Sri
Lanka, Santuario de Nuestra Señora en Madhu
La estatua de Nuestra Señora tiene 400 años
Ver sitio oficial del santuario:
mannardiocese.org/madhushrine
Los misioneros llegaron a Sri Lanka
en el siglo XVI y trajeron en su corazón el amor a Jesús y a su
madre María. El Evangelio llegó a esta isla gracias a los pescadores
indios, recién convertidos en 1544 por la evangelización de San
Francisco Javier. El mismo Francisco les envió un sacerdote a la
isla el cual evangelizó con gran fruto. Unos 600 se convirtieron y
la mayoría fueron mártires en la masacre por órdenes de Sankily, rey
de Jaffna.
La fe plantada en Mannar no murió. En 1583 habían unos 43,000
cristianos con 26 iglesias. Una de estas estaba en Mantai, a unas 6
millas de Mannar. Esta iglesia fue el hogar original de la estatua
de Nuestra Señora de Madhu, que en aquel tiempo se llamaba
Nuestra Señora de la Salud
Con la conquista de la isla por los holandeses vino una gran
persecución contra los católicos. Los fieles de Mantai pensaron
llevar la estatua de la Virgen de Mantai a un lugar seguro. No
tenían sacerdotes pero con la aprobación de 20 familias devotas, en
1670, se llevaron la estatua al territorio de Kandyan. Llegaron a
Maruthamadhu donde los católicos de Manthai se establecieron.
Otro grupo de 700 católicos huyendo
de la persecución holandesa llegaron milagrosamente a Maruthamadhu.
Allí, inspirados por una piadosa mujer llamada Elena (Silena),
construyeron la iglesia dedicada a la Virgen de Madhu. Aquel lugar
se llamó “Silena-Marutha-Madhu” y así se llama el santuario en la
actualidad.
La Virgen concedió muchos favores,
entre ellos se hizo famosa su protección contra las picadas de
serpientes venenosas. Al principio las picadas no tenían efecto en
los terrenos de la iglesia. Entonces la gente comenzó a llevarse
tierra de Madhu como medicina y esta también sanaba.
Los holandeses expulsaron a los sacerdotes de sus territorios.
Esta situación duró desde 1656 a 1686. Con la llegada de los
ingleses terminó la persecución y llegó el padre José Vaz y los
Padres del Oratorio. La fe ser renovó y se abrieron misiones.
Silena Maruthamadhu ya era un centro de misión en 1706 bajo la
dirección del Padre Pedro Ferrao
En 1924, cien años después de que la
estatua de Nuestra Señora se estableciera permanentemente en Madhu,
fue solemnemente coronada por un delegado del papa Pío XI.