La Virgen se aparece a los niños La fila de cruces blancas a la derecha de las estatuas son el Via Crucis y conducen también a la Virgen. Al fondo, la basílica. Antes de hablar, la Señora comunica verdades inefables por medio de símbolos. Irradia la luz de la resurrección. El brillo de su rostro es tanto que Maximino es incapaz de mirarla permanentemente y a Melanie le deslumbra su presencia. Su vestidura, como las de Cristo en la montaña el día de la Transfiguración, de igual forma resplandece de luz. La luz procede del gran Crucifijo que tiene sobre su pecho. Apareciéndose en la Salette, María Santísima continúa llevando a cabo la misión que recibió al pie de la cruz: tomar el sufrimiento y el dolor por nosotros para darnos vida en la Fe. "No quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado". (1Cor 2:2).
"He arraigado en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad. Como plantel de rosas en Jericó." ( Eclco 24: 12).
| La Señora era alta y de apariencia majestuosa. Tenía un vestido blanco con un delantal (Sierva del Señor) ceñido a la cintura, no se podría decir que era de color dorado pues estaba hecho de una tela no material, más brillante que muchos soles. Sobre sus hombros lucía un precioso chal blanco con rosas (pureza, belleza, rosario) de diferentes colores en los bordes. Sus zapatos blancos tenían el mismo tipo de rosas. De su cuello colgaba una cadena con un crucifijo (signos bíblicos del pecado y de redención. Signo también de penitencia). Sobre la barra del crucifijo colgaban de un lado el martillo (clava los clavos) y del otro las tenazas (saca los clavos). De su cabeza una corona (reina) de rosas irradiaba rayos luminosos (gracia), como una diadema. En sus preciosos ojos habían lágrimas que rodaban sobre sus mejillas (madre que sufre). Una luz más brillante que el sol pero distinta a éste le rodeaba (Su Hijo). La Virgen estaba triste por el desamor de sus hijos. Viene a exhortarles a que se arrepientan y se reconcilien con Dios.
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Los niños recibieron mensajes urgentes para toda la humanidad. La Virgen les enseña que los hombres se han alejado de Dios y corren peligro de perderse. Mencionó específicamente dos pecados graves: 1-La blasfemia 2- El no tomar el domingo como día de descanso y asistencia a la Santa Misa.
Melanie Maximino
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La falta de amor y respeto a Dios lleva a los demás pecados y a innumerables desgracias. Le pidió a los niños que recen, hagan sacrificios y propaguen su mensaje
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Continuación de la peregrinación a La Salette |