MADRE
DE DIOS DE
KAZAN
El mas venerado por los ortodoxos rusos
¡Vuelve a Rusia!
El icono de la Madre de Dios de Kazan, el mas venerado por los ortodoxos
rusos, tiene sus orígenes en el siglo XVI. El icono actual, según
estudios recientes, es del siglo XVIII. Esta relacionado con muchos
milagros. Fue sacado de Rusia en la
segunda década del siglo XX escapando así de los comunistas quienes
convirtieron la catedral de la Madre de Dios en Kazán en un museo.
Después de varios paraderos, el icono fue comprado en 1970 por el
Ejército Azul, organización
católica mariana dedicada a promover los mensajes y la
espiritualidad de la Virgen
en Fátima. En Fátima la Virgen pidió que rezáramos
por la conversión de Rusia y prometió que al final su Corazón Inmaculado
triunfará. El Ejército Azul hizo posible la veneración pública
del icono ruso y organizó una gran campaña de oración por todo el mundo
siguiendo las peticiones de Fátima.
El icono de la Madre de Dios
de Kazán hizo con el Ejército Azul un recorrido por Estados Unidos y
después permaneció en la hermosa capilla bizantina del hotel Domus Pacis
que el Ejército Azul tiene justo detrás del santuario de la Virgen de
Fátima. En 1993 entregaron el icono a Juan Pablo II, pasando así a los
apartamentos papales por mas de 10 años. El Papa tenía el ardiente deseo
de ir a Rusia y entregárselo personalmente al patriarca ortodoxo ruso de
Moscú.
No pudiendo lograrse su sueño de ir a Rusia, el Papa decidió enviar el
icono a "nuestro hermano el patriarca Alejo II y a través de él a la
santa Iglesia ortodoxa rusa y a todo el pueblo ruso". El 25 agosto del
2004, después de un solemne acto de despedida y veneración al que
asistieron 7000 peregrinos, Juan Pablo II entregó a una delegación
vaticana el icono de la Madre de Dios de Kazan para que lo lleve el 28
de agosto al patriarca ruso.
Juan Pablo II, en la homilía del acto de despedida del icono, dijo que
«desde el comienzo deseé que este icono regresara al suelo de Rusia».
Desde hace más de diez años, «ha estado a mi lado y me ha acompañado con
su mirada maternal mi servicio cotidiano a la Iglesia. Cuántas veces,
desde aquel día, invoqué a la Madre de Dios de Kazan, pidiéndole que
proteja y guíe al pueblo ruso que le es devoto, y que llegue cuanto
antes el momento en el que todos los discípulos de su Hijo,
reconociéndose hermanos, sepan recomponer en plenitud la unidad perdida»
El Papa pidió que la Virgen regrese en medio de los hermanos y
hermanas de la santa Rusia como mensajera de comunión y de paz...
que apresure el momento de la plena unidad entre Oriente y Occidente, de
la plena comunión entre todos los cristianos...
El Papa añadió "Incluso cuando fuerzas adversas se ensañaron contra la
Iglesia (rusa) y trataron de cancelar de la vida de los hombres el
nombre santo de Dios, aquel pueblo siguió siendo profundamente
cristiano, testimoniando en muchos casos con la sangre la fidelidad al
Evangelio y a los valores que inspira"
El regreso del icono de La
Madre de Dios a Kazan nos recuerda las promesas de la Virgen en Fátima:
"Al final mi Inmaculado Corazón triunfará". El trabajo del Ejército Azul
en torno al sagrado icono es un testimonio del esfuerzo que la Virgen
nos pide para que cooperemos en su triunfo.
El Papa compuso para la despedida de la Madre de Dios de Kazan una
oración leída en ruso.
Gloriosa Madre de Jesús,
que avanzas ante el pueblo de Dios en los caminos de la fe, del amor
y de la unión con Cristo (Cf. «Lumen gentium», 63), ¡bendita seas!
Te llaman bienaventurada todas las generaciones porque ha hecho en
tu favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre (Cf. Lucas 1,
48-49).
Bendita seas y honrada, Madre, en tu Icono de Kazan, en el que desde
hace siglos estás rodeada por la veneración y el amor de los fieles
ortodoxos, convirtiéndote en protectora y testigo de las obras
particulares de Dios en la historia del pueblo ruso, muy querido por
todos nosotros.
La Providencia divina, que tiene la fuerza de vencer al mal y de
sacar el bien incluso de las malas obras de los hombres, hizo que tu
santo icono, desaparecido en tiempos lejanos, volviera a aparecer en
el santuario de Fátima, en Portugal. Sucesivamente, por voluntad de
personas que te tienen devoción, fue acogido en la casa del sucesor
de Pedro.
Madre del pueblo
ortodoxo, la presencia en Roma de tu santa imagen de Kazan nos habla
de una unidad profunda entre Oriente y Occidente, que permanece a
pesar de las divisiones históricas y de los errores de los hombres.
Te elevamos ahora con
especial intensidad nuestra oración, Virgen, mientras nos despedimos
de esta sugerente imagen tuya. Con el corazón, te acompañaremos por
el camino que te llevará hacia la santa Rusia. Acoge la alabanza y
el honor que te rinde el pueblo de Dios que está en Roma.
Bendita entre todas las
mujeres, al venerar tu icono en esta ciudad, marcada por la sangre
de los apóstoles Pedro y Pablo, el obispo de Roma se une
espiritualmente a su hermano en el ministerio episcopal, que preside
como patriarca la Iglesia ortodoxa rusa. Y te pide, Madre Santa, que
intercedas para que apresure el momento de la plena unidad entre
Oriente y Occidente, de la plena comunión entre todos los
cristianos.
¡Virgen gloriosa y
bendita, señora, abogada y consoladora nuestra, reconcílianos con tu
Hijo, encomiéndanos a tu Hijo, preséntanos a tu Hijo! Amén.
-Traducción del ruso
realizada por www.zenit.org
ZS04082502