Células Madre
 (También llamadas "troncales" o "estaminales". En inglés "stem cells")

El creador de ‘Dolly’ dice que clonación y células embrionarias “no son eficientes ni rentables” XI,07

En esta página:
Células Estaminales, explicación de la controversia y posición de la Iglesia -Padre Jordi Rivero,
La Enseñanza del Catecismo
Resultados y alternativas -Genetista Angelo Vescovi
Mas explicaciones -Artículos del Dr. Raez
Este tema en otras Pág. de Corazones.org:
Sobre la producción y uso científico y terapéutico de las de las células estaminales embrionarias humanas -Academia Pontificia para la Vida
Obispos españoles, XII-2002, una síntesis fácil de entender
Etica médica  
Experto en células madre descarta las embrionarias
Stem Cell Pastoral letter
"The Basics About Stem Cells." by Maureen L. Condic

No habría objeción moral a la utilización de células madre de embriones para investigación o terapia si pudieran obtenerse sin matar o dañar a los embriones. La controversia es solo sobre la ética de destruir embriones humanos deliberadamente con el propósito de cosechar sus células madre.

Explicación de la controversia en torno a las Células Estaminales (Stem Cell research)
Padre Jordi Rivero, 2006

¿Por que investigan con células estaminales (CE)?
-Porque se han suscitado grandes expectaciones sobre estas células, especulando que tienen un gran potencial de proveer curas casi milagrosas en el tratamiento de una gran variedad de enfermedades. La hechos hasta ahora no corresponden con las expectaciones. El reconocido genetista
Angelo Luigi Vescovi, co-director del Instituto de Investigación de Células Estaminales del Hospital San Rafael de Milán, declara: «las células estaminales embrionales raramente surten el efecto esperado».

¿Cual es la posición de la Iglesia? 
La Iglesia valora la investigación mientras no se violen los principios de la moral. Entre estos, el respeto a la vida. La vida comienza en la concepción. Es un hecho científico>>>. Cuando se obtienen las Células Estaminales (CE) de un embrión vivo (ser humano), se le mata, por lo que es inmoral. Pero existen alternativas.

Existen alternativas moralmente aceptables para obtener las células estaminales.

Existen formas de obtener CE que son moralmente aceptables: Las CE se pueden obtener, entre otros, de abortos espontáneos, del cordón umbilical o de personas adultas. Entonces no hay objeción moral.

Por lo tanto es FALSO decir que la Iglesia se opone a la investigación con CE cuando solo se opone a que estas se extraigan de un embrión.

El genetista Angelo Vescovi, utiliza células estaminales embrionales de los abortos espontáneos. No hay problema moral ya que el bebé ya estaría muerto. De hecho, «bastarían los 44 abortos (espontáneos) que ocurren semanalmente sólo en la provincia de Milán para la terapia de decenas de miles de enfermos»>>>

El doctor Dr. Luis E. Ráez >>>: "Las celulas estaminales de adultos (CEA) son la alternativa humana y cristiana a la inmoral experimentacion y clonación de seres humanos. Las CEA se obtienen fácilmente ahora de la sangre, la medula osea o el cordón umbilical"  

"Las células estaminales tomadas de adultos (método moral), han tenido mas éxito, como en diabetes juvenil (Reporte del American Diabetis Assoc. 24 de junio, 2001); en daños de la espina dorsal (Toronto Globe and Mail, 15 de junio, 2001); en reparación de la cornea (New England Journal of Medicine, 13 julio, 2000).  

¿El temor que existe sobre los experimentos con embriones no es el mismo que surge cada vez que aparece una nueva tecnología?
Respuesta: "Lo que es original aquí es la terapia celular, conseguir que unas células sustituyan a otras. Lo que no es una novedad o no es un progreso es el origen de esas células, es decir de dónde las tomamos. Tomarlas de un embrión, en base a destruirlo, no tiene racionalidad. -Natalia López Moratalla, especialista en bioquímica de la Universidad de Navarra, España.
Entrevista con La Nación, Costa Rica, Feb. 2005.

"La ignorancia está en no conocer los datos reales, en términos de los resultados que hemos visto entre células madre embrionarias y las células madre adultas. Tenemos muchos resultados positivos para las células madre adultas y prácticamente ninguno para las células madre embrionarias. Si uno escucha a aquellos que están a favor de la investigación en embriones humanos, continúan hablando de esperanza, promesas vacías".David Prentice, especialista en bioquímica de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, Entrevista con La Nación, Costa Rica, Feb 2005.

¿De donde proceden los embriones humanos utilizados para obtener CE y otros experimentos?
1- Embriones ya existentes por la Fertilización en Vitro. Algunas parejas, en su afán por tener hijos a todo costo, han recurrido al laboratorio donde se han creado niños de probeta. En el proceso se han creado también muchos embriones que ahora están utilizando para experimentos.
2- Embriones creados en el laboratorio y "cosechados" para abastecer un mercado de "piezas humanas" de repuesto. Estos recursos causan la muerte del embrión, por lo que son inmorales.

Justificaciones para la matanza de embriones y respuestas:
1- Que estos no son todavía seres humanos por ser células muy pequeñas.  
-Pero el hecho es que los embriones son personas únicas y genéticamente completas. Su pequeñez no reduce su humanidad. Si utilizamos la lógica que nos proponen, un bebé sería menos persona que un adulto.
2-Que los embriones no son mas que células desechadas.
Si ya existen, argumentan, ¿por que no utilizarlos?
-
Esto denota una ética utilitarista según la cual las personas valen tan solo cuando son amadas. Nos olvidamos que en el siglo XX esta mentalidad causó un holocausto. 
3-Que es necesario matar los embriones para curar a muchas personas.
-Primero hay que recordar que el valor terapéutico de las células estaminales procedente de los embriones no está aun probado. Segundo: como hemos dicho, las CE se pueden obtener moralmente. Pero vamos a suponer que la única forma de obtener CE fuese matando un embrión. Aun tendríamos que oponernos porque sería matar un ser humano inocente lo cual nunca puede ser lícito. Un principio fundamental de moral es: El fin no justifica los medios.

Las células estaminales y la política
Las investigaciones y experimentos con seres humanos se llevan a cabo en varios países. En muchos otros, incluso USA, las corporaciones privadas, que buscan grandes ganancias, llevan a cabo investigaciones con células estaminales obtenidas de embriones humanos.  Sin embargo, en USA, desde septiembre del 2001, la ley limita el uso de fondos gubernamentales solo a las investigaciones con células estaminales (CE) de adultos ó CE de embriones ya sacrificados previamente al día que se dio la ley. El Presidente de Estados Unidos se ha mantenido firme en esta posición en defensa de la vida humana. 

Una campaña engañosa busca derogar la ley arriba mencionada. Esta cuenta con la figuras políticas y personas famosas que nos quieren hacer creer que la ley está impidiendo la curación de enfermos. Detrás están las corporaciones farmacéuticas. En general la prensa favorece esta campaña. No mencionan las alternativas para obtener las CE y con frecuencia tildan a sus opositores de fanáticos religiosos.

Posición de la Iglesia

Para la explicación completa vea: Declaración de la Academia Pontificia para la Vida sobre la producción y uso científico y terapéutico de las de las células estaminales embrionarias humanas.

Aquí un par de párrafos de este doc.:
El problema ético, que es fundamental, puede formularse así: ¿Es moralmente lícito producir y/o utilizar embriones humanos vivos para la preparación de ES (células estaminales)?

"La respuesta es negativa", por las siguientes razones:

1. Sobre la base de un análisis biológico completo, el embrión humano vivo es, a partir de la fusión de los gametos, un sujeto humano con una identidad bien definida, el cual comienza desde ese momento su propio desarrollo, coordinado, continuo y gradual, de tal modo que en ningún estadio sucesivo puede ser considerado como una simple masa de células14.

2. En consecuencia, como "individuo humano", tiene derecho a su propia vida. Por consiguiente, cualquier intervención que no sea en favor del embrión mismo, es un acto que viola dicho derecho. La teología moral ha enseñado siempre que, en el caso del "jus certum tertii", no es aplicable el sistema del probabilismo15.

4. Ningún fin considerado bueno, como la utilización de la células estaminales que podrían obtenerse para la preparación de otras células diferenciadas con vistas a procedimientos terapéuticos de grandes expectativas, puede justificar esa intervención. Un fin bueno no hace buena una acción en sí misma mala.

5. Para un católico, dicha postura ha sido confirmada por el Magisterio explícito de la Iglesia que, en la encíclica Evangelium vitae -refiriéndose también a la instrucción Donum vitae de la Congregación para la doctrina de la fe-, afirma que "la Iglesia siempre ha enseñado, y sigue enseñando, que al fruto de la generación humana, desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad corporal y espiritual: 'El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida'" (n. 60)[16].
 
El Catecismo enseña:

2273 El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación:  "Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que la ha originado. Entre esos derechos fundamentales es preciso recordar a este propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepción hasta la muerte". "Cuando una ley positiva priva a una categoría de seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos ante la ley. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y particularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del Estado de derecho... El respeto y la protección que se han de garantizar, desde su misma concepción, a quien debe nacer, exige que la ley prevea sanciones penales apropiadas para toda deliberada violación de sus derechos". 

2274 Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano. El diagnóstico prenatal es moralmente lícito, "si respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano, y si se orienta hacia su protección o hacia su curación... Pero se opondrá gravemente a la ley moral cuando contempla la posibilidad, en dependencia de sus resultados, de provocar un aborto: un diagnóstico que atestigua la existencia de una malformación o de una enfermedad hereditaria no debe equivaler a una sentencia de muerte".


Genetista Angelo Vescovi:
-LAS CÉLULAS ESTAMINALES EMBRIONALES RARAMENTE SURTEN EL EFECTO ESPERADO
-El modo de obtener células estaminales embrionales es de los abortos espontáneos. He dicho “espontáneos”, recalcó. De hecho, bastarían los 44 abortos que ocurren semanalmente sólo en la provincia de Milán para la terapia de decenas de miles de enfermos.

El profesor Angelo Vescovi interviene en el «Meeting» de Rímini (Italia)
RÍMINI, viernes, 27 agosto 2004 (www.ZENIT.org)

Lejos de lo que se piensa y difunde, «las células estaminales embrionales raramente surten el efecto esperado», reveló el miércoles el profesor Angelo Luigi Vescovi --co-director del Instituto de Investigación de Células Estaminales del Hospital San Rafael de Milán— en el multitudinario «Meeting» que comenzando el 22 de agosto, 2004 se celebró en la localidad italiana de Rímini por iniciativa de Comunión y Liberación.

Experto a nivel internacional en este campo de la ciencia, el profesor de Biología Celular recalcó que la idea «según la cual las células totipotentes extraídas de los embriones sean verdaderamente la panacea de todos los males no está fundada científicamente». De acuerdo con sus explicaciones, «las células estaminales están presentes en el organismo humano por el feto desarrollado hasta la muerte del individuo. Y están allí para trabajar como una gran y extraordinaria oficina de manutención» que funciona «en todo instante del día para sustituir las células que incluso con el más banal de los movimientos mueren». Así describió la existencia de células estaminales disponibles para todo tipo de tejido, listas para subsanar, si es necesario, cualquier daño. Basta con pensar que cada quince días todos los glóbulos rojos de la persona son reemplazados.

El profesor Vescovi subrayó que las «verdaderas células estaminales son las de los adultos», que «en términos especialistas se denominan “somáticas” o “pluripotentes”». Las embrionales se llaman en cambio “totipotentes” y están hechas para «crear, no para reparar», distinguió. «Contrariamente a cuanto difunden los medios de comunicación, las células estaminales raramente surten el efecto esperado. Podrían incluso revelarse muy peligrosas, creando las condiciones para la formación de neoplasias o tumores». Al hilo de lo anterior, precisó que el «embrión es un ser humano»: «esto es innegable», declaró a la publicación «Meeting quotidiano» (26 de agosto) del encuentro de Rímini.

En este contexto, el genetista, –se define «agnóstico, prácticamente ateo» y «taoísta»--, advirtió que «cualquier intento de hacer comenzar la vida humana en un momento posterior es arbitrario y no sostenido por argumentación científica». Para el profesor Vescovi, el modo de obtener células estaminales embrionales es «de los abortos espontáneos». «He dicho “espontáneos”», recalcó. De hecho, «bastarían los 44 abortos que ocurren semanalmente sólo en la provincia de Milán para la terapia de decenas de miles de enfermos», concluyó.
ZS04082706


Descubrimientos Científicos en las Investigaciones con
Celulas Estaminales de Adultos
Aumentan la Esperanza de Poder Salvar Embriones Humanos

Dr. Luis E. Ráez
Publicado con su permiso

Que son las celulas estaminales (CE) o “celulas madre”:
S
on el componente escencial de todo embrión recien formado. Las CE tienen una capacidad asombrosa de desarrollarse y reproducirse formando luego durante el embarazo todos los organos del nuevo ser humano. Muchos cientificos tienen la esperanza de usar CE para “reparar” tejidos dañados por enfermedades incurables como en el caso de demencia de Alzhaimer, diabetes ó paralisis de medula espinal. El problema es que los cientificos extraen las CE de embriones recien formados en el laboratorio matando durante el procedimiento al embrion humano. Asimismo debido a la necesidad de obtener mas embriones humanos para estos procesos se esta considerando fuertemente la posibilidad de clonar embriones humanos (como en una “factoria” o “produccion en serie”) para matarlos y obtener cantidades significativas de CE para experimentos, esta es la llamada “clonacion terapeutica”.

Otra posibilidad de obtencion de CE esta en los embriones congelados que han “sobrado” de los procesos de fecundacion in vitro (FIV), que se realizan cuando las parejas esteriles buscan engendrar artificialmente, en los laboratorios de FIV se engendran varios bebes y se van implantando en el utero de la madre por grupos, si se tiene éxito con alguno de los primeros entonces quedaran algunos embriones “sobrantes”. Estos embriones estan almacenados y que como los padres ya han engendrado el bebe que querian no quieren mas hijos, hasta ahora estos embriones estan protegidos por ley pero como nadie los quiere siempre son el blanco de pedidos de gente inmoral e inescrupulosa que quieren que se usen para experimentos cientificos.

Desde septiembre del ano 2001, la asignación de fondos gubernamentales a las investigaciones con celulas estaminales (CE) ha estado limitada a las investigaciones en CE de adultos ó CE de embriones ya sacrificados previamente al dia que se dio la ley, no se permite en Norteamerica la investigación en CE o clonación con fondos gubernamentales. Sin embargo las investigaciones y experimentos en seres humanos continuan en paises extranjeros como Corea del Sur que hace poco hizo propaganda de haber logrado clonar un ser humano; o en manos de corporaciones privadas que buscan obtener en el futuro ingresos significativos provenientes de los posibles descrubrimientos medicos.

Las celulas estaminales de adultos (CEA) son la alternativa humana y cristiana a la inmoral experimentacion y clonación de seres humanos. Las CEA se obtienen facilmente ahora de la sangre, la medula osea o el cordon umbilical. Por mas de 30 años se vienen usando por ejemplo CEA para tranplantes de medula osea exitosamente en la lucha contra el cancer. Sin embargo la mayoria de cientificos y publico en general no quiere invertir recursos ni tiempo en investigar otras CEA en el cerebro, pancreas, u otros organos; prefieren la alternativa facil de engendrar o clonar embriones humanos y matarlos para obtener mas CE y permanentemente desacreditan la investigacion seria en CEA con los pretextos ya mencionados arriba y ademas con la idea errada que al ser celulas ya “adultas” probablemente tienen una capacidad limitada en la reparacion de tejidos que es inferior a las celulas estaminales jovenes de un embrion recien sacrificado.

La revista Lancet que es una de las mas prestigiosas publicaciones cientificas a nivel mundial dedico el numero del 16 de Julio del 2004 al tema de las CE. Desafortunadamente aprovecharon para publicar varios articulos de cientificos solicitando al presidente Bush y al congreso promover la investigacion en CE incluyendo como medio la “clonacion terapeutica” descrita antes. Sin embargo tambien en ese mismo numero Lancet publico 3 articulos muy interesantes acerca de los avances en celulas estaminales de adultos. El primer articulo de Wollert y otros cientificos alemanes (Lancet 364; 9429; July 10-16, 2004, 141-8) es un estudio en pacientes que han sufrido infartos cardiacos y tienen el corazon dañado. A un grupo de ellos se les inyecto CEA de la medula osea y a otro grupo no. El grupo que recibio CEA experimento una mejoria cardiaca singificativa comparado con el grupo de controles. No es claro todavia si la CEA de la medula osea se transforma en celula cardiaca que es algo muy controversial, o probablemente la CEA de la medula osea induce que las celulas cardiacas danadas produzcan sustancias llamadas cytokinas que mejoran la reparacion del corazon, entre otros efectos posibles. Pero este estudio en seres humanos demuestra claramente que las CEA de medula osea pueden ayudar a reparar otros organos como el corazón.

El segundo estudio de Seo y colaboradores (Lancet 364; 9429; July 10-16, 200, 149-155 ); es un estudio de celulas estaminales adultas periodontales (de la boca); estas se aislaron y se procesaron en el laboratorio, luego se inyectaron en roedores y se comprobo que las CEA pudieron reparar tejido periodontal en roedores; demostrandose asi que las CEA aun tienen una capacidad de regeneración grande a pesar de lo que algunos cientificos creen. El tercer estudio de Joannides (Lancet 364; 9429; July 10-16, 2004; 172-177) reporta como se aislaron celulas precursoras de tejido nervioso cerebral a partir de un experimento hecho con CEA de piel. Estos tres estudios muestran claramente como las CEA pueden todavia ser muy utiles para reparar tejidos danados; estas CEA se han extraido facilmente de personas adultas sin poner en peligro la vida de ningun embrion.

Todos estos estudios recientes y muchos otros similares abren la esperanza de la alternativa de CEA para la investigacion cientifica sin necesidad de sacrificar embriones humanos. La mayoria de cientificos del mundo desconocen al embrion humano como persona y quieren usarlo como sujeto de experimentacion; lamentablemente tienen como aliados a los millones de pacientes del mundo que tienen enfermedades incurables o cronicas a los que les han prometido que la investigacion en CE originara la cura para sus dolencias o la de sus seres queridos. Tenemos el claro ejemplo de Nancy Regan que vio morir a su esposo el expresidente Regan con demencia de Alzhaimer y promueve ahora la investigacion de CE para buscar la cura para ese mal; sin embargo el expresidente Ronald Regan en vida siempre se opuso a esto porque el siempre defendio la dignidad de la persona humana desde su concepcion. Y esto es importante, muchos de nosotros cientificos o no cientificos no quisieramos ser curados de una de estas enfermedades al precio de sacrificar vidas de otros seres humanos usados como “conejillos de indias” o materia prima para la investigacion.

La investigacion en CE trae la posibilidad y la “promesa” de descubrimientos cientificos importantes, sin embargo aun no esta claramente demostrado los beneficios que se derivaran de esto, por lo en otras palabras, ni siquiera es seguro si el sacrificio de todos estos embriones sera suficiente para alcanzar la cura de una de estas enfermedades incurables. El fin nunca ha justificado los medios y ahora no es momento que si los justifique cuando las vidas de tantos seres humanos inocentes estan de por medio.

*El Dr. Luis E. Raez es Director de la Unidad de Quimioterapia y Clinicas de Oncologia Medica del “Sylvester Comprehensive Cancer Center” de Miami donde tambien se desempeña el cargo de lider del grupo de Oncologia Toraxica; además es Profesor Asistente de Medicina, Epidemiología y Salud Pública en la División de Hematología Clínica y Oncología Médica, Departamento de Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.


Las células estaminales y el embrión humano

Dr. Luis E. Ráez
Publicado con su permiso

           En los últimos meses los Estados Unidos y algunos países europeos han sido escenario de fuertes debates en torno a los posibles usos de las células estaminales (stem cells, en inglés). Luego de diversos descubrimientos en este campo, numerosos científicos piensan que estas células, extraídas de embriones humanos, podrían ser utilizadas para el tratamiento de enfermedades hasta ahora incurables —como la demencia de Alzheimer, el Parkinson, la parálisis de médula espinal, infartos de miocardio, diabetes mellitus, entre otras—. Prominentes figuras políticas, actores famosos y corporaciones farmacéuticas han iniciado una campaña de presión para la aprobación de leyes que permitan y promuevan este tipo de investigaciones, buscando al mismo tiempo que sean financiadas con fondos gubernamentales (especialmente en los Estados Unidos) a fin de darles mayor importancia y garantizar una mayor eficacia.

          La extracción de células estaminales, sin embargo, origina la muerte inmediata y la destrucción del embrión humano. El hecho de engendrar embriones para este fin, por tanto, constituye un grave atentado contra la dignidad de la persona humana. En el presente artículo nos proponemos revisar brevemente algunos aspectos científicos y éticos de estas investigaciones, y otros relacionados con las discusiones políticas que vienen teniendo lugar en los Estados Unidos y Europa.

1. Células estaminales

           Para situarnos mejor ante el problema es oportuno comprender qué son exactamente las células estaminales.

Como es sabido, en el proceso de concepción o fecundación, el ovocito o célula materna se une al espermatozoide en las trompas de Falopio de la mujer, constituyendo un nuevo ser humano llamado, en este estadio, cigoto. En esta etapa el cigoto tiene ya toda la información genética necesaria para que el nuevo ser se desarrolle y crezca tanto en los siguientes nueve meses dentro del útero materno como durante el resto de su vida. En las horas que siguen a la fecundación, el cigoto empieza a dividirse para formar el embrión. En las primeras 30 horas se divide en cuatro células “totipotentes”, llamadas así porque, de separarse las mismas, cada una de ellas podría originar un nuevo ser. Éste es uno de los principales puntos de debate en relación a la clonación, ya que el uso de células “totipotentes” es una de las dos posibles técnicas que, de aprobarse, se usaría para clonar seres humanos como potenciales fuentes de células estaminales para la experimentación.

          Luego de cuatro días, el nuevo ser humano tiene doce células y se le conoce como mórula. La mórula se dirige de la trompa de Falopio (donde se dio la fecundación) al útero de la madre, donde se implanta, y recibe el nombre de blastocisto. Ahí permanecerá por los próximos nueve meses, hasta su nacimiento. El blastocito genera dos capas de células: la capa interna o embrioblasto, que forma el embrión humano; y la capa externa o trofoblasto, que forma la placenta. A este nivel tenemos que el embrioblasto está formado por un grupo de células denominadas “estaminales” (stem cells), que son células “pluripotenciales” o células “madre”. Esto significa que, si bien cada una independientemente no puede generar un individuo completo —como las células “totipotenciales” anteriormente mencionadas—, sí tienen dos características fundamentales y únicas que otras células del cuerpo no poseen: 1) la capacidad de reproducirse constantemente, y 2) la capacidad de “diferenciarse”, es decir de transformarse en una célula especializada del cuerpo humano[1]. Las células estaminales tienen la capacidad de generar los 220 tejidos y órganos que componen el cuerpo humano.

          La investigación en células estaminales de animales se ha venido dando desde hace muchos años con algunos éxitos. Se ha logrado, por ejemplo, que estas células se reproduzcan en el laboratorio y generen otras células más especializadas. Por citar un caso, se ha conseguido producir tejido cardíaco.

          La actual controversia surgió cuando se logró aislar las primeras células estaminales de embriones humanos. Algunos grupos privados de científicos se sumaron a dichas iniciativas y comenzaron a experimentar con células extraídas de embriones producidos específicamente para este fin mediante la “fertilización in vitro” (FIV)[KB1] [2].  Estos grupos ya han logrado hacerlas crecer en el laboratorio y en algunas ocasiones han conseguido también que se multipliquen. Una técnica usual utilizada en dichos ensayos consiste en extraer las células estaminales del embrión y colocarlas en “cultivos celulares” con fibroblastos (células del tejido conectivo) de ratón, donde las células estaminales se reproducen constantemente, convirtiéndose así en una fuente de recursos para la experimentación. El proceso es aún imperfecto, por lo que se requiere constantes pruebas con nuevos embriones. Muchos de los “cultivos celulares” no llegan a tener éxito o son destruidos por factores externos, como por ejemplo la contaminación bacteriana. Por otro lado, es preciso subrayar que al extraerse las células estaminales del embrión humano éste muere inmediata e inevitablemente, pues en esta etapa de su vida está formado solamente de células estaminales en su capa interna y de las células que formarán la placenta en su capa externa.

2. Ventajas de la investigación en células estaminales

          Usualmente, durante el desarrollo del individuo, las células estaminales embrionarias se diferencian, como señalamos arriba, en las diversas células que formarán los distintos tejidos de la persona. Este proceso, sin embargo, se piensa que es irreversible, especialmente cuando se trata de las células de los órganos más importantes, como el cerebro, el corazón, los músculos, que son las células con funciones más “especializadas” en el cuerpo humano. Así pues, las enfermedades que atacan o dañan irreversiblemente estos órganos no pueden ser curadas (como la demencia) o dejan secuelas para siempre (como la diabetes o los infartos de miocardio), a menos que consigamos que las células dañadas sean reemplazadas o reparadas.

          Lo que más esperanza da en el campo médico es que la investigación con células estaminales consiga que las mismas puedan ser forzadas a diferenciarse en el laboratorio, obteniendo así los tejidos que se requieren para curar o aliviar dichas enfermedades. Ya se ha logrado que en ciertos casos células estaminales se diferencien en células de la médula espinal o neuronas cerebrales, abriendo así la posibilidad de reemplazar las neuronas de un adulto dañadas por la demencia de Alzheimer o el Parkinson, recuperando de esta manera a enfermos que actualmente se consideran inválidos o discapacitados de por vida y cuya situación continuaría empeorando hasta el momento de su muerte[3]. Por otro lado, científicos de la Universidad Johns Hopkins han conseguido que ratones con enfermedades degenerativas nerviosas de la médula espinal recuperen cierto movimiento al implantarles dichas células estaminales[4]. Otros grupos de científicos, basados en experimentos que sugieren la posibilidad de diferenciar las células estaminales en células del tejido cardíaco, trabajan con la esperanza de producir a corto plazo el tejido que reemplace la porción del corazón humano adulto que muere cuando la persona sufre de un infarto de miocardio[5]. También se podrían formar nuevas células del páncreas e introducirlas en un paciente con diabetes, enfermedad originada precisamente por el daño irreversible de las células pancreáticas, curándolo parcial o totalmente[6]. Lamentablemente estas enfermedades son bastante comunes, con millones de enfermos en todo el mundo.

          Los ejemplos anteriormente mencionados son sólo algunos de los posibles “usos” de las células estaminales. Pero la propaganda periodística y las esperanzas de los pacientes y sus familiares hace crecer la lista de enfermedades que podrían ser erradicadas o mejor controladas, generando en muchos casos falsas expectativas. Algunos grupos privados en Estados Unidos, como la Geron Corporation, afirman que ya han sido capaces de lograr la diferenciación de las células estaminales en más de 110 de los 220 tejidos que constituyen el cuerpo humano. Que esto sea cierto y posible no quiere decir, sin embargo, que tengamos ya la tecnología apropiada para aplicarla en seres humanos, como se espera. De hacer crecer una célula en una probeta de laboratorio a esperar que reemplace a una neurona del cerebro y que revierta una enfermedad incurable, todo ello sin ningún daño al paciente, hay muchos pasos por recorrer. Queda claro que la posibilidad de que se usen estas células y los productos derivados de ellas en forma terapéutica, con las potencialidades de comercialización en el futuro, es lo que más atrae el interés de las corporaciones privadas.

          El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH) publicó en julio del presente año un reporte favorable al uso de fondos gubernamentales para incrementar la investigación en células estaminales con argumentos como los anteriormente expuestos[7]. La prensa estadounidense, motivada por grupos de interés, inició una campaña muy agresiva en la que prácticamente aseguraba a los pacientes y familiares que las investigaciones con células estaminales serían la solución a cientos de enfermedades, la mayoría de ellas actualmente incurables. Artistas de cine muy conocidos como Christopher Reeve —quien sufre de parálisis en las extremidades por una lesión irreversible en la médula espinal— y Michael Fox —quien padece de Parkinson—, entre otros, han ayudado significativamente a propagar esta idea, motivados por la esperanza que ellos mismos tienen al respecto.

          La falta de información acerca del tema llevó incluso a que, por ejemplo, algunos conocidos políticos pro-vida estadounidenses como los senadores Orrin Hatch y Tommy Thompson (el actual Secretario de Salud del gobierno del presidente Bush) apoyasen estas iniciativas. Lamentablemente, esa falta de información llevó también a que, según encuestas de opinión realizadas en Estados Unidos en julio de este año, cerca del 57% de los que se oponen al aborto y 70% de los que se declaran católicos apoyen la investigación en células estaminales [KB2] por las bondades reales o ficticias que prometen, sin tener una idea clara de las consecuencias que esta opción trae para la vida y dignidad del embrión humano que tiene que ser destruido.

 3. Obtención de células estaminales para la investigación médica

           El hecho de tener que destruir embriones humanos para obtener células estaminales felizmente todavía genera dudas entre los que tienden a estar a favor de tal medida. En los Estados Unidos, por esta razón algunos científicos y políticos propusieron que no se permitiera la producción “en cadena” de embriones en el laboratorio con el exclusivo fin de promover esta investigación, pero sí que se usen cerca de 100,000 embriones humanos que se encuentran actualmente congelados en clínicas de fertilización in vitro.

          Como sabemos, hay parejas no fértiles que, en un afán quizá desesperado por concebir, recurren a técnicas de fertilización in vitro. Éstas consisten básicamente en producir la fertilización (unión del espermatozoide con el óvulo materno) en el laboratorio y luego implantar el embrión en la madre. Como el proceso no es 100% efectivo, se prefiere generar entre seis y diez embriones. Si alguno de los primeros se implanta exitosamente en el útero materno y se desarrolla finalmente en un bebé, los embriones “sobrantes” son entonces descartados o congelados para algún uso futuro. No han faltado quienes, con una aproximación netamente utilitarista, han propuesto usar estos embriones como fuente de células estaminales, puesto que “de todas maneras serán destruidos”. Ya durante el gobierno del presidente Clinton se intentó usar estos embriones en los Estados Unidos para experimentación humana con el mismo raciocinio, medida que felizmente no llegó a encontrar un respaldo legislativo.

          Lamentablemente, una alternativa como la extracción de estas células estaminales de bebés espontáneamente abortados, no es posible, aun cuando el bebé conserva todavía un buen número de células estaminales en la sangre del cordón umbilical y otros órganos. Ello se debe principalmente a que estas situaciones, que no son muy numerosas, son impredecibles. Además, a veces el bebé permanece en el útero muerto varias horas antes de ser espontáneamente abortado, lo que lleva al deterioro de las células estaminales. La obtención de células estaminales de abortos provocados, en cambio, genera serios problemas éticos, pues al igual que la destrucción de embriones humanos, se estaría comercializando con los restos de víctimas de un acto inmoral o, incluso, incentivando el asesinato de seres humanos con este fin. Por tanto, éstas no pueden considerarse opciones para la obtención de células estaminales embrionarias.

 4. Riesgos morales de la investigación en células estaminales

           Los riesgos son numerosos y no es posible predecirlos con cierta precisión, pues todavía no conocemos qué usos predominarán en la manipulación de células estaminales, ni los posibles descubrimientos científicos que en el camino puedan surgir, ni el cauce por el que discurrirá la comercialización que de todo ello derive. Más allá de las posibilidades que se presenten en el futuro, por lo menos detectamos hoy tres problemas morales importantes:

 4.1. Desconocer al embrión como ser humano y negarle el derecho a la vida

           Como hemos visto, un buen número de científicos justifica la producción y destrucción de embriones humanos para obtención de células estaminales. Algunos de sus argumentos ya han sido descritos, en los que queda clara una mentalidad utilitarista que a la vez relativiza y reduce el valor de la persona humana representada en el embrión. Así, no vacilan en sacrificarla con el propósito —alcanzable real o hipotéticamente— de investigar para obtener la cura de ciertas enfermedades.

          Otros científicos justifican su forma de pensar y actuar afirmando que no consideran al embrión como ser humano. Al respecto, grupos de interés han intentado, lastimosamente muchas veces con éxito, trastocar la definición del inicio de la vida humana. Así, han procurado desconocer la concepción o fecundación como el momento en que se inicia la vida —de lo que no se había dudado durante décadas en la comunidad científica, al menos no antes del inicio del proceso de legalización del aborto—, sosteniendo más bien que se inicia recién cuando se da la implantación del bebé en el útero materno, lo que ocurre alrededor del séptimo día de vida. Por ello, argumentan que no hay ningún problema ético en el hecho de producir embriones en el laboratorio y experimentar con ellos o extraerles las células estaminales antes de implantarlos, puesto que “no serían todavía seres humanos”. Se busca justificar esta errada concepción argumentando que no todos los embriones que intentan implantarse sobreviven. A veces hasta el 30% de ellos son espontáneamente abortados por un proceso natural, como puede ocurrir también en cualquier momento del embarazo o incluso después, ya que nunca el 100% de todos los recién nacidos sobreviven. Estos grupos de interés obtienen de esta manera la “libertad” de manipular al embrión y justificar de paso el uso de métodos abortivos —como los dispositivos intrauterinos (DIU) o, más recientemente, la píldora RU-486 o “píldora del día siguiente”— que impiden la implantación del bebé. Si el embrión no es considerado ser humano porque —se dice— no necesariamente sobrevivirá, cabe preguntarse: ¿Puede algún recién nacido considerarse capaz de sobrevivir por sí mismo, sin el cuidado de sus padres? Y, más aún, ¿no es la posibilidad de la muerte una realidad para todo ser humano y característica ineludible de la vida como la conocemos en este peregrinar terreno?

          Como señalábamos anteriormente, los médicos y científicos, hasta antes de que el aborto entrara en debate en Estados Unidos y en el resto del mundo, teníamos una opinión unánime acerca del momento en que se inicia la vida gracias a los descubrimientos de la ciencia moderna. La Iglesia católica, por otro lado, siempre ha sostenido que «con la fecundación se inicia la aventura de una vida humana, cuyas principales capacidades requieren solamente tiempo para desarrollarse y poder actuar»[8]. Siguiendo la orientación de la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición, la enseñanza de los Sumos Pontífices y en general de los diversos documentos del Magisterio de la Iglesia sobre el tema han señalado claramente que la vida del ser humano debe ser respetada desde la concepción, porque el hombre es la única criatura que Dios ha querido «por sí misma» y cuya alma espiritual ha sido creada por Dios «inmediatamente» a su imagen, entablando una relación especial con su Creador[9]. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término. Nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente[10].

          La declaración de la Academia Pontificia para la Vida sobre la producción y uso científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas defiende claramente la integridad y la vida del embrión humano que corre el riesgo de ser destruido: «La ablación —recolección y destrucción— de la masa celular interna (ICM) del blastocisto, que lesiona grave e irreparablemente el embrión humano, truncando su desarrollo, es un acto gravemente inmoral y, por consiguiente, gravemente ilícito. Ningún fin considerado bueno, como la utilización de las células estaminales que podrían obtenerse para la preparación de otras células diferenciadas con vistas a procedimientos terapéuticos de grandes expectativas, puede justificar esa intervención. Un fin bueno no hace buena una acción en sí misma mala»[11].

 4.2. Promoción de la clonación de embriones humanos para obtención de células estaminales

           No se puede discutir el proceso de obtención y comercialización de embriones humanos sin tocar el tema de la clonación. De difundirse la producción “en cadena” de embriones humanos para la obtención de células estaminales se pasaría a considerar la clonación como la herramienta más eficaz para este fin. Como explicamos al inicio de este trabajo, de los primeros estadios del embrión humano (cuatro células “totipotenciales”) podríamos obtener hasta cuatro seres humanos semejantes dividiendo artificialmente dichas células o usando la otra técnica de clonación que consiste en unir el núcleo de una célula adulta con un ovocito o célula materna a la que se le ha sacado su propio núcleo, formando así artificialmente un nuevo ser que tiene todas las propiedades para desarrollarse en un embrión humano (como en el caso de la “oveja Dolly”). Se garantizaría de esta manera “la producción en cadena” y la obtención de la cantidad adecuada de embriones humanos para satisfacer la oferta y demanda que estos experimentos requerirían sin necesidad de estar buscando mujeres “donantes” de óvulos. Sobre este punto del debate, por ejemplo, el Congreso estadounidense votó recientemente una ley que impide los procesos de clonación con cualquier fin. Por otro lado, ya el Parlamento Europeo, a pesar de ser bastante liberal, en su resolución del 12 de marzo de 1997 se había pronunciado diciendo que el uso de la clonación para la obtención de embriones humanos va contra los principios de igualdad y dignidad de los seres humanos.

                Pero el debate está aún abierto y, a menos que seamos enfáticos y firmes en la defensa de la vida del embrión, es de presumir que, con diversas excusas y falaces explicaciones, se seguirá tratando de destruirlo. En agosto del año pasado, por ejemplo, tres científicos americanos e italianos con credenciales bastante cuestionables por su falta de consistencia y poco reconocida trayectoria científica amenazaron en Washington, durante una conferencia supuestamente organizada para discutir aspectos científicos de la clonación, con empezar a clonar seres humanos —por su cuenta y riesgo— en alguna isla del Caribe o del Mediterráneo donde no hubiera restricciones gubernamentales. Arguyeron, entre otras razones, la voluntad de “avanzar” con la investigación en células estaminales. Incluso el científico escocés que ayudó a la clonación de la primera “oveja Dolly” calificó estos comentarios de anti-científicos. Según señaló, debido a que actualmente no existe una adecuada tecnología para la clonación, él había realizado 288 intentos antes de tener éxito con “Dolly”. De hacerse estos experimentos en seres humanos, algo similar podría ser el número de vidas de embriones que se perderían antes de conseguir una clonación exitosa. Cuando hablamos de “exitosa” nos referimos a un embrión concebido en el laboratorio que se desarrolle y crezca hasta su nacimiento o adultez, no como el “fiasco científico” anunciado por la compañía “Advance Cell Tecnology, Inc.”, de Massachusetts que, con el fin de presionar al gobierno estadounidense, informó en noviembre pasado de la “primera clonación exitosa” de un ser humano[12]. Lo que en realidad se limitaron a hacer fue tratar de concebir ocho embriones humanos uniendo óvulos con núcleos de células maduras, pero sólo pudieron concebir dos, que murieron luego de llegar uno de ellos a desarrollarse hasta el estadio de seis células. Ninguna organización científica seria aceptó dichos resultados y el consenso fue calificar el experimento como un fracaso y un intento de ganar publicidad. No hay duda de que así como esta compañía, otros grupos no vacilarán, con mentiras o medias verdades, en continuar con su campaña de promoción de la producción “industrial” de embriones humanos y clonación.

          Todos los errores mencionados hasta ahora no se comparan con los graves problemas morales que la clonación humana en sí misma supone, no sólo por la lógica de “producción industrial” ya mencionada, sino también por la instrumentalización de la mujer que se convierte simplemente en “prestadora” o “proveedora” de óvulos; por la perversión de las relaciones naturales de paternidad, maternidad, filiación y consanguinidad, ya que, por ejemplo, no existe una verdadera madre o un verdadero padre del embrión concebido para una tercera persona sin intervención paterna, entre otras aberraciones. También es moralmente grave el hecho de que el “productor”, el “vendedor” o el “comprador” de los embriones dispongan sobre la vida de un ser humano, sin respetar su dignidad. No ha de olvidarse, además, que la procreación debe ocurrir dentro del matrimonio y como resultado de la unión amorosa del esposo y la esposa, y no por la manipulación indiscriminada en el laboratorio con métodos de experimentación en seres humanos. De lo contrario se estaría violando la dignidad del hombre y del matrimonio: «Solamente el respeto de la conexión existente entre los significados del acto conyugal y el respeto de la unidad del ser humano, consiente una procreación conforme con la dignidad de la persona... La persona humana ha de ser acogida en el gesto de unión y de amor de sus padres; la generación de un hijo ha de ser por eso el fruto de la donación recíproca realizada en el acto conyugal, en el que los esposos cooperan como servidores, y no como dueños, en la obra del Amor Creador. El origen de una persona humana es en realidad el resultado de una donación. La persona concebida deberá ser el fruto del amor de sus padres. No puede ser querida ni concebida como el producto de una intervención de técnicas médicas y biológicas: esto equivaldría a reducirlo a ser objeto de una tecnología científica»[13].

 4.3. Eugenesia y comercialización de seres humanos

           El hecho de que miles de seres humanos sean destruidos en aras de la investigación científica, aun cuando se tenga el más noble propósito, deshumaniza nuestra cultura y rebaja la dignidad del ser humano a un nivel netamente utilitario. La posibilidad de crear libremente embriones con estos fines favorece el paso a la selección —e incluso eliminación— de los embriones que se consideren más apropiados para los fines de sus creadores, los que «se sacrifican a veces por diversas razones: eugenésicas, económicas o psicológicas»[14]. Se incentiva asimismo el racismo, ya que no todas las razas son igualmente bienvenidas, y se pone la valoración de la vida humana en el código genético o en la función que pueda desempeñar, como por ejemplo el ser fuente de células estaminales.

          Por otro lado, el hecho de producir embriones humanos para este fin y que sean “propiedad” de científicos o corporaciones y se puedan comercializar, así sea con fines científicos o “humanitarios”, constituye una falta gravísima contra la dignidad de la persona humana[15]. La humanidad, que está aparentemente avanzando, alejándose de lacras como el racismo y la esclavitud, da un profundo retroceso a este respecto al negarle al embrión humano el derecho a continuar viviendo y al disponer de su cuerpo a voluntad de sus creadores o de quienes financian el proceso.

 5. Una alternativa moral: la investigación en células estaminales de adultos

           El descubrimiento de células estaminales en la médula ósea de los adultos hace 40 años, y más recientemente en la sangre del cordón umbilical de los recién nacidos, en el cerebro, pulpa dental, vasos sanguíneos, sistema digestivo, retina, hígado y páncreas, según el anteriormente mencionado reporte del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH), abre las puertas a la esperanza de una ciencia en favor de una cultura de vida. Las células estaminales de adultos pueden reproducirse y generar también células de otros tejidos, como ha sido probado ya con las células estaminales de la médula ósea y el cerebro[16].

          Los médicos y científicos que creemos en el éxito futuro de la investigación de células estaminales de adultos estamos de acuerdo con el otorgamiento de fondos para este tipo de proyectos, ya que no existe ningún riesgo para la integridad de la persona ni se destruyen embriones humanos. La investigación en células estaminales de adultos ha permitido ya avances significativos en transplantes de médula ósea, que se llevan acabo actualmente con células estaminales adultas en la mayoría de casos, en el tratamiento de leucemias, linfomas y myeloma múltiple, entre otros cánceres. Hoy en día es rutina que para las enfermedades anteriormente mencionadas los hematólogos en casi todas partes del mundo induzcamos la multiplicación y recolectemos células estaminales de la sangre de pacientes adultos, de cordones umbilicales de recién nacidos o de la sangre de donantes adultos (sin poner en peligro la vida e integridad de los pacientes, recién nacidos o donantes) para repoblar las medulas óseas de pacientes afectados por estos cánceres o por las quimioterapias, salvándoles en algunos casos la vida y otorgándoles la cura que no sería posible sin estas células. Todo ello gracias a más de 40 años de investigación en células estaminales adultas de la médula ósea y de la sangre, modelo a seguir en el resto de órganos del cuerpo humano.

          Las células estaminales no solamente se han encontrado en los lugares ya señalados, o se utilizan usualmente para salvar pacientes con algunos cánceres, sino que incluso algunos científicos han sido capaces de inducir la diferenciación de células estaminales adultas de la medula ósea en células de otros tejidos. Tales son los experimentos reportados por científicos del Robert Wood Johnson Medical School de Nueva Jersey y otros grupos, quienes extrajeron células estaminales de la médula ósea de ratas y las hicieron diferenciarse en neuronas para el cerebro.

          Los médicos y científicos que trabajamos con células estaminales de adultos somos conscientes de las limitaciones que, al menos por ahora, presentan estas investigaciones: las células estaminales de adultos no son tan numerosas, no se reproducen tan fácilmente como las de los embriones y no son tan sencillas de encontrar. Pero ante estas dificultades, no se puede recurrir a la solución fácil que significaría la producción y el sacrificio a escala de embriones humanos para obtener las células estaminales. Por otro lado, la investigación científica rigurosa en células estaminales adultas, por dar un ejemplo, ha llevado a descubrir que existen al menos dos tipos más de células estaminales adultas disponibles solamente en la medula ósea que no conocíamos una década atrás[17]. Ante esta perspectiva, quienes nos dedicamos a la investigación en esta área tenemos la necesidad de que sean otorgados fondos para este tipo de investigaciones, ya que, de ser ciertas algunas de las expectativas que se tienen sobre las células estaminales, éstas pueden hacerse realidad utilizando células estaminales de adultos. En ese caso, la ciencia estaría auténticamente al servicio del hombre.

6. Fondos para la investigación en células estaminales: el caso reciente de los Estados Unidos

           El 9 de agosto de 2001 el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, trató de dar solución al debate con la autorización de un uso limitado de fondos federales para la investigación en células estaminales, decisión que podría resumirse en los siguientes puntos:

          1) No se permitirá que se engendren nuevos embriones para matarlos y extraerles las células estaminales con fondos gubernamentales en los Estados Unidos.

          2) No se permitirá tampoco que se destruyan los cerca de 100,000 embriones congelados que se encuentran en las clínicas de fertilización in vitro con el pretexto de extraerles las células estaminales para la investigación científica.

          3) Existen alrededor de 60 “líneas celulares” (cultivos) de células estaminales que se vienen reproduciendo en laboratorios y que provienen de embriones producidos por grupos privados para tal fin, habiendo sido lamentablemente sacrificados para dicho propósito. Éstas pueden ser reproducidas y repartidas entre todos los científicos interesados en este tipo de investigaciones. El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH) otorgará fondos a los científicos interesados.

          4) El NIH entregará asimismo US$ 250 millones para investigar las células estaminales que se pueden extraer de los cordones umbilicales de bebés y de adultos.

          En un comunicado del NIH el 27 de agosto pasado se verificó que existen 64 líneas celulares, de las cuales 44 están en laboratorios fuera de Estados Unidos. La Universidad de Gotemburgo en Suecia es la que posee más (19 líneas celulares), luego viene la Corporación Cythera de San Diego, California (9 líneas celulares) y Reliance Life Sciences de Mumbai, India (7 líneas celulares). El Secretario de Salud T. Thompson desmintió que estas líneas celulares no estén en buen estado y certificó que podrían ser usadas, calmando los ánimos de todos los que objetaron la decisión del presidente Bush y que están a favor de producir nuevas líneas celulares engendrando y quitando la vida a nuevos embriones con fondos del gobierno.

          Si bien estas medidas protegen claramente a embriones humanos, no impiden que los grupos privados sigan produciendo embriones y destruyéndolos como fuente de células estaminales.

          Asimismo hemos de ser cautos cuando escuchamos que se propone “aprovechar” la existencia de las 64 líneas celulares provenientes de embriones destruidos con el fin de extraer estas células. Como claramente lo ha manifestado el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Mons. Joseph A. Fiorenza, y el cardenal Anthony Bevilacqua entre otros, se darán fondos a científicos que quieran utilizar estas células —también podrán tener acceso a dichos fondos los científicos que produjeron estos embriones, destruyéndolos para extraerles las células—, lo cual es moralmente condenable no sólo por compartir de algún modo la intención ilícita del agente principal, sino también por la cooperación material próxima en la producción y manipulación de embriones humanos[18]. Queda pendiente de igual modo el hecho de la posible comercialización actual o futura de estos restos de seres humanos que, como en el caso de los restos de bebés abortados, está totalmente condenada por la Iglesia.

7. La “pendiente resbaladiza”

           Otro aspecto preocupante es que la arriba mencionada decisión del presidente Bush, al ser una ley sólo parcialmente efectiva para proteger al embrión humano, posibilite que se produzca una “pendiente resbaladiza” y gradual hacia su manipulación legal indiscriminada, dado que el contexto en el que aparece esta norma no es neutro, sino favorable a una cada vez mayor consolidación de una cultura de muerte, como la ha venido llamando el Papa Juan Pablo II.

Tomemos como ejemplo el caso del aborto. En 1973, se consiguió que la Corte Suprema de los Estados Unidos elimine restricciones para el aborto provocado en base a un caso de una supuesta violación (la “víctima” confesó 20 años después que había mentido). En los siguientes años se fueron introduciendo legislaciones que permitieron ampliar las razones para abortar, y hoy se producen más de un millón y medio de abortos por año en los Estados Unidos, siendo menos del 1% de ellos por causa de violación. En una cultura de muerte como la que nos rodea es muchas veces difícil hablar de respeto a la vida del embrión humano, cuando ni siquiera se respeta la vida de los niños no nacidos, asesinados mediante el aborto incluso a los nueve meses de embarazo.

          Otro caso, europeo, de “pendiente resbaladiza” también se ha verificado claramente en Holanda con el problema de la eutanasia. En los últimos 20 años la legislación y los legisladores se han vuelto más permisivos, documentándose ya incluso casos de eutanasia no solamente en “enfermos terminales” sino también en personas sanas y niños enfermos.

          Otro caso más, esta vez reciente y directamente vinculado al tema que nos ocupa, tuvo lugar cuando se puso a votación en el Congreso estadounidense una ley prohibiendo la clonación de seres humanos con una multa de un millón de dólares y 10 años en prisión. Los presidentes tanto de la Cámara de Representantes, Tom Delay (republicano), como del Senado, Tom Daschle (demócrata), se opusieron a la clonación, así como el gobierno del presidente Bush, y la medida fue adoptada con 265 votos en favor y 162 en contra. Inmediatamente, varios congresistas que favorecen una cultura de muerte pidieron una modificación a la ley para que se permitiesen experimentos de clonación con los embriones congelados, moción que afortunadamente ha sido por ahora rechazada.

          Así pues, los gobiernos de los países, y en especial sus organismos legislativos —en particular el Congreso de los Estados Unidos por la gran influencia de sus decisiones— tienen en este tiempo la enorme responsabilidad de proteger al embrión humano y de no proponer ni promulgar leyes nuevas o modificaciones a leyes existentes que pongan en peligro su integridad. La “pendiente resbaladiza” es un peligro real y actuante, y se necesitan pronunciamientos claros y enérgicos como los de la Iglesia católica.

Es preciso, asimismo,  impulsar una completa información acompañada de una formación moral recta para todos —católicos y no católicos— a fin de que se tome conciencia del profundo significado de lo que se está discutiendo y poniendo en juego. Un caso emblemático de confusión y relativismo es el del mismo presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, quien siendo un político que se profesa cristiano y pro-vida, cuando habla de las células estaminales y del embrión humano manifiesta su preocupación por proteger a estas células y embriones que “tienen la capacidad de generar un ser humano en el futuro”, cuando el hecho concreto es que el embrión ya es un ser humano existente, con dignidad y derechos.

 8. La dignidad del embrión humano

           La posición de la Iglesia católica ha sido siempre clara en la promoción y defensa de la vida humana. En el momento de la unión del óvulo materno con el espermatozoide paterno se da el proceso de fecundación, y desde ese instante el nuevo ser que es ya una unidad en cuerpo y alma, unico e irrepetible, tiene toda la información genética para continuar desarrollándose hasta llegar a ser una persona adulta. [KB3] El Papa Juan Pablo II nos ha recordado en reiteradas ocasiones la inviolabilidad del derecho a la vida del ser humano inocente «desde el momento de la concepción hasta la muerte»[19].

          Este embrión humano no es un animal o solamente un conjunto de células. Tiene una dignidad especial: en primer lugar, porque Dios lo creó, como dice el libro del Génesis (ver Gén 2,7), a su imagen y semejanza para ser el administrador de la creación; y en segundo lugar, porque el Señor Jesús, mediante el misterio de la Anunciación-Encarnación, se hizo hombre y elevó nuestra condición de creaturas a hijos de Dios. Como dice el pensador peruano Luis Fernando Figari, «la dignidad fundamental, y más aún fundante, del hombre proviene de ser la persona humana creada por Dios como interlocutor personal suyo e invitado a participar desde su estructura óntica en la dinámica creacional. Las palabras “imagen y semejanza”, a las que estamos tan acostumbrados, portan en sí la entrada al misterio de la dignidad humana»[20]. Y luego él mismo añade: «La dignidad de la creatura humana quedará aún más claramente manifestada por la irrupción del Verbo Eterno en el tronco humano, asumiéndolo y elevándolo, en un proceso misterioso e indescriptible en la magnitud de su grandeza»[21]. Esta dignidad del ser humano es única, universal e irrenunciable y no puede ser negada o relativizada de acuerdo a las circunstancias sociales o al momento histórico que se viva.

          El embrión humano es una unidad bio-psico-espiritual desde su concepción. Por ello su cuerpo debe ser respetado también. Es preciso «tener presente la unidad de sus dimensiones corporal, afectiva, intelectual y espiritual», como recordaba enérgicamente Juan Pablo II a la Asociación Médica Mundial en 1983: «Cada persona humana, en su singularidad absolutamente única, está constituida no sólo por su espíritu, sino también por su cuerpo. Así, en el cuerpo y por el cuerpo, se llega a la persona misma en su realidad concreta»[22].

 9. La Iglesia católica ante el problema de investigación en células estaminales y la defensa del embrión humano

           El 22 de febrero de 1987 el Papa Juan Pablo II aprobó la instrucción Donum vitae, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, mucho tiempo antes de que los debates actuales tomen curso. Junto con esta instrucción, hay que mencionar otros documentos, de primera importancia, del Magisterio Pontificio ordinario como la Humanae vitae (1968) del Papa Pablo VI y la Evangelium vitae (1995) de Juan Pablo II. Ellos establecen claramente la posición de la Iglesia alentando una cultura de vida donde se respeten la dignidad y los derechos del ser humano, en especial del no nacido. En la mencionada instrucción se tocan algunos puntos concretos que merecen resaltarse.

          En primer lugar, la instrucción establece claramente la responsabilidad del ser humano, con la ciencia como herramienta, para la recta administración de la creación. La investigación y la técnica tienen que estar al servicio de la persona humana: «La investigación científica, fundamental y aplicada, constituye una expresión significativa del señorío del hombre sobre la creación. Preciosos recursos del hombre cuando se ponen a su servicio y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos, la ciencia y la técnica no pueden indicar por sí solas el sentido de la existencia y del progreso humano. Por estar ordenadas al hombre, en el que tienen su origen y su incremento, reciben de la persona y de sus valores morales la dirección de su finalidad y la conciencia de sus límites»[23].

          Por otro lado, la instrucción reflexiona específicamente sobre la protección del embrión humano, ya que, como hemos afirmado anteriormente, es una persona con una dignidad única, universal e irrenunciable, y sujeto de todos los derechos existentes: «La investigación médica debe renunciar a intervenir sobre embriones vivos, a no ser que exista la certeza moral de que no se causará daño alguno a su vida y a su integridad ni a la de la madre, y sólo en el caso de que los padres hayan otorgado su consentimiento, libre e informado, a la intervención sobre el embrión. Se desprende de esto que toda investigación, aunque se limite a la simple observación del embrión, será ilícita cuando, a causa de los métodos empleados o de los efectos inducidos, implicase un riesgo para la integridad física o la vida del embrión»[24].

          La instrucción repite asimismo claramente las reservas de la Iglesia frente a la fertilización in vitro (FIV). Es necesario no olvidar que cuando hablamos de embriones humanos obtenidos in vitro nos estamos refiriendo a personas, y por tanto dignas y sujetos de derechos. Por ello su dignidad y su derecho a la vida deben ser respetados desde el primer momento de su existencia. Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como “material biológico” disponible. Ante ello la instrucción señala: «La Iglesia, del mismo modo en que condena el aborto provocado, prohíbe también atentar contra la vida de estos seres humanos. Resulta obligado denunciar la particular gravedad de la destrucción voluntaria de los embriones humanos obtenidos in vitro con el solo objeto de investigar, ya se obtengan mediante la fecundación artificial...». Añade más adelante una observación que se refiere claramente al papel de los médicos y científicos en estas prácticas: «Comportándose de tal modo, el investigador usurpa el lugar de Dios y, aunque no sea consciente de ello, se hace señor del destino ajeno, ya que determina arbitrariamente a quién permitirá vivir y a quién mandará a la muerte, eliminando seres humanos indefensos»[25].

          El Papa Juan Pablo II en la encíclica Evangelium vitae reflexiona acerca del valor incomparable de la persona humana desde su concepción: «La vida humana es sagrada e inviolable en cada momento de su existencia, también en el inicial que precede al nacimiento. El hombre, desde el seno materno, pertenece a Dios que lo escruta y conoce todo, que lo forma y lo plasma con sus manos, que lo ve mientras es todavía un pequeño embrión informe y que en él entrevé el adulto de mañana, cuyos días están contados y cuya vocación esta escrita en el “libro de la vida”»[26].

          Más recientemente, la Pontificia Academia para la Vida, representada por su Presidente, Dr. Juan de Dios Vial Correa, y su Vicepresidente, Mons. Elio Sgreccia, publicó en agosto de 2000 la Declaración sobre la producción y uso científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas[27]. Los principales planteamientos éticos de dicha declaración, que por razones de espacio resumimos a continuación, son los siguientes:

          1) Es inmoral producir o utilizar embriones vivos para la obtención de células estaminales.

          2) Se declara moralmente ilícito cualquier proceso que lleve a la clonación “terapéutica” a través de la producción de embriones humanos clonados y su sucesiva destrucción para la producción de células estaminales.

          3) No se considera moralmente lícito utilizar las células estaminales y las células diferenciadas de ellas obtenidas, proporcionadas eventualmente por otros investigadores o disponibles en el mercado, debido a que más allá de compartir, de manera más o menos formal, la intención moralmente ilícita del agente principal, en el caso que nos ocupa hay una cooperación material próxima en la producción y manipulación de embriones humanos por parte del productor o del proveedor.

          4) La posibilidad de usar e investigar en células estaminales adultas se ve como la vía más razonable y humana que ha de seguirse para un correcto y válido progreso en este nuevo campo que se abre a la investigación y a prometedoras aplicaciones terapéuticas.

          Finalmente, el 23 de julio del año pasado, el Papa Juan Pablo II habló personalmente con el presidente George W. Bush, en el contexto del debate sobre el uso de fondos gubernamentales estadounidenses para investigación en células estaminales, al que nos referimos anteriormente y que culminó en el controvertido pronunciamiento del 9 de agosto pasado. Con ocasión de aquella entrevista el Santo Padre señaló que «la experiencia ya está mostrando que un trágico embotamiento de las conciencias acompaña el ataque a la vida humana inocente en el seno materno, llevando a la acomodación y a la aquiescencia frente a otros males relacionados con ella como la eutanasia, el infanticidio y, más recientemente, las propuestas de crear con vistas a la investigación, embriones humanos destinados a la destrucción durante ese proceso». Asimismo el Papa enfatizó la santidad de la vida humana desde la concepción y cómo la tecnología es un medio y no un fin para el ser humano: «Una sociedad libre y virtuosa, como aspira a ser Estados Unidos, debe rechazar las prácticas que desvalorizan y violan la vida humana en cada una de sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Al defender el derecho a la vida... Estados Unidos puede mostrar al mundo el camino hacia un futuro verdaderamente humano, en el que el hombre sea el dueño, y no el producto, de su tecnología»[28].

 10. Conclusión

           La experimentación en embriones humanos y/o la promoción de la clonación de seres humanos con el fin de extraer células estaminales, aun con los más “nobles fines”, es un gravísimo atentado contra la dignidad del hombre. Todo avance de la ciencia y de la tecnología debe estar al servicio del ser humano, viendo en él a un ser creado por Dios y redimido por el Señor Jesús, sujeto de todos los derechos. En el presente momento es necesario fomentar un sano desarrollo de las investigaciones y seguir exponiendo con claridad y firmeza el valor de la vida humana por encima de todo otro interés contrario. Si queremos caminar hacia una cultura de vida con una humanidad más justa, solidaria y reconciliada, donde se respeten la dignidad de todos los hombres, hemos de empezar a reconocer los derechos de los más pequeños e indefensos: los derechos de los embriones humanos.

 -El Dr. Luis E. Ráez 

-American Board Certified en Oncología Médica y Medicina Interna.

-Es profesor asistente de Medicina Clínica, Epidemiologia y Salud Publica en la División de Hematología Clínica y Oncología Médica, Departamento de Medicina, del Jackson Memorial Hospital y

-del Sylvester Comprehensive Cancer Center en la Escuela de Medicina de la Universidad de Miami.

-Es autor de diversos trabajos y artículos sobre cáncer, eutanasia, células estaminales y el embrión humano.


[1] Ver G.R. Martin, Isolation of a pluripotent cell line from early mouse embryos cultured in medium conditioned by teratocarcinoma stem cells, en «Proceedings National Academy of Science. U.S.A.» 78 (1981), 7634-7638; A.G. Smith, Origins and properties of mouse embryonic stem cells, en «Annual Review Cellular Development Biology» (2001).

[2] Este método consiste en unir varios óvulos y espermatozoides en el laboratorio generando varios embriones humanos. Una de las finalidades de este método es implantar luego los embriones en el útero de la madre.

[3] Ver J. Fallon, S. Reid, R. Kinyamu, I. Opole, R. Opole, J. Baratta, M. Korc, T.L. Endo, A. Duong, G. Nguyen, M. Karkehabadhi, D. Twardzik y S. Loughlin. In vivo induction of massive proliferation, directed migration, and differentiation of neural cells in the adult mammalian brain, en «Proceedings National Academy of Science. U.S.A.» 97 (2000), 14686-14691; S. Liu, Y. Qu, T.J. Stewart, M.J. Howard, S. Chakrabortty, T.F. Holekamp y J.W. McDonald, Embryonic stem cells differentiate into oligodendrocytes and myeli-nate in culture and after spinal cord transplantation, en «Proceedings National Academy of Science. U.S.A.» 97 (2000), 6126-6131; J.W. McDonald, X.Z. Liu, Y. Qu, S. Liu, S.K. Mickey, D. Turetsky, D.I. Gottlieb y D.W. Choi, Transplanted embryonic stem cells survive, differentiate and promote recovery in injured rat spinal cord, en «Nature Medicine» 5 (1999), 1410-1412; G. Raisman, Olfactory ensheathing cells, another miracle cure for spinal cord injury?, en «Nature Review Neuroscience» 2 (2001), 369-374.

[4] Ver D.A. Kerr, J. Llado, M. Shamblott, N. Maragakis, D.N. Irani, S. Dike, A. Sappington, J. Gearhart y J. Rothstein, Human embryonic germ cell derivatives facilitate motor recovery of rats with diffuse motor neuron injury, (2001).

[5] Ver J. Itskovitz-Eldor, M. Schuldiner, D. Karsenti, A. Eden, O. Yanuka, M. Amit, H. Soreq y N. Benvenisty, Differentiation of human embryonic stem cells into embryoid bodies comprising the three embryonic germ layers, en «Molecular Medicine» 6 (2000), 88-95; I. Kehat, D. Kenyagin-Karsenti, M. Druckmann, H. Segev, M. Amit, A. Gepstein, E. Livne, O. Binah, J. Itskovitz-Eldor y L. Gepstein, Human embryonic stem cells can differentiate into myocytes portraying cardiomyocytic structural and functional properties, en «Journal of Clinical Investigation» (2001), en prensa.

[6] Ver B. Soria, E. Roche, G. Berná, T. Leon-Quinto, J.A. Reig y F. Martin, Insulin-secreting cells derived from embryonic stem cells normalize glycemia in streptozotocin-induced diabetic mice, en «Diabetes» 49 (2000), 157-162; J.S. Odorico, Personal communication for the NIH report of stem cells, julio de 2001.

[7] El reporte completo se puede ver en el website del “National Institutes of Health” (NIH) de los Estados Unidos de Norteamérica: http://www.nih.gov/news/stemcell/scireport.htm.

[8] Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración sobre el aborto procurado, 12-13: AAS 66 (1974), pp. 738. Ver Catecismo de la Iglesia Católica, 2270ss.

[9] Ver Gaudium et spes, 24; Pío XII, Humani generis: AAS 42 (1950), p. 575; Pablo VI, Professio fidei: AAS 60 (1968), p. 436; Juan XXIII, Mater et Magistra, III: AAS 53 (1961), p. 447; Juan Pablo II, Discurso a los sacerdotes participantes en un seminario de estudio sobre la procreación responsable, 17/9/1983: «En el origen de cada persona humana hay un acto creativo de Dios: ningún hombre llega a la existencia por casualidad; es siempre el término del amor creador de Dios» (n. 1).

[10] Ver Pío XII, Discurso a la Unión Médico-Biológica “San Lucas”, 12/11/1944: Discursos y Radiomensajes, VI (1944-1945), 191-192.

[11] Academia Pontificia para la Vida, Declaración sobre la producción y uso científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas, 25/8/2000, II,3-4.

[12] Ver http://www.cnn.com/2001/HEALTH/11/26/human.cloning/index.html.

[13] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum vitae, 22/2/1987, II,B,4,c.

[14] Allí mismo, II.

[15] Ver allí mismo, I,4.

[16] Ver D. Orlic, J. Kajstura, S. Chimenti, I. Jakoniuk, S.M. Anderson, B. Li, J. Pickel, R. McKay, B. Nadal-Ginard, D.M. Bodine, A. Leri y P. Anversa, Bone marrow cells regenerate infarcted myocardium, en «Nature» 410 (2001), 701-705; C. Kalka, H. Masuda, T. Takahashi, W.M. Kalka-Moll, M. Silver, M. Kearney, T. Li, J.M. Isner y T. Asahara, Transplantation of ex vivo expanded endothelial progenitor cells for therapeutic neovascularization, «Proceedings National Academy of Science. U.S.A.» (2000); A.A. Kocher, M.D. Schuster, M.J. Szabolcs, S. Takuma, D. Burkhoff, J. Wang, S. Homma, N.M. Edwards y S. Itescu, Neovascularization of ischemic myo-cardium by human bone-marrow-derived angioblasts prevents cardiomyocyte apoptosis, reduces remodeling and improves cardiac function, en «Nature Medicine» 7 (2001), 430-436; and in vivo self-renewal of multipotent mammalian neural crest stem cells, «Cell» 96, 737-749; G. Ferrari, G. Cusella-De Angelis, M. Coletta, E. Paolucci, A. Stornaiuolo, G. Cossu y F. Mavilio, Muscle regeneration by bone marrow-derived myogenic progenitors, en «Science» 279, (1998), 1528-1530; C.R. Bjornson, R.L. Rietze, B.A. Reynolds, M.C. Magli y A.L. Vescovi, Turning brain into blood: a hematopoietic fate adopted by adult neural stem cells in vivo, en «Science» 283 (1999), 534-537.

[17] Ver P. Bianco, M. Riminucci, S. Gronthos y P.G. Robey, Bone marrow stromal stem cells: nature, biology, and potential applications, en «Stem Cells», 19 (2001), 180-192; S.A. Kuznetsov, M.H. Mankani, S. Gronthos, K. Satomura, P. Bianco y P.G. Robey, Circulating skeletal stem cells, en «Journal of Cellular Biology» 153 (2001), 1133-1140.

[18] Ver Academia Pontificia para la Vida, Declaración sobre la producción y uso científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas, 25/8/2000, II.

[19] Juan Pablo II, Discurso a los participantes en la XXXV Asamblea General de la Asociación Médica Mundial, 29/10/1983, 2.

[20] Luis Fernando Figari, La dignidad del hombre y los derechos humanos, FE, Lima 1991, p. 15.

[21] Allí mismo, p. 19.

[22] Juan Pablo II, Discurso a los participantes en la XXXV Asamblea General de la Asociación Médica Mundial, 29/10/1983, 6.

[23] Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum vitae, 22/2/1987, 2.

[24] Allí mismo, I,4.

[25] Allí mismo, I,5.

[26] Juan Pablo II, Evangelium vitae, 61.

[27] Academia Pontificia para la Vida, Declaración sobre la producción y uso científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas, 25/8/2000.

[28] Juan Pablo II, Discurso al Presidente de los Estados Unidos George W. Bush, Castelgandolfo, 23/7/2001, 4.


 [KB1] Comentario de Miguel Salazar: La aplicación de que se habla aquí se contradice con la definición que se da de la FIV en nota, en la cual aparece como elemento distintivo la implantación en el útero. Habría que precisar la definición.

 [KB2] Comentario de Miguel Salazar: Pero la investigación en celulas estaminales en sí misma no está mal. El problema es la obtención de las mismas a partir de embriones humanos. La pregunta que habría hecho la encuesta no permite deducir que hay falta de información.

 [KB3] Comentario de Miguel Salazar: La unicidad de la persona se funda en su carácter de persona creada por Dios, y por lo tanto primero en el espíritu y después en el alma y el cuerpo. La unicidad genética no es la fuente de su unicidad e irrepetibilidad. Es muy importante subrayar este punto ante el fenómeno de la clonación (pero también, me parece, de los gemelos).

Este artículo del mimso autor es una síntesis del antior
Uso y Abuso en la investigación de Células Estaminales  y embriones humanos.

Artículo del Doctor Luis Raez

Me quede muy impresionado por el debate suscitado el otro día en el congreso americano cuando una niña de 12 años testificó que quería que se dieran fondos federales para permitir el uso de las células estaminales (stem cell) para salvar a uno de sus familiares que tenía la enfermedad de Parkinson. De otro lado un señor presentó a sus dos hijos mellizos y preguntó al congreso cual de los dos sería el mejor candidato para experimentación en seres humanos y a cual le perdonarían la vida?, ya que ambos de haber existido la aprobación para experimentación en embriones humanos podrían no haber sobrevivido.

El tópico de fondos federales para el uso de células estaminales en la investigación de la cura de enfermedades incurables como enfermedades cardíacas, cerebrales, diabetes, etc. esta muy fuerte en estos días. Es muy importante que todos tengamos una idea clara de que se esta discutiendo.

Las células estaminales también llamadas a veces "células madre" (Stem cells) se forman luego de que se da la fertilización (unión del espermatozoide y el óvulo materno) originando el embrión humano, estas células primitivas se diferenciaran en 220 tejidos diferentes que formaran los órganos de los seres humanos. Es por ello que teóricamente si aprendemos a como hacerlas crecer en el laboratorio y las manipulamos podríamos originar tejidos u órganos nuevos en el laboratorio y para implantarlos en pacientes y curar enfermedades. El problema es que para sacar las células madre del embrión tenemos que matarlo. Actualmente hay cerca de 100,000 embriones congelados en las clínicas de fertilización en vitro en Estados Unidos que no han sido usados y esos serian los primeros candidatos. Los grupos privados sin embargo, que no están restringidos por fondos federales, no solo ya usan embriones congelados sino que ya han empezado a crear embriones en laboratorios para sacarles estas células porque ello puede convertirse en un excelente negocio en el futuro debido a la gran cantidad de personas enfermas que podrían beneficiarse.

Si se permite el uso de fondos federales para esta investigación en que se mata embriones, se estará usando el dinero de contribuyentes como nosotros (que pagamos impuestos y no estamos de acuerdo) para financiar estas prácticas. Por otra parte la investigación en esta área de la medicina es "muy promisoria", pero los médicos sabemos que la panacea para la cura de todas las enfermedades no existe, por ello es totalmente inadecuado aumentar las esperanzas de enfermos y familiares diciéndoles que si se permite esto se curaran estas enfermedades cosa que puede ser totalmente falsa.

Las células estaminales pueden proporcionar avances y descubrimientos en la ciencia como se hacen en muchas otras áreas de la medicina, como el estudio de medicinas nuevas o mejores técnicas quirúrgicas.

La iglesia católica no se opone a la ciencia, muchos de nosotros incluso estamos en favor de la investigación de estas células o trabajamos ya en ello, por ejemplo, usando células madre adultas en transplantes de médula o sea en pacientes con cáncer, pero pedimos que se haga sin dañar al embrión humano. La alternativa esta en el hecho de sacar estas células de personas adultas, el problema está en que no son tan abundantes y no se reproducen tan fácilmente como la de los embriones. La respuesta es que se necesita más investigación en esta área para que eso sea posible. No creo que lo más adecuado sea dejar de lado esta investigación (que es difícil) e irnos por la opción mas fácil de matar embriones y sacarles las células, estamos olvidándonos que el fin no puede justificar los medios y menos cuando estamos hablando de vidas de seres humanos.

Dr. Luis E. Raez,
Coordinador del Movimiento de Vida Cristiana (MVC) en Estados Unidos,
Profesor Asistente de Medicina
Division de Hematologia y Oncologia Medica
Sylvester Comprehensive Cancer Center/Jackson Memorial Hospital
Escuela de Medicina de la Universidad de Miami

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