Prodigio
Eucarístico
Flor de los campos y Lirio de los valles
Ettiswyl, Lucerna, Suiza.
El párroco de Ettiswyl, cantón de Lucerna, un día de fuertes lluvias
llevó el
Santo Viático a un enfermo que moraba en la campiña. Llegó a un sitio en
que
el camino estaba convertido en un verdadero pantano, y, por desgracia,
tropezó y cayó. En su caída se abrió el copón, y la Santa Hostia
desapareció
entre el limo, sin que pudiese dar con ella. En este trance, exclamó
entre
sollozos: ¡Señor, tened piedad de mí! No me levantaré de este lugar
hasta
que me mostréis donde se encuentra el Santísimo Sacramento...
A tan humilde ruego el Señor obró este prodigioso milagro: De en medio
del
fango brota una plantita terminada en un botón. Ante la sorpresa del
sacerdote, crecen planta y botón rápidamente; el botón se abre y se
transforma en una hermosa flor de bellos colores y suaves perfumes,
dentro de
la cual apareció, brillante e inmaculada, la Sagrada Forma que se había
caído, y que, sin duda, habían recogido los ángeles para honrar al que
en las
Escrituras es llamado "Flor de los campos y Lirio de los valles".
Con alegría recogió el Sacramento tan milagrosamente conservado y siguió
su
camino hacia la morada del moribundo a quien debía consolar.
(P.M. Traval, S.J., Prodigios Eucarísticos)