San Boris |
SAN
BORIS y SAN GLEB,
Mártires rusos, apóstoles de la no-resistencia cristiana
Boris: Patrón de
Moscú, capital de Rusia.
Mártir +1010.
Fiesta: 24 julio
Boris y Gleb, hijos de
San Vladimiro, Duque de Muscovy y nietos de Santa Olga.
Boris desde pequeño fue
muy piadoso y pensó ser monje
pero, siguiendo el consejo de su padre, se casó siendo joven. Era gobernador de la ciudad de Rostov
mientras que Gleb de la ciudad de Murom.
Los hermanos se amaban y sobre
todo amaban a Dios. Pero tenían un hermano mayor, Svyatopolk, que era sanguinario
y se reveló sin éxito contra su padre.
Este le perdonó pero el joven no cambió de corazón. Una vez muerto su padre
decidió
matar a sus hermanos para obtener poder absoluto. Boris se enteró y se
enfrentó con un dilema: ¿como debe actuar un
cristiano en esta circunstancia? Recordó las palabras del Nuevo
Testamento: "Si un hombre dice amar a Dios pero odia a su hermano, es un
mentiroso" Después de una difícil lucha interna, decidió no presentar
resistencia. Boris despidió a sus hombres y se quedó solo con un
sirviente junto al rió Alta para esperar a los asesinos. Pasó su última
noche en lágrimas y oración, confortado por los salmos y los Evangelios. Recordó también como Sta. Bárbara fue asesinada por su propio padre. En la mañana entraron los asesinos a su tienda y lo hirieron. Boris
pidió que le dejaran vivir un momento mas para finalizar su oración. Entonces se
ofreció como cordero de sacrificio diciendo: "Dense prisa en completar
vuestro trabajo y que la paz sea con mi hermano Svyatopolk y con ustedes
mis hermanos".
El principe Gleb, unos
años mas joven que Boris, fue asesinado mas tarde en el río Dnieper. Al
principio pidió que no le matasen pero al fin aceptó su destino con paz y dijo
a los asesinos: "Si desean saciar su sed con mi sangre, me entrego a
ustedes, mis hermanos, y a mi hermano, mi príncipe". Proclamó entonces
que la muerte es el nacimiento a una vida nueva.
Los dos hermanos no
buscaron la muerte ni murieron por causa de su fe sino por
intereses políticos del hermano mayor. Pero ante la muerte los dos hermanos
libremente optaron por actuar como cristianos, no devolvieron mal por
mal sino que optaron por el perdón y la confianza en Dios.
El pueblo ruso, recién
convertido al cristianismo, quedó profundamente impresionado con la
conducta cristiana de los dos jóvenes príncipes que se unieron a la
pasión de Cristo. Para ellos el ejemplo de Boris y Glen fue una
maravillosa enseñanza de como vivir el cristianismo y del poder que Dios
otorga para lograrlo. "Amad a vuestros enemigos y orad por los que os
persiguen".
Canonizados
(reconocimiento del culto) en 1724 por el papa Benedicto XIII
Oremos para que el
ejemplo de los Santo Boris y Gleb inspire a Rusia y a todo el mundo a la
paz cristiana.