San José y los Santos:  Santa Teresa de Jesús

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 ©  Escrito por SCTJM
 

La gran española carmelita reformadora, Sta. Teresa de Avila ha sido justamente llamada "una de las mujeres mas grandes, mas atractivas y apreciadas, que el mundo haya conocido". Sus amigos exclamaban: "Gracias a Dios que nos ha permitido ver a una santa a quien podemos imitar".  Ademas de su santidad, dones espirituales y místicos, la santa tenía un gran sentido del humor.

 Ella fue una de esas almas apostólicas, como Catalina de Siena, que tuvo una intensa devoción a Jesucristo y alcanzó grandes alturas de comunión mística con El. En sus maravillosos escritos tambien nos revela que la Madre de Dios no solo la ayudó en muchas ocaciones a llevar a cabo sus grandes empresas apostólicas, sino que recompensó su ferviente devoción, manifestandosele en muchas de sus significantes experiencias místicas.

En su autobriografia, Sta. Teresa escribió que su madre le enseñó, ya desde muy niña a "orar y ser devota de Nuestra Señora".  Cada tarde despues de cena la familia se reunía a rezar juntos, y así se iba despertando en ella y en su hermano un gran amor por el Señor, la Virgen, los  santos y los mártires.  A tal punto que llegaron a desear morir mártires a manos de los moros.  Incluso, construyeron una hermita en el jardin, en la cual rezaban el rosario y jugaban a ser monjes y monjas. 

Cuando Teresa en su juventud se encontraba en conflictos interiores, tenía como costumbre ir a la capilla de un hospital cercano y pasar grandes ratos frente a una estatua de la Virgen, que le evocaba consuelo y paz.

La madre de Teresa murió cuando esta tenia tan solo 13 años.  Muchos años después la Santa escribió: "Cuando empecé a comprender lo que esta pérdida significó para mi, en mi afliccion fui a una imagen de Nuestra Señora y con muchas lágrimas en mis ojos, le imploré que fuera mi Madre.  Hize esto con toda sencillez de corazón, y creo que me ayudo grandemente, ya que por experiencia he descubierto que la Virgen Santísima ha venido en mi auxilio cada vez que me he encomendado a Ella."

Teresa había perdido muchas horas, noches y días leyendo novelas románticas, que la llevaron poco a poco a la vanidad y a las conversaciones frívolas.  Pero pronto su padre la envió a un convento- escuela de las Augustinas llamado: "Nuestra Señora de la Gracia".

Gradualmente por la gracia de Dios concedida a Teresa  a través de María Santísima y después de un gran conflicto interior, Teresa se decidió ser religiosa.  No pensaba que tenía madera para ser una santa, pero por lo menos una buena religiosa.

Cuando cumplió los 20 años, a pesar de la oposición de su padre, Teresa se fue de la casa y entro en un convento carmelita conocido por ser bastante flexible, el convento de "Nuestra Señora de la Encarnación" en Avila.  En Noviembre 2, 1537, profesó y tomó el hábito de la gloriosa Virgen del Monte Carmelo.

El  siguiente verano, después de meses de enfermedad y de oración solitaria, un poco antes de la fiesta de la Asunción, la joven religiosa aparentemente murió; cavaron su tumba, y cuando iba a empezar el funeral, abrió los ojos y dijo a sus afligidos familiares: ")estoy de  regreso?.  Acababa de tener su primera e inolvidable experiencia mística, en la cual tuvo una visión del horror del infierno y de su propio futuro.  Vio también comunidades de monjas organizadas con su esfuerzo, muchas almas entrando al cielo y finalmente su propia muerte.

En los próximos tres años, Teresa estaba parcialmente paralizada y sufrió intensamente, hasta que tomó a Sn. José como su especial patrón y el Señor le concedió el milagro de la sanación total a través de su padre virginal. Por el resto de su vida, Teresa seria gan devota de Sn. José hasta llegar a decir: "no puedo recordar que le haya pedido alguna vez algo, que el no me haya concedido".  Es precisamente por este ejemplo de Sta Teresa, que la devoción ha San José ha aumentado grandemente en los tiempos modernos.

 Aunque todavia Teresa se complacía en las conversaciones y visitas del mundo, ya comenzaba a avanzar en la vida de oración y poco a poco Jesús la iba atrayendo más íntimamente hacia Su Corazón. 

Pronto, Teresa recibiría más favores sobrenaturales. Nuestro Señor se le aparecía y conversaba con ella muy frecuentemente, mientras iba haciendo una obra interior de transformación en Teresa.  Al principio sus confesores y directores espirituales, pensaban que estaba siendo engañada por el demonio, y por ello tuvo que sufrir gran soledad e incomprensión; angustia y tribulación interior.

Buscando el consuelo de la Virgen, Teresa emprendió una difícil peregrinación a través de las montañas hacia el Santuario español de Nuestra Señora de Guadalupe. Finalmente, después de casi 20 anos de sufrimiento interior y purificación a través de la penitencia y la oración, fue liberada de esta tribulación cuando el gran místico y reformador franciscano Sn. Pedro de Alcántara, la visitó y declaró que ella estaba ciertamente inspirada por Dios.  Sta. Teresa se confesó por primera vez con este santo hombre en la Iglesia de la Anunciación y agradeció a la Virgen María por esta valiosa asistencia. 

Fue en este período de su vida, que Teresa escribió: "en la fiesta de la Asunción de Nuestra Señora, reina de los ángeles, nuestro Señor se complació en darme esta gracia: en éxtasis El me hizo contemplar a María subiendo al cielo.  Pude contemplar el gozo y la solemnidad al ser recibida allá, y así como pude ver el lugar donde ella se encuentra ahora.  El describirlo va mucho mas alla de lo que yo puedo decir.  El gozo que llenó mi alma al ver tan grande gloria era excesivo.  Los efectos de esta vision fueron grandiosos: me hizo desear padecer muchas mas grandes tribulaciones, y tuve un gran e intenso deseo de servir a nuestra Señora por sus grandes méritos".

De ahí en adelante muchos eventos importantes en la vida de Teresa ocurrieron en fiestas de la Virgen María, que ella escribió una vez: "hoy es la vigilia de Nuestra Señora de Agosto.  Nuestros gozos y sufrimientos vienen a nosotros en sus fiestas, como si vinieran de Ella".  Y en la fiesta de la Asunción de 1561, cuando la santa de 46 años de edad, planeaba contrarrestar la guerra protestante en contra de la Iglesia de Cristo, fundando una pequeña comunidad de santas monjas contemplativas, bajo la estricta regla carmelita primitiva, Teresa experimentó una decisiva manifestacion sobrenatural, la cual marcó el punto de partida: de una vida de purificación interior intensa, a una vida de actividad apostólica.

"Yo estaba en la Iglesia del monasterio del glorioso Sto. Domingo, pensando en los eventos de mi desolada vida y de los muchos pecados, los cuales en tiempos pasados yo había confesado. en esa Iglesia.  Caí en un éxtasis tan profundo.  Me senté y parecía que no podía ni siquiera ver la elevación, ni escuchar la Misa.  Yo pensé entonces que me vi a mi misma vestida de un manto de gran blancura y esplendor.  Al principio no vi quien me lo estaba poniendo.  Después vi a Nuestra Señora a mi derecha y a mi padre Sn. José a mi izquierda, vistiendome con este manto.  Se me concedió comprender que en ese momento estaba limpia de mis pecados.  Cuando estuve revestida, estaba llena de gran alegría y nuestra Señora parecía que me tomaba de las dos manos.  Ella dijo que yo la había complacido grandemente al ser bien devota del glorioso Sn. José y que podía confiar que mis deseos relacionados al convento se llevarían a cabo, que no debía temer ningun fracaso porque ellos velarían sobre nosotros y por que su Hijo prometió estar con nosotras, y como prueba de esto, Ella me iba a dar esta joya.  Entonces, pareció que ella me ponía alrededor de mi cuello un espléndido collar de oro, del cual colgaba una cruz de mucho valor...  la belleza que vi en nuestra Señora era extremadamente grande, aun cuando no podía definir sus facciones, pero era toda la forma de su cara, revestida de blanco,

con un gran y suave esplendor. No vi a Sn. José claramente pero sabía que estaba allí. Nuestra Señora parecía ser bastante joven...  Cuando la Virgen María y San José estuvieron conmigo por bastante tiempo, yo experimentaba el mas grande gozo que hubiera sentido y no hubiera querido salir de el.  Los vi entonces subir al cielo con una multitud de ángeles.  Yo me quedé en gran soledad, aun cuando estaba confortada y animada, me quedé tan recogida, que por algun tiempo no pude moverme, ni hablar.  Yo estaba poseída por un fuerte deseo de ser consumida por el amor de Dios. Nunca he tenido la duda que  fue una vision que vino de Dios.  Me dejó en gran consolacion y paz."

 "En otro momento vi a Nuestra Señora poniendo una capa de intensa blancura en cierto padre dominico.  Ella me dijo que le dio esa capa en consideración al servicio que le había prestado al ayudar a fundar esta casa y que era un signo de que Ella (la Virgen)le preservaría siempre su alma pura y que el no caería en pecado mortal".

Finalmente Teresa estaba lista para comenzar su dramática campaña de 20 años por la reforma de la orden carmelita.  Durante este período, sin importarle la incomprensión, la persecución y las tremendas dificultades prácticas, esta gran reformadora  apostólica de María y de San José, fundo 17 pequeñas comunidades de fervientes monjas contemplativas, 11 de las cuales dedicadas a Sn. José y 4 a la Santísima Virgen.  

Teresa inspiró al joven sacerdote Sn. Juan de la Cruz, a hacer lo mismo con los frailes carmelitas.

Teresa una vez expresó la filosofía básica de esta su reforma en estas palabras:"cuando veo las grandes necesidades de la Iglesia, soy tan afligida por ellas, que me parece burla estar preocupada por otra cosa..   pues veo que una sola persona completamente perfecta, con verdadero fervor, y amor por Dios, valdría mas que muchos que están tibios"

En el principio de su misión, tuvo esta experiencia: "un día después de la comunión, nuestro Señor me mandó a trabajar con todas mis fuerzas por este fin. El me hizo grandes promesas, que el convento sería ciertamente construido, que El se complacería en el y Sn. José haría de custodio en una puerta y nuestra Señora de custodia en la otra.  Que Cristo estaría en medio de nosotras".

Despues de su primera fundación en Avila, de un pequeño y pobre convento reformado, sin ninguna seguridad, "mientras oraba en la capilla vi a Cristo, quien me recibió con grarn afecto, puso una corona en mi cabeza y me agradeció lo que habia hecho por su Madre."

"En otra ocasion cuando todas estabamos rezando en el coro después de las completas, vi a Nuestra Señora en grandiosa gloria, en un manto blanco con el cual parecía que nos cubría a todas.  Comprendí por esto el tan alto grando de gloria al cual Nuestro Señor elevaría a las religiosas de esta casa."

Y la humilde santa agradecida a la Virgen, con lágrimas en sus ojos, dijo a sus hijas: "alabenlo, mis hijas, que ustedes sean verdaderamente las hijas de Nuestra Señora y ustedes no tienen porque avergorzarse de que yo soy una mala persona, ya que ustedes tienen tan buena Madre.  Imitenla y reflexionen que la grandeza de esta Señora y el bien de tenerla a Ella como patrona ha sido tal que mis pecados y el yo ser como soy, no han sido suficiente para arruinar esta santa orden.  Mis hijas, imitemos en cierta medida la gran humildad de la Santísima Virgen, cuyo hábito llevamos por vestido, para que seamos dignas de llamarnos sus hijas.  Mientras mas parezca que nos humillamos, nos quedamos cortas en ser dignas hijas de tan gran Madre."

 Como prueba de su intensa devoción y gratitud a Maria, Teresa no solo puso sobre la puerta del nuevo convento, una estatua de Nuestra Señora,  pero también tenía una estatua de Sta. Ana con la Virgen y el niño, Cristo en las escaleras, y en su celda, tenia una estatua de la Virgen María. Ademas de haberle mandado una a su hermano que iba para América Central.  Para honrar a la Madre de Dios aun mas, Teresa dedicó una de las ermitas en el patio del convento a Nuestra Señora de Nazaret, y después insistió, sin importarle los obstáculos que se le presentaban, en fundar algunas comunidades en la fiesta de la Asunción.

Santa Teresa atribuyó un inesperado permiso para los primeros frailes reformados, a la intercesión de la Virgen María, y nombró a su primer pequeño monasterio con el nombre de Concepción de Nuestra Señora del Carmen.

Es de notar que esta Santa que viajó sobre esos rudos y montañosos caminos de España central, en calor, lluvia o nieve, en carreta o en mula, una vez compasivamente urgió a una señora noble antes de un viaje a que se recordara de los sufrimientos de la Virgen María en sus viajes.

"Es maravilloso cuan agradable es a nuestro Señor cualquier servicio hecho a su Madre, y su misericordia es grande para los que los ofrecen".  De hecho, Cristo le reveló a la Santa que un joven que ella había conocido y que había muerto en  grave peligro de perdición eterna, se había salvado por que El había tenido compasión de el por la buena obra que el había hecho por la Virgen Maria en darle su casa a los frailes carmelitas para un monasterio".

Mientras las tribulaciones de Teresa aumentaban, nuestro Señor animaba a su fiel sierva con estas palabras: "se fuerte, por que ves como yo cuento contigo. Tu veras la orden de la Virgen avanzar grandemente en tus días".

Cuando Santa Teresa fue hecha priora de un gran convento no reformado en donde fue recibida con gritos de insulto y de odio, en la primera reunión del capítulo, con su tipica humildad y carisma, ella puso una imagen de Nuestra Señora de la Merced en la silla de la priora, con la llave del convento en sus manos, mientras Teresa se sentó modestamente a los pies de María.  En pocos meses sus enemigas fueron ganadas, ante todo por haber puesto a la Virgen como Madre y superiora del convento, y por su especial combinacion de caridad santa, abilidad practica y contagioso buen sentido del humor. Ella dio todo el crédito de este cambio a la Virgen María diciendo con su encantadora sonrisa: "Mi priora hace estas maravillas".

 Y como prueba divina de que la Santísima Virgen era realmente la priora celestial del convento, una noche durante el coro: "al comienzo de la Salve vi a la Madre de Dios decender con una multitud de ángeles al lugar de la priora donde la imagen de Nuestra Señora está y sentarse en la  silla.. se quedo ahi durante la Salve y me dijo: 'haz hecho bien en ponerme aqui.  Yo estaré presente cuando las hermanas canten las alabanzas de mi HIjo, y yo se las ofreceré a El@  Después de ésto permanecí en oración....y me pareció que la persona del Padre me atrajo hacia si y me hablo con palabras que me confortaron.  Me decía mientras me mostraba cuanto me amaba: "Yo te doy a Mi Hijo, al Espíritu Santo y a la Santísima Virgen, que me puedes dar tu?"

Una vez la santa tuvo:"un gozo  especial en la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora.  Cuando llegó este día, pensé que sería bueno renovar nuestros votos y entonces vi a Nuestra Señora.  Me pareció como si los estuvieramos haciendo frente a Ella y que le eran agradables.  Tuve esta visión constantemente por varios días y Nuestra Señora estaba a mi lado izquierdo.

Durante los últimos años de su vida, Nuestro Señor llevo a Santa Teresa a través del camino de la Cruz.  Teresa sufrió una oposición que se incrementaba y una cruel persecución.  Y aun cuando sus enemigos la acusaron a la Inquisición, llamandole hereje, María Santísima le dijo:" no sufras, porque esta causa es mía".  Y la Santa tuvo una gran razón de escribir que nuestra Señora:"tiene como costumbre ayudar a aquellos que desean ponerse bajo su protección".

Cuando parecia que la abolición formal de las comunidades reformadas de Teresa, se acercaba y era casi inevitable, despues de estar tan roto su corazón que lloró durante todo el día antes de la Navidad y la Misa de Medianoche, pidiendo la ayuda de su amado patrón Sn. José:"mientras estaba en oracion...ella vio a Sn. José en una visión junto con la Virgen, orando a su Hijo por la reforma."

Siguiendo la orden del Señor, ella le escribió directamente al rey Felipe II: " Yo estoy convencida que Nuestra Señora ha decidido servirse de vuestra majestad y tomarle como su defensor para librar a esta orden..."  En pocas semanas, las altas autoridades de la Iglesia y del estado aprobaron y reconocieron el movimiento de la reforma de Sta. Teresa como una orden independiente de carmelitas descalzos, de monjas y frailes.

Al final de la vida de Teresa una noche, "en maitines Nuestro Señor se acostó en mis brazos asi como es pintado en los cuadros de la Madre Dolorosa.. El me dijo: "no tengas miedo, porque la unión de mi Padre con tu alma es incomparablemente mas cercana que esto".   En otra ocasión Jesús le dijo que cuando El resucitó se le apareció a su Madre, porque ella estaba en gran sufrimiento y que permaneció bastante tiempo con Ella para consolarla.

Santa Teresa habiendo cumplido la misión que el Senor le encomendó con la ayuda de su gracia, la mediación materna de la Virgen Santísima y de San José, murió el día de San Francisco de Asís, en el año de 1582.

Santa Teresa repetía: "Parece que Jesucristo quiere demostrar que así como San José lo trató tan sumamente bien a El en esta tierra, El le concede ahora en el cielo todo lo que le pida para nosotros. Pido a todos que hagan la prueba y se darán cuenta de cuán ventajoso es ser devotos de este santo Patriarca".

 

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