JUAN PABLO II
BEATIFICA EN FÁTIMA A JACINTA Y FRANCISCO, A QUIENES SE LES APARECIÓ
NUESTRA SEÑORA.
REVELACIÓN DEL
TERCER SECRETO DE FÁTIMA.
EL GRAN DRAGÓN EN
LUCHA CONTRA LA MUJER
Análisis
de estos eventos por
JESÚS
MARTI BALLESTER, 13 DE MAYO DE
2000
1. "Apareció en
el cielo una magnífica señal: una mujer envuelta en el sol, con la
luna bajo sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas.
Apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo, que se quedó
delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en
cuanto naciera" Apocalipsis 12,1.
2. Leyendo el capítulo
17 del Apocalipsis, encontramos la clave y el paralelismo de las
visiones de Fátima y de su mensaje: Allí hay un dragón vestido
lujosamente, que pretende devorar al niño cuando nazca, y una mujer
vestida de sol; aquí el Kremlin, una nomenclatura derrochadora y una
tiranía basada en el ateismo militante, ensoberbecido y ambicioso de
invasión universal, y de exterminio feroz de seres humanos. Allí cae
el dragón, que es Nerón en Babilonia, Roma, la ciudad de los siete
montes: Palatino, Capitolio, Aventino, Celio, Esquilino, Viminal y
Quirinal. Y cuando fue elegido como Obispo de Roma, Karol Wojtyla dijo
Berlinguer, jefe del PCI italiano: "La que se nos viene
encima". "Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los
vencerá, porque es el Señor de señores y Rey de Reyes". Aquí,
al final mi Corazón Inmaculado triunfará".
3. A sólo unos metros
del lugar donde se les apareció la Virgen en 1917, Francisco y
Jacinta Marto, fueron beatificados el 13 de mayo de 2000 por Juan
Pablo II, quien los propuso como ejemplo de santidad para niños y
adultos. Sentada en un segundo plano, la tercera vidente, Sor Lucia
dos Santos, tuvo la alegría de ver la confirmación solemne de lo que
«la Señora» les había anunciado.
4. Bajo un bellísimo
sol primaveral, un millón de peregrinos asistieron a la emocionante
ceremonia en. la que Juan Pablo II citó una curiosa alabanza de Jesús:
«Yo te bendigo, Padre, porque escondiste estas verdades a los sabios
e inteligentes, y las revelaste a los pequeñuelos». Fue exactamente
lo que sucedió en Fátima en 1917, para sorpresa de los pastorcillos,
de las autoridades eclesiásticas y del mundo entero.
5. EL VALOR DEL
SUFRIMIENTO
Después de la rotura
de la cabeza del fémur, dijo Juan Pablo II: "Con estas pequeñas
cruces también se gobierna la Iglesia". Diez años después del
atentado de la plaza de San Pedro, Juan Pablo II volvió a Fátima, no
sólo a agradecer a la Virgen que le salvase de la muerte, sino a
celebrar el cumplimiento de las profecías marianas y la resurrección
del cristianismo en el Este europeo.
6. LA REVELACIÓN DEL
TERCER SECRETO
El secretario de
Estado Vaticano desveló ante el mundo, por encargo del Papa, que en
1917, la Virgen profetizó ante los niños que «un obispo vestido de
blanco caerá por tierra como muerto bajo los tiros de un arma de
fuego». Cuando se produjo el atentado, Juan Pablo II ya conocía este
tercer secreto, pues se lo había revelado Lucía, la única
superviviente de las apariciones, lo que explica sus tres
peregrinaciones a Fátima con el fin de agradecérselo y que la bala
encontrada en su vientre, esté en la corona de la imagen de la
Virgen. «Una mano disparó, Otra guió el proyectil.» Para el Papa,
la mano de la Virgen le salvó la vida aquel día de primavera. El 13
de mayo de 1982, Juan Pablo II dijo que había ido «para agradecer a
Santa María que me haya conservado la vida». Fátima está vinculada
no sólo al atentado, sino a la historia de la Iglesia y del mundo en
este siglo. En este lugar portugués, convertido en uno de los puntos
de mayor devoción popular del mundo católico, en 1917, la Virgen
realizó signos excepcionales y confió un mensaje a los pastorcillos.
En el mismo año de la Revolución bolchevique, María anunciaba
persecuciones y, al fin, la conversión de Rusia. Juan Pablo II, que
en una encíclica ha dedicado un capítulo dedicado a Fátima para
celebrar el cumplimiento de la profecía que vaticinaba la resurrección
de la Iglesia del Silencio.
En una visión
cristiana de la historia, todo esto, ahora, puede ser tremendamente
sugestivo: es la Providencia la que, en la época más secularizada de
la historia cristiana, está dirigiendo en otra dirección el imperio
del ateísmo, aunque es un cambio todavía trabajoso, a menudo lleno
de sufrimiento». Domenico del Río, uno de los mejores comentaristas
italianos de temas vaticanos, ha escrito: «Es posible que Wojtyla, en
su viaje a Fátima, piense en el cumplimiento de la profecía de
Maximiliano Kolbe: Un día veréis la imagen de la Inmaculada sobre el
pináculo más alto del Kremlin. Pero para esto ha sido necesario
mucho dolor, mucho sufrimiento. En una de sus poesías, Juan Pablo II,
pone en boca de San Estanislao a un rey de Polonia: «Mi palabra no te
ha convertido, mi sangre te convertirá". En la visión universal
de su propia misión, el Papa une su experiencia de sufrimiento a una
dimensión mundial. En este pontificado, se pueden ver dos momentos.
El primero es el del profeta que grita al mundo, agita el evangelio
por encima de las masas, quiere remover la tierra para acercarla a
Dios. Ahora, su voz no se alza ya con tanta sonoridad, en sus
discursos ha abandonado el grito. Las condenas siguen siendo duras
contra los ídolos del mundo, contra las injusticias, contra la
guerra. Pero se ha atenuado la vehemencia física. Juan PabIo II
quiere siempre convertir al mundo, pero, como su San Estanislao, confía
más en en el sufrimiento que en la palabra. La sangre, piensa el
Papa, contiene más capacidad de redención.
7. LA BEATIFICACION DE
LOS PASTORCITOS Y LA REVELACION DEL TERCER SECRETO
¿Cómo es Dios? No se
puede explicar", decía el Beato Francisco. Dios es una luz que
arde pero no quema. Esta es la sensación que tuvo Moisés cuando vio
la zarza que ardía sin consumirse. «Por designio divino -afirmó el
Papa- vino del Cielo a esta tierra, en busca de los pequeñuelos
privilegiados del Padre, "una Mujer vestida de sol". Les
habla con corazón de madre, les invita a ofrecerse como víctimas de
reparación y se ofrece Ella misma para llevarlos ante Dios. Fue
entonces cuando de sus manos maternas salió una luz que los penetró
íntimamente, haciéndoles sentirse inmersos en Dios». Juan Pablo II
recordó que «Francisco exclamaba: "Nosotros ardíamos en
aquella luz. Tres niños que no sabían leer ni escribir dieron
testimonio de su fe arriesgando sus vidas. Se trata de la beatificación
de los más jóvenes cristianos de la historia de la Iglesia,
exceptuando a algunos mártires.
8. Desde que el 13 de
mayo de 1917 la Virgen se apareciera a los tres niños que cuidaban el
ganado en las montañas, las apariciones, que se reiteraron los
siguientes días 13 hasta octubre, han convertido a Fátima en uno de
los primeros santuarios marianos del mundo, en el que se suceden las
manifestaciones de fe y la solicitud de curaciones y milagros. Fátima
es un testimonio de fe, que nos recuerda que el sentimiento de lo
sagrado y la auténtica religiosidad rebasan los estrechos límites de
nuestra menguada racionalidad. La atracción que Fátima ha ejercido
sobre todo el ancho ámbito de la Cristiandad se ha visto acrecentada
por la existencia de los tres secretos de los que fue depositaria la
única superviviente de las apariciones, Sor Lucía. El primero
anunciaba el final de la Primera Gran Guerra y el estallido de una
segunda aún más atroz. El segundo presagiaba la caída del comunismo
en Rusia y la conversión de la gran nación que tanto habla
contribuido a la difusión del ateísmo. Quedaba el tercer secreto en
secreto. El cardenal Sodano leyó un texto en el que anunciaba su próxima
revelación y desvelaba que se refiere a la lucha de los sistemas
ateos contra el cristianismo y al sufrimiento de los testigos de la fe
en el siglo XX. Concretamente, contiene también una referencia al
atentado sufrido por el Papa y del que, según el testimonio de los
videntes, celosamente guardado durante décadas, sería librado por la
intercesión de la Virgen. El texto de esta tercera parte será
publicado próximamente por la Congregación para la Doctrina de la
Fe.
9. No resulta extraña
la devoción a Fátima de Juan-Pablo II. Ni tampoco su paciencia y
prudencia en guardar el secreto durante tantos años. El Pontífice ha
sido testigo y protagonista de la triple revelación dfe María a los
pastorcitos. El ha vivido los horrores del nazismo y de la gran guerra
europea en su Polonia natal. Más tarde, ya desde el ejercicio del
Pontificado, contribuyó decisivamente al derrumbamiento del comunismo
soviético. Además, la tercera parte del secreto le concernía
personalmente. Fátima confirma que las más profundas verdades de la
fe son mejor reveladas y más accesibles a los niños y a quiénes se
hacen semejantes a ellos. La más profunda verdad religiosa es
asequible al más inocente y sencillo de los entendimientos. Hay más
verdad religiosa en la bondad del corazón humano que en las
profundidades de la sabiduría teológica.
10. La ceremonia
religiosa sirvió además para disipar los rumores sobre la salud del
Papa y una posible renuncia al Pontificado. Juan Pablo II exhibió una
extraordinaria vitalidad para su edad y, sobre todo, una inmensa y
profunda alegría. Aunque no ha llegado la hora del balance final,
todo el que contemple el impresionante legado de su Pontificado desde
la correcta perspectiva, no puede dejar de reconocer que se trata de
uno de los Papas más trascendentales en la historia de la Iglesia.
Después de la bellísima ceremonia de la beatificación, el «Papa de
las sorpresas» añadió la revelación del tercer secreto de Fátima
que le concernía personalmente. El «Obispo vestido de blanco» en la
visión del 13 de julio de 1917, que caminaba hacia la Cruz entre los
cadáveres de los mártires, y caía como muerto bajo los disparos de
un arma de fuego es el propio Juan Pablo II. Comprendemos ahora mejor
que el domingo anterior quisiera rendir homenaje ecuménico en el
Coliseo, a todos los mártires del siglo XX. El entre todos y delante
de todos.
11. Al cabo de
veintiún años de su pontificado, Juan Pablo II ofreció a la Virgen
de Fátima el anillo que le regaló el cardenal Wyszynski cuando fue
elegido Papa, y juzgó llegada la hora de revelar el secreto en el
mismo lugar donde la Virgen lo confió a los tres pastorcillos, acompañado
por Sor Lucía, la mayor de los videntes, a la que prodigó muestras
de afecto antes y después de la ceremonia. El Santo Padre concluyó
el acto dando la bendición a los enfermos y a los peregrinos con el
Santísimo Sacramento. Y cuando todos esperaban que se retirase al
interior de la basílica para visitar las tumbas de los dos nuevos
beatos, el Papa volvió a sentarse en la sede y el cardenal Secretario
de Estado se dirigió al micrófono. El Cardenal Sodano felicitó a
Juan Pablo II con motivo de su ochenta cumpleaños, que celebrará el
día 18 con miles de sacerdotes reunidos en Roma para el Jubileo de
los Presbíteros. Pero lo que parecía un breve mensaje de felicitación
y despedida, se convirtió en algo mucho más sorprendente cuando el
cardenal señaló que el agradecimiento del Papa a la Virgen de Fátima
por su protección a lo largo del pontificado está relacionada con el
tercer secreto, escrito por Sor Lucía.
«Este es una visión profética
comparable a las de la Sagrada Escritura, que no describe con sentido
fotográfico los detalles de los acontecimientos futuros, sino que
sintetiza y condensa sobre un mismo fondo, hechos que se prolongan en
el tiempo en una sucesión y con una duración no precisadas, dijo el
Cardenal».
12. El paralelismo
entre Fátima y la Biblia, después de una ceremonia en la que se habían
leído fragmentos acerca del dragón contra la mujer «vestida de Sol»
y adornada por «una corona de doce estrellas», sumió a la multitud
en un silencio atónito. El cardenal secretario de Estado reveló que
«la visión de Fátima tiene que ver sobre todo con la lucha de los
sistemas ateos contra la Iglesia y los cristianos, y describe el
inmenso sufrimiento de los testigos de la fe del último siglo. Es un
interminable Vía Crucis dirigido por los Papas del siglo XX. La visión
fue un secreto que los dos pastorcillos más jóvenes, beatificados
ayer, se llevaron fielmente a la tumba, y que su prima Lucía dos
Santos conservó sola durante largos años hasta que, a finales de
1943, el obispo de Leiria, José Alves Correia da Silva, quien había
logrado ya la revelación de los dos primeros secretos en 1941, la
visitó en el convento de las Doroteas de Tuy donde la vidente padecía
una grave pleuresía con peligro de muerte y consiguió que lo
escribiera en un papel.
13. UNA SENCILLA HOJA
DE PAPEL
Aunque Sor Lucia
se resistió, por fin, escribió el secreto en una sencilla hoja de
papel que dobló en cuatro partes y luego lacró. El 9 de enero de
1944, la vidente envió una carta al obispo de Leiría confirmándole
que había cumplido su orden. Monseñor Correia da Silva no quiso
abrir el sobre sellado que contenía el secreto, sino que lo guardó
cuidadosamente. El 8 de diciembre de 1945, lo metió dentro de otro
sobre, también lacrado, en el que escribió: «Para entregar a Su
Eminencia el Señor Cardenal D. Manuel, Patriarca de Lisboa, después
de mi muerte».
El sobre llegó al Vaticano en abril de
1957, en la etapa final del pontificado de Pío XII, fallecido en
octubre de 1958, que probablemente no lo leyó. Su sucesor, Juan XXIII
solicitó el texto y lo recibió el 17 de agosto de 1959 en
Castelgandolfo, donde lo leyó junto a su confesor y pidió poco después
la ayuda de un monseñor portugués, Paulo José Tavares, después
obispo de Macao, para que le explicase el sentido del texto.
Como sor Lucía había indicado que el
secreto no se hiciese público antes de 1960, a menos que ella
falleciese con anterioridad a esa fecha, muchísima gente esperaba su
revelación el 13 de mayo de aquel año. Juan XXIII les decepcionó.
Ahora que se conoce el contenido, resulta más fácil comprender por
qué en una ocasión el «Papa bueno» cortó de raíz la curiosidad
del cardenal Silvio Oddi, que deseaba conocer los motivos de la
negativa a hacerlo público, repitiéndole por dos veces: «No me
hables de eso». Lo mismo hizo Pablo VI, Juan Pablo I, e incluso el
propio Juan Pablo II a lo largo de 21 años de pontificado. Sólo
ahora, cruzado el umbral del Tercer Milenio, cumplido el viaje a
Jerusalén, mientras el cardenal proseguía su lectura en excelente
portugués, Juan Pablo II mantenía un silencio y un recogimiento
intensos, mirando de vez en cuando hacia la dulce imagen blanca de la
Señora colocada sobre un trono de claveles también blancos.
14. El Sumo Pontítice,
dijo el Cardenal Sodano, me ha encargado daros una noticia. El
objetivo de su venida a Fátima ha sido la beatificación de los dos
pastorcillos. Sin embargo, quiere atribuir también a esta peregrinación
suya, el valor de un renovado gesto de gratitud hacia la Virgen por la
protección que le ha dispensado durante estos años de pontificado.
Es una protección que parece que guarde relación también con la
llamada "tercera parte" del secreto de Fátima
15. EL OBISPO VESTIDO
DE BLANCO
La visión de Fátima
tiene que ver sobre todo con la lucha de los sistemas ateos contra la
Iglesia y los cristianos, y describe el inmenso sufrimiento de los
testigos de la fe del último siglo del segundo milenio, que es un
interminable Vía Crucis dirigido por los Papas del Siglo XX. Según
la interpretación de los pastorcillos, confirmada recientemente por
Sor Lucía, el "Obispo vestido de blanco" es el Papa. También
él, caminando con fatiga hacia la Cruz entre los cadáveres de los
martirizados (obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y numerosos
laicos), cae a tierra como muerto, bajo los disparos de arma de fuego.
Después del atentado del 13 de mayo de 1981, a Su Santidad le pareció
claro que había sido "una mano materna quien desvió la
trayectoria de la bala", permitiendo al "Papa
agonizante" detenerse "a las puertas de la muerte". Los
acontecimientos de 1989 han llevado, tanto en la Unión Soviética
como en numerosos Países del Este, a su caída.
16. Juan Pablo II, que
ha roto muchos moldes en su pontificado, demostró que está en pleno
vigor intelectual, y a pesar de los achaques físicos de sus 80 años,
beatificó a los dos niños de Fátima, los únicos menores que podrán
ser santos sin haber sido mártires.
17. El cardenal Sodano
anunció la próxima difusión de las revelaciones de la Virgen, pues
el propio Juan Pablo II ha pedido a la Congregación para la Doctrina
de la Fe que lo haga público en los próximos días. La protección a
la que se alude en el misterio se plasmó de modo especial en el
atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro
del Vaticano, cuando fue tiroteado por el turco Ali Agca y salvó la
vida cuando había sido gravísimamente herido.
18. «El Papa,
caminando penosamente hacia la Cruz entre los cadáveres de los
martirizados cae por tierra como muerto bajo los tiros de un arma de
fuego». Por este motivo, «a Su Santidad le pareció que fue una mano
materna la que guió la trayectoria de la bala», permitiendo que «el
Papa agonizante» se detuviese «en el límite de la muerte». Aunque
muchos lo esperaban, no fue el Papa Juan Pablo II quien se refirió al
tercer secreto de Fátima durante la ceremonia de beatificación de
los pastorcillos Francisco y Jacinta Marto, por haber sido él el
protagonista y por tratarse de una revelación particular.
19. Durante la homilía,
el millón de personas que asistió a la ceremonia sí oyó al pontífice
confirmar lo que ya se conocía de lo confiado por la Virgen a los
tres niños: las muertes prematuras de Jacinta y Francisco, la
existencia del infierno, el final de la Primera Guerra Mundial y el
comienzo de la segunda. Y ha señalado que el mensaje de la Virgen es
un llamamiento a la conversión. Allí estaba Lucía dos Santos,
carmelita descalza en Coimbra, la tercera persona que presenció la
aparición y única superviviente, que tiene 93 años. Minutos antes
del comienzo de la ceremonia de beatificación, tuvo lugar una entrañable
entrevista entre Juan Pablo II y la hermana Lucía de Jesús, prima
mayor de los beatos Francisco y Jacinta y única superviviente de los
niños que presenciaron las apariciones de la Virgen.
20. A la misa han
asistido miles de niños ataviados con trajes como los que usaban los
pastorcillos. El Papa les ha animado a que sean como los nuevos
beatos, «ya que la Virgen tiene necesidad de todos vosotros para
consolar a Jesús y necesita de vuestras plegarias y sacrificios para
los pecadores». El Cardenal Sodano resaltó la protección y los
desvelos de la Virgen en torno a la "familia humana" y la
necesidad de sacrificio y oración. Concluyó diciendo que el Papa ha
ordenado a la Congregación de la Doctrina de la Fe que divulgue en
breve tiempo, el contenido del tercer secreto de Fátima, interpretado
según los tiempos y la doctrina de la Iglesia.
21. La presencia del
Papa en Portugal se ha visto acompañada por un auténtico fervor
popular, un millón de peregrinos, según fuentes del gobierno
regional del Santarem, siguieron al Papa en las escasas 24 horas que
duró su estancia en el país. Desde la llegada del Pontífice a
tierras portuguesas, los medios de comunicación han dedicado una
atención preferente y continúa a todos los movimientos del Papa, con
emisiones ininterrumpidas de las cadenas de televisión y radio. El
Papa, que agradeció la acogida de las autoridades portuguesas a este
viaje religioso, fue cumplimentado por el presidente de la República,
Jorge Sampaio y el primer Ministro, Antonio Guterres. Antes del
encuentro, el Pontífice recorrió en su papamóvil la explanada del
recinto donde cientos de miles de peregrinos aguardaban,
enfervorizados, el comienzo del acto.
La hermana Lucía
desveló dos partes del secreto, pero la última permanecía guardada
en su memoria, en la del Papa y en la de su mano derecha, el cardenal
Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
«Si se escuchan mis
peticiones -dice la Señora, Rusia se convertirá y habrá paz. De lo
contrario, Rusia propagará sus errores por el mundo, provocando
guerras y persecuciones contra la Iglesia; muchos justos serán
martirizados; el Santo Padre sufrirá mucho y muchas naciones serán
suprimidas. Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará. El Papa
consagrará Rusia a mi Corazón Inmaculado, ésta se convertirá y el
mundo tendrá un período de paz». La consagración pedida por la
Virgen fue efectuada por Juan Pablo II el 25 de marzo de 1984. Meses
después, Gorbachov llegaba al poder, ponía en marcha la
‘perestroika’ y la Santa Rusia volvía a nacer de sus cenizas.
22. Pio XII, Juan
XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I protegieron el tercer secreto, pero
Karol Wojtyla no ha querido marcharse del santuario sin revelar el
secreto, ya que fue aquí, en la Cova de Iría, donde la Virgen
predijo la conversión de Rusia, y confió a Francisco, Jacinta y Lucía
el magnicidio frustrado de Juan Pablo II. Los fieles se llenaban de lágrimas
y rezaban devotamente.
23. Cansado, exhausto,
tembloroso, pero alegre, Karol Wojtyla se marchó de Portugal,
satisfecho de haber descubierto en Fátima el gran misterio que la
Iglesia se negaba a desvelar. Sabemos que Juan Pablo II preguntó a
Sor Lucía la edad -93 años-, los recuerdos de entonces y los deseos
de ahora.
24. El Papa dijo en su
homilía: "Cuántas víctimas hay que lamentar en el curso del último
siglo. Mi pensamiento va a los horrores de las grandes guerras, a los
campos de concentración y de exterminio, a los gulags, a la limpieza
étnica y las persecuciones, al terrorismo, a los raptos, a la droga,
a los atentados contra la vida y contra la familia".
25. Había banderas
portuguesas, polacas, españolas, pero el mayor símbolo iconográfico
era el retrato de los dos pastorcillos en la fachada monumental de la
basílica. La misa fue concelebrada por más de mil sacerdotes y
decenas de obispos y cardenales.
26. El Papa hizo la
confirmación de la existencia del infierno cuando dijo que Jacinta
"quedó tan afectada por la visión del infierno, que la Virgen
le mostró en la aparición del 13 de julio, que todas las
mortificaciones y penitencias les parecían poca cosa para salvar a
los pecadores". "Cuando el hombre deja a Dios a un lado no
puede alcanzar la felicidad". Juan Pablo II dijo también:
"Expreso mi reconocimiento a la beata Jacinta por los sacrificios
y rezos hechos para el Papa, al que vio sufrir". Con esas últimas
palabras confirmó la revelación de la Virgen de que el sucesor de
San Pedro sufriría mucho a final de siglo. También dijo que la
Virgen vino a Fátima para pedir a los hombres "que no ofendan más
a Dios, que ha sido ya muy ofendido". Y expresó su solidaridad
con los países de cultura portuguesa. Pidió a la Virgen la
reconciliación del pueblo angoleño, que conforte a los damnificados
de las inundaciones de Mozambique, que vigile los primeros pasos del
recién nacido Timor y de Guinea Bissau, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe
y Brasil. Animó a los niños a que sean como los nuevos beatos,
"ya que la Virgen tiene necesidad de todos vosotros para consolar
a Jesús y necesita de vuestras plegarias y sacrificios para los
pecadores". Juan Pablo II también tuvo palabras de consuelo para
las decenas de enfermos presentes en la ceremonia, a los que dijo que
si alguien les hace pensar que están en el final de la vida, no deben
creerlo "ya que la última estación no es el invierno, sino la
primavera de la resurrección". "La totalidad de vuestras
vidas se extiende fuera de los confines terrestres: está previsto el
Cielo", dijo.
JESUS MARTI BALLESTER
jmarti@correo.infase.es