El
Matrimonio y su sacramentalidad
Juan Pablo II
Juan Pablo II recordó "la relación
especial que tiene el matrimonio de los bautizados con el misterio de
Dios, una relación que (...) asume la dignidad del sacramento".
"El lazo entre la secularización y la crisis del matrimonio y la
familia es bien evidente como lo es la crisis sobre el sentido de
Dios y sobre el sentido del bien y del mal moral (...) Es necesario
volver a descubrir la dimensión trascendental que es intrínseca a la
verdad plena sobre el matrimonio y sobre la familia superando cualquier
dicotomía que tienda a separar los aspectos profanos de los religiosos,
como si existieran dos matrimonios: uno profano y uno sacro".
Después,
subrayó que "la trascendencia forma parte de la esencia misma del
matrimonio ya desde el principio".
"Desgraciadamente, a consecuencia del pecado original, lo que es natural
en la relación entre el hombre y la mujer corre el peligro de vivirse en
una forma que no está de acuerdo con el plan y con la voluntad de Dios
y, el distanciamiento de Dios implica de por sí, una deshumanización
proporcional de todas las relaciones familiares". Sin embargo, dijo el
Papa Jesús ha redimido a la humanidad y, mediante su redención, "la
unión entre el hombre y la mujer (...) se inserta verdaderamente en el
mismo misterio de la alianza de Cristo con la Iglesia (...) El nexo
intrínseco entre el matrimonio (...) y la unión del Verbo encarnado con
la Iglesia se muestra en toda su eficacia salvífica mediante el concepto
de sacramento". Juan Pablo II recalcó que "lo humano y lo divino se
entrelazan de forma admirable".
"La mentalidad actual, tan secularizada, tiende a afirmar los valores
humanos de la institución familiar separándolos de los valores
religiosos y proclamándolos completamente autónomos de Dios".
Después, dijo que la pregunta que tan a menudo se plantea hoy: "Por
qué hay que ser siempre fiel al otro cónyuge? se transforma a
menudo en una duda existencial en las situaciones críticas". Recordando
que las dificultades conyugales son "al final un problema de amor",
afirmó que "la interrogación anterior se puede replantear así:
¿Por qué hay que amar siempre al otro, aún cuando
tantos motivos, aparentemente justificados, llevarían a dejarlo?".
Se pueden dar muchas buenas respuestas a esta cuestión, agregó el Papa,
pero si las parejas recordasen que el matrimonio es "un don recíproco"
concedido por Dios, deberían acordarse de dirigirse a Dios en sus
dificultades y reconocer que "Dios es fiel". Deben recordar que "incluso
en los casos más duros, hay que recurrir a Dios, con la certeza de
recibir ayuda".
El Santo Padre dijo a los miembros de la Rota Romana que "la
consideración del carácter sacramental resalta la trascendencia de
vuestra función, (...) el sentido religioso debe empapar todo vuestro
trabajo (...) No hay lugar en la Iglesia para una visión meramente
inmanente y profana del matrimonio, sencillamente porque una visión de
ese tipo no es ni teológica ni jurídicamente verdadera".
El Papa invitó a los presentes a "tomar muy en serio la obligación
impuesta formalmente a los jueces de favorecer y buscar activamente la
convalidación posible del matrimonio y la reconciliación". Es necesaria
"una sinergia que implique a todos en la Iglesia: los pastores de almas,
los juristas, los expertos en las ciencias psicológicas y psiquiátricas,
los otros fieles".
Al final, el Papa centró su atención en "algunos equívocos, tanto en
sede de admisión al matrimonio como de juicio sobre su validez.
La Iglesia no rechaza la celebración del
matrimonio a quien está 'bien dispuesto' aunque si preparado de forma
imperfecta desde el punto de vista sobrenatural, siempre que tenga la
recta intención de casarse según la realidad natural de la conyugalidad".
Reafirmando que el matrimonio es a la vez una
realidad sacramental y natural dijo: "Esta verdad no debe
olvidarse en el momento de delimitar la exclusión de la sacramentalidad
y el error determinante acerca de la dignidad sacramental como motivos
eventuales de nulidad. Para las dos figuras es decisivo tener presente
que una actitud de los contrayentes que no tenga en cuenta la dimensión
sobrenatural en el matrimonio, puede hacerlo nulo solo si daña la
validez en el plano natural en el cual se coloca el mismo signo
sacramental".
AC/ROTA ROMANA:MATRIMONIO/... VIS 030130 (870)