Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María

XVIIIEdición

marzo-abril  2003


CORAZONES QUE ARDEN DE AMOR 

San Ignacio de Loyola
Fiesta: 31 de julio

San Ignacio nació en el año 1491 en el castillo de Loyola. Era muy joven cuando entró al ejército. De la misma manera que San Francisco de Asís dedicara su juventud a la carrera militar, mas tarde diría San Ignacio que “se había dado a las vanidades del mundo”. A la edad de 30 años siendo ya capitán fue gravemente herido en una guerra contra Francia. Una bala de cañón le alcanzo una pierna, obligándole a permanecer en cama por muchos meses. Mientras estaba en convalecencia pidió que le consiguieran novelas de caballería pero como no habían se le fue dada la Vida de Cristo y la Historia de los Santos. El notaba que mientras leía novelas y narraciones mundanas, de inmediato sentía satisfacción pero después quedaba con un sentimiento de tristeza y vacío. En cambio, al leer la Vida de Cristo y las Vidas de los Santos, sentía una inmensa alegría. Él mismo llegó a preguntarse: ¿Por qué no tratar e imitar a estos santos? Si ellos han logrado este grado de espiritualidad, ¿por qué no lo voy a lograr yo? ¿por qué no esforzarme por llegar a la santidad? ¿por qué no tratar de ser como San Francisco o Santo Domingo?

Cuenta San Ignacio que una noche, despierto en su habitación, vio claramente la imagen de Nuestra Señora con el Niño Jesús . En el momento de la visión recibió abundante consolación. Sintió repugnancia de su vida pasada, especialmente por todas las ofensas de la carne. Supo que todas las imágenes y pensamientos que antes ocupaban su mente desaparecieron y que desde esa hora no consintió a la mas mínima sugerencia de la carne, proponiéndose dedicar todo su ser para el Reino de los cielos y “Todo para la mayor gloria de Dios”.

Terminada su convalecencia se fue en peregrinación al famoso Santuario de la Virgen de Montserrat. Seriamente se propuso hacer penitencia por sus pecados, se consagró a la Virgen e hizo una Confesión General de toda su vida. En el pueblo de Manresa es donde le son inspirados los Ejercicios Espirituales que tantas conversiones y tanto bien han hecho a la humanidad entera.

San Ignacio tuvo una intensa experiencia de conversión, con el gran deseo de iluminar el mundo con la luz del Evangelio que lo impulsó a fundar la Comunidad Religiosa de la Compañía de Jesús o Jesuitas.

 

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