A principios del siglo V, vivía en Edesa, Siria, un mendigo a quien el pueblo veneraba como un santo. Después de su muerte, un anónimo escribió su biografía. Como ignoraba el nombre del mendigo, le llamó simplemente "el hombre de Dios". Según ese documento, el hombre de Dios vivió en la época del obispo Rábula, quien murió el año 436. El mendigo compartía con otros pobres la limosna que recogía a las puertas de las iglesias.
Antes del siglo IX, se había dado en Grecia al hombre de Dios, el nombre de Alejo y San José el Hinmógrafo (833) dejó escrita en un "kanon" la leyenda, adornada naturalmente con numerosos detalles. Aunque se tributaba ya cierto culto al santo en España, la devoción a San Alejo se popularizó en occidente gracias a la actividad de un obispo de Damasco, Sergio, desterrado a Roma a fines del siglo X. Dicho obispo estableció en la iglesia de San Bonifacio del Aventino un monasterio de monjes griegos, y nombró a San Alejo co-patrono de la iglesia. Se cuenta que en el siglo XII la leyenda de San Alejo ejerció profunda influencia sobre el hereje Pedro Waldo. En el siglo XV, los Hermanos de San Alejo le eligieron por patrono y, en 1817, la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María le nombró patrono secundario. También en el oriente le profesa el pueblo gran devoción y aun le llama "el hombre de Dios." En 1217 se encontraron unas reliquias en la iglesia de San Bonifacio, Roma, pero ningún martirologio antiguo y ningún libro litúrgico romano menciona el nombre de San Alejo, el cual, según parece, era desconocido en la Ciudad Eterna hasta el año 972. En el arte se le representa sosteniendo una escalera. En el antiguo santoral su fiesta era el 17 de julio. El culto se suprimió en 1969 por haber pocos datos seguros sobre su vida. A. Amiaud editó en La légende syriaque de S. Alexis (1889) el texto sirio del siglo V. En Analecta Bollandiana, vol. xix (1900), pp. 241‑256, se halla el texto de la versión griega más conocida; según parece, el texto griego fue redactado en Roma. Las versiones latinas pueden verse en Acta Sanctorum, julio, vol. iv. Regresar a la pagina principal |