El hermano Estanislao
(1903-1927)
(No debe confudirse con
S. Estanislao Kostka)
A la edad de 18 años, Estanislao, joven español,
ingresó al noviciado de los “HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS”, en
Bugedo. En la vida religiosa este joven tomó los votos de religión que
son: el cumplimiento de los reglamentos, avanzar en la perfección
cristiana; y alcanzar el amor puro. El mes de octubre de 1926, este
hermano se ofreció a Jesús por medio de María Santísima. Poco después de
haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el joven religioso se
enfermó y fue obligado a descansar. Murió el mes de marzo, 1927.
Según el maestro de
novicios, Estanislao era un alma escogida de Dios
que recibía mensajes del cielo. Sus confesores
y teólogos reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos
insignes. Su director espiritual le había
ordenado escribir todas las promesas transmitidas por Nuestro Señor.
Promesas para los devotos del Via Crucis
1.- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del
Via Crucis.
2.- Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a
rezar el Via Crucis.
3.- Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda
especial en la hora de la muerte.
4.- Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en
los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán
borrados por medio de esta devoción al Via Crucis. (Nota: Esta devoción
no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe
confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
5.- Los que acostumbran rezar el Vía crucis frecuentemente, gozarán de
una gloria extraordinaria en el cielo.
6.- Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo
los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes
después de morir.
7.- Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Via Crucis; y mi
bendición les acompañará en
todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta
bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
8.- A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación
del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas
almas. Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.
9.- Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir,
convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me
complaceré en derramar mi gracia.
10.- Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía
Crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para
protegerlas.
11.- Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy
unido a los que me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
12.- Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les
daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
13.- En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e
iremos juntos al cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han
honrado durante la vida con el rezo del Vía Crucis
14.- Para estos devotos del Vía Crucis, Mi alma será un escudo de
protección que siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí..
“Jesús, María, José, Os amo. Salvad vidas, naciones y almas. Amén.”