¿Como arrepentirme de
tener a mi hija nacida "in vitro"?
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Ver
también: "In
Vitro Fertilization" Bishop Sean O´Malley
PREGUNTA:
Después de varios años buscando hijos sin resultado,
mi esposo y yo recurrimos a la fertilización "in vitro". Gracias a
ello tenemos una hermosa niña que es el sol de nuestra vida. Pero nos
duele mucho sentirnos condenados por la Iglesia. ¿Acaso es pecado
utilizar la ciencia para algo bueno?, ¿como podemos confesarnos cuando
estamos tan felices de tener a nuestra hija?. Este problema nos
ha apartado de la Iglesia aunque seguimos amando siempre a Dios.
Respuesta del P. Rivero
Comprendo
y me alegro de que amen a su hija. Así debe de ser. Los hijos deben ser amados
aunque los medios por los que fueron concebidos hayan sido contrarios
al plan de Dios. Pero eso no justifica la fertilización "in vitro" ni
el pecado cometido. El principio moral operante en esto es que EL FIN
NO JUSTIFICA LOS MEDIOS. No se puede utilizar un medio en si mismo
contrario a Dios (in vitro") para obtener un fin en si mismo bueno
(una hija).
No se
puede justificar, por ejemplo, una violación, por el hecho que de ella
nazca una hermosa niña, inocente de las acciones de su padre. Esa niña
sería tan amada de Dios, tan digna de amor y respeto como cualquier
otra niña. Dirán ustedes: pero nosotros tuvimos nuestra niña de mutuo
acuerdo, nadie fue ofendido por nuestra decisión. Dios fue ofendido,
porque se tomaron en sus manos la decisión de procrear fuera de su
voluntad la cual se manifiesta en la moral cristiana.
Los
hijos no son un derecho sino un don. Los padres cristianos aceptan
de Dios los hijos que El mande como un don, pero no pueden exigirlos.
No se deben buscar los hijos fuera del orden divino para la
procreación. En la esencia del cristianismo está la obediencia a la
voluntad divina, negándose a si mismo, cargando la cruz y confiando
que Dios tiene designios infinitamente mejores que los nuestros.
Muchas veces no podemos entender la voluntad de Dios. Es precisamente
entonces cuando se demuestra la fe. El hombre fiel obedece y
confía.
Cuando
Dios cierra una puerta siempre abre otra. ¡Cuantos niños
necesitan ser adoptados para tener padres que les amen! En vez
de obstinarnos en satisfacer nuestros deseos, debemos abrir el corazón
a la puerta que Dios nos abre.
"Amo a
Dios pero la Iglesia me condena". La Iglesia no condena cuando
enseña la verdad revelada por Dios sino que nos da luz para evitar la
condena. Cristo ha confiado su enseñanza a la Iglesia. Quien escucha a
la Iglesia escucha a Cristo. En momentos de tentación no vemos las
cosas claras, nuestros propios deseos nos empañan la vista en cuanto a
la voluntad divina. Es por eso que hemos de ir mas haya de nuestro
parecer y recurrir a la fuente que Dios mismo nos ha dado para
garantizar la verdad: La Iglesia. Sin la Iglesia, el hombre se
auto-engaña para buscar su propia voluntad y suponer que es la
voluntad de Dios. No podemos separar a Dios de Su Iglesia.
¿Se puede utilizar la ciencia?
Depende. La ciencia debe ser guiada por los principios de la moral. Es
decir, la ciencia debe estar al servicio del orden de Dios pero jamás
debe buscar remplazarlo.
Les
exhorto a que amen mucho a su hija la cual es hija también de Dios.
Al mismo tiempo deben reconocer que pecaron y pedirle perdón a Dios.
En los Corazones de Jesús
y María,
Padre Jordi Rivero