"Jordania, un
país que respeta la libertad religiosa"
Discurso a su llegada al aeropuerto Reina Alia de
Ammán, ante los Reyes de Jordania, Abdalá II bin al-Hussein y
Rania, y ante las autoridades civiles y políticas del país, los
miembros de la Familia Real, el Cuerpo Diplomático y los obispos
de Tierra Santa.
S.S. Benedicto XVI
Mayo 8, 2009
www.zenit.org
Majestades, excelencias, queridos hermanos obispos, queridos
amigos:
Os saludo con alegría a todos vosotros aquí presentes, mientras
inicio mi primera visita a Oriente Medio desde mi elección a la
Sede Apostólica, y estoy contento de poner los pies en el suelo
del Reino Hachemita de Jordania, una tierra tan rica en
historia, patria de tan numerosas civilizaciones antiguas, y
profundamente llena de significado religioso para judíos,
cristianos y musulmanes. Agradezco a Su Majestad el rey Abdalá
II por sus corteses palabras de bienvenida y el dirijo mis
particulares felicitaciones en este año que marca el décimo
aniversario de su subida al trono. Al saludar a Su Majestad,
extiendo de corazón mis mejores augurios a todos los miembros de
la Familia real y del Gobierno, y a todo el pueblo del Reino.
Saludo a los obispos aquí presentes, especialmente a aquellos
con responsabilidades pastorales en Jordania. Me dispongo con
alegría a celebrar la liturgia en la Catedral de San Jorge
mañana por la noche y en el Estadio Internacional el domingo
junto a vosotros, queridos obispos, y con tan numerosos fieles
confiados a vuestro cuidado pastoral.
He venido a Jordania como peregrino para venerar los lugares
santos que han tenido una tan importante parte en algunos de los
acontecimientos clave de la historia bíblica. Sobre el Monte
Nebo, Moisés condujo a su gente para echar una mirada a la
tierra que se convertiría en su casa, y aquí murió y fue
sepultado. En Betania más allá del Jordán, Juan Bautista predicó
y dio testimonio de Jesús, a quien él mismo bautizó en las aguas
del río que da el nombre a esta tierra. En los próximos días
visitaré ambos lugares santos y tendré la alegría de bendecir
las primeras piedras de las iglesias que serán construidas sobre
el lugar tradicional del Bautismo del Señor. La posibilidad de
que la comunidad católica de Jordania pueda edificar lugares
públicos de culto es un signo del respeto de este país por la
religión y en nombre de los católicos deseo expresar cuánto
aprecio esta apertura. La libertad religiosa es ciertamente un
derecho humano fundamental y es una ferviente esperanza y
oración mías que el respeto de los derechos inalienables y de la
dignidad de todo hombre y mujer llegue a ser cada vez más
afirmado y difundido, no sólo en Oriente Medio sino en todas
partes del mundo.
Mi visita a Jordania me ofrece la grata oportunidad de expresar
mi profundo respeto por la comunidad musulmana y de rendir
homenaje al papel de quía que lleva a cabo Su Majestad el Rey al
promover una mejor comprensión de las virtudes proclamadas por
el Islam. Ahora que han pasado algunos años desde la publicación
del Mensaje de Ammán y del Mensaje Interreligioso de Amman,
podemos decir que estas nobles iniciativas han obtenido buenos
resultados al favorecer una alianza de civilizaciones entre el
mundo occidental y el musulmán, desmintiendo las predicciones de
aquellos que consideran inevitables la violencia y el conflicto.
En efecto, el reino de Jordania está desde hace tiempo en
primera línea en las iniciativas dirigidas a promover la paz en
Oriente Medio y en el mundo, alentando el diálogo
interreligioso, apoyando los esfuerzos para encontrar una
solución justa al conflicto palestino-israelí, acogiendo los
refugiados del vecino Iraq, e intentando frenar el extremismo.
No puedo dejar pasar esta oportunidad sin traer a la mente los
esfuerzos de vanguardia en favor de la paz en la región hechos
por el anterior rey Huseín. Como parece oportuno que mi
encuentro de mañana con los líderes religiosos musulmanes, el
cuerpo diplomático y los rectores de la Universidad tenga lugar
en la mezquita que lleva su nombre. Que su empeño por la
solución de los conflictos de la región pueda seguir dando fruto
en el esfuerzo por promover una paz duradera y una verdadera
justicia para todos aquellos que viven en Oriente Medio.
Queridos amigos, en el Seminario celebrado en Roma el pasado
otoño en el Foro Católico-Musulmán, los participantes examinaron
el papel central llevado a cabo, en nuestras respectivas
tradiciones religiosas, por el mandamiento del amor. Espero
vivamente que esta visita y en realidad todas las iniciativas
programadas para promover buenas relaciones entre cristianos y
musulmanes, puedan ayudar a crecer en el amor hacia el Dios
Omnipotente y Misericordioso, como también en el amor fraterno
mutuo. Gracias por vuestra acogida. Gracias por vuestra
cortesía. ¡Que Dios conceda a sus Majestades felicidad y larga
vida! ¡Que Él bendiga a Jordania con la prosperidad y la paz!
[Traducción por Inma Álvarez
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana]
CTV You Tube:
http://www.youtube.com/watch?v=mmzZSi740D8
Esta página
es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María
Copyright © 2009 SCTJM