Santo monje, eremítico. Llamado a ser papa medio de crisis eclesial. Papa #192. Pietro Angelari de Murrone. Pedro fue el úndecimo hijo de Angelo Angelerio y Maria Leone. Pedro vivía en pobreza dedicado a la oración y a copiar libros. Nunca comía carne y ayunaba excepto el domingo. Dormía muy poco. Sus austeridades eran excesivas por lo que Dios en una visión le enseñó que no debía destruir su cuerpo sino que era su deber mantenerlo. Mientras Pedro y sus hermanos se dedicaban a la oración y la penitencia, la Iglesia cursaba aguas tormentosas. Tras la muerte del Papa Nicolás IV, los cardenales en Roma no se ponían de acuerdo para elegir un nuevo Papa. Por dos años y tres meses la Sede permanecía vacante. Los cardenales sorpresivamente eligieron a nuestro santo Papa. Hay diferentes relatos sobre como esto sucedió. Según la historia de Butler*, los cardenales se reunieron en Perugia y lo eligieron por unanimidad por su fama de santidad. El trató todos los argumentos para disuadirlos sin éxito. Entonces trató de huir pero fue interceptado. Fue ordenado obispo de Roma en la catedral de Aquila, cercana al monte Morroni donde vivía con sus hermanos ermitaños. Celestino duró cuatro meses como Papa. Continuó siempre su vida pobre en medio de riquezas y humilde en medio de la fama. Se construyó una celda de madera. Siguió s en el Era santo pero no sabía gobernar. El rey Carlos de Nápoles se aprovechó de el y también hubieron abusos por parte de algunos en la curia del Vaticano. Celestino no estaba preparado para esas luchas. Su conciencia le pesaba al sentir que no era competente para enfrentar las exigencias del Papado. Después de informarse sobre la ley de la Iglesia, el 13 de diciembre de 1294 convocó un consistorio de los cardenales en Nápoles, en el que estaba presente el rey de Nápoles y muchos otros. Ante ellos, Celestino leyó el acta solemne de abdicación, se quitó las vestimentas y ornamentos papales, se puso su hábito religioso, se bajo del trono y se postró ante la asamblea, pidiendo perdón por sus faltas y pidiendo a los cardenales que las reparen en la mejor forma que puedan escogiendo a un digno sucesor de San Pedro. Vivió 10 meses después de su renuncia en vida oculta dedicado a la oración. Pedro, habiéndose despojado de todo, regresó al monte Moroni para vivir con sus monjes, pero tantas eran las personas que iban a verle que el nuevo Papa temió que se produjera un cisma. Pedro fue retirado al castillo de Fumone, a nueve millas de Anagni, bajo guardia. Vivía su vocación monacal cantando continuamente los salmos con sus hermanos. Decía: "Yo deseaba nada en este mundo mas que una celda; y una celda se me ha dado". Profetizó su muerte y murió en la pobreza absoluta que siempre quiso vivir, después de haber rezado devotamente el salmo: "Que todo espíritu alabe al Señor" Canonizado en 1313 Datos tomados de "The Lives or the Fathers, Martyrs and Other Principal Saints", Alban Butler
|