Santa
Juana Isabel Bichier des Ages.
Francia 1773- 1838.
Fundadora, servidora de los pobres.
"Es uno de los
temperamentos más ricos que he encontrado. Bondadosa,
resuelta, estricta y amable; inteligente y muy comprensiva;
muy trabajadora y verdaderamente humilde. No se desanima
ante ninguna dificultad. Ningún obstáculo ni contratiempo es
demasiado grande como para que la obligue a desistir de sus
buenas obras. Las angustias interiores no le hacen perder su
alegría exterior, y los triunfos no la vuelven creída ni
orgullosa. Le llegan dificultades muy grandes: injurias,
incomprensiones, problemas enormes, y nada le hace perder su
serenidad y su paciencia, porque confía inmensamente en
Dios" El escritor Luis Veulliot sobre la santa.
Nació en Ages, Francia en
1773. Su padre era empleado del gobierno. Desde niña
tenía gran compasión por los enfermos y mendigos de
modo que hacía todo lo que podía por ayudarlos.
Un día encontró a una pobre mujer con hambre y frío y con un
niño en los brazos. La llevó a su casa, le dio de comer y le
dio un manto de lana.
Desde niña le encantaba
construir castillos de arena en la playa. Más tarde Dios la
llamará para construir hogares para los pobres. Exclamará:
"La inclinación a construir edificios la tuve desde muy
chiquita". Era una inclinación regalada por Dios para que
hiciera un gran bien a la humanidad.
A los 19 años Juana Isabel tenía varios pretendientes pero
ella declaró a su madre que su deseo era dedicarse
totalmente a buscar el reino de Dios y la salvación de las
almas. En aquellos tiempos comenzó la Revolución Francesa.
Perseguían a muerte a los propietarios de tierras. El
hermano de Juana Isabel tuvo que huir al extranjero y la
herencia del padre estaba en gran peligro. Ante la
necesidad, Juana Isabel estudió para saber administrar los
bienes y defenderlos. Lo hizo con tanto éxito que pudo
también socorrer a muchas familias pobres. Los mismos
estudios le ayudaron después al fundar una comunidad
religiosa.
Juana Isabel visitaba también
a los sacerdotes y religiosas que la Revolución encarceló
por negarse a renunciar a su fe. También mostró gran caridad
con los carceleros de manera que estos trataban mejor a los
presos.
Se conserva una estampita de
Nuestra Señora del Socorro donde nuestra joven escribió: "Yo
Juana Isabel, me consagro y dedico desde hoy y para siempre
a Jesús y María". 5 de mayo de 1797. Poco tiempo después,
Juana se enteró de que a 15 kilómetros de su casa celebraba
la misa clandestinamente el Padre Andrés Fournet (santo
canonizado). Debía ser de noche en un granero.
Juana Isabel quiso hablar con
el sacerdote quien al verla tan elegante la puso a prueba:
"Usted, aguarde, que antes debo atender a estas personas
pobres". Ella aceptó con buena voluntad y después se acercó
a confesarse con el padre. El fue desde entonces su director
espiritual y entre ellos creció una santa amistad que los
llevó a fundar una comunidad. Ella le pidió permiso para
irse de monja a un monasterio trapense (de clausura). Pero
él le aconsejó que más bien se quedara en el mundo ayudando
a la juventud pobre y que se encuentra siempre tan
desprotegida.
Padre Fournet y Juana Isabel,
con un grupo de muchachas piadosas, fundaron la comunidad de
Hijas de la Cruz, para atender a la juventud pobre y
abandonada. La santa se dedicó a fundar casas de su
comunidad en diversos sitios de Francia. Cuando las
vocaciones escaseaban ella redoblaba la oración y Dios
enviaba vocaciones. El Padre Fournet le mandó a vestir de
negro con tela ordinaria, lo cual disgustó a sus familiares
ricos.
Fundó más de 60 escuelas para niñas pobres. Con un
entusiasmo parecido al de Santa Teresa de Avila viajaba,
dirigía y administraba. Hacía además agotadores trabajos,
oraciones, ayunos y penitencias.
Al final de su vida mucho.
Murió el 26 de agosto de 1838.
Canonizada en 1947.
Santa Juana Isabel ruega por nosotros.