Con esta frase solía comenzar
muchas de sus conferencias el Rev. Padre Ángel Villaronga (qpd),
recordándonos que la Palabra de Dios consignada en las Sagradas Escrituras
y enseñada por la Iglesia mediante su magisterio, nos narran una historia
verdadera, pero que a diferencia de la historia humana, los mandatos y las
leyes de Dios son una profecía que tiene que cumplirse.
Subrayamos y destacamos esta expresión, para que enfaticemos la realidad de
que contrario a lo que generalmente pensamos, no son nuestros planes y
proyectos los que necesariamente tienen que efectuarse, sino que
reconociendo nuestra realidad de independencia y libre albedrío, debemos
recordar siempre que lo revelado por Dios en su Palabra, es lo único perenne
e infalible.
Esta realidad, no debe
disuadirnos para claudicar en nuestra labor cotidiana, sino que por el
contrario en momentos de crisis tan agudas como las que experimentamos hoy,
es primordial que haciendo un ‘alto en el camino”, reflexionemos sobre
nuestra relación personal y comunitaria con nuestro Creador, a fin de
evaluar y de enmendar nuestra vida y nuestra relación con Dios y con
nuestros hermanos en un mundo globalizado por una tecnología que esta
creando en nuestras sociedades un divorcio y una separación de consecuencias
funestas entre el hombre y su Creador. Es en base a esta realidad que en
nuestros días, S.S.Benedicto XVI, fiel a su ministerio como Pastor Universal
de la Iglesia, nos actualiza en su nueva encíclica
“Caritas in Veritate”
la verdadera dimensión que deben de tener las relacionales del hombre con su
núcleo familiar, la sociedad, las instituciones gubernamentales, la economía
y el medio telúrico en el que vive, y este esquema de relaciones nos lo
presenta el Papa centrado en la practica de la Virtud Teologal de la
Caridad. Su Santidad en esta importantísima encíclica, nos recuerda como la
Caridad Cristiana para que efectivamente responda al mandato de amor que
Dios nos da en su Palabra, debe estar íntimamente relacionada con la Verdad,
es decir de que la caridad debe de estar sustentada en realidades innegables
y totalmente autenticas. En este nuevo documento magisterial, el Santo
Padre resalta las diferentes consecuencias negativas que en el orden
socio-político y económico ha sufrido el hombre contemporáneo por haber
convertido la virtud teologal de la Caridad en una simple manera de efectuar
un “trabajo social”, señalando al unísono los graves males que pueden
sobrevenir sobre nuestras sociedades globalizadas de persistir el hombre en
su obstinamiento de ignorar a Dios en el manejo de los problemas. En el
numeral 45 de su carta, S.S Benedicto XVI enfatiza la realidad de que la
Palabra de Dios es una Profecía que tiene que cumplirse, al afirmar que”….la
iglesia escruta los signos de los tiempos, los interpreta y ofrece al mundo
lo que ella posee como propio: una visión global del hombre y de la
humanidad…” Claramente se refiere el Papa a la misión exclusiva que
tiene la Iglesia Católica de ser fiel custodia de la Palabra y fiel Maestra
al dar al hombre la verdadera visión global, la Visión de Dios.
Comprensiblemente una enseñanza tan vital como la que se nos da en cada una
de las paginas de “Caritas in Veritate”, no puede ser comentada en
un breve articulo, y es por ello que a continuación presentamos algunas
reflexiones de la carta a fin de invitarles a leer con detenimiento esta
nueva encíclica de su Santidad Benedicto XVI. (Las reflexiones en paréntesis
al final de las citas, son personales.)
“….El amor-“caritas” es una
fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía
y genorisidad en el campo de la justicia y de la paz…”
(esta reflexión debe de
centrarnos nuevamente en lo que verdaderamente es el amor, reconociendo que
para el mundo el amor es simplemente un sentimiento de placer, de erotismo)
“…La caridad da verdadera
sustancia a la relación personal con Dios y con el prójimo, no solo en el
principio de las micro-relaciones, como las amistades, la familia, sino
también en las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y
políticas…” (bien
se nos recuerda que estamos en el mundo, pero no somos del mundo, es
decir que tenemos la responsabilidad de llevar el evangelio a nuestro
entorno)
“…Sin la verdad, la caridad
cae en un mero sentimentalismo…”
(es decir que sin la base
de los valores de Cristo, no convertimos en simples trabajadores
sociales)
“…No puedo dar al otro de lo
mío sin haber dado en primer lugar lo que en justicia le corresponde. Quien
ama con caridad a los demás, es ante todo justo con ellos…”
(Justicia es dar a cada uno lo
que le corresponde, reza el refrán popular, pero debemos preguntarnos:
¿Cuántas veces oímos reconocemos nuestros deberes sociales en vez de estar
siempre reclamado nuestros derechos?. ¿Somos justos con nuestras
obligaciones?.)
“…Si se pierde la sensibilidad
personal y social para acoger una nueva vida, también se marchitan otras
formas de acogida provechosas para la vida social…”
(esta percepción de una de las
mas funestas realidades que nos llevan a la desintegración moral de las
sociedades, la expreso claramente la Beata Madre Teresa de Calcuta cuando en
una de sus conferencias nos preguntaba el por que nos escandalizábamos de
los crímenes, asaltos, las quiebras económicas, cuando era normal para una
madre matar a su hijo en su seno materno.)
“…Ignorar que el hombre posee
una naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el
dominio de la educación, de la política, de la acción social y de las
costumbres…” (
efectivamente, cuando el hombre no reconoce la realidad del pecado, y cuando
actúa separado de la voluntad de Dios, las consecuencias de sus actos se
reflejaran negativamente en sus proyectos)
“…No se debe considerar a los
pobres como una carga o fardo, sino como una riqueza incluso desde el punto
de vista estrictamente económico…”
(sin lugar a discusión,
independientemente de que reconozcamos o no al pobre como nuestro hermano,
por lo menos se debe reconocer la posibilidad y el potencial de sus
servicios y conocimientos para ingresar en la fuerza laboral)
“…La Iglesia sostiene que la
actividad económica no debe de considerarse antisocial. Por eso, el mercado
no es ni debe de convertirse en el ámbito donde el mas fuerte avasalla al
mas débil…”
(nuevamente pone el Papa de manifiesto la necesidad de la justicia, dar a
cada quien lo que le corresponda y a reconocer y respetar la dignidad de
todo ser humano.)
“…El ser empresario, antes de
tener un significado profesional, tiene un significado humano .Todo
trabajador es un creador…”
(el hombre fue creado a imagen
y semejanza del Creador)
“…Se nota un abuso del
adjetivo “ético” que, usado de manera genérica, puede abarcar también
contenidos completamente distintos hasta el punto de hacer pasar por éticas,
decisiones y opciones contrarias a la justicia y al verdadero bien del
hombre…” (Es
evidente que hoy el relativismo prima en las decisiones que el hombre toma).
“…Los pueblos son los
constructores de su propio desarrollo, los pueblos son los propios
responsables de el…”
(esta verdad se aprecia
claramente en el aspecto político en donde el refrán de que: “cada pueblo
tiene el gobierno que se merece”, en muchas oportunidades una realidad
manifiesta.)
“…El tema del desarrollo esta
también muy unido a los deberes que nacen de la relación del hombre con el
ambiente natural. La naturaleza es expresión de un proyecto de amor y de
verdad. Ella nos precede y nos ha sido dada pro Dios como ámbito de vida. La
naturaleza esta a nuestra disposición no como un montón de desechos
esparcidos al azar, sino como un don del Creador que ha diseñado sus
estructuras intrínsecas para que el hombre descubra las orientaciones que
debe de seguir para guardarla y cultivarla.
(es indiscutible que la
preocupación global por la destrucción de nuestros recursos naturales, es un
reconocimiento del llamado del Santo Padre al respeto de la naturaleza,
recordemos que somos cocreadores, no destructores)
Conforme lo señalado
anteriormente, no es factible en un artículo destacar la gran importancia
que deben de tener para nosotros el Magisterio de nuestra Iglesia, contenido
en los documentos exhortitos oficiales del Santo Padre. Debemos admitir que
es una dolorosa realidad el hecho de que la ignorancia de nuestra fe es la
que causa nuestros dilemas vivénciale, y por ello debemos hacer un esfuerzo
para educarnos y crecer en la fe, porque no podemos amar aquello que no
conocemos, así que les insto a leer la nueva encíclica de S.S. Benedicto
XVI, “Caridad en la Verdad”.
Laus Deo