¡NI UN SOLO DIVORCIO!
El secreto es el poder de la Cruz.
Marian Observer / Sr. Emmanuel. Feb. 2002. Traducción, Padre Jordi
Rivero
El pueblo de Siroki-Brijeg en
Herzegovina tiene una maravillosa distinción: ¡nadie recuerda que
haya existido un solo divorcio entre sus 13,000 habitantes!
¡Tampoco se recuerda un solo caso de familia rota!
El secreto de Herzegovina es sencillo: Los habitantes
croatos han mantenido su fe Católica soportando por ella persecución
por siglos a manos de los turcos y después de los comunistas. Su fe
esta fuertemente arraigada en el conocimiento del poder salvador de
la cruz de Jesucristo. Ellos saben que los programas del mundo,
aunque sean programas humanitarios, de desarme o de paz, por
si mismos solo proveen beneficios limitados. ¡La fuente de la
salvación es la cruz de Cristo!
Este pueblo posee una gran
sabiduría que han sabido aplicar al matrimonio y a la familia. Ellos
saben que el matrimonio esta indisolublemente unido a la cruz de
Cristo. Según la tradición croata, cuando una pareja se prepara para
casarse, no les dicen que han encontrado a la persona perfecta. ¡No!
En vez, el sacerdote dice: "has encontrado tu cruz. Es una cruz para
amarla, para llevarla contigo, una cruz que no se tira sino que se
atesora" En Herzegovina la Cruz representa el amor mas grande y el
crucifijo es el tesoro de la casa.
Cuando los novios van a la iglesia
traen el crucifijo con ellos. El sacerdote bendice el crucifijo.
Cuando llega el momento de intercambiar sus votos, la novia pone su
mano derecha sobre el crucifijo y el novio pone su mano sobre la de
ella, de manera que las dos manos están unidas a la cruz. El
sacerdote cubre las manos de ellos con su estola mientras proclaman
sus promesas, según el rito de la Iglesia, de ser fieles el uno al
otro, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la
enfermedad, hasta la muerte. Acto seguido los novios no se besan
sino que ambos besan la cruz. Los que contemplan el rito pueden
comprender que si uno de los dos abandona al otro, abandona a Cristo
en la Cruz.
Después de la ceremonia, los
recién casados llevan el crucifijo a su hogar y lo ponen en un lugar
de honor. Será para siempre el punto de referencia y el lugar
de oración familiar. En tiempo de dificultad no van al abogado ni al
psiquiatra sino que van juntos ante la cruz en busca de ayuda de
Jesús. Se arrodillaran y lloraran y abrirán sus corazones pidiendo
perdón al Señor y mutuamente. Van a dormir en paz en el Corazón
porque han recibido perdón del único que tiene poder para salvar.
Ellos enseñaran a sus hijos a besar la cruz cada día y no irse a
dormir como los paganos, sin dar gracias primero a Jesús. Saben que
Jesús los sostiene en Sus brazos y no hay nada que temer.