CEA de la
medula osea se transforma en celula cardiaca que es algo muy
controversial, o probablemente la CEA de la medula osea induce que
las celulas cardiacas danadas produzcan sustancias llamadas
cytokinas que mejoran la reparacion del corazon, entre otros efectos
posibles. Pero este estudio en seres humanos demuestra claramente
que las CEA de medula osea pueden ayudar a reparar otros organos
como el corazón.
El segundo estudio de Seo y colaboradores (Lancet 364; 9429; July
10-16, 200, 149-155 ); es un estudio de celulas estaminales adultas
periodontales (de la boca); estas se aislaron y se procesaron en el
laboratorio, luego se inyectaron en roedores y se comprobo que las
CEA pudieron reparar tejido periodontal en roedores; demostrandose
asi que las CEA aun tienen una capacidad de regeneración grande a
pesar de lo que algunos cientificos creen. El tercer estudio de
Joannides (Lancet 364; 9429; July 10-16, 2004; 172-177) reporta como
se aislaron celulas precursoras de tejido nervioso cerebral a partir
de un experimento hecho con CEA de piel. Estos tres estudios
muestran claramente como las CEA pueden todavia ser muy utiles para
reparar tejidos danados; estas CEA se han extraido facilmente de
personas adultas sin poner en peligro la vida de ningun embrion.
Todos estos estudios recientes y muchos otros similares abren la
esperanza de la alternativa de CEA para la investigacion cientifica
sin necesidad de sacrificar embriones humanos. La mayoria de
cientificos del mundo desconocen al embrion humano como persona y
quieren usarlo como sujeto de experimentacion; lamentablemente
tienen como aliados a los millones de pacientes del mundo que tienen
enfermedades incurables o cronicas a los que les han prometido que
la investigacion en CE originara la cura para sus dolencias o la de
sus seres queridos. Tenemos el claro ejemplo de Nancy Regan que vio
morir a su esposo el expresidente Regan con demencia de Alzhaimer y
promueve ahora la investigacion de CE para buscar la cura para ese
mal; sin embargo el expresidente Ronald Regan en vida siempre se
opuso a esto porque el siempre defendio la dignidad de la persona
humana desde su concepcion. Y esto es importante, muchos de nosotros
cientificos o no cientificos no quisieramos ser curados de una de
estas enfermedades al precio de sacrificar vidas de otros seres
humanos usados como “conejillos de indias” o materia prima para la
investigacion.
La investigacion en CE trae la posibilidad y la “promesa” de
descubrimientos cientificos importantes, sin embargo aun no esta
claramente demostrado los beneficios que se derivaran de esto, por
lo en otras palabras, ni siquiera es seguro si el sacrificio de
todos estos embriones sera suficiente para alcanzar la cura de una
de estas enfermedades incurables. El fin nunca ha justificado los
medios y ahora no es momento que si los justifique cuando las vidas
de tantos seres humanos inocentes estan de por medio.
*El Dr. Luis E. Raez es Director de la Unidad de Quimioterapia y
Clinicas de Oncologia Medica del “Sylvester Comprehensive Cancer
Center” de Miami donde tambien se desempeña el cargo de lider del
grupo de Oncologia Toraxica; además es Profesor Asistente de
Medicina, Epidemiología y Salud Pública en la División de
Hematología Clínica y Oncología Médica, Departamento de Medicina en
la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.
Las células estaminales y el
embrión humano
Dr.
Luis E. Ráez
Publicado con su permiso
En los últimos meses los Estados Unidos y
algunos países europeos han sido escenario de fuertes debates en torno
a los posibles usos de las células estaminales (stem cells, en
inglés). Luego de diversos descubrimientos en este campo, numerosos
científicos piensan que estas células, extraídas de embriones humanos,
podrían ser utilizadas para el tratamiento de enfermedades hasta ahora
incurables —como la demencia de Alzheimer, el Parkinson, la parálisis
de médula espinal, infartos de miocardio, diabetes mellitus,
entre otras—. Prominentes figuras políticas, actores famosos y
corporaciones farmacéuticas han iniciado una campaña de presión para
la aprobación de leyes que permitan y promuevan este tipo de
investigaciones, buscando al mismo tiempo que sean financiadas con
fondos gubernamentales (especialmente en los Estados Unidos) a fin de
darles mayor importancia y garantizar una mayor eficacia.
La extracción de células estaminales, sin
embargo, origina la muerte inmediata y la destrucción del embrión
humano. El hecho de engendrar embriones para este fin, por tanto,
constituye un grave atentado contra la dignidad de la persona humana.
En el presente artículo nos proponemos revisar brevemente algunos
aspectos científicos y éticos de estas investigaciones, y otros
relacionados con las discusiones políticas que vienen teniendo lugar
en los Estados Unidos y Europa.
1. Células estaminales
Para situarnos mejor ante el problema es
oportuno comprender qué son exactamente las células estaminales.
Como es sabido, en el proceso de
concepción o fecundación, el ovocito o célula materna se une al
espermatozoide en las trompas de Falopio de la mujer, constituyendo un
nuevo ser humano llamado, en este estadio, cigoto. En esta etapa el
cigoto tiene ya toda la información genética necesaria para que el
nuevo ser se desarrolle y crezca tanto en los siguientes nueve meses
dentro del útero materno como durante el resto de su vida. En las
horas que siguen a la fecundación, el cigoto empieza a dividirse para
formar el embrión. En las primeras 30 horas se divide en cuatro
células “totipotentes”, llamadas así porque, de separarse las mismas,
cada una de ellas podría originar un nuevo ser. Éste es uno de los
principales puntos de debate en relación a la clonación, ya que el uso
de células “totipotentes” es una de las dos posibles técnicas que, de
aprobarse, se usaría para clonar seres humanos como potenciales
fuentes de células estaminales para la experimentación.
Luego de cuatro días, el nuevo ser humano
tiene doce células y se le conoce como mórula. La mórula se dirige de
la trompa de Falopio (donde se dio la fecundación) al útero de la
madre, donde se implanta, y recibe el nombre de blastocisto. Ahí
permanecerá por los próximos nueve meses, hasta su nacimiento. El
blastocito genera dos capas de células: la capa interna o embrioblasto,
que forma el embrión humano; y la capa externa o trofoblasto, que
forma la placenta. A este nivel tenemos que el embrioblasto está
formado por un grupo de células denominadas “estaminales” (stem
cells), que son células “pluripotenciales” o células “madre”. Esto
significa que, si bien cada una independientemente no puede generar un
individuo completo —como las células “totipotenciales” anteriormente
mencionadas—, sí tienen dos características fundamentales y únicas que
otras células del cuerpo no poseen: 1) la capacidad de reproducirse
constantemente, y 2) la capacidad de “diferenciarse”, es decir de
transformarse en una célula especializada del cuerpo humano.
Las células estaminales tienen la capacidad de generar los 220 tejidos
y órganos que componen el cuerpo humano.
La investigación en células estaminales de
animales se ha venido dando desde hace muchos años con algunos éxitos.
Se ha logrado, por ejemplo, que estas células se reproduzcan en el
laboratorio y generen otras células más especializadas. Por citar un
caso, se ha conseguido producir tejido cardíaco.
La actual controversia surgió cuando se logró
aislar las primeras células estaminales de embriones humanos. Algunos
grupos privados de científicos se sumaron a dichas iniciativas y
comenzaron a experimentar con células extraídas de embriones
producidos específicamente para este fin mediante
la “fertilización in vitro” (FIV)[KB1].
Estos grupos ya han logrado hacerlas crecer en el laboratorio y en
algunas ocasiones han conseguido también que se multipliquen. Una
técnica usual utilizada en dichos ensayos consiste en extraer las
células estaminales del embrión y colocarlas en “cultivos celulares”
con fibroblastos (células del tejido conectivo) de ratón, donde las
células estaminales se reproducen constantemente, convirtiéndose así
en una fuente de recursos para la experimentación. El proceso es aún
imperfecto, por lo que se requiere constantes pruebas con nuevos
embriones. Muchos de los “cultivos celulares” no llegan a tener éxito
o son destruidos por factores externos, como por ejemplo la
contaminación bacteriana. Por otro lado, es preciso subrayar que al
extraerse las células estaminales del embrión humano éste muere
inmediata e inevitablemente, pues en esta etapa de su vida está
formado solamente de células estaminales en su capa interna y de las
células que formarán la placenta en su capa externa.
2. Ventajas de la investigación en células estaminales
Usualmente, durante el desarrollo del
individuo, las células estaminales embrionarias se diferencian, como
señalamos arriba, en las diversas células que formarán los distintos
tejidos de la persona. Este proceso, sin embargo, se piensa que es
irreversible, especialmente cuando se trata de las células de los
órganos más importantes, como el cerebro, el corazón, los músculos,
que son las células con funciones más “especializadas” en el cuerpo
humano. Así pues, las enfermedades que atacan o dañan
irreversiblemente estos órganos no pueden ser curadas (como la
demencia) o dejan secuelas para siempre (como la diabetes o los
infartos de miocardio), a menos que consigamos que las células dañadas
sean reemplazadas o reparadas.
Lo que más esperanza da en el campo médico es
que la investigación con células estaminales consiga que las mismas
puedan ser forzadas a diferenciarse en el laboratorio, obteniendo así
los tejidos que se requieren para curar o aliviar dichas enfermedades.
Ya se ha logrado que en ciertos casos células estaminales se
diferencien en células de la médula espinal o neuronas cerebrales,
abriendo así la posibilidad de reemplazar las neuronas de un adulto
dañadas por la demencia de Alzheimer o el Parkinson, recuperando de
esta manera a enfermos que actualmente se consideran inválidos o
discapacitados de por vida y cuya situación continuaría empeorando
hasta el momento de su muerte.
Por otro lado, científicos de la Universidad Johns Hopkins han
conseguido que ratones con enfermedades degenerativas nerviosas de la
médula espinal recuperen cierto movimiento al implantarles dichas
células estaminales.
Otros grupos de científicos, basados en experimentos que sugieren la
posibilidad de diferenciar las células estaminales en células del
tejido cardíaco, trabajan con la esperanza de producir a corto plazo
el tejido que reemplace la porción del corazón humano adulto que muere
cuando la persona sufre de un infarto de miocardio.
También se podrían formar nuevas células del páncreas e introducirlas
en un paciente con diabetes, enfermedad originada precisamente por el
daño irreversible de las células pancreáticas, curándolo parcial o
totalmente.
Lamentablemente estas enfermedades son bastante comunes, con millones
de enfermos en todo el mundo.
Los ejemplos anteriormente mencionados son
sólo algunos de los posibles “usos” de las células estaminales. Pero
la propaganda periodística y las esperanzas de los pacientes y sus
familiares hace crecer la lista de enfermedades que podrían ser
erradicadas o mejor controladas, generando en muchos casos falsas
expectativas. Algunos grupos privados en Estados Unidos, como la
Geron Corporation, afirman que ya han sido capaces de lograr la
diferenciación de las células estaminales en más de 110 de los 220
tejidos que constituyen el cuerpo humano. Que esto sea cierto y
posible no quiere decir, sin embargo, que tengamos ya la tecnología
apropiada para aplicarla en seres humanos, como se espera. De hacer
crecer una célula en una probeta de laboratorio a esperar que
reemplace a una neurona del cerebro y que revierta una enfermedad
incurable, todo ello sin ningún daño al paciente, hay muchos pasos por
recorrer. Queda claro que la posibilidad de que se usen estas células
y los productos derivados de ellas en forma terapéutica, con las
potencialidades de comercialización en el futuro, es lo que más atrae
el interés de las corporaciones privadas.
El Instituto Nacional de Salud de los Estados
Unidos (NIH) publicó en julio del presente año un reporte favorable al
uso de fondos gubernamentales para incrementar la investigación en
células estaminales con argumentos como los anteriormente expuestos.
La prensa estadounidense, motivada por grupos de interés, inició una
campaña muy agresiva en la que prácticamente aseguraba a los pacientes
y familiares que las investigaciones con células estaminales serían la
solución a cientos de enfermedades, la mayoría de ellas actualmente
incurables. Artistas de cine muy conocidos como Christopher Reeve
—quien sufre de parálisis en las extremidades por una lesión
irreversible en la médula espinal— y Michael Fox —quien padece de
Parkinson—, entre otros, han ayudado significativamente a propagar
esta idea, motivados por la esperanza que ellos mismos tienen al
respecto.
La falta de información acerca del tema llevó
incluso a que, por ejemplo, algunos conocidos políticos pro-vida
estadounidenses como los senadores Orrin Hatch y Tommy Thompson (el
actual Secretario de Salud del gobierno del presidente Bush) apoyasen
estas iniciativas. Lamentablemente, esa falta de información llevó
también a que, según encuestas de opinión realizadas en Estados Unidos
en julio de este año, cerca del 57% de los que se oponen al aborto y
70% de los que se declaran católicos apoyen
la investigación en células estaminales
[KB2]por
las bondades reales o ficticias que prometen, sin tener una idea clara
de las consecuencias que esta opción trae para la vida y dignidad del
embrión humano que tiene que ser destruido.
3.
Obtención de células estaminales para la investigación médica
El hecho de tener que destruir embriones
humanos para obtener células estaminales felizmente todavía genera
dudas entre los que tienden a estar a favor de tal medida. En los
Estados Unidos, por esta razón algunos científicos y políticos
propusieron que no se permitiera la producción “en cadena” de
embriones en el laboratorio con el exclusivo fin de promover esta
investigación, pero sí que se usen cerca de 100,000 embriones humanos
que se encuentran actualmente congelados en clínicas de fertilización
in vitro.
Como sabemos, hay parejas no fértiles que, en
un afán quizá desesperado por concebir, recurren a técnicas de
fertilización in vitro. Éstas consisten básicamente en producir
la fertilización (unión del espermatozoide con el óvulo materno) en el
laboratorio y luego implantar el embrión en la madre. Como el proceso
no es 100% efectivo, se prefiere generar entre seis y diez embriones.
Si alguno de los primeros se implanta exitosamente en el útero materno
y se desarrolla finalmente en un bebé, los embriones “sobrantes” son
entonces descartados o congelados para algún uso futuro. No han
faltado quienes, con una aproximación netamente utilitarista, han
propuesto usar estos embriones como fuente de células estaminales,
puesto que “de todas maneras serán destruidos”. Ya durante el gobierno
del presidente Clinton se intentó usar estos embriones en los Estados
Unidos para experimentación humana con el mismo raciocinio, medida que
felizmente no llegó a encontrar un respaldo legislativo.
Lamentablemente, una alternativa como la
extracción de estas células estaminales de bebés espontáneamente
abortados, no es posible, aun cuando el bebé conserva todavía un buen
número de células estaminales en la sangre del cordón umbilical y
otros órganos. Ello se debe principalmente a que estas situaciones,
que no son muy numerosas, son impredecibles. Además, a veces el bebé
permanece en el útero muerto varias horas antes de ser espontáneamente
abortado, lo que lleva al deterioro de las células estaminales. La
obtención de células estaminales de abortos provocados, en cambio,
genera serios problemas éticos, pues al igual que la destrucción de
embriones humanos, se estaría comercializando con los restos de
víctimas de un acto inmoral o, incluso, incentivando el asesinato de
seres humanos con este fin. Por tanto, éstas no pueden considerarse
opciones para la obtención de células estaminales embrionarias.
4.
Riesgos morales de la investigación en células estaminales
Los riesgos son numerosos y no es posible
predecirlos con cierta precisión, pues todavía no conocemos qué usos
predominarán en la manipulación de células estaminales, ni los
posibles descubrimientos científicos que en el camino puedan surgir,
ni el cauce por el que discurrirá la comercialización que de todo ello
derive. Más allá de las posibilidades que se presenten en el futuro,
por lo menos detectamos hoy tres problemas morales importantes:
4.1.
Desconocer al embrión como ser humano y negarle el derecho a la vida
Como hemos visto, un buen número de
científicos justifica la producción y destrucción de embriones humanos
para obtención de células estaminales. Algunos de sus argumentos ya
han sido descritos, en los que queda clara una mentalidad utilitarista
que a la vez relativiza y reduce el valor de la persona humana
representada en el embrión. Así, no vacilan en sacrificarla con el
propósito —alcanzable real o hipotéticamente— de investigar para
obtener la cura de ciertas enfermedades.
Otros científicos justifican su forma de
pensar y actuar afirmando que no consideran al embrión como ser
humano. Al respecto, grupos de interés han intentado, lastimosamente
muchas veces con éxito, trastocar la definición del inicio de la vida
humana. Así, han procurado desconocer la concepción o fecundación como
el momento en que se inicia la vida —de lo que no se había dudado
durante décadas en la comunidad científica, al menos no antes del
inicio del proceso de legalización del aborto—, sosteniendo más bien
que se inicia recién cuando se da la implantación del bebé en el útero
materno, lo que ocurre alrededor del séptimo día de vida. Por ello,
argumentan que no hay ningún problema ético en el hecho de producir
embriones en el laboratorio y experimentar con ellos o extraerles las
células estaminales antes de implantarlos, puesto que “no serían
todavía seres humanos”. Se busca justificar esta errada concepción
argumentando que no todos los embriones que intentan implantarse
sobreviven. A veces hasta el 30% de ellos son espontáneamente
abortados por un proceso natural, como puede ocurrir también en
cualquier momento del embarazo o incluso después, ya que nunca el 100%
de todos los recién nacidos sobreviven. Estos grupos de interés
obtienen de esta manera la “libertad” de manipular al embrión y
justificar de paso el uso de métodos abortivos —como los dispositivos
intrauterinos (DIU) o, más recientemente, la píldora RU-486 o “píldora
del día siguiente”— que impiden la implantación del bebé. Si el
embrión no es considerado ser humano porque —se dice— no
necesariamente sobrevivirá, cabe preguntarse: ¿Puede algún recién
nacido considerarse capaz de sobrevivir por sí mismo, sin el cuidado
de sus padres? Y, más aún, ¿no es la posibilidad de la muerte una
realidad para todo ser humano y característica ineludible de la vida
como la conocemos en este peregrinar terreno?
Como señalábamos anteriormente, los médicos y
científicos, hasta antes de que el aborto entrara en debate en Estados
Unidos y en el resto del mundo, teníamos una opinión unánime acerca
del momento en que se inicia la vida gracias a los descubrimientos de
la ciencia moderna. La Iglesia católica, por otro lado, siempre ha
sostenido que «con la fecundación se inicia la aventura de una vida
humana, cuyas principales capacidades requieren solamente tiempo para
desarrollarse y poder actuar».
Siguiendo la orientación de la Sagrada Escritura y la Sagrada
Tradición, la enseñanza de los Sumos Pontífices y en general de los
diversos documentos del Magisterio de la Iglesia sobre el tema han
señalado claramente que la vida del ser humano debe ser respetada
desde la concepción, porque el hombre es la única criatura que Dios ha
querido «por sí misma» y cuya alma espiritual ha sido creada por Dios
«inmediatamente» a su imagen, entablando una relación especial con su
Creador.
Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término.
Nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar
de modo directo a un ser humano inocente.
La declaración de la Academia Pontificia para
la Vida sobre la producción y uso científico y terapéutico de las
células estaminales embrionarias humanas defiende claramente la
integridad y la vida del embrión humano que corre el riesgo de ser
destruido: «La ablación —recolección y destrucción— de la masa celular
interna (ICM) del blastocisto, que lesiona grave e irreparablemente el
embrión humano, truncando su desarrollo, es un acto gravemente
inmoral y, por consiguiente, gravemente ilícito. Ningún fin
considerado bueno, como la utilización de las células estaminales
que podrían obtenerse para la preparación de otras células
diferenciadas con vistas a procedimientos terapéuticos de grandes
expectativas, puede justificar esa intervención. Un fin bueno
no hace buena una acción en sí misma mala».
4.2. Promoción de la clonación de embriones humanos
para obtención de células estaminales
No se puede discutir el proceso de obtención
y comercialización de embriones humanos sin tocar el tema de la
clonación. De difundirse la producción “en cadena” de embriones
humanos para la obtención de células estaminales se pasaría a
considerar la clonación como la herramienta más eficaz para este fin.
Como explicamos al inicio de este trabajo, de los primeros estadios
del embrión humano (cuatro células “totipotenciales”) podríamos
obtener hasta cuatro seres humanos semejantes dividiendo
artificialmente dichas células o usando la otra técnica de clonación
que consiste en unir el núcleo de una célula adulta con un ovocito o
célula materna a la que se le ha sacado su propio núcleo, formando así
artificialmente un nuevo ser que tiene todas las propiedades para
desarrollarse en un embrión humano (como en el caso de la “oveja Dolly”).
Se garantizaría de esta manera “la producción en cadena” y la
obtención de la cantidad adecuada de embriones humanos para satisfacer
la oferta y demanda que estos experimentos requerirían sin necesidad
de estar buscando mujeres “donantes” de óvulos. Sobre este punto del
debate, por ejemplo, el Congreso estadounidense votó recientemente una
ley que impide los procesos de clonación con cualquier fin. Por otro
lado, ya el Parlamento Europeo, a pesar de ser bastante liberal, en su
resolución del 12 de marzo de 1997 se había pronunciado diciendo que
el uso de la clonación para la obtención de embriones humanos va
contra los principios de igualdad y dignidad de los seres humanos.
Pero el debate está aún abierto y, a
menos que seamos enfáticos y firmes en la defensa de la vida del
embrión, es de presumir que, con diversas excusas y falaces
explicaciones, se seguirá tratando de destruirlo. En agosto del año
pasado, por ejemplo, tres científicos americanos e italianos con
credenciales bastante cuestionables por su falta de consistencia y
poco reconocida trayectoria científica amenazaron en Washington,
durante una conferencia supuestamente organizada para discutir
aspectos científicos de la clonación, con empezar a clonar seres
humanos —por su cuenta y riesgo— en alguna isla del Caribe o del
Mediterráneo donde no hubiera restricciones gubernamentales.
Arguyeron, entre otras razones, la voluntad de “avanzar” con la
investigación en células estaminales. Incluso el científico escocés
que ayudó a la clonación de la primera “oveja Dolly” calificó estos
comentarios de anti-científicos. Según señaló, debido a que
actualmente no existe una adecuada tecnología para la clonación, él
había realizado 288 intentos antes de tener éxito con “Dolly”. De
hacerse estos experimentos en seres humanos, algo similar podría ser
el número de vidas de embriones que se perderían antes de conseguir
una clonación exitosa. Cuando hablamos de “exitosa” nos referimos a un
embrión concebido en el laboratorio que se desarrolle y crezca hasta
su nacimiento o adultez, no como el “fiasco científico” anunciado por
la compañía “Advance Cell Tecnology, Inc.”, de Massachusetts que, con
el fin de presionar al gobierno estadounidense, informó en noviembre
pasado de la “primera clonación exitosa” de un ser humano.
Lo que en realidad se limitaron a hacer fue tratar de concebir ocho
embriones humanos uniendo óvulos con núcleos de células maduras, pero
sólo pudieron concebir dos, que murieron luego de llegar uno de ellos
a desarrollarse hasta el estadio de seis células. Ninguna organización
científica seria aceptó dichos resultados y el consenso fue calificar
el experimento como un fracaso y un intento de ganar publicidad. No
hay duda de que así como esta compañía, otros grupos no vacilarán, con
mentiras o medias verdades, en continuar con su campaña de promoción
de la producción “industrial” de embriones humanos y clonación.
Todos los errores mencionados hasta ahora no
se comparan con los graves problemas morales que la clonación humana
en sí misma supone, no sólo por la lógica de “producción industrial”
ya mencionada, sino también por la instrumentalización de la mujer que
se convierte simplemente en “prestadora” o “proveedora” de óvulos; por
la perversión de las relaciones naturales de paternidad, maternidad,
filiación y consanguinidad, ya que, por ejemplo, no existe una
verdadera madre o un verdadero padre del embrión concebido para una
tercera persona sin intervención paterna, entre otras aberraciones.
También es moralmente grave el hecho de que el “productor”, el
“vendedor” o el “comprador” de los embriones dispongan sobre la vida
de un ser humano, sin respetar su dignidad. No ha de olvidarse,
además, que la procreación debe ocurrir dentro del matrimonio y como
resultado de la unión amorosa del esposo y la esposa, y no por la
manipulación indiscriminada en el laboratorio con métodos de
experimentación en seres humanos. De lo contrario se estaría violando
la dignidad del hombre y del matrimonio: «Solamente el respeto de la
conexión existente entre los significados del acto conyugal y el
respeto de la unidad del ser humano, consiente una procreación
conforme con la dignidad de la persona... La persona humana ha de ser
acogida en el gesto de unión y de amor de sus padres; la generación de
un hijo ha de ser por eso el fruto de la donación recíproca realizada
en el acto conyugal, en el que los esposos cooperan como servidores, y
no como dueños, en la obra del Amor Creador. El origen de una persona
humana es en realidad el resultado de una donación. La persona
concebida deberá ser el fruto del amor de sus padres. No puede ser
querida ni concebida como el producto de una intervención de técnicas
médicas y biológicas: esto equivaldría a reducirlo a ser objeto de una
tecnología científica».
4.3.
Eugenesia y comercialización de seres humanos
El hecho de que miles de seres humanos sean
destruidos en aras de la investigación científica, aun cuando se tenga
el más noble propósito, deshumaniza nuestra cultura y rebaja la
dignidad del ser humano a un nivel netamente utilitario. La
posibilidad de crear libremente embriones con estos fines favorece el
paso a la selección —e incluso eliminación— de los embriones que se
consideren más apropiados para los fines de sus creadores, los que «se
sacrifican a veces por diversas razones: eugenésicas, económicas o
psicológicas».
Se incentiva asimismo el racismo, ya que no todas las razas son
igualmente bienvenidas, y se pone la valoración de la vida humana en
el código genético o en la función que pueda desempeñar, como por
ejemplo el ser fuente de células estaminales.
Por otro lado, el hecho de producir embriones
humanos para este fin y que sean “propiedad” de científicos o
corporaciones y se puedan comercializar, así sea con fines científicos
o “humanitarios”, constituye una falta gravísima contra la dignidad de
la persona humana.
La humanidad, que está aparentemente avanzando, alejándose de lacras
como el racismo y la esclavitud, da un profundo retroceso a este
respecto al negarle al embrión humano el derecho a continuar viviendo
y al disponer de su cuerpo a voluntad de sus creadores o de quienes
financian el proceso.
5.
Una alternativa moral: la investigación en células estaminales de
adultos
El descubrimiento de células estaminales en
la médula ósea de los adultos hace 40 años, y más recientemente en la
sangre del cordón umbilical de los recién nacidos, en el cerebro,
pulpa dental, vasos sanguíneos, sistema digestivo, retina, hígado y
páncreas, según el anteriormente mencionado reporte del Instituto
Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH), abre las puertas a la
esperanza de una ciencia en favor de una cultura de vida. Las células
estaminales de adultos pueden reproducirse y generar también células
de otros tejidos, como ha sido probado ya con las células estaminales
de la médula ósea y el cerebro.
Los médicos y científicos que creemos en el
éxito futuro de la investigación de células estaminales de adultos
estamos de acuerdo con el otorgamiento de fondos para este tipo de
proyectos, ya que no existe ningún riesgo para la integridad de la
persona ni se destruyen embriones humanos. La investigación en células
estaminales de adultos ha permitido ya avances significativos en
transplantes de médula ósea, que se llevan acabo actualmente con
células estaminales adultas en la mayoría de casos, en el tratamiento
de leucemias, linfomas y myeloma múltiple, entre otros
cánceres. Hoy en día es rutina que para las enfermedades anteriormente
mencionadas los hematólogos en casi todas partes del mundo induzcamos
la multiplicación y recolectemos células estaminales de la sangre de
pacientes adultos, de cordones umbilicales de recién nacidos o de la
sangre de donantes adultos (sin poner en peligro la vida e integridad
de los pacientes, recién nacidos o donantes) para repoblar las medulas
óseas de pacientes afectados por estos cánceres o por las
quimioterapias, salvándoles en algunos casos la vida y otorgándoles la
cura que no sería posible sin estas células. Todo ello gracias a más
de 40 años de investigación en células estaminales adultas de la
médula ósea y de la sangre, modelo a seguir en el resto de órganos del
cuerpo humano.
Las células estaminales no solamente se han
encontrado en los lugares ya señalados, o se utilizan usualmente para
salvar pacientes con algunos cánceres, sino que incluso algunos
científicos han sido capaces de inducir la diferenciación de células
estaminales adultas de la medula ósea en células de otros tejidos.
Tales son los experimentos reportados por científicos del Robert Wood
Johnson Medical School de Nueva Jersey y otros grupos, quienes
extrajeron células estaminales de la médula ósea de ratas y las
hicieron diferenciarse en neuronas para el cerebro.
Los médicos y científicos que trabajamos con
células estaminales de adultos somos conscientes de las limitaciones
que, al menos por ahora, presentan estas investigaciones: las células
estaminales de adultos no son tan numerosas, no se reproducen tan
fácilmente como las de los embriones y no son tan sencillas de
encontrar. Pero ante estas dificultades, no se puede recurrir a la
solución fácil que significaría la producción y el sacrificio a escala
de embriones humanos para obtener las células estaminales. Por otro
lado, la investigación científica rigurosa en células estaminales
adultas, por dar un ejemplo, ha llevado a descubrir que existen al
menos dos tipos más de células estaminales adultas disponibles
solamente en la medula ósea que no conocíamos una década atrás.
Ante esta perspectiva, quienes nos dedicamos a la investigación en
esta área tenemos la necesidad de que sean otorgados fondos para este
tipo de investigaciones, ya que, de ser ciertas algunas de las
expectativas que se tienen sobre las células estaminales, éstas pueden
hacerse realidad utilizando células estaminales de adultos. En ese
caso, la ciencia estaría auténticamente al servicio del hombre.
6. Fondos
para la investigación en células estaminales: el caso reciente de los
Estados Unidos
El 9 de agosto de 2001 el presidente de los
Estados Unidos, George W. Bush, trató de dar solución al debate con la
autorización de un uso limitado de fondos federales para la
investigación en células estaminales, decisión que podría resumirse en
los siguientes puntos:
1) No se permitirá que se engendren nuevos
embriones para matarlos y extraerles las células estaminales con
fondos gubernamentales en los Estados Unidos.
2) No se permitirá tampoco que se destruyan
los cerca de 100,000 embriones congelados que se encuentran en las
clínicas de fertilización in vitro con el pretexto de
extraerles las células estaminales para la investigación científica.
3) Existen alrededor de 60 “líneas celulares”
(cultivos) de células estaminales que se vienen reproduciendo en
laboratorios y que provienen de embriones producidos por grupos
privados para tal fin, habiendo sido lamentablemente sacrificados para
dicho propósito. Éstas pueden ser reproducidas y repartidas entre
todos los científicos interesados en este tipo de investigaciones. El
Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH) otorgará
fondos a los científicos interesados.
4) El NIH entregará asimismo US$ 250 millones
para investigar las células estaminales que se pueden extraer de los
cordones umbilicales de bebés y de adultos.
En un comunicado del NIH el 27 de agosto
pasado se verificó que existen 64 líneas celulares, de las cuales 44
están en laboratorios fuera de Estados Unidos. La Universidad de
Gotemburgo en Suecia es la que posee más (19 líneas celulares), luego
viene la Corporación Cythera de San Diego, California (9 líneas
celulares) y Reliance Life Sciences de Mumbai, India (7 líneas
celulares). El Secretario de Salud T. Thompson desmintió que estas
líneas celulares no estén en buen estado y certificó que podrían ser
usadas, calmando los ánimos de todos los que objetaron la decisión del
presidente Bush y que están a favor de producir nuevas líneas
celulares engendrando y quitando la vida a nuevos embriones con fondos
del gobierno.
Si bien estas medidas protegen claramente a
embriones humanos, no impiden que los grupos privados sigan
produciendo embriones y destruyéndolos como fuente de células
estaminales.
Asimismo hemos de ser cautos cuando
escuchamos que se propone “aprovechar” la existencia de las 64 líneas
celulares provenientes de embriones destruidos con el fin de extraer
estas células. Como claramente lo ha manifestado el Presidente de la
Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Mons. Joseph A.
Fiorenza, y el cardenal Anthony Bevilacqua entre otros, se darán
fondos a científicos que quieran utilizar estas células —también
podrán tener acceso a dichos fondos los científicos que produjeron
estos embriones, destruyéndolos para extraerles las células—, lo cual
es moralmente condenable no sólo por compartir de algún modo la
intención ilícita del agente principal, sino también por la
cooperación material próxima en la producción y manipulación de
embriones humanos.
Queda pendiente de igual modo el hecho de la posible comercialización
actual o futura de estos restos de seres humanos que, como en el caso
de los restos de bebés abortados, está totalmente condenada por la
Iglesia.
7. La “pendiente resbaladiza”
Otro aspecto preocupante es que la arriba
mencionada decisión del presidente Bush, al ser una ley sólo
parcialmente efectiva para proteger al embrión humano, posibilite que
se produzca una “pendiente resbaladiza” y gradual hacia su
manipulación legal indiscriminada, dado que el contexto en el que
aparece esta norma no es neutro, sino favorable a una cada vez mayor
consolidación de una cultura de muerte, como la ha venido
llamando el Papa Juan Pablo II.
Tomemos como ejemplo el caso del
aborto. En 1973, se consiguió que la Corte Suprema de los Estados
Unidos elimine restricciones para el aborto provocado en base a un
caso de una supuesta violación (la “víctima” confesó 20 años después
que había mentido). En los siguientes años se fueron introduciendo
legislaciones que permitieron ampliar las razones para abortar, y hoy
se producen más de un millón y medio de abortos por año en los Estados
Unidos, siendo menos del 1% de ellos por causa de violación. En una
cultura de muerte como la que nos rodea es muchas veces difícil hablar
de respeto a la vida del embrión humano, cuando ni siquiera se respeta
la vida de los niños no nacidos, asesinados mediante el aborto incluso
a los nueve meses de embarazo.
Otro caso, europeo, de “pendiente
resbaladiza” también se ha verificado claramente en Holanda con el
problema de la eutanasia. En los últimos 20 años la legislación y los
legisladores se han vuelto más permisivos, documentándose ya incluso
casos de eutanasia no solamente en “enfermos terminales” sino también
en personas sanas y niños enfermos.
Otro caso más, esta vez reciente y
directamente vinculado al tema que nos ocupa, tuvo lugar cuando se
puso a votación en el Congreso estadounidense una ley prohibiendo la
clonación de seres humanos con una multa de un millón de dólares y 10
años en prisión. Los presidentes tanto de la Cámara de Representantes,
Tom Delay (republicano), como del Senado, Tom Daschle (demócrata), se
opusieron a la clonación, así como el gobierno del presidente Bush, y
la medida fue adoptada con 265 votos en favor y 162 en contra.
Inmediatamente, varios congresistas que favorecen una cultura de
muerte pidieron una modificación a la ley para que se permitiesen
experimentos de clonación con los embriones congelados, moción que
afortunadamente ha sido por ahora rechazada.
Así pues, los gobiernos de los países, y en
especial sus organismos legislativos —en particular el Congreso de los
Estados Unidos por la gran influencia de sus decisiones— tienen en
este tiempo la enorme responsabilidad de proteger al embrión humano y
de no proponer ni promulgar leyes nuevas o modificaciones a leyes
existentes que pongan en peligro su integridad. La “pendiente
resbaladiza” es un peligro real y actuante, y se necesitan
pronunciamientos claros y enérgicos como los de la Iglesia católica.
Es preciso, asimismo, impulsar una
completa información acompañada de una formación moral recta para
todos —católicos y no católicos— a fin de que se tome conciencia del
profundo significado de lo que se está discutiendo y poniendo en
juego. Un caso emblemático de confusión y relativismo es el del mismo
presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, quien siendo un
político que se profesa cristiano y pro-vida, cuando habla de las
células estaminales y del embrión humano manifiesta su preocupación
por proteger a estas células y embriones que “tienen la capacidad de
generar un ser humano en el futuro”, cuando el hecho concreto es que
el embrión ya es un ser humano existente, con dignidad y derechos.
8.
La dignidad del embrión humano
La posición de la Iglesia católica ha sido
siempre clara en la promoción y defensa de la vida humana. En el
momento de la unión del óvulo materno con el espermatozoide paterno se
da el proceso de fecundación, y desde ese instante el nuevo ser que es
ya una unidad en cuerpo y alma, unico e irrepetible, tiene toda la
información genética para continuar desarrollándose hasta llegar a ser
una persona adulta.
El
Papa Juan Pablo II nos ha recordado en reiteradas ocasiones la
inviolabilidad del derecho a la vida del ser humano inocente «desde el
momento de la concepción hasta la muerte».
Este embrión humano no es un animal o
solamente un conjunto de células. Tiene una dignidad especial: en
primer lugar, porque Dios lo creó, como dice el libro del Génesis
(ver Gén 2,7), a su imagen y semejanza para ser el
administrador de la creación; y en segundo lugar, porque el Señor
Jesús, mediante el misterio de la Anunciación-Encarnación, se hizo
hombre y elevó nuestra condición de creaturas a hijos de Dios. Como
dice el pensador peruano Luis Fernando Figari, «la dignidad
fundamental, y más aún fundante, del hombre proviene de ser la
persona humana creada por Dios como interlocutor personal suyo e
invitado a participar desde su estructura óntica en la dinámica
creacional. Las palabras “imagen y semejanza”, a las que estamos tan
acostumbrados, portan en sí la entrada al misterio de la dignidad
humana».
Y luego él mismo añade: «La dignidad de la creatura humana
quedará aún más claramente manifestada por la irrupción del Verbo
Eterno en el tronco humano, asumiéndolo y elevándolo, en un proceso
misterioso e indescriptible en la magnitud de su grandeza».
Esta dignidad del ser humano es única, universal e irrenunciable y no
puede ser negada o relativizada de acuerdo a las circunstancias
sociales o al momento histórico que se viva.
El embrión humano es una unidad bio-psico-espiritual
desde su concepción. Por ello su cuerpo debe ser respetado también. Es
preciso «tener presente la unidad de sus dimensiones corporal,
afectiva, intelectual y espiritual», como recordaba enérgicamente Juan
Pablo II a la Asociación Médica Mundial en 1983: «Cada persona humana,
en su singularidad absolutamente única, está constituida no sólo por
su espíritu, sino también por su cuerpo. Así, en el cuerpo y por el
cuerpo, se llega a la persona misma en su realidad concreta».
9.
La Iglesia católica ante el problema de investigación en células
estaminales y la defensa del embrión humano
El 22 de febrero de 1987 el Papa Juan Pablo
II aprobó la instrucción Donum vitae, de la Congregación para
la Doctrina de la Fe, mucho tiempo antes de que los debates actuales
tomen curso. Junto con esta instrucción, hay que mencionar otros
documentos, de primera importancia, del Magisterio Pontificio
ordinario como la Humanae vitae (1968) del Papa Pablo VI y la
Evangelium vitae (1995) de Juan Pablo II. Ellos
establecen claramente la posición de la Iglesia alentando una cultura
de vida donde se respeten la dignidad y los derechos del ser humano,
en especial del no nacido. En la mencionada instrucción se tocan
algunos puntos concretos que merecen resaltarse.
En primer lugar, la instrucción establece
claramente la responsabilidad del ser humano, con la ciencia como
herramienta, para la recta administración de la creación. La
investigación y la técnica tienen que estar al servicio de la persona
humana: «La investigación científica, fundamental y aplicada,
constituye una expresión significativa del señorío del hombre sobre la
creación. Preciosos recursos del hombre cuando se ponen a su servicio
y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos, la ciencia y
la técnica no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia
y del progreso humano. Por estar ordenadas al hombre, en el que tienen
su origen y su incremento, reciben de la persona y de sus valores
morales la dirección de su finalidad y la conciencia de sus límites».
Por otro lado, la instrucción reflexiona
específicamente sobre la protección del embrión humano, ya que, como
hemos afirmado anteriormente, es una persona con una dignidad única,
universal e irrenunciable, y sujeto de todos los derechos existentes:
«La investigación médica debe renunciar a intervenir sobre embriones
vivos, a no ser que exista la certeza moral de que no se causará daño
alguno a su vida y a su integridad ni a la de la madre, y sólo en el
caso de que los padres hayan otorgado su consentimiento, libre e
informado, a la intervención sobre el embrión. Se desprende de esto
que toda investigación, aunque se limite a la simple observación del
embrión, será ilícita cuando, a causa de los métodos empleados o de
los efectos inducidos, implicase un riesgo para la integridad física o
la vida del embrión».
La instrucción repite asimismo claramente las
reservas de la Iglesia frente a la fertilización in vitro (FIV).
Es necesario no olvidar que cuando hablamos de embriones humanos
obtenidos in vitro nos estamos refiriendo a personas, y por
tanto dignas y sujetos de derechos. Por ello su dignidad y su derecho
a la vida deben ser respetados desde el primer momento de su
existencia. Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser
explotados como “material biológico” disponible. Ante ello la
instrucción señala: «La Iglesia, del mismo modo en que condena el
aborto provocado, prohíbe también atentar contra la vida de estos
seres humanos. Resulta obligado denunciar la particular gravedad de la
destrucción voluntaria de los embriones humanos obtenidos in vitro
con el solo objeto de investigar, ya se obtengan mediante la
fecundación artificial...». Añade más adelante una observación que se
refiere claramente al papel de los médicos y científicos en estas
prácticas: «Comportándose de tal modo, el investigador usurpa el lugar
de Dios y, aunque no sea consciente de ello, se hace señor del destino
ajeno, ya que determina arbitrariamente a quién permitirá vivir y a
quién mandará a la muerte, eliminando seres humanos indefensos».
El Papa Juan Pablo II en la encíclica
Evangelium vitae reflexiona acerca del valor incomparable de la
persona humana desde su concepción: «La vida humana es sagrada e
inviolable en cada momento de su existencia, también en el inicial que
precede al nacimiento. El hombre, desde el seno materno, pertenece a
Dios que lo escruta y conoce todo, que lo forma y lo plasma con sus
manos, que lo ve mientras es todavía un pequeño embrión informe y que
en él entrevé el adulto de mañana, cuyos días están contados y cuya
vocación esta escrita en el “libro de la vida”».
Más recientemente, la Pontificia Academia
para la Vida, representada por su Presidente, Dr. Juan de Dios Vial
Correa, y su Vicepresidente, Mons. Elio Sgreccia, publicó en agosto de
2000 la Declaración sobre la producción y uso científico y
terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas.
Los principales planteamientos éticos de dicha declaración, que por
razones de espacio resumimos a continuación, son los siguientes:
1) Es inmoral producir o utilizar embriones
vivos para la obtención de células estaminales.
2) Se declara moralmente ilícito cualquier
proceso que lleve a la clonación “terapéutica” a través de la
producción de embriones humanos clonados y su sucesiva destrucción
para la producción de células estaminales.
3) No se considera moralmente lícito utilizar
las células estaminales y las células diferenciadas de ellas
obtenidas, proporcionadas eventualmente por otros investigadores o
disponibles en el mercado, debido a que más allá de compartir, de
manera más o menos formal, la intención moralmente ilícita del agente
principal, en el caso que nos ocupa hay una cooperación material
próxima en la producción y manipulación de embriones humanos por parte
del productor o del proveedor.
4) La posibilidad de usar e
investigar en células estaminales adultas se ve como la vía más
razonable y humana que ha de seguirse para un correcto y válido
progreso en este nuevo campo que se abre a la investigación y a
prometedoras aplicaciones terapéuticas.
Finalmente, el 23 de julio del año pasado, el
Papa Juan Pablo II habló personalmente con el presidente George W.
Bush, en el contexto del debate sobre el uso de fondos gubernamentales
estadounidenses para investigación en células estaminales, al que nos
referimos anteriormente y que culminó en el controvertido
pronunciamiento del 9 de agosto pasado. Con ocasión de aquella
entrevista el Santo Padre señaló que «la experiencia ya está mostrando
que un trágico embotamiento de las conciencias acompaña el ataque a la
vida humana inocente en el seno materno, llevando a la acomodación y a
la aquiescencia frente a otros males relacionados con ella como la
eutanasia, el infanticidio y, más recientemente, las propuestas de
crear con vistas a la investigación, embriones humanos destinados a la
destrucción durante ese proceso». Asimismo el Papa enfatizó la
santidad de la vida humana desde la concepción y cómo la tecnología es
un medio y no un fin para el ser humano: «Una sociedad libre y
virtuosa, como aspira a ser Estados Unidos, debe rechazar las
prácticas que desvalorizan y violan la vida humana en cada una de sus
etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Al defender el
derecho a la vida... Estados Unidos puede mostrar al mundo el camino
hacia un futuro verdaderamente humano, en el que el hombre sea el
dueño, y no el producto, de su tecnología».
10.
Conclusión
La experimentación en embriones humanos y/o
la promoción de la clonación de seres humanos con el fin de extraer
células estaminales, aun con los más “nobles fines”, es un gravísimo
atentado contra la dignidad del hombre. Todo avance de la ciencia y de
la tecnología debe estar al servicio del ser humano, viendo en él a un
ser creado por Dios y redimido por el Señor Jesús, sujeto de todos los
derechos. En el presente momento es necesario fomentar un sano
desarrollo de las investigaciones y seguir exponiendo con claridad y
firmeza el valor de la vida humana por encima de todo otro interés
contrario. Si queremos caminar hacia una cultura de vida con una
humanidad más justa, solidaria y reconciliada, donde se respeten la
dignidad de todos los hombres, hemos de empezar a reconocer los
derechos de los más pequeños e indefensos: los derechos de los
embriones humanos.
-El
Dr. Luis E. Ráez
-American Board Certified en Oncología Médica y
Medicina Interna.
-Es profesor asistente de Medicina Clínica,
Epidemiologia y Salud Publica en la División de Hematología Clínica y
Oncología Médica, Departamento de Medicina, del Jackson Memorial
Hospital y
-del Sylvester Comprehensive Cancer Center en la
Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.
-Es autor de diversos trabajos y artículos sobre
cáncer, eutanasia, células estaminales y el embrión humano.
Este artículo
del mimso autor es una síntesis del antior
Uso y Abuso en la investigación
de Células Estaminales
y embriones
humanos.
Artículo del Doctor Luis Raez
Me quede muy impresionado
por el debate suscitado el otro día en el congreso americano cuando
una niña de 12 años testificó que quería que se dieran
fondos federales para permitir el uso de las células
estaminales (stem cell) para salvar a uno de
sus familiares que tenía la enfermedad de Parkinson. De otro lado un
señor presentó a sus dos hijos mellizos y preguntó al congreso
cual de los dos sería el mejor candidato para experimentación
en seres humanos y a cual le perdonarían la
vida?, ya que ambos de haber existido la
aprobación para experimentación en embriones humanos podrían no haber
sobrevivido.
El tópico de fondos federales para el uso de células estaminales en la
investigación de la cura de enfermedades incurables como enfermedades
cardíacas, cerebrales, diabetes, etc. esta muy fuerte en estos
días. Es muy
importante que todos tengamos una idea clara de que se esta
discutiendo.
Las células estaminales también llamadas a veces "células madre" (Stem
cells) se forman luego de que se da la fertilización (unión del
espermatozoide y el óvulo materno) originando el embrión
humano, estas células primitivas se diferenciaran en 220 tejidos
diferentes que formaran los órganos de los
seres humanos. Es por ello que teóricamente si aprendemos
a como hacerlas crecer en el laboratorio y las manipulamos
podríamos originar tejidos u órganos nuevos en el laboratorio y para
implantarlos en pacientes y curar enfermedades. El problema es que
para sacar las células madre del embrión
tenemos que matarlo. Actualmente hay cerca de 100,000 embriones
congelados en las clínicas de fertilización en vitro en Estados Unidos
que no han sido usados y esos serian los primeros candidatos. Los
grupos privados sin embargo, que no están
restringidos por fondos federales, no solo ya
usan embriones congelados sino que ya han empezado a crear embriones
en laboratorios para sacarles estas células porque ello puede
convertirse en un excelente negocio en el futuro debido a la gran
cantidad de personas enfermas que podrían
beneficiarse.
Si se permite el uso de fondos federales para esta
investigación en que se mata embriones,
se estará usando el dinero de contribuyentes como nosotros (que
pagamos impuestos y no estamos de acuerdo) para financiar
estas prácticas. Por
otra parte la investigación en esta área de
la medicina es "muy promisoria", pero los médicos sabemos que la
panacea para la cura de todas las enfermedades
no existe, por ello es totalmente inadecuado aumentar
las esperanzas de enfermos y familiares diciéndoles que si se
permite esto se curaran estas enfermedades cosa
que puede ser totalmente falsa.
Las
células estaminales pueden proporcionar avances
y descubrimientos en la ciencia como se hacen en muchas otras áreas de
la medicina, como el estudio de medicinas
nuevas o mejores técnicas quirúrgicas.
La iglesia católica no se opone a la ciencia, muchos de nosotros
incluso estamos en favor de la investigación de estas células o
trabajamos ya en ello, por ejemplo,
usando
células madre adultas en transplantes de médula
o sea en pacientes con cáncer, pero pedimos que se haga sin
dañar al embrión humano. La alternativa esta en el hecho de sacar
estas células de personas adultas, el problema
está en que no son tan abundantes y no se reproducen
tan fácilmente como la de los embriones. La
respuesta es que se necesita más investigación en esta área para que
eso sea posible. No creo que lo más adecuado
sea dejar de lado esta investigación (que es difícil) e
irnos por la opción mas fácil de matar embriones y sacarles las
células, estamos olvidándonos que el fin no puede justificar los
medios y menos cuando estamos hablando de vidas
de seres humanos.
Dr. Luis E. Raez,
Coordinador del Movimiento de Vida Cristiana (MVC) en Estados Unidos,
Profesor Asistente de Medicina
Division de Hematologia y Oncologia Medica
Sylvester Comprehensive Cancer Center/Jackson
Memorial Hospital
Escuela de Medicina de la Universidad de Miami