¿Tuvo María Santísima dolores de parto?
-Padre Jordi Rivero
Si María Santísima tuvo dolores de parto es una cuestión
discutida por los teólogos. No hay dogma al respecto.
Sin embargo varios Padres y Doctores de
la Iglesia
sostienen
que María no sufrió dolores de parto.
Argumentos a favor del parto sin dolor de la Virgen
Maria:
1- Padres y Doctores de la Iglesia enseñaron que la
Virgen María no sufrió dolores de parto:
San Ambrosio:
Ps. XLVII, II, P.L., XIV, 1150
San Agustín:
Sermón De Nativitate. Hablando a la Virgen Madre: "Ni en
la concepción se alejó de ti el pudor, ni en tu
alumbramiento se hizo presente el dolor".
Según San
Agustín, Cristo pasó como la luz por el cristal al nacer
de María Santísima.
San Gregorio de Nyssa:
orat. I, de resurrect., P.G., XLVI, 604
San Juan Damaceno:
de fide orth., IV, 14, P.G., XLIV, 1160; Fortun., VIII,
7, P.L., LXXXVIII, 282
El autor de Christus
patiens: 63, 64, 70, P.L., XXXVIII, 142
Santo Tomás de
Aquino:
Summa theol., III, q. 35, a. 6.
2-
El parto con dolor es castigo impuesto a Eva y a sus
hijas por el pecado ("Tantas haré tus fatigas cuantos
sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos."
Génesis 3,16). Pero la Virgen María fue preservada de
pecado original
y jamás pecó
(La
Inmaculada Concepción de María Santísima),
por
lo
tanto
no
tendría
dolores de parto
ya que estos son consecuencia del pecado.
3- María "dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió
en pañales y le acostó en un pesebre" -Lucas 2,7. Estos
actos normalmente ocurren inmediatamente después del
nacimiento y es difícil que María pudiese hacerlo si
hubiese sufrido los dolores y la debilidad normales de
un parto.
4-
La Virginidad perpetua de María
Santísima
(María fue virgen antes, durante y después del parto).
Si bien el dogma no
define
que María
Santísima diese a luz sin dolor,
se puede deducir que al ser un parto virginal, dejó
su cuerpo intacto y no hubieron dolores de parto.
Santo Tomás de Aquino enseña que María dio a luz sin
dolor (Summa Theologica, III parte, cuestión 35,
artículo 6).
¿Nació Cristo sin dolor por parte de la madre?
Objeciones por las que parece que Cristo no nació sin
dolor por parte de su madre.
Objeción 1. Así como la muerte de los hombres fue una
consecuencia del pecado de los primeros padres, según
Gen 2,17: "El día que comiereis, ciertamente moriréis",
así también lo es el dolor del parto, según Gen 3,16:
"Con dolor parirás los hijos". Ahora bien, Cristo quiso
sufrir la muerte. Luego parece que, por el mismo motivo,
su alumbramiento debió producirse con dolor.
Objeción 2. El fin concuerda con el principio. Pero el
fin de la vida de Cristo se produjo con dolor, según Is
53,4: "Verdaderamente... cargó con nuestros dolores".
Luego parece que también en su nacimiento debió existir
el dolor del parto.
Objeción 3. En el libro De Ortu Salvatoris se cuenta que
al nacimiento de Cristo asistieron las parteras, que
parecen necesarias para la parturienta a causa del
dolor. Luego parece que la Santísima Virgen dio a luz
con dolor.
Contra esto: está lo que dice Agustín (Sermón De
Nativitate), hablando a la Virgen Madre: "Ni en la
concepción se alejó de ti el pudor, ni en tu
alumbramiento se hizo presente el dolor.
Respondo: El dolor de la parturienta se produce por la
apertura de las vías por las que sale la criatura. Pero
ya se dijo antes (q.28 a.2) que Cristo salió del seno
materno cerrado, y de este modo no se dio allí ninguna
apertura de las vías. Por tal motivo no existió dolor
alguno en aquel parto, como tampoco hubo corrupción de
ninguna clase; se dio, en cambio, la máxima alegría
porque había nacido en el mundo el Hombre-Dios, según
palabras de Is 35,1-2: "Florecerá sin duda como un
lirio, y exultará golosa y llena de alabanzas".
Respuesta a la objeción 1:
El dolor del parto en la mujer es consecuencia de la
unión carnal con el varón. De donde (Gen 3,16) después
de haber dicho "parirás con dolor", se añade "y estarás
bajo el dominio del varón". Pero, como dice Agustín
(Sermón De Assumptione Beatae Virginis'', de tal
sentencia debemos excluir a la Virgen Madre de Dios, la
cual, "por haber concebido a Cristo sin la coluvie del
pecado y sin el menoscabo de la unión con el varón,
engendró sin dolor, sin violación de su integridad y
permaneciendo intacto el pudor de su virginidad". Cristo
en verdad asumió la muerte pero por su propio deseo
espontáneo, para satisfacer por nosotros, no como por
necesidad emanada de aquella sentencia, porque El no era
deudor de la muerte.
Respuesta a la objeción 2:
Como Cristo muriendo destruyó nuestra muerte (cf. 2 Tim
1,10), así con su sufrimiento nos libró a nosotros de
los dolores; y por este motivo quiso morir con dolor.
Pero el dolor de la madre en su alumbramiento no
pertenecía a Cristo, que venía a satisfacer por nuestros
pecados. Y por eso no fue necesario que su madre le
diera a luz con dolor.
Respuesta a la objeción 3:
En Lc 2,7 se narra que la propia Santísima Virgen
envolvió en pañales y colocó en el pesebre al Niño que
acababa de dar a luz. Y con esto queda demostrado que la
narración de ese libro
(De Ortu Salvatoris), que es apócrifo, es falsa. De
donde dice Jerónimo en su Contra (Adv. Helvid iv): "No
hubo allí partera alguna, ni se hizo presente diligencia
alguna de mujercillas. (María) fue la madre y fue la
partera. 'Envolvió al Niño en pañales', dice, 'y lo
colocó en el pesebre'".
Estas palabras ponen de manifiesto los disparates de los
apócrifos.
Argumentos a favor de que María sufrió dolores de parto:
1-
Los dolores de parto no contradicen el dogma de la
Inmaculada Concepción.
Es
cierto que
María
es Inmaculada
y
que según Gn 3,16 los
dolores de parto son castigo por el pecado. Sin embargo
María Inmaculada se asoció plenamente a la Pascua por la
que su Hijo
(también inmaculado)
vence sobre el pecado
precisamente abrazando el sufrimiento por amor.
Ella
abraza la cruz
y plenamente colabora con su Hijo, uniendo su
sufrimiento al de El, no solo
al final sino durante toda su vida.
2-
Los dolores de parto no contradicen la
Virginidad perpetua de María. Igual que no dudamos que
Cristo fue
siempre virgen aunque sabemos que su carne fue cortada
al ser
circuncidado como judío,
tampoco dudamos que
María Santísima
fue siempre Virgen, incluso durante el parto, aunque su
hijo
traspasare
su
carne
al nacer.
3- El sufrimiento asociado al misterio de la salvación
de Jesucristo es un ideal de la perfección
cristiana. Que María haya sufrido por y con Jesús
precisamente mas que nadie y desde el principio de la
vida de Jesús no disminuye en nada su
excelsa
dignidad,
ni su absoluta pureza ni su impecable integridad,
sino al
contrario, la coloca
como
el modelo de todos los que
quieren asociarse a la pascua de Cristo de manera
radical. Así como María acompañó a Jesús en el
sufrimiento de
su
muerte en
la
cruz, así también para ella
los
dolores
en el nacimiento de Jesús serían
una expresión
maternal de su asociación a los sufrimientos salvíficos
de Jesús desde su nacimiento.
4-
Es cierto que,
según la opinión de
algunos
Padres, María Santísima dio parto sin dolor, pero sus
argumentos
están
influenciados
por
un
concepto
negativo sobre el
cuerpo y la
sexualidad humana
propios
de
la
cultura de su tiempo
(Ej: Pensaban que los dolores de parto son fruto
de las relaciones sexuales).
El teólogo Antonio Lopez explica:
Mi opinión no niega en el fondo ni lo que Santo Tomas ni
lo que San Agustín dicen. Pues lo que sostengo es que el
dolor mariano en el parto es trascendido místicamente
como verdadero gozo. Aquí mi opinión teológica presupone
el pensamiento analógico enseñado por Santo Tomas.
Un ejemplo analógico sería el de la misma muerte en cruz
de Jesús. Por una parte, la crucifixión de Jesús fue la
injusticia mas grande y el pecado por antonomasia. Pero
en su sentido mas profundo la muerte en cruz de Jesús es
el amor por antonomasia y precisamente la victoria
radical sobre el pecado.
En el fondo este es un misterio de
amor. Cuando entre los seres humanos hay amor de
verdad, todo sufrimiento se suaviza y hasta se
convierte en expresión natural que supera y en gran
parte borra la aflicción. Si esto es así de manera
natural entre los seres humanos, ¿que sería de las
realidades del amor místico e inmaculado de María
nada menos que a su hijo, el Señor de la gloria?
Piensa
en los flechazos del ángel
que traspasaron a Santa Teresa. Ella dice que eran
dolorosos pero
le
daban un
gran gozo
que superaba el dolor. Entonces, el parto doloroso de María
Santísima en el nacimiento de
Jesús, que no era un mero ángel sino el mismo Dios,
tenía que ser experimentado por María con un profundo
sentido de amor gozoso.
De ahí que sus dolores de parto tenían que ser para ella
mas expresión feliz de su identificación con su hijo
Jesús que dolores meramente naturales. De ahí que Maria,
en mi opinión, tuvo dolores de parto que en ella eran
experimentados, con profundo amor e identificación
maternal hacia su hijo Jesus, como profundo gozo.
Lo que es imagen de
la humanidad de Jesucristo esta siempre referido
a la
realidad
de su Pascua.
Siendo
Inmaculada,
María
Santísima abrazó
gozosa
y sin reservas
la cruz de Cristo.
Pues todos los que
sigamos a
Jesús
debemos llenarnos de la gracia de su
pascua con la cual nos asemejamos a el participando de
su sufrimiento y su victoria sobre el sufrimiento. De
ahí que toda participación en la pascua de Cristo no es
a pesar de la cruz, sino siempre a través de la cruz,
trascendiéndola en la resurrección de Jesucristo.
Los dolores de
parto de María fueron trascendidos místicamente por su
participación especialísima e irrepetible en la pascua
de Jesús. Como decía Juan Pablo II, todas las realidades
de Jesús y sus seguidores están en última instancia
referidas a su resurrección. Resurrección significa
triunfo sobre la muerte de manera definitiva, pero no
sin muerte, lo cual no sería ni resurrección, ni
imitación y participación en la muerte y resurrección de
Jesucristo. María fue en definitiva la que aceptó
plenamente la muerte y resurrección de Jesucristo en
todas las realidades de su vida.
Conclusión
Según algunos
Padres de la Iglesia, la
Virgen no sufrió dolores de parto, pero la Iglesia no se
ha definido. Los estudios teológicos fieles al
magisterio pueden ayudarnos a reflexionar sobre el
significado de la pureza, la virginidad y el sufrimiento
de María.
No confundamos las opiniones teológicas con la
doctrina.
La Virgen
que guardaba la Palabra en su corazón nos ayude a
comprender las maravillas que Dios hizo en ella.
Guardemos la unidad en la verdad y la caridad.
-Padre Jordi
Rivero