"he venido a
Jordania sobre todo como peregrino y pastor"
Aeropuerto internacional Reina Alia de AmmánS.S. Benedicto XVI
S.S. Benedicto XVI
Mayo 11, 2009
www.zenit.org
Majestad, excelencias, queridos amigos:
Al emprender la próxima etapa de mi peregrinación por las
tierras de la Biblia, deseo daros las gracias a todos vosotros
por la cálida acogida que he recibido en Jordania en estos días.
Doy las gracias a Su Majestad el Rey Abadlá II por haberme
invitado a visitar el Reino Hachemita, por su hospitalidad y sus
gentiles palabras. Expreso también mi aprecio por el gran
trabajo realizado con el objetivo de hacer posible mi visita y
de asegurar el desarrollo ordenado de los diferentes encuentros
y de las celebraciones. Las autoridades públicas, asistidas por
un gran
número
de voluntarios, han trabajado durante mucho tiempo y sin
descanso para dirigir a las muchedumbres y organizar los
diferentes acontecimientos. La cobertura de los medios de
comunicación ha permitido a innumerables personas seguir las
celebraciones, aunque no hayan podido estar presentes
físicamente. Al dar las gracias a quienes han hecho esto
posible, deseo extender un agradecimiento particular a todos los
que están escuchando la radio o viendo la televisión,
especialmente los enfermos y quienes han tenido que quedarse en
casa.
Me causa una una particular haber sido testigo del inicio de
numerosas iniciativas importantes promovidas por la comunidad
católica aquí, en Jordania. La nueva sección del Centro Reina de
la Paz abrirá posibilidades concretas para dar esperanza tanto a
quienes luchan con dificultades y como a sus familias. Las dos
iglesias que se construirán en Betania permitirán a las
respectivas comunidades la acogida de peregrinos y promover el
crecimiento espiritual de quienes rezarán en ese lugar santo. La
Universidad de Madaba debe ofrecer una contribución
particularmente importante a toda la comunidad, formando a
jóvenes de varias tradiciones para capacitarles en la
conformación del futuro de la sociedad civil. A todos los que
están comprometidos en estos proyectos les presento mis mejores
deseos y la promesa de mis oraciones.
Un día particularmente luminoso entre los que estoy viviendo ha
sido mi visita a la mezquita al-Hussein bin-Talal, donde he
tenido el gusto de encontrar a los jefes religiosos musulmanes
junto a los miembros de los cuerpo diplomático y los rectores de
las universidades. Deseo alentar a todos los jordanos, tanto
cristianos como musulmanes, a edificar sobre los sólidos
cimientos de la tolerancia religiosa que permite a los miembros
de las diferentes comunidades vivir juntos en paz y respeto
mutuo. Su Majestad el Rey ha promovido muy activamente el
diálogo interreligioso y deseo destacar lo mucho que es
apreciado su compromiso en este sentido. Constato con gratitud
la particular consideración que demuestra a favor de la
comunidad cristiana de Jordania. Este espíritu de apertura no
sólo ayuda a los miembros de las diferentes comunidades étnicas
de este país a vivir en paz y concordia, sino que además ha
contribuido a las iniciativas políticas de amplias miras
promovidas por Jordania para construir la paz en todo Oriente
Medio.
Queridos amigos: como sabéis, he venido a Jordania sobre todo
como peregrino y pastor. Por tanto, las experiencias de estos
días que quedarán más firmemente grabadas en la memoria son mis
visitas a los santos lugares y los momentos de oración que hemos
celebrado juntos. Una vez más deseo expresar el aprecio de toda
la Iglesia a aquellos que custodian los lugares de peregrinación
en esta tierra y deseo también dar las gracias a las numerosas
personas que han contribuido a la preparación de las vísperas
del sábado en la catedral de San Jorge y de la misa de ayer, en
el Estadio Internacional. Para mí ha sido verdaderamente una
alegría vivir estas celebraciones pascuales con los fieles
católicos de diferentes tradiciones, unidos en la comunión de la
Iglesia y en su testimonio de Cristo. Les aliento a todos a
permanecer fieles a su compromiso bautismal, recordando que
Cristo mismo recibió el bautismo de Juan en las aguas del río
Jordán.
Al despedirme de vosotros, deseo que sepáis que llevo en mi
corazón al Reino Hachemita y a todos los que vive en esta
región. Rezo para que tengáis la alegría de la paz y la
prosperidad, ahora y para las generaciones futuras. Una vez más
gracias. ¡Y que Dios os bendiga a todos!
[Traducción de Jesús Colina
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana]
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