Madre Adela Galindo,
Fundadora SCTJM
"Deseamos que el fruto de nuestro apostolado desarrolle
en todos los corazones un profundo y auténtico amor por el Corazón
Eucarístico de Jesús, por el Inmaculado Corazón de María Santísima y por
las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia."
- Madre Adela Galindo |
Entrevista con
la Madre Adela Galindo
Fundadora de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María
Mrs. Flynn de la revista
"Signs and Wonders" entrevistó a la Madre Adela durante la Conferencia de
Vox Populi en Roma en 1998.
Este artículo es una
traducción del original en inglés.
Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús
y María es una comunidad religiosa fundada por la Madre Adela
Galindo. Sus primeros pasos se dan en el año 1986. En 1990 fue establecida
como una Asociación Pública de Fieles en la Arquidiócesis de Miami,
Florida. Es una comunidad contemplativa con
proyección apostólica. Es una comunidad Eucarística, Mariana,
Carismática y fiel al Magisterio de la Iglesia. Su carisma espiritual es
contemplar, conocer, amar, consolar, imitar, reparar y servir a los Corazones
de Jesús y María y su carisma apostólico es utilizar todos los medios de
evangelización para promover: la sólida devoción, espiritualidad y reinado
de los Dos Corazones en los corazones de todos los hombres, y las enseñanzas
del Magisterio de la Iglesia.
"Todo por el Corazón de Jesús, a través del Corazón
de María"
Lema, SCTJM
Mrs. Flynn: Hoy es 31 de Mayo de 1998, estamos
celebrando la maravillosa Solemnidad de Pentecostés y estoy entrevistando a
la Madre Adela Galindo, fundadora de las Siervas de los Corazones Traspasados
de Jesús y María. La Madre nos dirá un poco sobre la historia de su familia
y su llamado a la vocación religiosa.
Madre Adela: Nací
un 21 de Noviembre, en la festividad
mariana de "La Presentación de Nuestra Señora", en León, Nicaragua,
dentro de una familia muy católica, que constaba de mis padres, tres hermanas y un hermano. Por algunas dificultades que tuve al nacer, mi madre
comenzó a rezar el santo rosario diariamente por mi. Creo que eso fue parte
del plan de nuestra Señora para mi vida. También tuve el privilegio de
asistir a un colegio católico totalmente dedicado a la Virgen Santísima, y
que lleva el nombre "Pureza de María". No tengo muchos recuerdos de
mi niñez, excepto aquellos que tienen que ver con mi fuerte devoción a
nuestra Señora y su evidente presencia maternal en mi vida.
Los primeros años
Mrs. Flynn: ¿Eran tu padre y tu madre devotos de la
Virgen María?
Madre Galindo: Mi padre era muy devoto de Nuestra
Señora de Guadalupe y mi madre era muy devota del Santísimo Sacramento y del
rezo del santo rosario. Tuve la gracia de recibir de los dos una sólida
formación en la fe y la moral.
Cuando tenía como doce años, después de una meditación
que hubo en mi colegio sobre el pasaje de La Anunciación, comprendí que
el "fiat" de nuestra Señora, fue el fruto de su amor
por Dios. Le pedí entonces que me ayudara a amar a Dios de la manera que ella
lo amaba. Unos días después, me enfermé seriamente. Durante el tiempo que
estuve en cama, muchas cosas pasaron en mi corazón. Sentí un gran deseo de
conocer a Dios de una manera personal. Por ese tiempo, llegó el movimiento
de la Renovación Carismática a Nicaragua. Quería asistir al primer
"seminario de vida en el espíritu", y le pedí a nuestra Señora que
me ayudara a recuperarme para poder asistir. S'e que mi recuperación fue por
la intercesión de la Virgen María. Fue Ella quien
me llevó al Espíritu Santo y al fruto de su unión con El: Jesucristo.
Desde ese momento, me involucré en el liderazgo de la Renovación
Carismática.
Cuando la situación política comenzó a deteriorarse en
mi país, fui invitada a una comunidad carismática en Nueva York para recibir
formación y luego regresar a Nicaragua para continuar en el apostolado. En
esos días surgió la guerra en mi país, y mi familia decidió mudarse para
Miami. Después de haber visitado la comunidad carismática en Nueva York no
regresé a Nicaragua, sino que me fui a Miami, a encontrarme con mi familia.
Esos primeros años fueron muy difíciles, porque no
conocía a nadie; la Renovación Carismática apenas había comenzado en Miami, y yo
no tenía ni un grupo de oración, ni amistades en el Señor. Fue un
"desierto" para mi, y sufrí mucho. En medio de todas las
tentaciones y las invitaciones del enemigo y el mundo, sentí la compañía y
protección de mi Madre, María. Yo sabía que ella me llevaría otra vez al
servicio del Señor, que era lo que mi corazón tanto deseaba.
Mrs. Flynn: ¿Qué edad tenías durante este período
de desierto?
Madre Galindo: Fue de los 18 a los 21 años, pero
providencialmente nuestra Señora me llevó a su parroquia: "La
Inmaculada Concepción", donde conocí a un sacerdote carismático
recién ordenado que estaba comenzando a formar un grupo de oración en la parroquia y
necesitaba ayuda. El nombre del padre es Rev. Jordi Rivero.
Mrs. Flynn: ¿En que año fue esto?
Madre Galindo: Fue al principio del año 1983. Nuestra
Señora había intervenido en mi vida nuevamente. Me comprometí como parte
del liderazgo del grupo y también era encargada del ministerio de la música y
la alabanza. Era un grupo de poderosa oración, abierto al Espíritu Santo y
consagrado a nuestra Madre, la Virgen María.
Mrs. Flynn: ¿El Espíritu y la Esposa?.
Madre Galindo:
Exactamente, el
Espíritu y la Esposa (María Stma.) nos llevan a Jesús. He sido y
continúo siendo testigo de la poderosa unión del Espíritu y la Novia
trabajando no solamente en mi propia vida, sino también en la Iglesia y en el
mundo entero, dando el fruto de la unión de los dos:
Jesús.
Por ese motivo no podemos separar las acciones del Espíritu Santo de las
acciones de Su Esposa, nuestra Santísima Madre.
El Espíritu y la
Novia
Creo que la Renovación Carismática debe ser muy mariana y
que el movimiento mariano tiene que ser muy carismático, en otras palabras,
muy abierto al poder transformador del Espíritu Santo. No podemos
separar el Espíritu de la Novia. Los dos juntos dicen a cada uno de nuestros
corazones: ¡Ven!
Hacía solo unos meses que había
entrado en el grupo de
oración, y ya comencé a experimentar la necesidad de tener un compromiso con
Cristo más profundo. No tenía idea de lo que esto significaba, ya que nunca
pensé en la vida religiosa. Pensé que iba a ser una persona laica totalmente
dedicada al servicio de Dios.
Al principio de 1984, año proclamado por el Santo Padre
"Año de la Redención", todavía tenía esa necesidad e inquietud y,
durante una misa de sanación en nuestro grupo, pedí a algunos de los
líderes y al Padre Jordi que oraran por mi, y pidieran al Señor que me llenara
de Su Espíritu y me permitiera ver Su voluntad.
Durante la oración
sentí un
agudo dolor que traspasaba mi corazón. Era como si mi corazón se
hubiera roto en dos. De repente, me dijo el Padre Jordi: "Tuve la
visión de un pelícano. El pelícano tenía su corazón traspasado, y
pequeños pelícanos tomaban de la sangre que salía de su herida". El
Padre me explicó, que en la Iglesia, ésta ha sido una imagen que se ha usado
para representar el Corazón traspasado de Jesús. En ese momento, comprendí
que Jesús ha abierto la llaga de su Corazón para que todos tengamos vida y
bebamos de su sangre y agua. Desde ese momento, dondequiera que iba encontraba
una imagen del pelícano.
En ese verano fuimos, en una misión de dos semanas, a la
República Dominicana, para trabajar con los pobres. Comenzamos y terminamos
nuestra misión visitando y confiando nuestros esfuerzos a la Stma. Virgen en
el santuario Mariano de Nuestra Señora de Schoenstatt. Durante la exposición
del Santísimo Sacramento, escuché en mi corazón que nuestra Madre me
decía: "quiero que hagas una alianza de amor conmigo." Me
quedé desconcertada, porque no sabía que significaba eso.
Las hermanas de la orden de Schoenstatt, nos explicaron la
visión de su fundador para estos santuarios, que consistía en llevar a todos
aquellos que visiten los santuarios a hacer una alianza de amor con nuestra
Santa Madre. Esta alianza es un intercambio de corazones. Nosotros le
damos el corazón a Nuestra Señora y Ella a su vez nos da su Corazón.
Nadie sabía lo que había experimentado durante la Exposición, y yo estaba
temblando y convencida de que mi Madre estaba revelando la voluntad de su Hijo
para mi: Tenía que recibir el Corazón traspasado
de María para entonces recibir el Corazón traspasado de Jesús.
Tenía miedo. Más tarde, esto me fue confirmado cuando en oración recibí la
lectura de San Lucas 2, 33-35.
Los Corazones Traspasados
Esa noche, después de la Misa, todos los
presentes nos consagramos a nuestra Señora e hicimos la alianza de amor con
ella. Cuando me arrodillé frente la imagen, le dije: "tengo
miedo de hacer esta alianza, porque tú me darás tu corazón traspasado."
En ese momento, sentí que Ella me decía: "sé que tienes miedo
de tomar mi corazón traspasado, pero lo vas a necesitar para poder vivir la
misión del pelícano." Sentía que las cosas comenzaban a
aclararse. Entonces hice la alianza y le dije: "te consagro toda mi
vida, mi futuro y mi corazón... todo lo que soy y lo que tengo. Todo lo que
pidas de mí, lo puedes tener, Madre, porque nunca te he dicho que no."
En ese momento, tuve una convicción de que Dios me estaba
llamando a consagrarme totalmente a El. Experimenté paz, pero era una paz que
llevaba en sí dolor. Era como una espada que traspasaba mi corazón, sin
embargo, al mismo tiempo que me daba dolor, me daba también gozo.
Mrs. Flynn: ¿Y qué día fue eso?
Madre Galindo: Fue el 11 de Julio de 1984, festividad
de San Benito y unos meses después de que el Santo Padre hubiera consagrado el
mundo entero al Corazón de la Santísima Virgen María. Estábamos recibiendo
los frutos de esa consagración.
El Poder del Sufrimiento Redentor
La contemplación de los Corazones traspasados de Jesús y
María me llevaron a comprender de una manera más profunda el poder del
sufrimiento redentor. Siempre lo había creído, pero ahora estaba
convencida de que a través del sufrimiento tenemos vida.
Desde entonces, dediqué mi oración a descubrir y entender
qué tipo de vida consagrada debía abrazar. En 1985, regresamos a la
República Dominicana en misión. Recibí muchas confirmaciones de la
vocación a la que Dios me estaba llamando a través de eventos y personas.
Uno de esos eventos ocurrió durante una Misa en una
pequeña capilla. Estábamos todos arrodillados muy cerca del altar, por la
falta de espacio, y le dije al Señor: "De tu Corazón traspasado
salió sangre y agua. Por favor, báñame, límpiame, deja que tu sangre
caiga sobre mí." En ese momento, el sacerdote que celebraba la
Misa, mientras elevaba el cáliz, se resbaló y una gota del vino consagrado
(Sangre del Señor) cayó sobre mí.
Al día siguiente, oraron por mí una pareja que tenían el
don de conocimiento y un gran ministerio de sanación. Mientras oraban por mí,
uno de ellos sintió que Dios me llamaba a abrazar mi cáliz, como Él había
abrazado el suyo. Sintió que el Señor me había escogido desde el vientre de
mi madre para llevar a muchos a su Corazón. La pareja también me dijo que veían
un Corazón grande con una herida y muchas mujeres entrando en esa herida. En
ese momento, honestamente, no entendí todo lo que esto significaría para mí.
Al día siguiente, fuimos al Santuario de Nuestra Señora
de Schoenstatt, donde nos habíamos consagrado a la Santísima Virgen el año
anterior. Yo me sentía muy enferma. Sabía que era una lucha espiritual, pero
decidí ir, ya que esta batalla podía ser para bloquear lo que Dios quería
hacer conmigo. En el Santuario, seguí sintiéndome muy enferma. Oré con todo
mi corazón, y tuve la clara convicción de que había llegado el día de hacer
mis votos privados. Me confesé con el Padre que tenía total conocimiento de
mi proceso de discernimiento. Le compartí lo que estaba sintiendo, y él me lo
confirmó. Durante la Celebración Eucarística, a los pies de mi Madre (la
Santísima Virgen), el 15 de Agosto de 1985, día de solemnidad de la
Asunción, hice mis votos privados. Los únicos objetos que tenía para conservar
como símbolo de mi entrega total al Señor eran mi Rosario, y luego, una
estampita con el pelícano, que las hermanas del Santuario me habían dado, sin
tener conocimiento de lo que me había pasado ese día.
Una Comunidad Religiosa
Cuando regresé a Miami, me dediqué mucho a la oración.
Durante este tiempo el Señor comenzó a desarrollar en mí una visión clara
de la espiritualidad de los Corazones Traspasados y también del estilo de vida
para vivir esa espiritualidad en comunidad. En 1986, comprendí por qué Dios
estaba desarrollando esta visión en mi. Lo supe cuando tres muchachas (que por
entonces eran parte de una comunidad laica que había florecido del grupo de
oración) compartieron conmigo que sentían el llamado a la vida consagrada y
que el Señor ponía en sus corazones que me siguieran a mí. En ese momento, me
di cuenta de que Dios estaba planeando algo que iba mucho más allá de lo que
yo me había imaginado; y
unos meses más tarde comenzamos a vivir en comunidad.
Teníamos claros los elementos y las características de nuestra
espiritualidad; pero teníamos que esperar a que el Señor nos mostrara qué
clase de vida consagrada debíamos abrazar dentro de la Iglesia. Entonces, les
pedí a las hermanas que nos dedicáramos a orar, durante los primeros tres
años, por discernimiento y por el desarrollo de toda la visión.
Durante estos tres años el Señor confirmó nuestro
llamado a ser Siervas; y Siervas de los Corazones
Traspasados de Jesús y María.
Hna. Ana Lanzas,
Maestra de Novicias, con dos novicias.
|
Dios confirmó los elementos fundamentales de nuestra
comunidad: Eucarística, Mariana, Carismática y totalmente fiel al Magisterio,
con un gran amor por el Santo Padre Juan Pablo II, a quien he dedicado
nuestras Constituciones. Fueron realmente tres años muy fecundos. Comenzamos de
la nada, no teníamos nada; pero el Señor estaba construyendo esta casa poco
a poco, entre rosas y espinas. Sabía que Dios quería esta fundación,
porque a través de grandes sufrimientos y rechazos, El la levantó.
Desde el principio, sometimos esta obra al Obispo
Auxiliar de Miami encargado de los Hispanos. El Obispo me dijo que el tiempo
sería la prueba de la autenticidad. Esto es exactamente lo que mi corazón
deseaba escuchar, ya que yo no quería apresurar las cosas, porque creía
firmemente que las cosas del Señor necesitan tiempo para desarrollarse.
También estuvimos en contacto con la Vicaria para la Vida Religiosa, una
mujer del Espíritu, que pudo ver que nuestra fundación era de Dios. Después
de esos tres años, cuando ya tenía un claro entendimiento de que el Señor
estaba fundando una comunidad religiosa con nosotras, hablé con la Vicaria
para presentarle mi discernimiento y escuchar lo que ella tenía que decirme,
ya que yo quería escuchar la voz de la Iglesia en espíritu de total
sumisión y confianza. Ella me dijo:
"creo que lo que Dios está
haciendo con ustedes es la fundación de una comunidad religiosa. Desde ahora
en adelante, tienen que moverse canónicamente en esa dirección."
En Marzo de 1990, en la festividad de San José (custodio de nuestra
fundación), nos dieron el permiso para tener una capilla con el Santísimo
Sacramento en nuestro convento. En ese mismo año, en la fiesta del Sagrado
Corazón, recibí una carta de nuestro Arzobispo dándonos la aprobación como
una Asociación Pública de Fieles. Este es el estado en que muchas
fundaciones religiosas deben permanecer antes de pasar a otras fases de la
aprobación.
Cuando hablo de la fundación, mi corazón experimenta muchos sentimientos.
¿Por qué? Porque conlleva una gran cruz y la disponibilidad a renunciar a la
propia vida para que otros puedan tener vida. Un día, todavía al principio,
escuché que el Señor me decía: "déjame traspasar tu corazón
para que las que te sigan tengan vida..." Esta es una realidad en
el corazón de cualquier fundador(a). Como toda nueva fundación religiosa,
hemos tenido que pasar muchas tribulaciones, persecuciones y sufrimientos.
Verdaderamente, creo que no hay otra manera de dar vida a una fundación: hay
que hacerlo a través de la Cruz. El signo de la autenticidad para cualquier nueva
fundación religiosa es el experimentar la muerte en la Cruz con Cristo, para
después tener una vida purificada para El.
Nuestra visión ha sido muchas veces malentendida y ridiculizada. Muchos se
ríen de nuestro nombre, de nuestra espiritualidad y de nuestra misión. No
comprenden que contemplar los Corazones traspasados es, sobre todo, un
llamado al amor. Muchos se sorprenden del gozo con que vivimos nuestra
vocación. Esto sucede porque el gozo es el fruto del amor. Algunos quisieran que
cambiáramos nuestros elementos de espiritualidad, pero yo no puedo cambiar
nada, porque yo no soy la creadora de la visión; sencillamente debo transmitir
lo que he recibido. Debemos ser fieles a lo que Dios ha hecho en nosotras y a
través de nosotras.
En 1996, éramos siete hermanas profesas, con un grupo de postulantes. Ese
mismo año, comenzamos nuestro ministerio de predicación fuera del país. Creo
que nuestra Señora estaba determinada a llevarnos a diferentes países para
enseñar la verdad de nuestra fe Católica y la devoción a los Dos Corazones.
Dar a Conocer a los Dos Corazones.
Verdaderamente creemos que tenemos una específica y urgente misión que
cumplir. Se trata de evangelizar a tiempo y destiempo, en palabras y
obras, con toda nuestra capacidad y recursos, para promover el reinado y
triunfo de los Dos Corazones.
Estamos convencidas de que la devoción, amor y obediencia a los Dos Corazones
es la esperanza de la humanidad. Basamos nuestra evangelización en los dos
pilares de nuestra fe: El Corazón Eucarístico de
Jesús y una profunda devoción a Nuestra
Santísima Madre, en total comunión con el Santo Padre, Juan Pablo II.
Abrazamos cuatro votos: Castidad, Pobreza, Obediencia y fidelidad al
Magisterio de la Iglesia. Como una comunidad contemplativa con proyección
apostólica, la oración está al centro de nuestras vidas y nuestra
misión fluye de ella. El Santísimo Sacramento está expuesto para adoración
perpetua en nuestra capilla, que está dedicada a los Dos Corazones. Cada hora
de oración y adoración está cubierta por alguna hermana. (Somos una
comunidad contemplativa con proyección apostólica). También tenemos
una intensa vida de oración como comunidad. Todos los días participamos en la
Santa Misa y cantamos la Liturgia de las Horas. Además, rezamos el Santo
Rosario y otras devociones propias de nuestro carisma y tenemos tiempos
especiales de intercesión y reparación. Nuestras reuniones de alabanza y
oración comunitaria son parte de nuestro estilo de vida donde libremente
expresamos nuestra dimensión carismática.
La esencia de nuestra vocación es ofrecernos con profundo amor y gozo,
como un sacrificio vivo de reparación y consolación, a los Corazones
Traspasados de Jesús y María.
Nuestros Santos Patronos son una inspiración para nuestra vida espiritual
y carisma apostólico. Ellos son: San Juan el Apóstol, Santa Margarita María
de Alacoque, San Francisco de Sales, Santa Juans de Chantal, San Maximiliano
Kolbe, San Luis María de Montfort y la Santa Faustina Kowalska. Los beatos Jacinta y
Francisco Marto (videntes de Nuestra Señora de Fátima) son nuestros modelos
especiales de reparación y consolación a los Dos Corazones.
Tenemos una fuerte devoción a San José,
Custodio de la fundación y el
Custodio fiel de los Dos Corazones, y a San Miguel Arcángel, protector y
defensor de todos los que son Apóstoles de los Dos Corazones.
Sabemos que el Señor nos abrirá muchas puertas,
como lo ha hecho a través de los años. Todavía estamos en los años de
fundación y esto significa que todavía tenemos muchas cosas en las que vamos
a crecer y desarrollarnos. Una cosa muy importante para nosotras es recibir
el permiso para usar el hábito completo. Por eso, esperamos, oramos y ayunamos: para que sea pronto.
Información actualizada:
apenas un mes después de esta
entrevista, o sea en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Junio de 1998, el Arzobispo de Miami, concedió
a las hermanas el permiso para usar el velo.
Somos testigos del poder de nuestra vida contemplativa. El Señor,
en unos pocos
años, ha expandido nuestros apostolados de una manera que nunca hubiéramos
imaginado. La mayoría de nuestros apostolados son en español, aunque en
muchas de nuestras actividades hemos visto ya la necesidad de incluir la traducción
simultánea al inglés. Un ejemplo es nuestro cenáculo semanal, al cual asisten
alrededor de 300 personas. Comenzamos el Cenáculo rezando las Vísperas,
luego participamos en la Santa Eucaristía, y después tenemos la exposición del Santísimo
Sacramento, con una total apertura al poder y los dones del Espíritu Santo.
Hemos visto muchas conversiones, muchos corazones derretirse y sanarse, cuando
el Corazón Eucarístico de Jesús pasaba delante de ellos.
Las Maravillas que El ha hecho.
Nuestra misión apostólica incluye:
Conferencias Nacionales e Internacionales (Eucarísticas, Marianas y
Carismáticas); Cenáculos Eucarísticos de adoración y formación cada
semana;
Vigilias Eucarísticas que promueven las devociones de los primeros viernes y
sábados;
grupos Marianos de oración y formación;
Retiros de preparación para la Consagración a la Virgen María, de acuerdo
a las enseñanzas de San Luis María de Montfort;
Visitas a las casas para consagrar las familias a los Dos Corazones,
estableciendo el rezo del Santo Rosario en las familias;
Cursos de Formación de la Doctrina Católica;
Retiros para enriquecimiento y crecimiento espiritual;
Misiones parroquiales, y ministerio a jóvenes adultos y niños.
|
Utilizamos todos los medios de comunicación:
Programas en la Radio Católica dedicados a la Santísima Virgen María y a la
Renovación Carismática; enseñanzas en cassettes y videos; página web en el
Internet: como centro de información y formación en toda la Doctrina
Católica; Televisión: Series en español en EWTN. Peregrinaciones para
profundizar el amor y el entendimiento de las riquezas de la Iglesia, y de
manera especial la devoción y espiritualidad de los Dos Corazones: Ministerio
de Música; venta de todo tipo de material Católico; distribución de
paquetes y panfletos de evangelización; ministerio de visita y oración por
los enfermos a sus casas y hospitales; material de asistencia para apoyar a los
necesitados y a las misiones extranjeras.
Deseamos a través de nuestra evangelización, predicación y cursos de
formación, enseñar de manera simple y sencilla toda la verdad de nuestra fe
Católica.
Repito que somos testigos del poder de nuestra vida contemplativa. El
Señor, en unos pocos años ha expandido nuestros apostolados de una manera que
nunca hubiéramos imaginado.
Cada día mi corazón se regocija al contemplar las maravillas que El ha
hecho en nuestras vidas con tan poco. Comenzamos de la nada y Dios nos ha
llevado tan lejos. Aunque nuestros recursos son limitados y nos mantenemos
económicamente, tanto a nosotras mismas como a nuestros ministerios, con
grandes esfuerzos, hemos visto que la providencia del Señor se ha manifestado
de maneras extraordinarias.
Él Señor nos ha dado siempre trabajos
en la construcción de esta
fundación, pero también ha ido moviendo los corazones de los fieles,
haciéndoles
reconocer la necesidad de apoyar a nuestra comunidad. Nuestro gran deseo es
poder tener "centros de oración, formación y evangelización."
Esperamos que un día el Señor nos conceda los recursos necesarios para poder tenerlos.
Mrs. Flynn: ¿cuántas hermanas son?
Madre Galindo: Somos doce hermanas, más dos nuevas postulantes, y
esperando, en oración, nuevas y santas vocaciones. Como fundadora soy muy
consciente de que las vocaciones para una nueva fundación deben ser claramente
discernidas, porque nuestra vida requiere mucho sacrificio y gran generosidad.
Oramos por más vocaciones, no sólo
para poder extendernos por todos los lados, sino también
porque estamos convencidas de la necesidad de llevar esta espiritualidad a
todas las partes del mundo.
(Actualización -Mayo 2000-:
Somos catorce hermanas, gracias a Dios.)
Laicos Apóstoles de los Dos Corazones
(Actualización -Mayo 2000-: Aquí
en otras partes del mundo, hemos sido bendecidas con el don de muchas personas laicas
que se han asociado a nuestra
espiritualidad y misión. Ellos se llaman "Apóstoles de los Dos
Corazones." Estos hermanos se han comprometido a amar y servir a los Dos
Corazones, especialmente a través de una vida de oración, virtud,
sacrificio, adoración, reparación y santidad en su estado de vida. Ellos
apoyan nuestra comunidad en oración y también se unen a nuestra misión para
hacer que los Dos Corazones sean conocidos y amados, y para promover su triunfo
y reinado.)
El año pasado, estos "Apóstoles de los Dos Corazones",
comenzaron un ministerio muy lindo, llamado "enlaces de corazones",
que consiste en que muchas personas se unen en cadena de oración de una
década del Santo Rosario para el crecimiento, intenciones, necesidades y
protección de nuestra comunidad, del Padre Jordi y, más importante, por el
triunfo de los Dos Corazones en la humanidad. Hasta el día de hoy, por la
gracia de Dios y la generosidad de muchos corazones, tenemos
más
de tres mil (3500) Ave Marías que se rezan diariamente.
Nuestro mayor gozo es el saber que, a pesar de nuestra pequeñez, hemos sido
escogidas y llamadas a amar, contemplar, reparar, consolar, imitar y servir
a los Corazones Traspasados de Jesús y María. Nuestro mayor deseo
es poder ser también instrumentos para que los Dos Corazones puedan ser conocidos, amados
y obedecidos, y su Reinado sea establecido así en la Iglesia y en el mundo
entero.
Para más información sobre las
Siervas
de los Corazones Traspasados de Jesús y María, por favor contactar a la: Hna. Ana M. Lanzas. Ver también
"¿Quiénes
Somos?"
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