El Divino Niño
El niño
extiende sus brazos,
queriendo alcanzar a Su Padre
y a cada uno de nosotros.
Su túnica es rosada, el cinturón verde y sus pies descalzos. Se
puede decir que mientras el Niño de Praga manifiesta la realeza de
Cristo, el Divino Niño manifiesta en su
naturaleza humana el amor de niño, necesario para
nosotros ir al cielo.
"Y un Niño
pequeño
los pastoreará"
Isaías 11,6
Esta imagen del
Divino Niño, diferente a la de Colombia, corresponde a la visión
de la Madre Angélica, abadesa del Monasterio de Nuestra Señora de
los Angeles, Hanceville, Alabama EEUU, fundadora del canal
de televisión EWTN.
El niño nos
ofrece su corazón para que entremos en El.
Oración
de la Confianza
al Divino Niño |
Niño amable de mi
vida
Consuelo de los cristianos
La gracia que necesito
Pongo en tus benditas manos.
Padre Nuestro...
Tu que sabes mis
pesares
Pues todos te los confío
Da la paz a los turbados
Y alivio al corazón mío.
Dios te salve María...
Y aunque tu amor
no merezca
No recurriré a ti en vano
Pues eres Hijo de Dios
Y auxilio de los cristianos.
Gloria al
Padre...
Divino Niño Jesús
Bendecidnos.
|
Devoción al Divino Niño
Colombia y otros países
Padre Jordi Rivero
Ver también:
Nueve
domingos al Divino Niño, oraciones |
Novena
|
Razón
de venerar al niño Jesús l
Novena al Niño Dios
Una de las
devociones mas hermosas y extensas de los Colombianos es la del Niño Jesús,
honrado bajo el título
del Divino Niño. La confianza puesta en Jesús se fundamenta en Sus
propias palabras:
Y todo
lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. Juan 14,13
La
devoción al Divino Niño es providencial, es luz para un mundo que
desprecia la vida humana y en que tantos niños son abortados o
abandonados. ¡Cuánto glorifica a Dios que reconozcamos que El nos
envió a Su único Hijo!. El se hizo un niño pequeñito, igual que
nosotros en todo menos en el pecado.
Mientras
el mundo apuesta por el poder de las armas y del dinero, que es la ley
del más fuerte, Jesús nos enseña que el reinará por el amor cuando nos
hagamos niños guiados por Su Padre Celestial. Nos pide una profunda
conversión de corazón:
Yo os
aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el
Reino de los Cielos. Mateo 18,3
Vemos
entonces que el objetivo primario de la devoción al Divino Niño ha de
ser nuestra propia transformación para ser cada vez más como Jesús, en
todo hijos dóciles y obedientes al Padre.
Así propiciamos su Reino.
YO REINARE
El es el
Camino, la Verdad y la Vida. El y solo El renueva nuestros corazones
para que seamos también nosotros hijos del Padre. Esta devoción se
hace en la misma fe que nos mueve a rezar en el Padre Nuestro: "Venga
Tu Reino".
Historia de la devoción
Comienza
la devoción al Divino Niño en Colombia en el año 1907, primero
entre los carmelitas y después en la Comunidad Salesiana. Fueron
tantos los favores concedidos que los devotos agradecidos propagaron
la devoción por todas partes. Citamos el testimonio del
milagro del 1915, reconocido por el obispo:
Mi hija
María de 18 años venía padeciendo terribles dolores de reumatismo.
Eran tan grandes los dolores que padecía y tan devastadora la
inmovilidad que el reumatismo le estaba produciendo, que viéndola ya
en peligro de muerte llamamos al sacerdote que la confesó y le
administró el viático y la extremaunción.
No podía hacer el menor movimiento de pies o de manos sin sentir
agudísimos dolores. Los medicamentos de los médicos no le producían
ninguna mejoría. Uno de los mejores médicos de la ciudad venía cada
día a visitarla, pero los ataques reumáticos eran cada día más fuertes
y le daban unas convulsiones que la dejaban medio muerta.
El 10 de noviembre del año pasado cuando en uno de los terribles
ataques creí que se moría, al ver que recobraba otra vez el habla, se
me ocurrió una idea: corrí a mi habitación y me traje una imagencita
del Divino Niño que nosotros veneramos con mucho cariño, y acercándome
a la enferma le dije: "Hija, Nuestro Señor hizo la promesa de que si
le pedimos por los méritos de su infancia, nuestra oración será
escuchada. Pidámosle por los méritos de sus 12 primeros años de vida,
si te conviene para la salud del alma, te conceda la salud del cuerpo.
Dále un beso a la imagen del Divino Niño y la colocamos luego junto a
los pies que tanto te duelen".
Ella besó
amorosamente al queridísimo Niño Jesús y luego colocamos la imagen en
lecho, junto a la enferma y rezamos con toda fe.
Pasada una hora, de pronto mi hija gritó entusiasmada: "Papá, papá,
estoy curada". Y para demostrarme que si era verdad, movía los brazos
y los pies en todas direcciones sin sentir el menor dolor (siendo que
hasta hacia unos minutos al menor movimiento de un brazo o de un pie
daba un grito de dolor). Estaba totalmente curada.
Pronto nos reunimos todos los familiares y emocionados dimos gracias
al Milagroso Niño Jesús que hace tales maravillas. Después de once
meses mi hija se encuentra muy robusta y sin el más mínimo dolor de
reumatismo y recomendamos a las personas necesitadas a que en
cualquier angustia, dolor o necesidad invoquen con toda confianza a l
Niño Jesús que tanto goza ayudando a los necesitados. El Señor Obispo
que nos honra con su amistad y que había venido varias veces a visitar
a la enferma, atestigua también este milagro que los médicos no han
logrado explicar.
Certificamos que esta declaración es verdadera, firmado: Heladio,
Obispo de Cali.
Firmado, con inmensa gratitud al Niño Jesús: Manuel Sinisterra. Cali
1916.
El
padre Juan del Rizzo y la devoción al
Niño Jesús
El
padre salesiano Juan del Rizzo llega a Barranquilla, Colombia, en
1914. Con gran esfuerzo se dedica a recaudar fondos para la
construcción de un templo pero no tiene éxito. Fue entonces que tuvo
la inspiración de pedir a Nuestro Señor por los méritos de su
infancia. Desde entonces el éxito del
padre fue extraordinario y
se convirtió en un gran devoto del Divino Niño, dedicando su vida a la
propagación de la devoción.
Después de
13 años de ministerio en Barranquilla, el padre del Rizzo fue
trasladado a Medellín, donde continuó su labor exhortando a todos a
confiar en Jesús por los méritos de su infancia. Al principio la
devoción del padre
del Rizzo se identificaba con la imagen del
Niño Jesús de Praga, pero en Medellín una asociación de devotos a
esa devoción se le opuso, alegando que ellos tenían la exclusiva sobre
el
Niño de Praga. ¡Posiciones absurdas que se dan entre los seres
humanos! El
padre del Rizzo buscó entonces otra forma de expresar su devoción al Niño Jesús. El
sabía que los milagros no los hace la imagen sino el mismo Jesucristo
que está vivo.
En 1935 el
padre del Rizzo fue trasladado a Bogotá y, providencialmente, se
encontró allí con una preciosa imagen del Divino Niño.
Colocó el
padre la imagen en unos
terrenos baldíos del Barrio 20 de Julio de Bogotá. Desde allí
pregonaba
a todo quien escuchase los prodigios que Jesús otorga a quienes honran
su santa infancia. Los milagros se multiplicaron: Curaciones, empleos,
reconciliación de familias, protección de negocios.... pero sobre todo
muchas conversiones.
Oraciones al Divino Niño Jesús
Oración al Niño Jesús para verse libre de peligros.
Señor Dios, rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las
cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu
voluntad. Tú hiciste el cielo y la Tierra y todo cuanto en ellos se
contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas. ¿Quién podrá pues
resistir a tu Majestad? Señor Dios de nuestros padres: ten
misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren
perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes, tú
has dicho: "Pedid y se os dará. El que pide recibe. Pero pedid con
fe". Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja
de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se
convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y
continuemos alabándolo eternamente en el cielo. Amén.
Súplica
para tiempos difíciles.
Divino Niño Jesús:
Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Amén.
Plegaria para obtener serenidad.
Niño Jesús: Tú eres el Rey de la Paz, ayúdame a aceptar sin amarguras
las cosas que no puedo cambiar.
Tú eres la fortaleza del cristiano; dame valor para transformar
aquello que en mí debe mejorar.
Tú eres la sabiduría eterna; enséñame en cada instante cómo debo obrar
para agradar más a Dios y hacer mayor bien a las demás personas. Te lo
suplico, por los méritos de tu infancia a ti que vives y reinas por
los siglos de los siglos. Amén.
Un
minuto con el Niño Jesús
Bendíceme, Niño Jesús y ruego por mí sin cesar.
Aleja de mi hoy y siempre el pecado.
Si tropiezo, tiende tu mano hacia mí.
Si cien veces caigo, cien veces levántame.
Si yo te olvido, tú no te olvides de mí.
Si me dejas Niño, ¿Qué será de mí?
En los peligros del mundo asísteme.
Quiero vivir y morir bajo tu manto..
Quiero que mi vida te haga sonreír.
Mírame con compasión, no me dejes Jesús mío.
Y, al fin, sal a recibirme y llévame junto a ti.
Tu bendición me acompañe hoy y siempre. Amén. Aleluya. (Gloria al
Padre).
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Novena
recomendada por el Padre Juan.
Jesús mío, mi amor, mi hermoso Niño, te amo tanto... Tú lo sabes, pero
yo quiero amarte más: haz que te ame hasta donde no pueda amarte más
una criatura, que te ame, hasta morir...
Ven a mí, Niño mío; ven a mis brazos, ven a mi pecho, reclínate sobre
mi corazón un instante siquiera, embriágame con tu amor, Pero si tanta
dicha no merezco, déjame al menos que te adore, que doblegue mi frente
sobre el césped que huellas con tus plantas, cuando andas en el
pastoreo de tu rebaño.
Pastorcillo de mi alma, pastorcito mío, mira esta ovejita tuya cómo
ansiosa te busca, cómo anhela por ti. Quisiera morar contigo para
siempre y seguirte a donde quiera que fueras para ser en todo momento
iluminada con la lumbre de tus bellísimos ojos y recreada con la sin
par hermosura de tu rostro y regalada con la miel dulcísima que
destila de tus labios. Quisiera ser apacentada de tu propia mano y que
nunca más quitaras tu mano de ella. Más, quisiera Jesús mío: quisiera
posar mis labios sobre la nívea blancura de tus pies.
Si, amor, mío, no quieras impedirme tanto bien; déjame que me anonade
a tus plantas y me abrace con tus pies y los riegue con las lágrimas
salidas de mi pecho amante, encendidas en el sagrado fuego de tu amor;
déjame besarte y después... no quiero más, muérame luego. Si, muérame
amándote, muérame por tu amor, muérame por ti, niño mío que eres sumo
bien, mi dicha, mi hermosura, la dulzura de mi alma, la alegría de mi
pecho, la paz de mi corazón, el encanto de mi vida. Ah, morir enfermo
de amor y de amor por ti, luz mía, que dicha para mi alma, qué
consuelo, qué felicidad.
Todo tuyo es mi ser, pues de la nada lo creaste, y me lo diste y otra
vez vino a ser tuyo cuando me redimiste y con el precio de tu sangre
me compraste; y otras tantas veces, hasta hoy he sido tuyo, cuantos
son los instantes que he vivido pues esta vida que tengo, tú mismo a
cada instante me la otorgas, la conservas y la guardas.
Por eso, Jesús mío, a ti quiero tornarme, de quien tantos bienes en
uno he recibido. Tú, pues serás, de hoy más mi dueño único. Tú el
único amado de mi alma, porque sólo tú eres mi padre y mi hermano y mi
amigo; y solo tú eres mi rey, y creador y redentor, y tú solo mi Dios
y mi soberano Señor.
Dulce Jesús mío Divino Niño de mi alma: dime una vez más que sí me
amas y dame en prenda de amor, de amor eterno, tu santa bendición. En
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Rezar tres padrenuestros y una salve, ofrecer, confesarse y comulgar
todos los días de la novena o al menos el último día. No se deje de
rezar la novena hasta haber conseguido la gracia. Se suplica rezar un
padrenuestro según la intención del Papa, uno según la intención del
Obispo y uno según la intención del Párroco.
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Novena
de los tres padrenuestros.
Oh Jesús: a tu corazón de Amigo yo vengo a confiar (nombre de persona
o necesidad).
Me entrego a tu poder...
Confío en tu sabiduría...
Me abandono a tu misericordia...
Hijo de
Dios, Tú bien puedes socorrerme... Padrenuestro...
Redentor mío: Tú sabes cuánto lo necesito... Padrenuestro...
Descanso en la ternura de tu amor...
Padrenuestro...
Oh Jesús: tu Redención todo lo merece.
Tu mediación todo lo alcanza.
Tu amor de Padre, todo lo compadece.
Divino Niño Jesús, en ti confío (cinco veces).
Oh Jesús. Tú dijiste: "Si quieres agradarme confía en mí: si quieres
agradarme más, confía más.
Si quieres agradarme inmensamente,
confía
inmensamente en mí.
Te pido que aumentes mi confianza.
Yo quiero
confiar inmensamente en Ti.
En Ti Señor espero. Y no dejaré de amarte
eternamente.
Divino Niño Jesús: Líbranos de todo mal. Amén.
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Consagración del hogar
Divino Niño Jesús que bendices y proteges las casas donde está
expuesta y es honrada tu Sagrada Imagen: Te elegimos hoy y para
siempre por Señor y Dueño de nuestra casa, y te pedimos que te dignes
demostrar en ella tu poderoso auxilio, preservándola de las
enfermedades, del fuego, del rayo, de las inundaciones, de los
terremotos, de los ladrones, de las discordias, y de los peligros de
la guerra.
Bendice y protege a las personas que aquí habitan y concédeles la paz,
una gran fe, verdadero amor a Dios y al prójimo, paciencia en las
penas, esperanza en la vida eterna, facilidades de trabajo, empleo y
estudio, y la gracia de evitar los malos ejemplos, el vicio, el
pecado, la condenación eterna y todas las demás desgracias y
accidentes. Amén. |
Esta página es obra
de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
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