"Todos los seres humanos están llamados a la santidad que,
en última instancia, consiste en vivir como hijos de Dios,
en esa “semejanza a él, según la cual, han sido creados. Todos son hijos de Dios, y todos tienen que llegar a ser lo que son,
a través del camino exigente de la libertad». (S.S. Benedicto XVI, 1 de noviembre de 2007)
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