Santa
Eulalia
Santa Eulalia de Mérida, mártir
10 Diciembre, 304
Oficio del 10 de diciembre
Breve:
Eulalia, de esclarecido linaje por su nacimiento, pero más todavía
por su muerte, nació en Mérida a finales del siglo III, Prudencio
hace una primorosa descripción de su martirio, coincidiendo
admirablemente con las actas escritas por un testigo ocular. Murió,
tras crueles torturas, a la edad de doce años, un día 10 de
diciembre.
Daciano, gobernador romano, recorre la ciudades
persiguiendo a los cristianos. Es así
que entra en Mérida, arrasando sin tregua. Eulalia, una niña de
doce años reta a las conciencias:
"¿A que estáis aguardando? ¿Nadie es valiente
de presentarse ante el gobernador y echarle en cara lo mal que hace
persiguiendo a los que no hacen ningún mal?.
Demostrad que sois cristianos y que defendéis a
este Cristo ultrajado".
El gran poeta Prudencio canta maravillas de la inocencia
y el celo por Cristo de Eulalia. Sus
padres, que conocían bien la
valentía de su hija, sabían
que ella era capaz de recriminar al gobernador en su
cara. Por eso se la llevaron
lejos de la ciudad. Pero desde
la casa en el campo Eulalia seguía recordando la situación de los
cristianos y no podía dormir. Una noche,
sigilosamente, se levanto, abandono la casa de
campo camino a la ciudad. Un cortejo de ángeles
iluminaban su camino en aquella noche lóbrega. Al amanecer ya estaba
ante el palacio del gobernador hablando públicamente
con gran fervor en defensa de los
cristianos y en contra de aquellas persecuciones. Pronto alguien lo
comunico a Daciano, quien quiso conocerla,
pensando que la atraería con sus
halagos. Eulalia, al verse ante el gobernador le dijo, con gran
valentía: "Decidme, malvado ¿que furia es la que os empuja a perseguir
las almas y los cuerpos de los que no hacen ningún mal y solo porque
adoran al verdadero Dios? Vosotros sois los que adoráis a ídolos que
no existen o a hombres que si existen pero que son pecadores como
vosotros. Date cuenta gobernador, que nada podrás hacer contra
nosotros. Es el Dios mismo quien nos defiende. Aunque me quites la
vida, se que resucitare a otra vida mejor".
Daciano no sabia como reaccionar. Quiso mandarla a
matar inmediatamente, pero se sentía retado a
convencerla a apostatar. Le habló de sus padres, de su casa, de
los favores que recibiría, cuanto oro y joyas quisiera. Bastaba una
cosa: que reconociera a los dioses de los romanos y que abandonase la
secta de los cristianos. Eulalia, llena de coraje, le dijo: "No
pierdas tiempo, pretor, manda que me torturen y que me quiten la vida,
porque no vas a conseguir nada conmigo".
La llevaron a la cárcel. La cargaron de cadenas, y, poco después, por
orden del pretor, era torturada bárbaramente: Rasgaron con unos
garfios sus pechos, sus espaldas, todo su cuerpo virginal. Eulalia,
con gran paz y alegría, decía: "Señor Jesús, he aquí que escriben tu
nombre sobre mi cuerpo ¡Cuan agradable es leer estas letras que
sellan, oh Cristo, tus victorias! La misma púrpura de mi sangre
exprimida habla de tu santo nombre" .
Como ultimo tormento le quemaron con hachas encendidas todo su cuerpo
y vieron salir por su boca una blanquísima paloma que volaba hacia el
cielo. Era el 10 de diciembre del año 304.
Santa
Eulalia de Barcelona
Se discute si es la misma que Sta. Eulalia de Mérida.
Virgen y mártir (+304)
Nacida en Barcelona, España. Fue torturada y crucificada durante la
persecución de Diocleciano. Se le venera en Francia y España. Sus
restos mortales están en la cripta de la
catedral de
Barcelona.
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