Venerable
José Gregorio
Hernández, Médico.
Se le recuerda con gran
gratitud por su generosidad, rectitud y servicio a los pobres. Lamentablemente,
después de su muerte, su nombre se mezcló con la superstición, la
adivinanza y otras prácticas muy lejanas a su fe católica.
(Ver: Santos)
¿Quién
es en verdad José Gregorio Hernández?.
Nacido el 26 de Octubre de
1864 en el pueblecito de Isnotú, estado de Trujillo, Venezuela. Crece
en aquel ambiente sencillo de campesinos. Sus padres, Benigno Hernández
y Josefa Antonia Cisneros, son propietarios de la tienda del pueblo.
Gregorio es el mayor de seis hermanos. Su madre, mujer muy
piadosa, muere teniendo el solo ocho años.
Mucho le debemos
a la atención de Don Pedro Celestino Sánchez, primer maestro
del pequeño Gregorio en Isnotú, quien supo descubrir las habilidades
del niño y recomendó a su Padre que lo enviase a estudiar a Caracas.
Allí estudió medicina con tal
éxito que el Presidente de la República lo envió a la Universidad
de París, a la Facultad de
Medicina,
para que desarrolle estudios en Microscopia, Histología Normal,
Patología y Fisiología Experimental.
De regreso a su
patria, cumplió con creces lo cometido: traer
las piezas necesarias para un Gabinete Fisiológico y enseñar en la
Universidad Central la especialidades científicas que él cursó.
Ejerció su carrera con mucho éxito. Fue Profesor de medicina en la Universidad Central en Caracas.
Habiendo cumplido con sus
compromisos y también con su familia, a la cual se trajo a vivir en
Caracas y la ayudó a encaminarse, Don Gregorio quiso llevar a cabo su
vocación religiosa. Se embarcó rumbo a Italia con la intención de
ser monje de clausura y así dedicarse solo a Dios en la oración. En 1908
entró en la Cartuja de Farneta tomando el nombre de "Hermano
Marcelo". Pero nueve meses después de su ingreso, se enferma de
tal manera que el Padre
Superior ordena regresar a Venezuela para recuperarse.
Dios tenía otros planes para su siervo. Gregorio por su parte nunca
cedió en su amor por la Iglesia y la vida religiosa. Decía que el
sacerdocio es "lo mas grande que existe en la tierra".
Llega a Caracas en abril
de 1909 y ese mismo mes recibe permiso para ingresar en el seminario
"Santa Rosa de Lima". Pero su corazón sigue anhelando
la vida radical del monasterio. Pasados tres años, se decide intentar
de nuevo. Esta vez se embarca para Roma con su hermana
Isolina. Ingresó en los cursos de Teología en el colegio Pío Latino
Americano pensando así prepararse para el monasterio. Pero una vez
mas sus planes se vieron frustrados por la enfermedad: una
afección pulmonar que le forzó retornar a Venezuela.
Don Gregorio ya no intenta
mas la vida religiosa. Comprende que Dios lo llama a la vida seglar.
Será un seglar católico ejemplar sirviendo a Dios en sus hermanos
desde su vocación de médico, pues así también se puede y se debe
ser santo. Continuó ejerciendo como médico
ejemplar. Dedicaba 2 horas diarias a servir a los pobres. Un día, mientras
cruzaba la calle para comprar medicinas para una anciana muy pobre, fue
atropellado por un vehículo. Una testigo declaró que Don Gregorio, al
ver que le venía el carro, exclamó: "¡Virgen
Santísima!". Fue llevado en carrera al hospital donde un
sacerdote alcanzó impartirle la Unción de los Enfermos antes de que
muriera. Caracas se conmovió y muchos decían: "ha muerto un
santo". Fueron tantos los que asistieron a su vela que tuvieron
que intervenir las autoridades civiles para organizar el desfile
incesante.
Venerado sobre todo en su
patria y en Colombia. Son muchos los que peregrinan a su pueblo natal
para rezarle y ofrecer ex-votos.
Que
dice la Iglesia:
Gregorio
Hernández fue considerado "digno de veneración" en 1986.
Exhortación de Mons. Ignacio A.
Velasco G.
Arzobispo de Caracas
Para pedir se intensifique la Oración por la pronta beatificación
del Dr. José Gregorio Hernández
A los obispos auxiliares, los
presbíteros y diáconos, los religiosos y religiosas y a todo el
pueblo fiel que peregrina en Caracas:
El Dr. José Gregorio Hernández es,
sin lugar a dudas, la figura más resaltante del siglo XX venezolano.
Científico notable y cristiano ejemplar, el Dr. Hernández supo
combinar su actividad de médico, docente e investigador con la más
profunda caridad y actitud de servicio a todos, especialmente a los
más pobres.
Su vida fue un testimonio evidente de
santidad, a tal punto, que cuando la perdió en un trágico accidente,
el 29 de junio de 1919, el pueblo caraqueño exclamó
espontáneamente: ¡Ha muerto un santo!
Esta fama de santidad se propagó
después de su muerte. Por eso el Arzobispado de Caracas inició la
Causa de Beatificación y Canonización en 1948.
El 16 de Enero de 1986, el Sumo
Pontífice Juan Pablo II declaró solemnemente sus virtudes heroicas,
por lo cual se le otorga el título de Venerable. Desde entonces,
sólo lo distancia de la beatificación y, por lo tanto, de la
posibilidad de rendirle culto en los altares, la comprobación de un
milagro. A lo largo de estos años se han iniciado varios procesos
sobre presuntos milagros, pero hasta ahora, no han llegado a feliz
término.
Por eso, considerando que entre los
dones más grandes que el Señor ha hecho a la Iglesia de Venezuela
está la figura del Dr. José Gregorio Hernández, y que el pueblo
venezolano, que espera confiadamente la protección de Dios, necesita
urgentemente signos de consuelo y esperanza. Además, que es una
característica particular del Jubileo el que nosotros acudamos al
Señor Dios para agradecerle sus dones y pedirle las gracias y favores
que necesitamos.
Siendo tan sentido en todo el pueblo
católico el deseo de su pronta beatificación, y para que el Señor
nos conceda ésta tan anhelada muestra de su amor por el pueblo
venezolano, dispongo:
1- A partir del tiempo de Cuaresma, y
durante el tiempo que resta al año Jubilar, en todas nuestras
parroquias, Iglesias, comunidades religiosas, hágase una oración
especial, sobre todo en las ocasiones en que se reúne un mayor
número de fieles, por la pronta beatificación del Dr. José Gregorio
Hernández.
2- Récese en común, en el momento
más oportuno durante la Eucaristía, la Oración, ya conocida, para
solicitar la exaltación a los altares del Venerable Dr. José
Gregorio Hernández.
3- Expóngase al pueblo, durante los
actos de culto, la figura y los méritos del Dr. José Gregorio
Hernández, invitando a solicitar su intercesión y a pedir por su
pronta beatificación. En Caracas, a los 11 días del mes de febrero,
Festividad de Nuestra Señora de Lourdes, del año 2000 del Nacimiento
de nuestro Señor Jesucristo.
Mons. Ignacio Velasco G.
Arzobispo de Caracas
Refrendado: Pbro. Lic. Adán Ramírez Ortiz Canciller
ORACIÓN
Para pedir por la pronta Beatificación del Doctor José Gregorio
Hernández
Oh, Dios misericordioso,
Que te has dignado escoger al Venerable Dr. José Gregorio Hernández
Para que, movido por tu gracia,
Practicara desde niño las más heroicas virtudes,
En especial una Fe ardiente,
una Pureza angelical
Y una Caridad encendida,
Siendo ésta la escala por la cual su alma voló a tu divino encuentro
Cuando recibiste el holocausto de su vida,
Concédenos que brille pronto sobre su frente la aureola de los
santos,
sí es para tu mayor gloria y de la Santa Iglesia,
Así sea.