Los peregrinos se persignan con agua bendita, signo del bautismo. El fin de toda peregrinación es renovar el bautismo, haciendo penitencia, participando en los sacramentos de reconciliación y Eucaristía, y abriéndose a las gracias jubilares con el sincero propósito de vivir según el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Al fondo, la puerta santa del jubileo compostelano
| ORACIÓN DEL PEREGRINO Apóstol Santiago, elegido entre los primeros, tú fuisteis el primero en beber el cáliz del Señor, y eres el gran protector de los peregrinos; haznos fuertes en la fe y alegres en la esperanza, en nuestro caminar de peregrinos, siguiendo el camino de la vida cristiana. Aliéntanos para que, finalmente, alcancemos la gloria de Dios Padre. Amén
Continúa la peregrinación a Santiago Regreso a la página principal www.corazones.org
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