Nuestra Señora de Copacabana
Revestida como reina con el niño y el cetro,
con los colores de la bandera
boliviana. Note en su vestido
la Eucaristía y los ángeles en adoración
Foto:
corazones.org, de la cripta de la
Basílica de Luján, Argentina
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BOLIVIA
Nuestra Señora de la Candelaria de Copacabana
Fiesta: 5 de agosto.
La península de Copacabana se adentra en el lago Titicaca,
acercándose a las islas del Sol y de la Luna, antiguos lugares
sagrados de los Incas. Allí, a cuatro mil ocho metros
sobre el nivel del mar, la Madre de Dios quiso acercarse a sus
hijos para así atraerlos al verdadero Dios. Lo hizo con la mayor
delicadeza y respeto. Lo hizo con el amor de Madre que busca a
sus hijos mas pequeños. Su rostro tiene rasgos indígenas
y es toda dulzura con su Niño en brazos, que parece caerse pero
no. La Madre lo sostiene segura. El Niño es el gran regalo que
la madre obsequia. Así surge el culto a la "Santísima
Virgen de la Candelaria, Nuestra Señora de Copacabana".
Es una efigie de poco mas de cuatro pies modelada enteramente
en pasta de maguey y terminada en estuco. El cuerpo de la imagen
está totalmente laminado en oro fino y en sus ropajes se
reproducen los colores y las vestiduras propias de una princesa
inca. Su forma original permanece permanentemente cubierta
por hermosos mantos y trajes. Su pelo es largo sobre sus
hombros.
Fue tallada por Francisco Tito Yupanqui, descendiente del Inca
Huayna Capac. Era escultor aficionado y aunque puso mucho
empeño en su obra, era inexperto. Sus primeros intentos
fueron rechazados uno tras otro, hasta que finalmente Dios le
recompensó con poder lograr esta imagen de la Virgen que fue
humildemente entronizada en una pobre iglesia de adobe y piedras
el 2 de febrero de 1583, lo que hace de este santuario mariano
uno de los más antiguos de las Américas.
El templo actual data de 1805 y la imagen fue coronada durante
el pontificado de Pío XI. Con el paso del tiempo los
fieles donaron, para adorno de la imagen, gran cantidad de
valiosas joyas y el templo se llenó de regalos y tesoros.
Riqueza que fue posteriormente saqueada por generales,
presidentes y dictadores de turno. A pesar de ello, la
"Coyeta", como la llaman los quechuas y los aimaraes;
lleva al cuello, en las manos y el pecho, ricas alhajas y de sus
orejas cuelgan valiosos pendientes de piedras preciosas
obsequiados por sus devotos. En su mano derecha sostiene un
canastillo y un bastón de mando, regalo y recuerdo de la visita
que en 1669 le hizo el virrey del Perú.
La imagen original nunca sale de su santuario y para las
procesiones se utiliza una copia de la misma.
Es típico del santuario, basílica desde 1949, que los que lo
visitan salgan de él caminando hacia atrás, con la intención
de no darle la espalda a su querida patrona.
Su fiesta originalmente se celebraba el 2 de febrero, día de
la Purificación de María, y luego se ha trasladado al 5 de
agosto, con liturgia propia y gran celebración popular.
Esta página es obra de Las
Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
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