eN EL CORAZÓN DE LA IGLESIA
A continuación, el texto de la tercera parte del "Secreto de
Fátima" escrita por Sor Lucia, una de los videntes de la Virgen de
Fátima y revelada según la petición de SS Juan Pablo II.
“Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio
de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la
Santísima Madre vuestra y mía.
“Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado
izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una
espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que
parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el
esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida
hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con
fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa
luz qué es Dios: ‘algo semejante a como se ven las personas en un
espejo cuando pasan ante él’ a un Obispo vestido de Blanco ‘hemos
tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre’. También a otros
Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña
empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si
fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a
ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con
paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de
los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del
monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un
grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y
flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos
sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares,
hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos
de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal
en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban
con ella las almas que se acercaban a Dios”.